Comulgar sin confesar

Actualizado 16 abril 2011

Cualquier observador atento de las celebraciones litúrgicas, habrá constatado un fenómeno generalizado, que se está convirtiendo en algo normal.

A saber :

-Ha disminuido alarmantemente, el número de fieles que acceden al sacramento del perdón.

– Ha aumentado considerablemente, el número de fieles que se acercan a comulgar.

-Bastantes celebraciones sacramentales ( bautizos ,bodas ,funerales.. ), para muchos asistentes, son meros actos sociales.

-La enseñanza de la Iglesia, basada en la Palabra de Dios, ha sido constante a lo largo de los siglos. Siempre ha enseñado que para comulgar ,se precisa estar en gracia de Dios-sin pecado grave en la conciencia -y guardar el ayuno pertinente.

-En su preciosa encíclica del Papa Juan Pablo II, sobre la Iglesia y la Eucaristía en su nº 36c, el Papa ha dejado clara la enseñanza oficial de la Iglesia expuesta en el Catecismo, en el Código de Derecho canónico y “la vigencia de la norma del Concilio de Trento concretando la severa exhortación del apóstol Pablo, al afirmar que, para recibir dignamente la Eucaristía, “debe preceder la confesión de los pecados, cuando uno es consciente de pecado mortal”.

-No es exagerado afirmar que muchos de los que se acercan a comulgar no reunen las condiciones necesarias para ello; sea por ignorancia, por falta de fe, por rutina o mimetismo (¿dónde va Vicente?..) o por estar en pecado grave-, incluso años sin confesarse etc…

-Esta praxis está llevando a una trivialización del sacramento principal de la Iglesia y a un falseamiento de la conciencia de muchos bautizados.Los responsables directos de cada celebración eucarística (abusos ,sacrilegios etc ..) son los ministros ordenados, Obispos y sacerdotes, que presiden las mismas.

-A falta de una catequesis adecuada y previa ¿No cabría una advertencia -hecha con todo respeto a los presentes, antes de dar la comunión?. Verbi gratia .NO HAY OBLIGACIÒN DE ACERCARSE A COMULGAR..Los que vayan a hacerlo, examinen su conciencia ante Dios y vean si están en su santa gracia. EL tomar conciencia de este fenómeno es urgente, muy grave y de la máxima responsabilidad. ACTÚESE EN CONSECUENCIA.

Relaciones sexuales

Actualizado 25 abril 2011

Tema de perenne actualidad. Interesa a toda clase de personas y no son ajenos a él ni los Gobiernos ni la Iglesia. Trae de cabeza a muchos padres y educadores, y nada digamos a los adolescentes y jóvenes. Está presente en la sociedad, en los medios, en el hogar y fuera de él. En la vida. Para unos es el fin de sus vidas. Para otros es la cruz. He aquí reflejadas dos posturas contrapuestas en Internet en dos jóvenes, chica y chico:

«Según tú para poder tener relaciones sexuales se debe estar casado, por que si no, uno fornica. Por Dios, ¿ tú te das cuenta lo que dices?. Dios nos hizo seres libres y pensantes, también sentimos y no necesariamente debemos pedirle a un sacerdote que nos case delante de Dios y dentro de una iglesia. Para amarse sinceramente no es necesario tener la bendición de un sacerdote y haber jurado ante Dios respetar el sacramento del matrimonio. Solo se necesita amor para entregarse a alguien, y Dios es amor, por lo tanto no hay nada pecaminoso!».

El chico replica: Te has hecho un Dios a tu medida, amoldado a tu propio gusto y conveniencia, y, en contra de los Evangelios. Niegas que la fornicación sea un pecado, es más, vienes a decir que es una barbaridad afirmar que sea pecado.. Naturalmente, una chica con semejante mentalidad no interesa como esposa; da igual lo guapa que sea y la posición social y económica que pueda tener, porque no ofrece al cónyuge o marido (tu dirías «pareja») ninguna garantía de fidelidad y estabilidad: si fornicar no es pecado, entonces el adulterio tampoco; y si todo lo amoldas a tu conveniencia, ¿qué te impediría abandonar al cónyuge para irte con otro?. Poco te costaría justificarlo a tu manera. El destino del pobre idiota que se «arrejunte» contigo terminará abandonado (o divorciado, si se llegasen a casar)…, y en cualquier caso perderá el tiempo”.

El tema está abierto a todos. Reflexiona y toma partido según tus convicciones.

MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN

Una ampolla de sangre de Juan Pablo II

Este domingo 1 de mayo en el Vaticano

Una ampolla de sangre de Juan Pablo II será la reliquia a venerar tras su beatificación

Durante sus últimos días los médicos le extrajeron sangre por si necesitaba una transfusión. Al no utilizarlas se conservó en pequeños recipientes.

Actualizado 27 abril 2011

Rome Reports

Durante la ceremonia de beatificación se entregará al Papa una reliquia con sangre de Juan Pablo II. Estará dentro de un relicario preparado por el Vaticano. Durante los últimos días de Juan Pablo II los médicos le extrajeron sangre al Papa por si necesitaba una posterior transfusión. Al no utilizarlas se conservó en cuatro pequeños recipientes.

Su secretario personal, el ahora cardenal Stanislaw Dziwisz guardó dos de estas muestras, mientras que las otras dos quedaron en el hospital Bambino Gesù de Roma, que pertenece al Vaticano.

La sangre se encuentra en estado líquido porque en los recipientes se introdujo un compuesto anticoagulante.

Comunicado de la Oficina de Información de la Santa Sede

La reliquia que será expuesta a la veneración de los fieles, con motivo de la beatificación del papa Juan Pablo II, es una pequeña ampolla de sangre, engarzada en el precioso relicario, que la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice ha encargado para esta ocasión.

Es oportuno explicar brevemente, aunque con precisión, el origen de esta reliquia.

En los últimos días de la enfermedad del Santo Padre, el personal médico encargado realizó tomas de sangre para ponerlas a disposición del centro de transfusiones del Hospital Niño Jesús, en caso de necesidad de una posible transfusión. Este centro, dirigido por el profesor Isacchi, era el encargado de este servicio médico para el Papa.


Sin embargo, no fue necesario realizar ninguna transfusión y la sangre se conservó en cuatro pequeños contenedores, dos de los cuales quedaron a disposición del secretario particular del Papa Juan Pablo II, el cardenal Stanislaw Dziwisz, y los otros dos se conservaron en el citado hospital, devotamente custodiados por las religiosas de este centro. Precisamente éstos son los que han sido colocados en dos relicarios.

Uno será presentado a la veneración de los fieles, con motivo de la ceremonia de beatificación , del 1 de mayo, y luego se conservará en el relicario custodiado por la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, junto con otras importantes reliquias. El otro se devolverá al hospital pediátrico romano del Niño Jesús, cuyas religiosas –como se ha explicado– habían custodiado esta preciosa reliquia durante estos años. La sangre se encuentra en estado líquido, lo que se explica por una sustancia anticoagulante, presente en las probetas en el momento de la extracción.

“Sellar el amor”

No es lo mismo “hacer el amor” que “sellar el amor”.

Sophia

Actualmente lo que todo el mundo entiende por “hacer el amor” significa “hacer sexo”.

El abuso del término “hacer el amor” como simple acto sexual, ha vaciado de contenido real el verdadero significado de la palabra “amor”,  convirtiéndose la frase en un vulgarismo semántico, que principalmente sólo da sentido a cualquier acto sexual humano sin más trascendencia ni compromiso.

Entonces las personas que se quieren y se aman debieran diferenciar sustancialmente sus  comportamientos y conductas sexuales, que marquen la diferencia entre los que sólo “hacen el amor” y los que “sellan el amor”.

Hay determinados  comportamientos sexuales habituales, que transforman nuestros comportamientos con el otro en cuanto a lo que se refiere a compartir  nuestra intimidad sexual y conyugal.
La deliberada y continuada actitud hacia el amor que se basa en maneras  de individuación sexual, lleva en la mayoría de los momentos a la esterilidad física,  provocando a medio y/o largo plazo esterilidad  afectiva.

Determinadas rutinas de comunicación afectivo-sexual, van haciendo que ciertas conductas y sus intenciones permanentes, nos van transformando y conformando determinadas actuaciones íntimas que si en un momento dado uno se parara a reflexionar sobre ellas, puede encontrarse con acciones personales que desvirtúan el verdadero sentido y objetivo de como manifestar nuestro amor al otro de manera transparente, desinteresada,  y sólo por amor.

“Hacer el amor” tal y como hoy se entiende, puede no exigir comunicación interpersonal alguna, que te haga salir al encuentro del diálogo con el otro y quedarte sólo con uno mismo y tus propias apetencias sexuales.
“Sellar el amor” exige saber amar bien al otro -no sólo con el cuerpo sino también con la cabeza, y el corazón- comunicando con hechos tus pensamientos y tus más profundos sentimientos, y también obligándote a una permanente comunicación, necesaria entre el cariño y  la atracción , el placer y la posible y potencial  fuente de  transformación de 2 en 3.

El entregarte por amor a otro de manera fragmentada físicamente, convierte tus acciones en un lugar de paso hacia el desahogo, donde en el espacio de  “hacer el amor” solo hay hueco disponible para uno y a veces para dos…

pero donde se suelen excluir primero -algunas de las consecuencias que se producen de ese  amor pleno y global

y segundo y no menos importante que el primero -la intención profunda del reposo y la contemplación en el otro-

para así  concelebrar y “sellar el amor” para siempre.

Cada acto sexual no es en sí  mismo superfluo ni banal, sino que  forma parte del plan global de la intimidad de cada vida, cada matrimonio y cada familia.

El amor tiende a unir a los que se aman.

Uno por amor tiende a transformarse en el otro, pero  no solo afectiva sino físicamente también.

En definitiva, al “sellar el amor” de manera permanente y  no esporádica y  en función no sólo de uno sino del proyecto familiar de dos que se autoeligieron  libremente y para siempre forma una  parte importante de una buena comunicación conyugal.