Novelas rosas que arrasan

El éxito de Precious Hearts Romances

Sin escenas de cama, nada de homosexualidad, final feliz con boda: novelas rosas que arrasan

Se venden como rosquillas en Filipinas, sobre la base del respeto a los valores cristianos tradicionales: ¿cuál es el secreto?

Actualizado 27 agosto 2011

C.L./ReL

A los escritores «serios» les cuesta aceptarlo, porque en Filipinas ya es un éxito vender mil ejemplares de una de sus obras, y las tiradas de partida dePrecious Heart Romances, editorial especializada en novelas rosas, son de cinco mil.

Pero si además esos escritores «serios» son progres, entonces ya les llevan los demonios, porque lo que ha conseguido enganchar al público, a tenor de las cifras de ventas, son sus historias: sencillas, directas al corazón, con final feliz… y en plena sintonía con los denominados «valores tradicionales».

Lo destacaba la semana pasada France Press en un reportaje donde daba cuenta del auge de este tipo de literatura en el único país asiático de mayoría católica. «No hay escenas de cama, no hay inmoralidad. No permitimos un final feliz en el que uno de los protagonistas esté casado y el otro no, no pueden acabar juntos», explica Segundo Matías, presidente de Precious Heart Romances y antiguo guionista de cine.

De hecho, el principio rector de esta editorial figura en su frontispicio: «Nuestras novelas refuerzan valores tradicionales como el compromiso«. Y ni se les pasa por la cabeza ensalzar la promiscuidad o que estén presentes relaciones homosexuales.

Aunque tienen sus críticos, que las consideran «basura», están sirviendo comoinstrumento para incrementar el nivel cultural de la sociedad, en un país donde la población lectora está en torno al 22%: «Al menos los más pobres leen», explica Matías, pues son sus principales destinatarios por su bajo precio. Que se corresponde con los escasos emolumentos de los autores, en torno a 100 euros por novela.

Maia Jose es una de las autoras de la editorial, y explica que necesita unas cuatro semanas para escribir cada texto, pero hay compañeros suyos que escriben cien al año. No es demasiado teniendo en cuenta que la marca publica unos cincuenta al mes.

Valores cristianos tradicionales

Y todas con un mismo patrón: 128 páginas y final feliz. Están escritas en tagalo y no sólo se venden en islas, sino que también exportan masivamente a Hong Kong y Singapur, donde trabajan muchas mujeres filipinas, público mayoritario de unas obras que «alimentan la fantasía de enamorarse del Sr. Perfecto«, como explica la misma publicidad de la editorial.

Precious Heart Romances hace gala de fomentar los «valores cristianos tradicionales«, con historias destinadas a agradar a una mayoría católica y a una importante minoría protestante.

Y que están siendo utilizadas por el gobierno para incrementar el nivel cultural de la población. Según Dennis Gonzales, director nacional del Libro, están sirviendo para mejorar el vocabulario y la cultura general de los filipinos, así que apuesta por este tipo de libros, con el que pueden conseguir un objetivo que no sería alcanzable con «alta literatura»: «No se compraría en la misma medida», sentencia.

Sobre todo, el éxito del género demuestra que no es preciso degradar el mensaje para agradar a un público amplio. Aunque literariamente carezcan de valor, la influencia social de las novelas rosas «limpias» es bastante bien vista por los creadores de opinión cristianos.

¡Amorilízate!

Actualizado 26 agosto 2011

A ti, que no estuviste en Cuatro Vientos, que has visto entre estupefacto e incrédulo que otra forma de vivir, de comportarse y de manifestarse es posible, y que te gustaría formar parte de esa otra forma, no te cortes: ¡Amorilízate!

A mí no me engañas. Yo viví ahí fuera. Y sé que, de alguna manera, te gustaría formar parte de esta alegría que no necesita de alcohol, ni de droga, ni de placeres rápidos y efímeros para ser feliz. Dime que no, venga. Yo te reto desde el convencimiento que me ha dado mi propia experiencia: ¿No te gustaría ser alegre, estar alegre, sin beber, sin drogarte, sin esa necesidad de tener y tener y tener más dinero? Dime que ya eres feliz y que no te amarga la tristeza sin necesidad de saberte amada por ese chico durante un tiempo, unos meses, tal vez algún año, y te dejaré en paz. Pero sé que no. Dime que no necesitas salir de tu círculo de debilidades para calmar tu grito interior y saberte amado, querido, importante, y te dejaré en paz. Pero sé que no.

Se honesto contigo, no conmigo, que a mí ya me da igual: Has sido testigo privilegiado de una marea humana de jóvenes, interracial, intercultural, plural, diferente, que unida en un solo principio, ha sido capaz de movilizarse sin desordenes, sin conflictos, sin reproches, de forma alegre, ¡brutalmente alegre! sin necesidad de bebidas, ni de drogas, ni de daños contra uno mismo ni contra los más próximos, por una causa común: el Amor.

Se han movilizado por el Amor, pero ojo con esta palabra. No se trata del contenido de una canción de Maná, ni del último culebrón venezolano, ni la próxima película de Meg Ryan ni de Brad Pitt. Es Amor escrito con mayúscula porque es esta causa común de gentes tan diferentes un nombre propio, de una persona, de un hombre: Cristo.

Nadie en la Tierra es capaz de reunir a un grupo tan numeroso ni tan variado, soportando calor, lluvia, viento, frío, sueño, sed, incomodidades, como lo ha sido capaz, ¡y tú lo has visto!, la persona de Cristo. Quien ha convocado ha sido su representante como cabeza de la Iglesia que Cristo fundara. Un anciano de 84 años, profesor de Teología, que para colmo habla alemán. Joder, ¿puede haber un perfil menos atractivo para un joven en el mundo? Si hiciésemos un casting de perfiles aburridos en el mundo, posiblemente el Papa no ganaría, pero daría guerra. Sin embrago, allí estaban todos ellos. Tú no. Pero tú lo has visto.

Ellos han venido a ver al Papa no por su gracia, ni por su simpatía, ni porque cuente chistes o cante canciones pegadizas. Han venido porque el Papa es un emisario, un representante, que trae un mensaje que va directo al corazón humano, al de ellos, y también al tuyo: Mereces el Amor. Perteneces al Amor. Cristo, el Amor con forma humana, te espera. ¡Ábrele tus puertas! ¡No tengas miedo!

Ese mensaje ha calado, y ha calado hondo, no porque el Papa sea un excelente comunicador, o un portento de la escena, o un tío divertido, sino sencillamente porque lo que ha dicho, es la verdad, la verdad de tu vida. El Amor es tu esencia y no puedes vivir fuera de ella.

Estaban todos ellos movidos por una ilusión, por una inquietud del corazón que tú también tienes, y que buscas, yo lo sé muy bien, en diferentes partes de tu vida. Lo sé porque yo también las busqué ahí. Créeme, no vas a encontrarlo. El Amor que ansías, el Amor que anhelas, el Amor del que estás hecho y al que estás llamado, ¡el Amor al que perteneces! está en la Iglesia, se llama Cristo y es real, es posible, es más fácil de lo que parece.

Sí, ya lo sé. Yo tampoco entiendo muchas cosas de esta Iglesia. No las entiendo de mi propia naturaleza humana, ni de mi historia, como para entenderla la de otros hombre que forman la Iglesia. Pero no entender no significa no saber, y sé por propia experiencia, que la respuesta a esa inquietud está en la Iglesia. El Amor está en la Iglesia, y esa millonada de chavales venida de las cuatro esquinas de la Tierra ha sido testimonio de ello, sin entenderse entre ellos, porque hablaban mil idiomas.

Son gente comprometida, que no ha dado ni un solo ruido, que han demostrado a todos, ¡a todos! que una civilización construida hacia el Amor, es posible. Si han sido capaces de dar ejemplo al mundo entero durante una semana, serán capaces de hacerlo solo a sus más allegados durante la vida entera. Le han dicho al mundo que sí, que es posible, y que merece la pena. Se puede movilizar a toda la Humanidad en la construcción de una civilización que no rivaliza en colores de banderas, ni en razas, ni en idiomas, ni fronteras. Se puede movilizar a la juventud en la construcción no de muchas civilizaciones diferentes, sino de una civilización plural que respeta las diferencias: la civilización del Amor, la de la alegría, la de la sonrisa, la del perdón, la de la esperanza, la de la música, la de la familia, la del compromiso y la de la libertad. La de la auténtica libertad que da el saberse capaz de amar y la que da el saberse amado, porque tú, que no estuviste allí, has sido creado y existes para ser amado, y no amado un poco, sino amado totalmente.

Así nos sentimos los que sí estuvimos. Si quieres probar, si te atreves, movilízate por Amor. Ten en cuenta una cosa: no sé cuánto dinero ganas, ni cuánto dinero crees que vales. No sé cuantas chicas te siguen, ni cuantas eres capaz de enamorar. No sé si eres deportista, o si eres un crack tocando la guitarra. Ponte precio si quieres, pero recuerda que lo que vales, lo que vales realmente, es toda la sangre de un Dios, que hecho hombre como tú y como yo, ha pagado toda tu vida entregando toda la suya. Y lo ha hecho por Amor.

A ti, que no estuviste allí, pero lo has visto. No te cortes, no te quedes mirando, no seas membrillo: Muévete por el Amor. ¡Amorilízate!

A ti, que sí estuviste conmigo allí. Gracias por compartir tu búsqueda de la Verdad y del Amor a pesar del calor, de la lluvia, del sueño, de la incomodidad. Y ya que estás, comparte esta carta con ellos, con los que no estuvieron. Lo están deseando. Otra cosa es que se atrevan. Ya veremos.