Mensajes en Garabandal España

viernes 27 de agosto de 2010

Conchita González

Vidente de Garabandal

Las fechas del Aviso y el Milagro.

Todo el mundo se pregunta cuando viene el Aviso y el Milagro. Lo cierto es que solo Conchita conoce la fecha del Milagro, ya que la Virgen le dijo que será un jueves y le dijo también el día, el mes y el año para que lo anunciase al mundo ocho días antes.

Sobre esto ha habido confusión ya que se ha dicho que más gente sabe por ella la fecha del Milagro, pero no es así, lo más que ella ha dado conocer privadamente son circunstancias del día del Milagro, como el acontecimiento muy importante para la Iglesia que coincidirá con la fecha del Milagro y que el Papa verá el Milagro desde donde esté.

Todo lo que oigas sobre fechas que se vienen dando no son ciertas. La Virgen dijo que habrá permiso oficial para que los Sacerdotes, Religiosos y Religiosas suban a Garabandal, un tiempo antes del gran día del Milagro.
La Virgen María dijo que, antes del Milagro, el Obispo que esté en Santander, recibirá una prueba personal para que dé permiso Oficial a los Sacerdotes de subir y en esas fechas se retirarán todas las notas negativas. Urge mucho que se haga la Oración y Penitencia que tanto nos pide la Virgen María en sus Mensajes.

El santo sacerdote estigmatizado Padre Pío de Pietrelcina conocía personalmente las Apariciones de Garabandal de sus conversaciones personales con la Virgen María y escribió en vida a Conchita diciéndole entre otras cosas «no creerán en vuestras Apariciones y cuando crean será demasiado tarde».

Ya en 1965 el Arcángel San Miguel dijo «la Copa está ya rebosando», por los pecados del mundo, señal apocalíptica que hizo decir a la Virgen que «no esperamos el Castigo, pero sin esperarlo vendrá si no se deja de ofender a Dios», y para evitarlo, Dios nos enviará el Aviso y el Milagro.
El Aviso viene para purificarnos y prepararnos para el día del Milagro, como decía la Virgen María «a los buenos para acercarlos más a Dios, a los malos para advertirles que ya viene el Fin de los Tiempos» y como advertencia de los terribles sucesos que se avecinan para el mundo, especialmente si después del Milagro el mundo no cambia y que las niñas videntes lo vieron en la inolvidable «noche de los gritos».

El Milagro viene para ayudar al mundo a convertirse ya que ante Dios y Nuestra Madre María nunca es tarde para rectificar, pero si el mundo con esto no cambia, una purificación universal de Origen divino vendrá sobre la tierra, el Castigo.

Conchita dijo que los que queden vivirán para Dios. También dijo la Virgen que poco antes del Milagro muy poca gente creerá en Garabandal y también dijo que el Milagro viene para convertir el mundo entero.

Hay otros signos que la Virgen anunció, uno es que el Milagro coincidirá con un acontecimiento muy importante para la Iglesia, y también la Virgen dijo que vendrá el feliz día en que las Iglesias se unirán, como por contraste hay alusiones a divisiones importantes dentro de la Iglesia. De todos modos es importante que la auténtica Iglesia sea renovada, fiel al Evangelio en vida y obras.

También hay muchas anécdotas personales, como es el caso de Joey Lomangino, el Ciego que dirige uno de los centros de Garabandal en América, a quien la Virgen prometió en los años de las Apariciones que recuperaría su vista el día del Milagro, lo primero que verá con sus nuevos ojos, y como prueba viviente, en su visita al Padre Pío, le devolvió el olfato.

Había perdido los globos oculares y el nervio olfativo en un accidente. Sigue siendo un enigma para los médicos ya que varios de ellos lo examinaron y no tiene el nervio olfativo y sin embargo su olfato es perfecto.

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Fechas posibles del Gran Milagro de Dios y la cercanía del Gran Aviso de Dios… 

Conchita dice: “Como el castigo es muy, muy grande, como lo merecemos, el milagro también es inmensamente grande, como el mundo lo necesita. A mí me ha dicho la Virgen la fecha del milagro y en qué va a consistir y ocho días antes tengo que decirlo a la gente para que venga. El Papa lo verá desde donde esté. Los enfermos que asistan a él sanarán, los pecadores se convertirán, y no quedará duda a quien vea este gran milagro que Dios Nuestro Señor por intercesión de la Virgen hará. Y ahora todos esperando ese gran día del milagro a ver si el mundo cambia y el castigo no viene.”

Parece inevitable pensar que pueda realizarse en el seno de la Iglesia un suceso importante y feliz en el futuro inmediato que no esté relacionado con el Concilio Vaticano II. En este contexto surge una hipótesis: la unidad de las Iglesias, es decir, la reconstrucción de la Iglesia primitiva por la reconciliación de los católicos y ortodoxos. Las niñas de Garabandal llegaron a decir que la Santísima Virgen en repetidas ocasiones les había hablado de la unión de las iglesias y que había que orar y trabajar mucho por este propósito. Somos de la opinión de que el gran milagro de Garabandal que ocurrirá, entre ocho días y doce meses después del aviso, coincidirá un jueves, con el acontecimiento grandioso de la Unidad de las Iglesias, particularmente la Católica y la Ortodoxa.
El milagro ocurrirá en los meses de marzo, abril o mayo, en los días 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14 ó 15; tendrá que ser jueves y que en ese día se celebre la fiesta con un santo mártir relacionado con la eucaristía. Asimismo, Conchita también ha dicho que no será ese día fiesta de la Santísima Virgen, lo que excluye a San Tarsicio, joven mártir de la eucaristía y cuya fiesta se celebra el 15 de agosto, fiesta de la Asunción de María.
De estos datos sólo es posible que el milagro ocurra en algunas de las siguientes fechas:
a. San Estanislao, el jueves 11 de abril (2013)
b. San Hermenegildo, el jueves 13 de abril (2017)
c. San Pancracio, el jueves 12 de mayo (2011) 

Conchita dice: “Como el castigo es muy, muy grande, como lo merecemos, el milagro también es inmensamente grande, como el mundo lo necesita. A mí me ha dicho la Virgen la fecha del milagro y en qué va a consistir y ocho días antes tengo que decirlo a la gente para que venga. El Papa lo verá desde donde esté. Los enfermos que asistan a él sanarán, los pecadores se convertirán, y no quedará duda a quien vea este gran milagro que Dios Nuestro Señor por intercesión de la Virgen hará. Y ahora todos esperando ese gran día del milagro a ver si el mundo cambia y el castigo no viene.” 

Parece inevitable pensar que pueda realizarse en el seno de la Iglesia un suceso importante y feliz en el futuro inmediato que no esté relacionado con el Concilio Vaticano II. En este contexto surge una hipótesis: la unidad de las Iglesias, es decir, la reconstrucción de la Iglesia primitiva por la reconciliación de los católicos y ortodoxos. Las niñas de Garabandal llegaron a decir que la Santísima Virgen en repetidas ocasiones les había hablado de la unión de las iglesias y que había que orar y trabajar mucho por este propósito. Somos de la opinión de que el gran milagro de Garabandal que ocurrirá, entre ocho días y doce meses después del aviso, coincidirá un jueves, con el acontecimiento grandioso de la Unidad de las Iglesias, particularmente la Católica y la Ortodoxa.

El milagro ocurrirá en los meses de marzo, abril o mayo, en los días 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14 ó 15; tendrá que ser jueves y que en ese día se celebre la fiesta con un santo mártir relacionado con la eucaristía. Asimismo, Conchita también ha dicho que no será ese día fiesta de la Santísima Virgen, lo que excluye a San Tarsicio, joven mártir de la eucaristía y cuya fiesta se celebra el 15 de agosto, fiesta de la Asunción de María.


De estos datos sólo es posible que el milagro ocurra en algunas de las siguientes fechas: 

a. San Estanislao, el jueves 11 de abril (2013) EL AVISO PUEDE OCURRIR EN EL 2012

b. San Hermenegildo, el jueves 13 de abril (2017) EL AVISO PUEDE OCURRIR EN EL 2016

c. San Pancracio, el jueves 12 de mayo (2011) EL AVISO PUEDE OCURRIR A FINALES DEL 2010 o comienzo 2011

En conclusión, cada vez está más cerca el desarrollo de los grandes acontecimientos del final de los tiempos y la grandiosa venida de NUESTRO SEÑOR JESUSCRISTO…

Mari Loli la Vidente de Garabandal

Se ha modificado este post con la inclusión de un pequeño artículo del Garabandal Journal.

Mari Loli Lafleur (1949-2009) «UNA MUJER DE FE»

Por Harry Hanratty

Publicado originalmente en el ‘Garabandal Journal’ edición de marzo-abril de 2009. Tomado de: The Workers od Our Lady – Canada

Ella aceptó la voluntad de Dios en todo lo que tuvo que soportar en esta vida.

Garabandal, destinado a ser conocido mundialmente, era un lugar muy pobre y apartado cuando Mari Loli vio su primera luz el 1 de mayo de 1949. Ella fue uno de ocho hijos de Ceferino Mazón, presidente de la Junta Vecinal de San Sebastián de Garabandal, y su esposa Julia González. Ellos atendían una taberna en la planta baja de su vivienda.

Loli no era distinta de las demás niñas de su edad en la aldea hasta ese profético día del 18 de junio de 1961, cuando formó parte del grupo de cuatro niñas escogidas para participar de las visiones de Nuestra Señora y de San Miguel. Durante estas visiones la Virgen enfatizó la importancia de orar por los sacerdotes, y Loli, en mayor medida que las demás, parecía tener una vocación especial a este respecto. Su madre recuerda una de estas visiones: “Estábamos las dos solas cuando entró en éxtasis, ¡cómo lloró esa noche!, ¡cómo lloró esta criatura, Dios mío, y cómo sufrió! Nuestra Madre Santísima le dijo que rezara mucho por los sacerdotes y que debía hacer muchos sacrificios por ellos. Muchos sacerdotes van por el camino de la perdición, las cosas estaban mal y eso era algo que no me gustaba escuchar. Para mí los sacerdotes representaban lo más sagrado en el mundo y ¿escucharía lo que mi hija estaba diciendo?” Posteriormente Loli diría que el rezar por los sacerdotes y hacer sacrificios por ellos eran de las cosas más importantes que haría durante su vida..

Después que las visiones terminaron para ella en enero de 1963, comenzó a experimentar locuciones, la única de las niñas, junto con Conchita, que las tuvo. Ella las describía como comunicaciones interiores ya sea con Jesús o con María. En las últimas que tuvo con la Santísima Virgen le fue recordada la necesidad de rezar por los sacerdotes: “… La Virgen me hizo capaz de saber cuando un sacerdote estaba en pecado. Ella me ayudó a comprender que ellos necesitan muchas oraciones y sacrificios. También me hizo comprender la Crucifixión en la santa misa, de tal manera que entendiera la humildad y el sacrificio por el mundo”.

1961 De izquierda a derecha: Conchita, Mari Cruz, Mari Loli y Jacinta. 1962 Con Fr. Ramón Andreu

El 13 de octubre de 1963 ella escribió a Fr. Luis Retenaga acerca de una locución que recién había tenido de Nuestra Señora, en la cual Mari Loli le pedía una cruz de sufrimiento por los sacerdotes. La Virgen le respondió que podía ser cualquier carga que se llevara con paciencia y con humildad. En esta locución, quizás por primera vez, Loli comprendería acerca de las pruebas que tendría que soportar durante su vida. Y de nuevo le fue recordada la necesidad de rezar por los sacerdotes:

“¿Moriré pronto?”

“No. Tendrás que permanecer en el mundo para sufrir, en cualquier lugar que te hallares, sufrirás.”

“¡Permite que mis padres crean!”

“Ellos no creen, de tal manera que tu tendrás que sufrir aún más, sufrir con paciencia.”

Ella también me dijo, “Reza el rosario todos los días, reza por los sacerdotes ya que ellos son los que más sacrificios necesitan todos los días”.

“¿Por qué mis padres no creen?”

“Porque tienes que sufrir, tienes que sufrir mucho en este mundo”.

“¿Qué sacrificios debo hacer?”

“Debes ser más obediente”.

En otra locución cuya fecha es del 7 de febrero de 1966, Nuestra Señora de nuevo describió a Loli los sufrimientos que le esperaban. Ella escribió:

“Tuve una locución con la Santísima Virgen, ella me dijo que yo tendría que experimentar una gran cantidad de sufrimientos en este mundo, que tendría muchas pruebas que me harían sufrir mucho… Le pedí que diera a mi padre una prueba de las apariciones para que también creyera, ella me dijo que estaba muy complacida con mis sacrificios, pero que tenía que mejorar cada día y mortificarme en todas las cosas, que debía rezar el rosario todos los días como lo había hecho hasta el momento, ya que es una devoción que le agrada mucho, que nos ama mucho a todos y que desea que todos seamos muy buenos para que pronto nos reunamos en la gloria celestial con ella.”

1965 Yendo al valle para comprar provisiones para la taberna. 1966 Loli a la izquierda con Jacinta y el Padre Luis Luna en Zaragoza, donde las dos videntes asistían a la escuela. 1970 En Garabandal.

El padre de Loli falleció el 4 de junio de 1974 y aparentemente recibió la señal en su lecho de muerte, que había pedido, que confirmaba la veracidad de las apariciones, como se describe en el libro “Se fue con prisas a la montaña” [del P. Eusebio García de Pesquera O.F.M.].

Dudas

Según el diario de Conchita, en los primeros días de las apariciones la Virgen les dijo que ellas manifestarían dudas acerca de las visiones, cuando Loli escuchó esto, respondió: “¿Cómo diremos que no te hemos visto si te estamos viendo ahora mismo?” Pero esto sucedió a principios de 1963.

En 1966, Loli y Jacinta fueron inscritas en un internado de Zaragoza y fue allí, después de su última locución con Nuestra Señora, que se recrudecieron las dudas que habían comenzado unos años antes, así lo narró Fr. Francis Benac, SJ en 1978: “Comencé a sentir que todo era una mentira y que estaba engañando al mundo entero, me dije, ¿cómo puedo explicar todo esto?, por un lado me sentía avergonzada, mientras que por otro me sentía triste por lo que sentiría y dijera mi familia. Me sentía con remordimientos de consciencia porque sentía que había cometido un grave pecado y me preguntaba que me pasaría si muriera en ese instante, iría al infierno. En tal estado oré toda la noche, ‘Señor ayúdame a confesar mis pecados’. Durante esos días los estudiantes hicieron un retiro y como sabe Ud., al final todos se sentían muy felices, cantando y escribiendo sobre su hermosa experiencia espiritual. Pero me dije, ‘que afortunados son al hallarse en estado de gracia, mientras yo estoy en pecado mortal’. Tuve que confesar que no vimos a la Virgen, ‘en una noche insomne, lloré y lloré pidiendo a Dios que me ayudara a confesar todo esto’.”

La mañana siguiente pidió a la Madre Superiora ver al Padre Luis Luna, quien había propugnado para que ella y Jacinta se enrolaran en la escuela, cuando Fr. Luna llegó, encontró a Loli en el salón con el rostro bañado en lágrimas.

Después de haberle confesado que no había visto a Nuestra Señora y que había inventado todo, Fr. Luna, quien había sido testigo de las apariciones, era consciente de que las visionarias de apariciones tan acreditadas como las de Lourdes, Fátima y Pontmain habían experimentado dudas de sus visiones, no obstante, para facilitarle el alivio a Loli, le dio la absolución y la gran penitencia de un Ave María. Loli supo que el Padre no había tomado en serio lo que dijo, pero se sintió en paz por haber confesado todo. Las dudas persistieron y cuando regresó a Garabandal, dijo al nuevo cura, Fr. Olano, que deseaba ver al obispo para decirle que era mentira lo que le había dicho, incluso firmó una declaración donde expresaba que no había visto a Nuestra Señora, su padre que la había acompañado se negó a firmar. Jacinta y Conchita también firmaron similares declaraciones aunque posteriormente se retractaron de sus negaciones.

Loli dejó el internado de Zaragoza y regresó a su aldea, en donde no estaba segura de lo que diría cuando la gente la interrogara sobre las apariciones. Pero mientras estuvo con Mercedes Salisachs en Barcelona de 1969 a 1971 para estudiar labores secretariales y de oficina, inglés y francés, tuvo un director espiritual. Ella le pidió le dijera qué hacer, él le respondió que debía hablar sobre las apariciones ya que esa misión Dios se la había confiado a ella.

1973 Bailando con Bill Henry en la recepción de la boda de Conchita en donde Loli fue una de las damas de honor.

Loli llegó por primera vez a Estados Unidos en 1972 por invitación de María Saraco, una bien conocida promotora del Mensaje de Garabandal, quien al tiempo vivía en Brockton, Massachusetts. Loli acompañó a María en algunas de sus conferencias, pero nunca dijo o hizo nada, excepto al ser saludada por sus admiradores. Posteriormente, sin embargo, accedió libremente a entrevistas a Fr. Joseph Pelletier, AA (a principios de los años 70), la revista Needles (1975), Fr. Benac, SJ (1978), revista Garabandal (1982), Fr. Jerome Palmer, OSB (1984). En varias ocasiones en la década de los 80 asistió al Seminario sobre Garabandal fundado por Regina Goodyear en Columbus, Ohio. Apareció en la televisión española y asistió en 1991 a la Conferencia Australiana sobre Garabandal con toda su familia.


Francis y Mari Loli

En 1974, Loli casó con Francis Lafleur a quien conoció en una de las Horas Santas de María Saraco, desde ese momento, ella y Frank, un devotísimo esposo, vieron a su familia crecer. Primero vino un varón, Francis, y después dos niñas, Melanie y María Dolores.

Hasta este momento de su vida, Mari Loli tuvo que haber compartido su sufrimiento por las dudas y otras pruebas y, como cualquier otra buena madre, las ansiedades de sus hijos en sus diferentes edades en un mundo como el de hoy. Sin embargo, a finales de la década de los 80, la profecía de Nuestra Señora sobre sus sufrimientos tomó un nuevo impulso al diagnosticársele lupus, una enfermedad descrita como “una inflamación crónica que ocurre cuando el sistema inmune del cuerpo ataca sus propios tejidos y órganos”.

Su lupus ya era bastante serio, pero en 2001 le vino algo peor, posiblemente ocasionado por el lupus, al diagnosticársele fibrosis pulmonar, una enfermedad que se manifiesta por el reemplazamiento de tejido sano de los pulmones por tejido más grueso, reduciendo la capacidad de los pulmones para transferir oxígeno al torrente sanguíneo. En esta etapa de la enfermedad de Loli su expectativa de vida era de 5 a 7 años. Es necesario mencionar que este fue un golpe demoledor para toda la familia. En sus últimos meses, ella se desplazaba en una silla de ruedas y utilizaba máscara de oxígeno la mayor parte del tiempo y tenía frecuentes episodios de tos. Con la garganta lastimada y la lengua seca sólo podía comer muy poco, además de sus pastillas para la tos…

Una hija de la Iglesia

Loli fue una verdadera hija de la Iglesia que observaba todas sus normas. Se me ha dicho que asistía a misa todos los días y comulgaba cada vez que podía. En una de sus locuciones, la Santísima Virgen le pidió rezar todo el rosario cada día y lo hizo por mucho tiempo hasta que relajó esta práctica. Dijo a Fr. Benac en la entrevista de 1978: “Reflexionando ahora sobre el particular, parecería que Nuestra Señora debió haber dicho para sí misma: ‘Esta niña no podrá manejar la situación por sí sola, será mejor que le envíe a alguien que la ayude para satisfacer mi pedido’.” Cuando conoció a Frank ella se percató que había estado rezando los quince misterios del rosario diariamente y así continuó haciéndolo durante su matrimonio.

1978 Loli con Frank, Jacinta y Jeff Moynihan en el Seminario de Columbus Ohio. 1987 Con la Madre Santa Teresa de Calcuta. 1988 Reunión con Juan Pablo II. 1991 En Australia con Frank, Francis, Melanie (de anteojos) y María.

Loli estaba a favor del movimiento pro-vida y a pesar de su lupus, se trasladó a Washington, D. C. en ocasión de una marcha por la vida.

Doquiera que hacía acto de presencia público para fomentar los acontecimientos sobrenaturales de Garabandal, ella siempre permiso para hacerlo al obispo de Santander, Juan Antonio del Val Gallo, con quien siempre tuvo una relación cordial. En 1982, cuando él estaba en el hospital de Santander convaleciente de un tratamiento para el cáncer de próstata, ella fue a visitarle y para obsequiarle uno de los últimos crucifijos que quedaban, conseguido por su madre, besado por Nuestra Señora en Garabandal.

1990s Julia, la madre de Loli, quien falleció el 18 de octubre de 1997. En la inserción Ceferino, aproximadamente en 1965.2001 En su antigua casa de Garabandal. En la inserción con su hermana Sari.2004 En Garabandal con unos visitantes australianos.

Loli era abnegada, cuando María Saraco sufrió un derrame cerebral masivo durante una visita a España en 2003, Loli, olvidándose de su propia condición física, voló a España y se hospedó durante un mes cerca del hospital donde estaba María, para acompañarla.

Mantuvo su secreto

Loli fue la única de las cuatro videntes en saber el año del Aviso, y mientras vivió nunca dijo que no podía revelarlo, pero ella sentía que no debía hacerlo. Esto le debió haber sido inspirado desde lo alto, ya que no pudo haberlo hecho sin revelar la proximidad del Milagro, ya que ambos eventos están separados por un año, cosa que sabemos por Loli. Ella confiaba hasta el final en mantener su secreto como incógnito, e incluso en una locución de 1966 se le dijo que olvidaría todo lo referente a las apariciones, pero ella nunca olvidó el año del Aviso.

Ella fue un extraordinario recurso para la causa del Movimiento de Garabandal, sólo siendo ella misma: amable, siempre con una sonrisa, adaptable, sincera y humilde. En la conferencia australiana, a ella y a Jacinta, quienes tenían crucifijos besados por Nuestra Señora en Garabandal, se les pidió que los sostuvieran de modo que las personas pudiesen besarlos, para lo cual formaron dos largas filas. Loli accedió pero era evidente su incomodidad por ser el foco de atención.

En cada aspecto de la vida ella era perfectamente normal y disfrutaba las llamadas telefónicas con Conchita y Jacinta, me pregunto quién pagaba las cuentas por llamadas de dos horas de larga distancia.

Una vez dijo a María Saraco que donde quiera que se encontrara y sentía que estaba al borde de sus sufrimientos, “la Santísima Virgen venía con una pieza de caramelo para mí”, queriendo decir que la consolaba y apoyaba en sus pruebas. Pero Loli no se quejaba de su enfermedad, Jane Pigott, quien fue una de las amigas más cercanas de Loli, acostumbraba llamarla por teléfono regularmente, me dijo que Loli, ya hacia el final, nunca habló de su condición física y sólo después de unas suaves lisonjas se abría un poco, como cuando le dijo a Jane que sentía dolor cuando hablaba, Jane inmediatamente ofreció cortar la comunicación, pero Loli no lo permitió porque disfrutaba oír su voz, esta conversación terminó cuando Loli sufrió un episodio de tos.

Durante la última aparición en Garabandal, el 13 de noviembre de 1965, Conchita pidió a la Santísima Virgen sostener al Niño Jesús en sus brazos: “soy tan feliz cuando los veo a los dos, ¿por qué no me llevan ahora mismo con ustedes al cielo?” Ella pudo haber hablado por todas cuando dijo eso, y no es del todo sorprendente cuando una vez Loli dijo a María Saraco: “que estaba viviendo por el día que murió”.

Nuestra Señora una vez le dijo que quería que fueran muy buenas para que pronto se reunieran con ella en la gloria celestial. Tenemos muchas razones para pensar que Mari Loli ya está ahí, viendo por su amada familia, desde lo alto.

Traducción de Alejandro Villarreal de bibliaytradicion.wordpress.com

 

¿Nos queda mucho o poco tiempo?

Actualizado 4 abril 2011

Nadie, absolutamente nadie, sabe el tiempo que le queda de viva en este mundo. Y sin embargo a nadie le gusta pensar en esta realidad, ligada al momento en que abandonaremos este mundo. Se vive de espaldas a la realidad. Una realidad totalmente real, valga la redundancia, para el que es creyente y una realidad irreal para el que carece de fe. Los planteamientos personales en ambos casos son diferentes.

La actitud humana frente a esta cuestión, se sea creyente o no, varía mucho en función de la edad que se tenga, a un niño, a un adolescente o a un joven, el tema, tal como ellos dicen: me resbala. Es en la madurez, cuando se empieza a pensar algo en esto, y cada vez se va pensando más sobre todo en la senectud y si esta está avanzada en un creyente de verdad, en cierto modo se vuelve a la niñez, como en tantas otras cosas y el tema empieza a resbalarle también, pues lo tiene tan asumido que sus maletas hace tiempo que están ya preparadas y esperando en el hall de su casa. Y ello es debido a que el transcurrir de la propia vida hacia las sombras de la ancianidad, al decaer su éxito y al disminuir el esplendor de su vida, se hace uno más consciente de la inmensa belleza de la vida interior.

Cuando uno se plantea esta pregunta, se tenga la edad que se tenga, si se está sano, nadie tiene en cuenta, las posibilidades que nos acechan, de que el tiempo se acorte inesperadamente por cualquiera de las tres fatídicas “C”, cáncer, corazón o carretera. Todos echamos mano de las estadísticas de esperanza de vida en nuestro país, y sobre la cifra resultante, aun inconscientemente, le añadimos un plus de más por nuestra cuenta, pues pensamos que estas estadísticas se refieren a todo el periodo de vida desde que se nace, y nosotros ya hemos sorteado muchos peligros, pues en la medida en que se envejece, quedan atrás muchas clases de enfermedades que ya no es posible que nos ataquen.

Dicho todo lo anterior en otras palabras, nos agarramos a esta vida como a un clavo ardiendo, incluso aunque seamos creyentes y por fe, sepamos que lo que nos espera, es mucho mejor que lo que tenemos aquí abajo. ¡Vamos! Que nos aplicamos aquello de que: Más vale pájaro en mano que ciento volando. La raíz de todo esto, es que carecemos de una autentica fe, decimos y nos creemos que tenemos fe, porque nos limitamos a cumplir raspando los Mandamientos de la ley de Dios, vamos a misa los domingos, ¡bueno algún domingo no!, porque se me han complicado las cosas, pero en general si voy.  Incluso con mayor o menor frecuencia también buscamos las gracias sacramentales, y por razón de todas estas migajas que le ofrecemos al Señor, nos creemos con derecho a entrar en el Reino de los cielos. Entrar, puede ser que entremos, pero más por la misericordia del Señor, que por nuestros méritos actuales.

Desde luego que nadie de nosotros sabemos el tiempo que nos resta, ojalá sea mucho, para los que esto leen, porque sea el que sea hay que saber aprovecharlo y sacarle jugo. Y el jugo se encuentra en el fomento de nuestra vida interior o espiritual, ella es la única que lucha contra las apetencias de nuestro cuerpo y quiere bajarnos del pedestal que nos hemos creado y al cual sin darnos cuenta nos hemos subido.

Pero como antes ya decíamos, el avance de la edad en la persona determina un mayor interés en el desarrollo de su vida interior. En la senectud, se piensa más y el ser humano se hace más reflexivo.

Pero el tiempo que nos quede es muy fundamental para el desarrollo de la vida interior, tanto como sino nos hemos ocupado antes de desarrollarla, como si no lo hemos hecho. La vida espiritual, necesita tiempo mucho tiempo y en función del amor que pongamos en su desarrollo y del tiempo de que dispongamos, así serán los resultados finales. Escribe Fdz. Carvajal diciendo: “La vida interior, necesita tiempo, crece y madura como el trigo en el campo”. Por ello, al que ha tomado plena conciencia de la necesidad que tiene, de encontrar al Señor dentro de sí, la falta de tiempo le agobia. San Agustín escribía: ¡Tarde te hallé! Estabas dentro de mí y yo te buscaba fuera. Hallar al Señor dentro de uno, es identificarse plenamente con Él es poder llegar a exclamar gozoso, la frase de San Pablo: “Vivo yo, más no soy yo, sino que es Cristo quien vive en mi” (Gal 2, 20). Y esto entre otras cosas requiere tiempo.

En el ejercicio y desarrollo de la vida de la vida interior, se puede llegar a alcanzar el don de la contemplación, que nos abre el camino para la vía unitiva con el Señor, pero tal como escribe Thomas Merton: “En verdad no se concederá la contemplación a aquellos que voluntariamente se alejen de Dios, que reduzcan toda su vida interior a cumplir con rutina unos cuantos ejercicios de piedad y actos externos de adoración y servicio, llevados a cabo como un deber. Estas personas procuran evitar el pecado y respetan a Dios como a un amo, pero su corazón no le pertenece, pues no está realmente interesado en Él, si no es con la intención de asegurar el cielo y evitar el infierno, pero en la realidad de los hechos, sus mentes y sus corazones están absorbidos en sus propias ambiciones, preocupaciones, comodidades, en sus placeres y en todos sus intereses, ansiedades y temores mundanos. Invitan a Dios a entrar en sus interioridades confortables solo para que les resuelva las dificultades y les otorgue sus recompensas”.

Pero la vida espiritual de una persona es mucho más. El Abad cisterciense Eugene Boyland, nos escribe: “Toda la vida espiritual es un reemplazamiento gradual del ser propio, por Dios, siempre naturalmente dejando nuestra propia identidad personal intacta. Según prospera este reemplazar lo humano por lo divino, aumenta la fuerza a nuestra disposición, y las posibilidades de un avance mayor crecen a cada paso. Por eso todo lo que tenemos que hacer es concentrarnos en el primer paso y nunca considerar la dificultad del próximo.

Esto es lo que Dios hace en la vida espiritual. Porque la vida espiritual es una conspiración de amor, en la que Dios y el hombre están unidos para destruir a nuestro “hombre viejo” para hacer todas las cosas nuevas en Cristo, para restablecer todas las cosas en Él; en una palabra, para volvernos a modelar según el deseo del corazón de Dios.

La regla de conducta, pues, para el católico que quiere vivir la plenitud de su vida es buscar a Cristo y estar unido a Él, por la diaria oración lectura y meditación, por el uso frecuente de los sacramentos, especialmente el de la Santísima Eucaristía y por el cumplimiento de la voluntad de Dios. No es necesario un programa más elevado para alcanzar la santidad. Cualquiera de quien se pueda decir al final de su vida, “hizo la voluntad de Dios”, es perfecto.

Pero podemos dejar de decir, que donde quiera que se trate de Cristo en la vida espiritual, allí se encuentra también María. Y a ella, madre amorosa nuestra, que acoge, guía y protege al que se lo solicita, es a donde hemos de acudir, si queremos encontrar un buen atajo en nuestro caminar al encuentro con el Señor, dentro de nuestra vida espiritual.

En definitiva, lo que el hombre debe de buscar en el desarrollo de su vida espiritual, es una verdadera identificación con Cristo, que mora en nuestro interior, desde que fuimos bautizados, si es que vivimos en amistad y gracia de Él. De esta identificación nos dice Jean Lafrance que: Es interior, es decir, se sitúa más allá de la vida moral, de la conciencia, de los sentimientos y de las facultades de conocimiento y voluntad. Es ante todo la invasión de nuestro ser por la persona de Jesús. Y la última etapa de la vida espiritual es con mucho la más bella, pero también la más misteriosa, pues aparece como un sumergirse de todo el ser en Dios”.

Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.

–        Libro. LOS DESEOS HUMANOS. Isbn. 978-84-613-1629-8

–        Libro. RELACIONARSE CON DIOS. Isbn. 978-84-612-2058-8.

–        Importancia de la vida espiritual. Glosa del 07-03-10.

–        Nuestra vida íntima. Glosa del 06-01-11

–        La caída del pedestal. Glosa del 20-10-10

–        Nuestro pedestal. Glosa del 04-10-09

–        Nadar o andar por la orilla. Glosa del 06-10-09

–        Éxito humano. Glosa del 02-06-10

Armas contra el diablo

El porqué de las posesiones: «El demonio es como un coche de lujo y nosotros somos la gasolina»

Mientras el padre Nanni, italiano, contaba su experiencia, Monseñor Mottet, norteamericano, contaba la suya: un caso grave al mes.

Actualizado 3 abril 2011

C.L./ReL

Este fin de semana se clausuró en Roma un curso sobre exorcismo y satanismo organizado por la Universidad Regina Apostolorum y con el patrocinio de las Congregaciones del Culto Divino y del Clero. Objetivo: incrementar la formación de personas ya formadas y con experiencia, en un «combate espiritual» del que, según Marvin Mottet, exorcista oficial de la diócesis de Davenport (Iowa, Estados Unidos), «hemos perdido la noción».

Monseñor Mottet tiene ochenta años y está retirado de todo menos de su lucha contra el demonio. Afirma que se encuentra con un caso «serio» de posesión al menos una vez al mes, pero que ve a diario numerosos casos de personas afectadas de una u otra forma -la mayoría, mediante casos claros de tentación- por el ataque de Satanás.

Además de profundizar en la naturaleza de la posesión y en las armas contra ella (los sacramentos y la oración, sobre todo el Santo Rosario, se señaló en el curso) con la ayuda de psiquiatras y psicólogos que colaboran con los párrocos en el discernimiento de cada caso, los sesenta participantes estudiaron el crecimiento de las sectas satánicas, su estructura y su forma de actuación.

Carol Glatz, que cubrió el acto para la agencia CNS, cuenta en su despacho que con los casos que se comentaron en los descansos y en los pasillos daba para bastantes películas del género.

Pero son la excepción. Monseñor Mottet, de hecho, recomendó que no se sobrecargase de trabajo a los exorcistas para que tuviesen tiempo para los casos más difíciles. Uno de los objetivos del curso era impartir a los párrocos conocimientos suficientes para tratar aquellos otros en los que el demonio está de una u otra forma presente, sin llegar a la posesión en sentido estricto.

Una de las intervenciones más interesantes fue la del padre Gabriele Nanni, exorcista de la diócesis de Teramo (Italia), experto en la historia del rito. El cual no debe verse, subrayó, como una «fórmula mágica», porque es sólo el instrumento para que actúe quien verdaderamente lo hace: la misericordia de Dios. «El poder reside en el nombre de Jesús, no en tu voz», advirtió.

El padre Nanni aportó una explicación a uno de los grande misterios de la posesión diabólica: ¿por qué el diablo «pierde su tiempo» con nosotros, al fin y al cabo criaturas inferiores a él por naturaleza?

La razón es que «nos necesita. Es como un coche de lujo que se queda sin gasolina, o como un aparato que se queda sin pilas. A través de nuestros pecados nos utiliza como batería para recargarse».

De hecho, sostuvo, si el diablo parece tener hoy más poder que nunca, es porque hay más pecados que nunca. El franciscano John Farao, capellán de prisiones en la diócesis de Monterrey (California, Estados Unidos), muy permeable al auge de las sectas en México, dijo en este sentido que «no hay un espacio neutral entre la luz y las tinieblas: si abandonas la luz, abres la puerta a las tinieblas».

«Incluso los católicos», añadió el padre Farao, «tienen miedo de creer que el demonio pueda intervenir seriamente en sus vidas. Pocos quieren enfrentarse al hecho de que existe una batalla espiritual que librar. La gente no quiere líos».

La mayor parte de quienes le escuchaban saben, por experiencia propia y no precisamente agradable, que «los líos» existen… y a veces son bastante peores que en las películas.

Cómo hacer cine sin perder el alma en el intento

Los consejos de Ted Baehr

Un «perro viejo» de Hollywood explica cómo hacer cine sin perder el alma en el intento

Con la ayuda de un gran elenco de conocida «gente de fe» de la industria del Séptimo Arte, cuenta qué teclas tocar para hacer películas cristianas.

Actualizado 3 abril 2011

C.L./ReL

Ted Baehr es el fundador de Movieguide, una guía familiar del cine, y buen conocedor del pasilleo necesario para que un proyecto determinado consiga la aceptación de Hollywood y logre salir adelante. Considera que durante muchos años personas muy bien intencionadas han visto fracasar sus proyectos y estafado su dinero por no conocer las teclas que hay que tocar en el complicado mundo de la producción y la distribución.

En particular, directores, productores o guionistas cristianos a quienes, sí, se les brinda la posibilidad de hacer cine independiente y distribuirlo, pero abonando unos anticipos que ni en el mejor de los casos de expectativas de éxito (léase Fireproof, A prueba de fuego, el mayor de los últimos años) resultan razonables.

Para ayudarles, Baehr ha escrito una obra que sale a la venta este martes, How to succeed in Hollywood (without losing your soul), Cómo triunfar en Hollywood (sin perder tu alma), donde da a conocer «todos los escollos, trampas y oportunidades» que presenta la industria norteamericana -y en cierta medida toda la industria cinematográfica de cualquier país, en la medida en que exista y no dependa de la subvención y el amiguismo-.

Baehr ha recurrido a un importante elenco de profesionales a los que califica como «gente de fe» en el Hollywood de hoy, y cuya enumeración demuestra que son muchos, y con mucha influencia, y por tanto es posible servirse de su consejo para, dice, «emplear los dones y talentos dados y ordenados por Dios para hacer contribuciones significativas al mundo del entretenimiento».

Algunas de las personas entrevistadas para el libro son personajes bien conocidos también en España, como John Ratzenberger, el célebre cartero de la serie de humor Cheers. Pero la mayoría trabajan tras las cámaras, e incluso lejos de los platós, como  Richard Cook, presidente de Walt Disney Pictures; Peter Engel, productor de Salvados por la campana; Bill Ewing, ex vicepresidente de Columbia Pictures; Bill Fay, productor de Independence Day o El Patriota; Don Hahn, productor de El Rey León, La Bella y la Bestia o El jorobado de Notre Dame; Brenda Hampton, guionista de la serie de éxito en España en los 70 Vacaciones en el mar; Al Kasha, compositor musical para, entre otras, La aventura del Poseidón; Barry Reardon, antiguo ejecutivo de la Warner Bros; Phil Roman, productor ejecutivo de Los Simpson; Andrew Stanton, guionista de Toy Story o Buscando a Nemo; Chuck Viane, presidente de Buenavista; Randall Wallace, guionista de Braveheart, Pearl Harbour o Cuando éramos soldados, que además dirigió; o Frank Yablans, ex presidente de la Paramount.

Algo saben todos ellos de hacer cine de éxito, y a través de este libro quieren ayudar a que haya también cine de éxito de inspiración cristiana. El resto es ya coger la cámara y empezar a rodar.

«Que se nos conceda reencontrarnos en el paraíso»

A la luz el testamento del prior Christian de Chergé

Un monje asesinado en Argelia a su asesino: «Que se nos conceda reencontrarnos en el paraíso»

La película «De dioses y hombres» reveló los detalles de la vida de los siete trapenses que en 1996 fueron secuestrados y degollados por radicales musulmanes.

Actualizado 4 abril 2011

Zenit

El 26 de marzo de 1996 siete monjes trapenses -cistercienses de la estricta observancia- fueron secuestrados de su monasterio de Nuestra Señora del Atlas, en Tibhirine, Argelia. Murieron degollados el 21 de mayo. Con ocasión del aniversario, la ciudad de Milán acogió la presentación del volumen «El jardinero de Tibhirine» («Il giardiniere di Tibhirine», Jean-Marie Lassausse con Christophe Henning, Cinisello Balsamo, Edizioni San Paolo, 2011). El libro incluye el testamento espiritual (firmado y fechado en Argel el 1 de diciembre de 1993 y en Tibhirine el 1 de enero de 1994; fue abierto el domingo de Pentecostés 25 de mayo de 1996) de uno de los monjes asesinados, entonces prior del monasterio. Ofrecemos el texto íntegro.

* * *

Si me sucediera un día -y podría ser hoy- ser víctima del terrorismo que parece querer involucrar ahora a todos los extranjeros que viven en Argelia, desearía que mi comunidad, mi Iglesia, mi familia, recordaran que mi vida estaba entregada a Dios y a este país. Que aceptaran que el único Señor de toda vida no podría permanecer ajeno a esta partida brutal. Que oraran por mí: ¿cómo podría ser hallado digno de tal ofrenda? Que supieran asociar esta muerte a tantas otras igualmente violentas, relegadas a la indiferencia del anonimato.

Mi vida no tiene más valor que otra. Tampoco menos. En cualquier caso, carece de la inocencia de la infancia. He vivido lo suficiente como para saberme cómplice del mal que, lamentablemente, parece prevalecer en el mundo, y también de aquel que podría golpearme ciegamente.

Llegado el momento, querría tener ese instante de lucidez que me permitiera solicitar el perdón de Dios y el de mis hermanos en la humanidad, y al mismo tiempo perdonar de todo corazón a quien me hubiera golpeado. No podría desear una muerte semejante. Me parece importante declararlo. De hecho, no veo cómo podría alegrarme de que este pueblo al que amo fuera acusado indistintamente de mi asesinato. Sería un precio demasiado alto para la que, tal vez, llamarán la «gracia del martirio» debérsela a un argelino, quienquiera que sea, sobre todo si dice actuar por fidelidad a lo que él cree que es el islam. Conozco el desprecio con el que se ha llegado a rodear a los argelinos globalmente considerados. Conozco igualmente las caricaturas del islam que alienta cierto islamismo. Es demasiado fácil tranquilizar la conciencia identificando esta vía religiosa con los integrismos de sus extremistas.

Argelia y el islam, para mí, son otra cosa: son un cuerpo y un alma. Lo he proclamado bastante, según lo que he recibido de ellos concretamente, encontrando ahí con mucha frecuencia el hilo conductor del Evangelio que aprendí en las rodillas de mi madre, mi más temprana Iglesia, precisamente en Argelia y, ya entonces, en el respeto de los creyentes musulmanes. Evidentemente mi muerte parecerá dar la razón a los que me han tratado a la ligera como ingenuo o idealista: «¡Que diga ahora lo que piensa»;. Pero aquellos deben saber que por fin se liberará mi curiosidad más punzante.

He aquí que, si Dios así lo quiere, podré sumergir mi mirada en la del Padre, para contemplar con él a sus hijos del islam como él los ve, totalmente iluminados por la gloria de Cristo, frutos de su pasión, in-vestidos del don del Espíritu,cuyo gozo secreto siempre seráestablecer la comunión y restablecer la semejanza, jugando con las diferencias.

Por esta vida perdida, totalmente mía y totalmente de ellos, doy gracias a Dios queparece haberla querido toda entera para ese gozo, através y a pesar de todo.

En este gracias, en el que está todo dicho yade mi vida, ciertamente os incluyo a vosotros, am igos de ayer y de hoy, y a vosotros, ami¬gos de aquí, junto a mi madre y a mi padre, mis hermanas y mis hermanos, y a los su¬yos ¡el céntuplo acor¬dado, como se prometió!

Y a ti también, amigo del último instante, que no habrás sabido lo que hacías. Sí: también para ti quiero este gracias y este «a-Dios» por ti previsto. Y que se nos conceda reencontrarnos, ladrones felices, en el paraíso, si así lo quiere Dios, Padre nuestro, tuyo y mío. Amén. Insh´allah.

[Traducción publicada por L´Osservatore Romano]

Testimonio de conversión de Gabriele Kuby

DE LA CULTURA DE LA MUERTE A LA CIVILIZACIÓN DE LA VIDA


Testimonio de conversión de Gabriele Kuby
Gabriele Kuby, escritora, nació en 1944. Vive en Bavaria (Alemania). Es madre de tres hijos. Estudió sociología y participó en la revolución estudiantil del 68. Fue traductora del campo de psicología y esoterismo durante más de veinte años. Ha escrito varios libros sobre la fe, las relaciones interpersonales, la sexualidad y el género.

Gabriele Kuby
En la fiesta de Todos los Santos de 1996, estuve por primera vez en Medjugorje y entonces, por la intercesión de la Virgen, recibí de regalo la conversión. En aquel momento todavía no pertenecía a la Iglesia católica.

El tiempo de búsqueda
Cuando tenía 8 años, por deseo propio, fui bautizada en la iglesia evangélica. Pero con el paso del tiempo mi fe se perdió. Fui miembro del movimiento  estudiantil del año 1968 cuya principal corriente estaba en la ideología comunista, la liberación sexual y el feminismo. Al acabar la carrera de sociología y experiencia laboral de un año en la universidad me fui a dar la vuelta por el mundo en autoestop…
En el año 1973 Dios me regaló dos experiencias con las que me mostró indudablemente que existía. Mi felicidad duró apenas medio año. Dios, muchas veces, nos da una gracia inicial que como un faro nos ayuda a orientarnos. Pero después de eso comienza nuestro propio esfuerzo, en el cual no estamos solos. La Iglesia nos regala todo lo que en ese camino necesitemos, pero mi caminar hacia la Iglesia en esa época había sido impedido por los prejuicios que hoy en día también se nos ofrecen sin
vergüenza, y que vosotros mismos conocéis: las cruzadas, la inquisición, el celibato, el sacerdocio de las mujeres,… por más de veinte años busqué respuestas en el campo del esoterismo y la psicología, pero en esos caminos no se puede encontrar a Dios. Nadie hasta ese momento me había dicho: ven, te haré conocer a Jesús, ven ante el Santísimo.

A la puerta de la Iglesia
El año 1977 conocí a mi futuro marido. Nos enamoramos, empezamos a vivir juntos, tuvimos un hijo, nos casamos por lo civil, tuvimos dos hijos más… y nos divorciamos 18 años más tarde. Eso, hoy, es el orden habitual. ¡Pero es un orden equivocado! Disminuyen las posibilidades de una vida familiar feliz. Hoy sé cual es el orden correcto: enamorarse, conocerse, discernir, comprometerse, discernir más profundamente, casarse, empezar la vida en común, tener hijos. De esa manera crecen las
posibilidades de cumplir con el anhelo del amor y de la familia.  Cuando se fue mi marido, en la Noche Vieja de 1996, me dejó sola y triste con tres niños, los tres
menores de edad, pero una vecina joven llamó a la puerta de mi casa y me dijo: “¡Reza!” Me había traído una novena con grandes promesas de Jesús. Cada oración acababa con las palabras: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra.” Al final de esa novena sabía que iba a ser católica. Las puertas de la Iglesia finalmente empezaron a abrirse para mí…  El libro “Mi camino hacia María” se ha convertido en la lectura diaria en mi camino de paso del espíritu de este mundo al espíritu de la fe. Ese libro ayudó a muchos a que pasen de tantos intentos de autoayuda a Jesucristo, el único Salvador. Hoy me pregunto cómo es posible vivir sin la fe en el
Señor Resucitado.  Seguramente hay gente que ahora está viviendo algo parecido. No dejéis de buscar, porque el que busca, ése encuentra. El Santo Padre dice: los caminos hacia Dios son tantos como las personas. Todos pueden apoyarse en la palabra de Jesús: “Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él  y él conmigo.” (Ap 3,20) Nuestra manera de vivir no nos permite oír esa llamada a la puerta. Quien vive con los tapones en los oídos, quien
llena su vida interior con imágenes de terror y sexo de las que ya no puede deshacerse, quien se narcotiza con alcohol y drogas o va a la cama con un chico o chica encontrados en alguna discoteca, no puede oír la llamada. Y los que no participan en eso, a día de hoy, se sienten como unos extraños.

¿En qué mundo vivimos?
La sociedad en la que habéis nacido, todas esas cosas las tiene por normales. Os dificulta decidiros por el bien, y facilita que os resbaléis hacia el mal. Para una sociedad así la responsabilidad la tiene mi generación, la así llamada “generación del 68”.  Quiero contaros lo que ha sucedido en estos últimos 40 años para que comprendáis en qué tiempo vivís, y también para que abráis los ojos a los demás.  El año 1968, los estudiantes en los países de occidente salieron a las calles para destruir con el mazo de la ideología socialista e izquierdista el fundamento del sistema de valores cristianos. Sus eslóganes eran la lucha contra la familia primitiva, haz el amor y no la guerra, mi seno me pertenece a mí.  Ese era el tiempo en el que Simone de Beauvoir tocaba la trompeta del feminismo radical. Ella afirmaba: “Una persona no nace como mujer, se hace mujer.” Incitaba a las mujeres con eslóganes como: “¡Salgamos de la esclavitud de la maternidad!” Ese era el tiempo de la así llamada liberación sexual. Y ¿Cuáles son las consecuencias? No se ha llegado a ninguna liberación, sino a una sociedad obsesionada con el sexo, la sociedad en la que muchas personas se han hecho esclavos de su instinto sexual y eso lo tienen por libertad. Pero esa no es la libertad. Nos hacemos libres cuando somos lo suficientemente fuertes para hacer lo que hemos conocido como bueno y verdadero.
Mientras tanto, todo ha ido más allá. El desarrollo de los acontecimientos se esconde detrás de la identidad del género. Esa ideología quiere abolir la identidad sexual del hombre y de la mujer. Afirma que el hombre es libre de escoger su sexo, es decir, por su propia voluntad decidir si quiere ser hombre o mujer. Todas las identidades sexuales deberían ser igual de validas: hetero, homo, bi o transexual, es decir, uno puede tener relaciones sexuales con el mismo u otro sexo, o un poco con uno y otro poco con el otro, o incluso cambiar el propio sexo.

Revolución cultural y moral
La así llamada  heterosexualidad forzada debe ser abolida, porque supuestamente lleva al patriarcado. Es decir, la atracción sexual hacia el otro sexo nos fue impuesta para que se pudiera mantener el poder del varón. Esa ideología se ha convertido en la praxis social gracias al poder y a importantes recursos de Naciones Unidas y de la Comunidad Europea, tanto como a los gobiernos nacionales, las universidades y todo tipo de instituciones, incluso escuelas y guarderías. ¿Sabéis lo que significa eso? Que el pecado se ha hecho ley y se enseña en las escuelas. Al que lo rechace le declaran criminal porque le colocan en el marco de  nuevos parágrafos legislativos llamados “homofobia” y “lenguaje del odio”. Si esto todavía no lo conocéis, buscad en internet la expresión “gender-mainstreaming” y os asombraréis. Sobre ese  tema he escrito dos panfletos, para que la gente despierte.

¿Cuáles son las consecuencias de esta revolución cultural y moral? Mencionaré tres:
1. La ruina de la familia causa un mar de miseria espiritual y enormes gastos para los sistemas sociales. Los jóvenes y los niños no lo están pasando bien. Las estadísticas claman al cielo: un 25 % de jóvenes y niños pequeños tienen trastornos  psíquicos. Decaída del éxito en la escuela, crecimiento de la narcomanía, abuso de alcohol, adicción a la pornografía, criminalidad, abuso sexual, embarazos y abortos en una edad prematura.
2. Matanza masiva de niños no nacidos llamados aborto o interrupción de embarazo. Millones de madres y padres de familia deciden matar al niño que está en camino a la vida. Si hubiesen esperado unos meses, vendría al mundo un hombre, hombre como tú y yo, un pequeño bebé que les habría regalado su sonrisa y una confianza inconmensurable.
3. Extinción de los pueblos europeos. Generaciones anteriores a vosotros han recibido la vida, pero muchos no quieren ser padres. Cada vez hay más gente que no puede serlo tampoco porque no son fértiles. Cada generación nueva es un tercio más reducida que la anterior. Todo esto tiene unas consecuencias que no se pueden abarcar con la vista. Juan Pablo II ha encontrado palabras adecuadas para ello: Vivimos en la cultura de la muerte.

¿Las causas?
Cualquiera puede ver a simple vista este tipo de desarrollo; lo ven los políticos también, pero no se permite decir cual es su causa. La causa es el abuso de la sexualidad y su menosprecio. Ella se reducea la satisfacción de la concupiscencia. Por eso la  sexualidad debe estar separada de la fertilidad y sacada del matrimonio que la protege. Ahí sufre la familia: padres, madres, y sobretodo niños.  La sexualidad ha sido reducida a la mercancía de consumo y elevada al altar de la divinidad. Si el hombre ya no respeta a Dios que le ha creado, entonces adora a su propio yo: a su intelecto, a su voluntad y poder, a sus posesiones y el anhelo de poseer, y sobretodo a sus placeres de los cuales el
sexo está en primer lugar.  Esta lucha se lleva tejiendo a lo largo de toda la  historia de la humanidad. Ya el profeta Elías, arriesgando su propia vida, se había enfrentado con los sacerdotes de Baal porque habían adorado a un dios falso, y habían elevado lo inmoral a nivel de rito religioso. Elías venció, hoy él nos ayudará a nosotros también en esa lucha.  La pregunta sobre cómo hemos actuado conforme a la responsabilidad, nos la hará a mi generación no solamente Dios, sino también vuestra generación, que un día dirá:  ¿Por qué habéis permitido que a Dios se le quitara  cada vez más del medio, que el mal cada vez fuese más fuerte y que nos sedujera desde la infancia? ¿Por qué tantas familias se han destruido? ¿Por qué habéis matado millones de nuestros hermanos y hermanas antes de que nacieran? ¿Por qué no habéis tenido tiempo para nosotros? ¿Por qué no preveisteis nuestra desgracia?  Me gustaría, al mismo tiempo, agradecer a todos los padres que han resistido a ese desarrollo de acontecimientos y que os han guiado en el camino de la fe con su ejemplo y su sacrificio.  En un mundo así habéis visto la luz del día.