Beatificación de Juan Pablo II con ReL y Popular TV

Hoy a las 19.30, la Vigilia desde el Circo Máximo

Siga con ReL y Popular TV los momentos más importantes de la beatificación de Juan Pablo II

Retransmitiremos en nuestro sitio web los actos más significativos de la beatificación en Roma y el Vaticano.

Actualizado 30 abril 2011

ReL

Serán tres días de celebraciones. Y los tres días Religión en Libertad, gracias a la señal de Popular TV, le ofrecerá los momentos más importantes de las celebraciones programadas con motivo de la beatificación de Juan Pablo II.

Este sábado a las 19.30 retransmitiremos la Vigilia de preparación. Según informa Zenit, la celebración que se llevará a cabo en el Circo Máximo, se desarrollará en dos momentos: la celebración de la Memoria y la celebración del Santo Rosario.

En el palco se expondrá una reproducción en grande de Maria Salus Populi Romani,patrona de la ciudad de Roma, ante la cual algunos representantes de las parroquias y de las capellanías diocesanas colocarán velas.

Un montaje vídeo recordará los últimos meses del pontificado de Juan Pablo II, marcados de modo particular por el sufrimiento, al término de cual ofrecerá su testimonio dos de los más estrechos colaboradores del Papa: Joaquín Navarro-Valls, director de la Sala de Prensa entre 1984 y 2006, y el cardenal Stanisław Dziwisz, arzobispo de Cracovia y secretario personal de Juan Pablo II.

Seguirá el testimonio del sor Marie Simon-Pierre, cuya curación milagrosa abrió el camino para la beatificación, y de algunos jóvenes de Roma recogidos en breves grabaciones. Marcará el final de la primera parte el canto «Totus tuus», compuesto por monseñor Frisina para el 50° aniversario de la ordenación sacerdotal de Juan Pablo II.

La segunda parte constará de la celebración de los Misterios luminosos del Santo Rosario – introducidos precisamente por el papa Juan Pablo II – en los que se celebra la vida pública de Jesús. Se iniciará con el canto del Himno del Beato Juan Pablo II «Abrid las puertas a Cristo» escrito por monseñor Frisina “cuyo texto – explicó el propio prelado – resume los contenidos más importantes del pontificado de Juan Pablo II, mientras que el estribillo contiene el llamamiento a abrir nuestro corazón al amor de Dios’ con el que el papa comenzó su pontificado”.

Seguirá una introducción del cardenal Vicario de Roma, Agostino Vallini, que presentará en síntesis la personalidad espiritual y pastoral del Beato; después el rezo del Rosario, que se celebrará en conexión en directo con 5 santuarios marianos diseminados por el mundo. Se rezará por los jóvenes, desde el Santuario de Łagniewniki de la Divina Misericordia en Cracovia (Polonia); por la familia la del Santuario de Kawekamo – Bugando (Tanzania); por la evangelización la del Santuario de Notre Dame du Lebanon – Harissa (Líbano); por la esperanza y la paz de los pueblos la de la Basílica de Santa María de Guadalupe (México) y, finalmente, por la Iglesia la del Santuario de Fátima (Portugal)”.

Benedicto XVI, en conexión desde el Palacio Apostólico, recitará la oración final e impartirá la bendición apostólica a todos los participantes. Estos últimos, durante el canto de la Salve, serán invitados a encender sus velas en signo de alabanza a Dios y de devoción a la Virgen María. Terminará así la celebración en el Circo Máximo, pero no la vigilia de oración en la noche romana.

El abrazo al Padre Misericordioso

Actualizado 27 abril 2011

El abrazo al Padre misericordioso 

Tras un duro Vía Crucis, Juan Pablo II recibió el abrazo del Padre, tras participar en la misa del Domingo de la Misericordia Divina, la fiesta que dejó como regalo personal a su Iglesia

«A las 21.37, nuestro Santo Padre ha regresado a la Casa del Padre». Fueron palabras rotas por el llanto. Las pronunció el arzobispo argentino Leonardo Sandri:  Un escalofrío se expandió por la plaza de San Pedro del Vaticano hasta llegar a la Vía de la Conciliación, que en la noche de este sábado acogían a más de sesenta mil personas. La muchedumbre estalló en un largo aplauso. A continuación, los presentes cayeron de rodillas y entonaron el Salve Regina. La mano derecha de Juan Pablo II en la guía de la Santa Sede, el cardenal Angelo Sodano, inició poco después la oración del De profundis en latín e italiano. 

Para ese momento eran ya muy pocos los romanos, peregrinos y turistas que habían podido contener las lágrimas. Minutos después repicaban a muerto las campanas de la basílica de San Pedro, invitando a unirse en oración por el Obispo de Roma. Concluía así el tercer pontificado más largo de la Historia, que cambió en sus casi 27 años tantas realidades, sin precedentes.

Había sido una jornada serena, transcurrida en su habitación, en compañía de las personas con las que ha afrontado su ministerio pontificio, su secretario desde los años en los que era arzobispo de Cracovia, el arzobispo Stanislaw Dziwisz, arzobispos y monseñores amigos polacos de toda la vida, y las religiosas polacas que le han atendido desde que llegó a Roma. 

Prácticamente hasta el final mantuvo la conciencia, como confirmó el comunicado de prensa que, dos horas y media antes había emitido el portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls: «Cuando se le pregunta, responde correctamente a las preguntas de los que conviven con él», informaba. 

El mensaje final

Sus últimas palabras hechas públicas por la Santa Sede las dedicó a los jóvenes, los preferidos de su pontificado, por quienes creó las Jornadas Mundiales de la Juventud. Las logró emitir en varios intervalos y con gran esfuerzo en la noche anterior, cuando otra imponente vigilia había congregado a la ciudad eterna para rezar a su lado. 

Sus colaboradores le aseguraron que entre las decenas de miles de personas había muchos jóvenes. Karol Wojtyla, conmovido, afirmó: «Les he buscado. Ahora ustedes han venido a verme. Y les doy las gracias». 

«El Papa probablemente se acordaba de los jóvenes a los que ha encontrado en todo el mundo a lo largo de su pontificado», explicó Navarro-Valls. Falleció al concluir la misa celebrada en polaco en su habitación, presidida por monseñor Dziwisz, con la participación del cardenal Marian Jaworski, arzobispo latino de Lvov (Ucrania), amigo de juventud, el arzobispo Stanislaw Rylko, Presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, a quien siempre ha considerado como uno de sus alumnos más aventajados; y su otro secretario personal, monseñor Mieczyslaw Mokrzycki. Durante la Eucaristía se le administró el Santo Viático y, una vez más, el sacramento de la Unción de los Enfermos. 

Era la misa de la fiesta del Domingo de la Divina Misericordia, instituida por él mismo para este día hace cinco años, al canonizar a la joven religiosa y mística polaca santa Faustina Kowalska (1905-1938), mensajera del amor de Dios, cuyas revelaciones conoció cuando era un joven estudiante obrero en una fábrica química, en plena ocupación nazi de Polonia. Aquellas revelaciones cambiarían su vida.

Totus tuus

Era, cuando murió, un primer sábado de mes, día que el mensaje dejado por la Virgen en Fátima pedía consagrar al Corazón Inmaculado de María. Y Karol Wojtyla consagró todo su pontificado a la Madre de Jesús con el lemaTotus tuus (Todo tuyo). 

El sacerdote polaco, Jarek Cielecki, director del servicio televisivo Vatican Service News, asegura que, al morir, el Papa miraba a la ventana desde la que procedían las oraciones de los fieles. Sus labios habrían logrado pronunciar, por última vez, la palabra Amén, al final de esa Eucaristía. 

La constatación oficial de la muerte, prevista por la normativa que Juan Pablo II había instituido con la Constitución Apostólica Universi Dominici gregis de 1996, tuvo lugar al día siguiente, a las 9.30 horas. 

El cardenal riojano Eduardo Martínez Somalo, cardenal Camarlengo, se dirigió, acompañado por otros arzobispos y por el doctor Renato Buzzonetti, médico personal del Papa, al apartamento del difunto Pontífice, para proceder a la constatación de la muerte. El Canciller Secretario de la Cámara Apostólica, el abogado Enrico Serafín, redactó, a continuación, el acta de defunción, con el certificado médico anexo del doctor Buzzonetti, cuyo texto ofrecemos en estas mismas páginas.

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Los jóvenes supieron sonreir con  el Papa: www.youtube.com/watch

El primer «Papa Global»

Es la voz de Roma en América

Las cinco razones por las que Juan Pablo II puede ser considerado el primer «Papa Global»

Valentina Alazraki, vaticanista de la televisión mexicana Televisa desde hace más de tres décadas, cuenta cómo el anterior Pontífice se convirtió en un «Papa global» y explica los detalles de su proceso de beatificación, al que ha dedicado el libro «La luz eterna de Juan Pablo II. Hombre de Dios, Santo de nuestros días».

Actualizado 27 abril 2011

Darío Menor/La Razón

–¿Por qué fue tan importante para Juan Pablo II el primer viaje de su pontificado, que fue a México?
–En México aprendió a ser Papa. Allí se dio cuenta de la importancia de que un Pontífice estuviera entre la gente y fuese viajero, que se acercara a la gente, porque no todos pueden acudir a Roma. Él trató de entender cómo vivía la gente, incluso visitó a comunidades muy pequeñas de católicos. Así intentaba reforzar su posición. Cada vez que viajaba apoyaba a la Iglesia local y le permitía que fuese un interlocutor más fuerte ante el Gobierno, siempre para mejorar la situación de la comunidad católica. Juan Pablo II quedó sorprendido por la situación surrealista que vivió en México: más del 90 por ciento de la población era católica, todos eran fieles de la Virgen de Guadalupe pero no había relaciones con la Santa Sede. Al volver a Roma dijo que México le abrió las puertas de Polonia, donde el régimen comunista no quería invitarle porque lo consideraba una amenaza. Al ver que había estado en México, con un Gobierno anticlerical y sin relaciones diplomáticas, a los dirigentes polacos no les quedó más remedio que invitarle. Juan Pablo II decía que gracias a México pudo ir luego a Polonia y allí impulsar el movimiento Solidaridad, que ya sabemos que acabó provocando la caída del bloque soviético.

–¿Puede decirse que Juan Pablo II fue el primer Papa global?
–Tal vez sí. Pablo VI ya hizo seis viajes, pero Juan Pablo II estaba en otra dimensión. Desde el inicio, el mundo se dio cuenta de que era un Papa diferente. La clave es que humanizó el pontificado. La gente ya no veía al Papa como una institución lejana, sino ante todo como un ser humano. Contribuyó mucho a ello al vivir bajo los reflectores. Incluso cuando se iba a hospitalizar lo anunciaba, lo que era una gran novedad. Antes la salud de los Papas era un tabú: estaban perfectos hasta que se morían. A eso hay que añadir sus viajes. Por todo esto es global. Fue el rostro humano de un Papa: era Karol Wojtyla con un pasado y una historia personal. De los otros Papas no se sabía qué habían hecho en el pasado, además habían tenido una vida muy eclesiástica. Fueron muchos aspectos novedosos: era un hombre joven, de 58 años, deportista, que hablaba idiomas, improvisaba, bromeaba, que tenía carisma, simpatía, don de gentes…

–Usted presenta su último libro, «La luz eterna de Juan Pablo II», como una «positio» (el texto en que se recopila toda la información de la causa de beatificación), pero laica, ya que ha tenido acceso a los documentos del proceso. ¿Qué ha descubierto entre todos esos papeles que le haya sorprendido?
–La gran sorpresa, que fue también la del postulador, es que no hubo grandes sorpresas. Primero porque se sabía casi todo, ya que vivió durante todo el pontificado bajo los reflectores. Y segundo, porque en todos los testimonios había una gran coherencia al describir cómo era Juan Pablo II en su parte más pública y su parte más privada. Habla de su integridad y transparencia. A mí me llamó mucho la atención que de 120 testimonios de personas que coincidieron y conocieron a Juan Pablo II en algún momento de su vida, todos cuentan casi lo mismo aunque con palabras diferentes. Por ejemplo, nadie deja de hablar de la experiencia que suponía verle rezar. Yo tuve la oportunidad de ir una vez a la misa privada que él ofrecía a las siete de la mañana en una capilla en la que cabíamos unas veinte personas. Cuando entramos Juan Pablo II llevaba allí desde hacía bastante tiempo y no se dio ni cuenta de que habíamos llegado. Estaba totalmente sumergido en la oración. También lo comprobé cuando, en los viajes, se paraba a rezar en las catedrales e iglesias. Sus colaboradores le instaban a que lo dejase para no retrasar el programa, pero él se molestaba mucho de no tener más tiempo para orar.

–Muchos de los que trataron personalmente con Juan Pablo II hablan de lo evidente que resultaba su santidad en vida. ¿También lo fue para usted?
–Durante los primeros veinte años que le conocí nunca pensé que fuese un santo. Pensaba que era un ser extraordinario, con un carisma impresionante, que era un hombre que había hecho parte de la Historia. Fue en la última fase del pontificado cuando me di cuenta que era una persona santa. A partir del año 1997, más o menos, es cuando se empiezan a ver los síntomas del párkinson y se va deteriorando su salud. Entonces percibí que tenía que ser una persona santa por la forma de vivir el dolor. Fue un auténtico vía crucis. Recuerdo, por ejemplo, Sarajevo, donde viajó en 1997. La noche antes a celebrar la misa estuvo muy mal, los médicos temieron por su vida, por lo que no querían que oficiase aquella misa. Aún así la celebró, pese a que además caía la nieve y hacía mucho frío. La escena de él enfermo, con párkinson, bajo la nieve  y sufriendo este padecimiento, te hace pensar que un hombre normal no sobrellevaría esta situación de esa manera.

–¿Cómo era el Papa de cerca?
–Puede parecer contradictorio, pero aunque le hubieras visto mil veces, seguías percibiendo su carisma al tiempo que veías que era una persona totalmente sencilla. Hacía que te sintieras importante y especial, se ponía a tu nivel en el trato. Te llamaba por tu nombre y sabías quién eras. Siempre hacía bromas y tenía gestos de cariño. Te acariciaba el pelo o la mejilla, era muy cálido.

–El postulador de la causa de beatificación, el sacerdote polaco Slawomir Oder, confía en que el proceso de canonización comenzará pronto. ¿Comparte su opinión?
–En los últimos años hemos visto muchas situaciones milagrosas, obviamente no certificadas, como las de tantas parejas estériles que han podido concebir tras pedírselo a Juan Pablo II. Ha habido también muchas curaciones de cáncer. Se han visto tantos casos así que se espera que la situación continúe después de la beatificación y, por tanto, pueda comenzar el proceso de canonización.

«La gente siente que sigue vivo»

En su último libro, Valentina ha llevado a cabo un minucioso trabajo de recopilación de mensajes que los fieles han dejado durante estos años en la tumba de Juan Pablo II. ¿Su resultado? «Es algo impresionante. Te hablan de un diálogo que continúa hasta hoy. La gente lo tutea, le dice Papa, papito, amigo, y le cuenta de todo, desde que se le murió el gato o la cosa más tonta, hasta que no encuentran trabajo o le piden que les ayude a alquilar una casa, en un examen, o a superar una enfermedad de todo tipo. El diálogo te da la sensación de que la gente lo percibe como una persona viva. La gran impresión es que ha muerto físicamente pero no en el corazón de la gente», asegura la vaticanista americana.

La voz de Roma en América

Valentina Alazraki guarda la primera acreditación que tuvo en la Sala de Prensa de la Santa Sede. Está fechada en 1974, cuando sólo tenía 19 años. Desde entonces no se ha separado de la actualidad vaticana, informando de la muerte de Pablo VI, de la elección e inesperado fallecimiento de Juan Pablo I y de la de su sucesor, Juan Pablo II, al que acompañó en casi 100 viajes al extranjero.

Hoy sigue frente a la cámara explicando a millones de latinoamericanos cómo se desarrolla el pontificado de Benedicto XVI. Su cercanía al Papa polaco le ha llevado a ser una de los 120 testigos con quien ha contactado el postulador de la causa de beatificación. Premiada con numerosos galardones tanto en su país como en el Vaticano, Alazraki es autora de varios libros sobre Juan Pablo II y toda una autoridad entre los periodistas que cubren la actualidad de la Santa Sede.

Juan Pablo II, maestro del siglo XXI

El magisterio de Wojtyla apostó por el hombre y su dignidad

Una bomba teológica y sexual, un catecismo, mujeres sabias… Juan Pablo II, maestro del siglo XXI

Es el Papa cuya misión fue la de plasmar en la vida de la Iglesia las grandes enseñanzas del Concilio Vaticano II.

Actualizado 28 abril 2011

Pablo Ginés/La Razón

«Cuando Juan Pablo II fue nombrado Papa en 1978, había 757 millones de católicos en el mundo. Cuando murió en 2005 ya eran 1.115 millones. Es decir: la Iglesia creció en 358 millones de personas que crecieron bebiendo de su magisterio, los jóvenes «Juan Pablo II» que acudieron a los seminarios, hoy son sacerdotes. Algunos ya empiezan a ser obispos. A su muerte, siete de cada diez obispos del mundo habían sido designados por él. Queda clara su influencia doctrinal. Además, su magisterio escrito, extensísimo, seguirá dando frutos innumerables.

Dos libros esenciales

Juan Pablo II encargó y supervisó el primer catecismo universal de la Iglesia en varios siglos. Se presentó en 1992. Tiene más citas del Papa polaco que de Santo Tomás de Aquino, San Agustín o el Concilio Vaticano II. Otro libro clave de la Iglesia actual, el Compendio de la Doctrina Social, de 2004, incluye 10 páginas con listas de citas del Magisterio conciliar y pontificio: la mitad de esas citas son de Juan Pablo II.

Estos dos libros que la Iglesia usa para formar a millones de católicos de todo el mundo y sin fecha de caducidad, sistematizan, sin agotar, los escritos de enseñanza del «Papa de los récords», a saber: 14 encíclicas, 15 exhortaciones apostólicas, 11 constituciones apostólicas, 45 cartas apostólicas, y una infinidad de mensajes, audiencias generales y discursos.

Tres de sus encíclicas se centraron en la teología («Redemptor Hominis», «Dives in Misericordia», «Dominum et vivificantem»), otras tres en doctrina social («Laborem exercens»; «Sollicitudo rei socialis» y «Centesimus Annus»); con «Veritatis Splendor» combatió el relativismo y el nihilismo; con «Evangelium Vitae»  defendió a los no nacidos, los enfermos, ancianos y condenados; «Ut unum sint» fue su hoja de ruta para las relaciones con otras confesiones cristianas. La urgencia misionera quedó plasmada en «Redemptoris missio» y su doctrina sobre la Virgen en «Redemptoris mater». Por último, en «Ecclesia de Eucharistia», insistió en la triple dimensión de lo eucarístico: la presencia de Dios, el sacrificio y el banquete.

Bomba teológica y sexual

Sus catequesis tuvieron una honda influencia. Se hicieron famosas las que dedicó al cielo, el infierno y al purgatorio, recordando que son reales, pero que no están ubicados en el mundo material.  De 1979 a 1984, dedicó más de 130 catequesis a hablar del sexo, el noviazgo, el matrimonio, la espiritualidad del cuerpo humano y la regulación natural de la fertilidad. Se trata de un corpus que se ha llamado «la Teología del Cuerpo de Juan Pablo II».

Su biógrafo, George Weigel, la considera una «bomba de tiempo teológica»: a medida que estalle, que la Iglesia la desarrolle, se revolucionará la familia cristiana y se reforzará una visión del sexo que incluye comunicación íntima de los esposos (el placer, la relación mútua) y la apertura a la vida, a los hijos y a la entrega al otro. En tiempos de pensamiento débil, el Papa insistió además en que «el bien de la persona consiste en estar en la Verdad y realizar la Verdad» («Veritatis Splendor»).

Habló también con claridad pidiendo la abolición de la pena de muerte. Las Filipinas de la presidenta Gloria Macapagal oscilaron entre la moratoria y la abolición de esta pena por las presiones del Papa y la Iglesia. Incluso ganó batallas después de muerto: en abril de 2005, una semana después de su muerte, Guatemala anunció que aboliría este castigo para «cumplir con los deseos del Papa Juan Pablo II». También fue muy claro en su oposición al aborto y a la experimentación que daña a embriones humanos. Siempre predicó que dañar al ser humano antes del nacimiento perjudicaría a toda la sociedad.

También insistió en su oposición a las guerras (incluyendo la respuesta occidental a la invasión iraquí de Kuwait): «la guerra es siempre una derrota, la violencia y las armas no pueden resolver nunca los problemas». Pero no aceptaba una paz hecha de mera resignación bajo la opresión: «no hay verdadera paz si no viene acompañada de equidad, verdad, justicia y solidaridad».

Mujeres sabias

«Esperanza» y «confianza» eran las palabras más comunes de un Papa que empezó su Pontificado diciendo «no tengáis miedo».  Difundió en todo el mundo el mensaje de confianza en la Divina Misericordia de su compatriota Faustina Kowalska, a la que canonizó: «Jesús, confío en ti». No es casualidad que sea beatificado precisamente en el día de la Divina Misericordia. Pero hubo otras mujeres que le marcaron. Nombró doctora de la Iglesia a Santa Teresita de Lisieux, y canonizó a Santa Teresa Benedicta de la Cruz, la filósofa judía Edith Stein, mártir en Auschwitz y autora de extensos escritos. Al final, toda la sabiduría de Edith Stein, como la de Juan Pablo II, remitía siempre a la Cruz, una enseñanza que nunca quiso ocultar.

Tres días de celebraciones para un gran beato

Beatificación de Juan Pablo II

La ocasión lo requiere. Un acontecimiento tan especial como es la beatificación de Juan Pablo II no podía pasar desapercibido, y por ello, se convocan tres días de fiesta en honor al Papa beatificado.

Actualizado 28 abril 2011

Efe

Centenares de miles de personas, miles de ellas polacas, asistirán el 1 de mayo en el Vaticano a la beatificación del Papa polaco Juan Pablo II, cuyos restos mortales serán expuestos a la veneración de los fieles en la basílica de San Pedro ese mismo día.

Serán tres días de celebraciones, que comenzaran el 30 abril con una vigilia en el Circo Massimo de Roma, dividida en dos partes. La primera, «Celebración de la Memoria», comenzará con una procesión de la imagen de Maria Salus Populi Romani, la patrona de Roma.

Después intervendrán el que fuera secretario particular de Juan Pablo II y actual cardenal de Cracovia, Stanislaw Dziwisz; su antiguo portavoz durante 22 años, el español Joaquín Navarro Valls, y la monja francesa Marie Simon Pierre, cuya curación, de manera inexplicable para la ciencia, de la enfermedad de parkinson ha abierto las puertas a la beatificación de Karol Wojtyla.

Los Coros de la Diócesis de Roma y la Orquesta del Conservatorio de Santa Cecilia cantarán en la vigilia.

La segunda parte será la «Celebración de los Misterios Luminosos del Santo Rosario», que fueron introducidos por Juan Pablo II durante su papado.

El rosario se recitará en conexión directa con cinco santuarios marianos de todo el mundo: el de la Virgen de Guadalupe, en México; Fátima en Portugal, Lagniewniki en Polonia, Kawekamo-Bugando en Tanzania y Notre Dame del Líbano, a los que estaba muy ligado el Papa Wojtyla.

Actuará Plácido Domingo

Al final el Papa Benedicto XVI, que regresará de la residencia de Castel Gandolfo, donde ha pasado unos días de reposo, impartirá la bendición apostólica desde el Vaticano.

Una vez concluida, las personas que lo deseen podrán acudir a ocho céntricas iglesias de Roma que estarán abiertas toda la noche en la llamada «Notte bianca di preghiera» (la noche blanca de los rezos).

A las cinco de la mañana del 1 de mayo se permitirá el acceso a la basílica de San Pedro del Vaticano, donde a las nueve de la mañana y durante una hora los fieles se prepararán para la ceremonia de beatificación, que comenzará a las 10.00 hora local (08.00 GMT) presidida por Benedicto XVI y concelebrada por numerosos cardenales.

Ochocientos sacerdotes repartirán la comunión en la plaza de San Pedro y la Vía de la Conciliazione, donde serán colocadas 14 pantallas gigantes de televisión para que los miles de fieles puedan ver el momento en que el Papa Ratzinger eleva a la gloria de los altares a su antecesor, el primer Papa polaco de la historia de la Iglesia.

Concluida la misa, el Papa y los cardenales entrarán en la basílica de San Pedro para venerar a Wojtyla, cuyo féretro será sacado de la actual tumba el día 29 y colocado delante del altar mayor.

La basílica permanecerá abierta

Después todos los fieles podrán venerarlo. La basílica permanecerá abierta mientras haya fieles. Sólo se cerrará el lunes 2 durante la Misa de Acción de Gracias que oficiará en la plaza de San Pedro el cardenal secretario de estado, Tarcisio Bertone.

Después, todos los fieles que quieran podrán acercarse hasta el féretro para rendir homenaje al Papa que guió a la iglesia durante casi 27 años (1978-2005) y la introdujo en el tercer milenio.

Miles de botellas de agua y alimentos básicos serán distribuidos entre los fieles, informó la diócesis de Roma.

Paralelamente, los fieles podrán visitar las numerosas exposiciones sobre el Pontificado de Wojtyla y su persona instaladas en Roma.

Las librerías exponen decenas de libros escritos para la ocasión y discos, entre ellos un cd con composiciones inéditas que acompañan plegarias, homilías, salmos y discursos de Juan Pablo II en seis idiomas, titulado «Tu es Christus».

El álbum tiene trece temas, nueve con la voz del Papa Wojtyla. Otros son interpretados por el tenor español Plácido Domingo, el italiano Andrea Bocelli y el grupo irlandés The Priets.

Calendarios, pañuelos con la imagen de Juan Pablo II, etc… se prodigan en estos días en la Ciudad Eterna, donde también se han proyectado películas sobre Wojtyla, la última «Peregrino vestido de blanco», del polaco Jarsolaw Szmidt.

El filme fue proyectado en el Vaticano con la presencia de Benedicto XVI, quien al final de la misma dijo que Juan Pablo II fue un gran contemplativo y un gran apóstol de Cristo.

«Dios lo eligió para la sede de Pedro y lo conservó durante largos años para introducir a la Iglesia en el tercer milenio. Con su ejemplo nos guió en la peregrinación por el mundo y ahora nos acompaña desde el cielo», dice Ratzinger.

«El Huracán Wojtyla»

Juan Pablo II bate todos los records superando las marcas de sus predecesores

Debido a la intensa vida que tuvo durante todo su pontificado, cumple todos los requisitos para formar parte del libro Guinnes de los Records.

Actualizado 28 abril 2011

Rome Reports

Este hombre tiene todo el derecho del mundo a entrar en el Libro Guinness de los Records. A lo largo de su pontificado ha batido todas las marcas de sus predecesores. Tanto, que pocos meses después de ser elegido lo llamaron el Huracán Wojtyla.

Visitó 129 países. Hizo 104 viajes fuera de Italia y 146 dentro de este país. Recorrió más de 1.200.000 kilómetros, más de tres veces la distancia de la Tierra a la Luna o el equivalente a 30 vueltas al mundo.

Según el cardenal Angelo Amato, prefecto de la  Congregación para la Causa de los Santos dijo que Juan Pablo II “se lanzó con fervor y con audacia a todas las partes del mundo. Visitó cientos de países, no por turismo o curiosidad sino para anunciar el Evangelio de paz de Nuestro Señor Jesucristo”.

Celebró la Misa más multitudinaria de la historia. Fue en Filipinas, durante la Jornada Mundial de la Juventud Manila 1995. Asistieron más de 4 millones de personas.

El cardenal Gaudencio Rosales, arzobispo de Manila (Filipinas) recuerda que “el portavoz del Papa comentaba que la multitud impedía el paso del “papamóvil”. Tuvimos que caminar dos kilómetros para llegar al escenario. Se suponía que empezaba a las 9 y empezamos hacia las 11. El portavoz describió la JMJ de Manila como un exceso de éxito”.

El arzobispo Renato Boccardo, ex organizador de Viajes Papales recuerda que “Había gente detrás de unos muros, que no podían ver nada, no tenían una radio para escuchar, pero decían, el Papa está aquí, yo no puedo faltar. Ha sido un testimonio de fe, pero una fe encarnada que fue muy conmovedor”.

Pero también celebró Misas con poco aforo como la que celebró ante 200 personas en una visita a los países nórdicos en 1989 o en Azerbayán en mayo de 2002. Se convirtió en el primer Papa que visitaba aquellos lugares.

El ex portavoz del Papa, Joaquín Navarro Valls afirma que, “El Papa ya no podía caminar, era un sacrificio tremendo para él hablar en la situación en la que se encontraba y se fue a Azerbayán, donde el número total de católicos era inferior a los 200 y el Papa quiso ir porque valoró que ese grupo, ese puñado de católicos que había en ese país, tenía el derecho de celebrar la Misa, de estar con el Papa como si fuera un país en el que hubiera 200 millones de católicos”.

Las cifras de su pontificado son impresionantes. Fue el primer papa no italiano en 455 años y el primer papa eslavo de la historia. Su pontificado duró 26 años y 5 meses, el tercero más largo después del de Pío IX y el de San Pedro.  Como obispo de Roma realizó 301 visitas a parroquias de Roma.

Celebró 1.160 audiencias generales a las que asistieron más de 17.640.000 personas. Nombró 231 cardenales de todos los continentes.

Se reunió con casi 1.600 jefes de Estado y de Gobierno. Ninguna otra persona se ha dirigido jamás a tanta gente en contextos culturales tan diversos.

Se dirigió en muchas catequesis a los niños, a quienes llamaba  “los pequeños amigos de Jesús”. Juan Pablo II fue también el primer papa que dedicó a los niños un documento papal, en este caso una carta pastoral.

Fue también un gran escritor. Firmó más de 100 documentos solemnes, entre ellos 14 encíclicas, 45 cartas apostólicas y 14 exhortaciones apostólicas. Leyó más de 100.000 páginas de discursos.

Proclamó a más santos y beatos que todos sus predecesores juntos: canonizó a 482 personas y proclamó 1.338 beatos.  

El arzobispo Piero Marini, Maestro de Ceremonias de Juan Pablo II dice que “Juan Pablo II  proclamó más santos que todos los los demás papas juntos, desde Urbano VIII hasta Pablo VI”.

Fue un innovador en el diálogo con personas de todas las religiones: el primer papa moderno que visitó una sinagoga, el primero que entró en una iglesia protestante o el primero que estuvo en una mezquita. Promovió el diálogo con los judíos y con los representantes de las demás religiones y los convocó en varias ocasiones a encuentros de oración por la paz, especialmente en Asís en octubre de 1986.

Récords que reflejan la energía personal del Papa y su incansable dedicación a la Iglesia. Un pontificado lleno de logros que marcarán para siempre la historia del catolicismo y del cristianismo del tercer milenio.

La estremecedora historia de Jessica Council

Una joven madre rechaza el tratamiento contra el cáncer y da a luz a una niña después de muerta

El ginecólogo había aconsejado un aborto. La bebé nació cuando tenía 23 semanas y media, el umbral absoluto de viabilidad.

Actualizado 28 abril 2011

John Jalsevac/Notifam

En agosto del año pasado, Jessica Council – una hermosa mujer de 30 años de edad, madre de una hermosa criatura – notó que tenía dolor de garganta. En la misma época, también comenzó a sospechar que estaba embarazada.

Como después de dos semanas el dolor de garganta no se había ido, Jessica decidió hacerse un control. Su médico le dijo que probablemente era un bocio de tiroides, y en última instancia nada de que preocuparse. Pero sólo para estar seguro, le hizo una prueba, que él dijo que confirmó sus sospechas iniciales. Todo estaría bien, dijo.

Pero no todo estaba bien. El doctor había leído mal la prueba.

Alrededor del 15 de noviembre, Jessica comenzó a tener problemas para respirar. El 21 de noviembre ella llegó a la sala de emergencias. Luego, el 22 de noviembre, su garganta tan cerrada al punto que no podía respirar, razón por la cual los médicos le insertaron un tubo en su garganta, y le pusieron un ventilador.

Al día siguiente, el 23 de noviembre, le informaron a Jessica que tenía cáncer. Para entonces, ella también sabía con certeza que estaba embarazada.

Así comenzó un viaje que pondría la fe y las convicciones pro-vida de Jessica y su marido, Clint, a prueba en forma definitiva.

“Cada día valió la pena”

Jessica y Clint se conocieron en Greenville College School. En una larga entrevista con LifeSiteNews.com, Clint dijo que había observado a la hermosa pelirroja sentada un día en el comedor universitario, y le preguntó si podía acompañarla. Ella se negó. Pero Clint no se dio por vencido.

De hecho, Clint se pasó un año y medio molestando a Jessica antes que ella accediera a salir con él. La pareja se casó dos años y medio después de eso. “Supongo cuando usted sabe que sabe”, dijo. “Tuve que trabajar muy duro para ella, pero cada día valió la pena”.

La pareja se mudó a Traveler’s Rest, Carolina del Sur, donde tuvieron un hijo y trabajaron en una obra de caridad cristiana como mentores de los jóvenes. La vida era buena: ellos eran jóvenes, estaban enamorados, tenían salud y disfrutaban la vida.

Clint señala que su esposa siempre se cuidó meticulosamente. “Ella siempre ha sido extremadamente saludable”, dijo. “Observaba que ella comía con mucho cuidado. Trató de honrar a Dios con su cuerpo. Lo ejercitó regularmente”.

Por esta razón, la última cosa que ellos esperaban era el cáncer que la atacó en agosto pasado.

No hay más opciones

Clint describe la reacción de su esposa al saber que tenía cáncer en la garganta como “una mezcla de miedo y sorpresa”. En cuanto a él, dice que sintió “todas las emociones que se pueda imaginar… a excepción de alegría. Yo era un caso perdido”.

Pero por supuesto, Jessica no era la única amenazada por el cáncer: estaba embarazada y cualquier tratamiento al que se sometiera perjudicaría casi con toda seguridad a su hijo por nacer, y posiblemente lo mataría.

El 25 de noviembre, el ginecólogo-obstetra del hospital le aconsejó a la pareja un aborto. Clint dice Jessica nunca vaciló. “Esa nunca fue una opción”, dijo. “Eso es blanco y negro”.

Pero lo que fue menos blanco y negro era si aceptaba o no tratamientos: mientras que el oncólogo dijo que la quimioterapia probablemente mataría al bebé, el ginecólogo no estaba de acuerdo, pues decía que el bebé probablemente sobreviviría, pero sufriendo daño cerebral.

“Jessica me miró, y le tomó unos pocos segundos”, dijo Clint, y “dijo no con la cabeza”. Ella también se negó a la radioterapia a causa de sus riesgos similares.

“En realidad no teníamos muchas opciones de tratamiento después de eso”, dijo Clint, señalando que la cirugía nunca fue una opción debido al lugar donde estaba localizado el cáncer.

“Ella no se despertó”

La cuestión del tratamiento surgió de nuevo cuando el bebé llegó al tercer trimestre. En ese momento, dice Clint, la decisión fue mucho más difícil, con los médicos diciendo que los riesgos eran mínimos porque el bebé estaba casi completamente desarrollado.

Sin embargo, Jessica siguió negándose a los tratamientos, para el bien de su hijo no nacido – una decisión que Clint dice que dejó a los médicos “muy confundidos”.

Clint confiesa que ni él ni su esposa sintieron que los médicos fueran totalmente sinceros respecto a los riesgos. Pero también dice que su esposa tenía otra razón para rechazar los tratamientos.

Dice que “ella sabía que iba a morir de todas formas”. “Ella no compartió eso conmigo hasta casi cuando murió… Pero pienso que ella sabía, y ella estuvo pensando que iba a dar a este bebé todas las oportunidades que pudiera”.

Aunque la pareja encontró un cierto éxito con los métodos alternativos para frenar el crecimiento del cáncer, incluyendo una estricta dieta de jugos de vegetales orgánicos y suplementos, sin tratamientos más agresivos sólo fue una cuestión de tiempo antes que el cáncer ganara la partida.

Un milagro de 23 semanas

En la noche del 5 de febrero, Jessica se fue a dormir con dolor de cabeza y náuseas. “Ella no se despertó”, dice Clint.

Al día siguiente el hospital declaró la muerte cerebral de Jessica, y los médicos entregaron a Clint el visto bueno para efectuar el parto por cesárea. El 6 de febrero, nació la pequeña “Jessi”, pesando solamente 1 libra 3 oz (538 gramos).

Los médicos habían pensado que Jessica estaba embarazada de 25 semanas, pero después que nació la bebé se dieron cuenta que probablemente tenía sólo alrededor de 23 semanas y media, que es el umbral absoluto de viabilidad.

“Sobre eso sólo puedo dar testimonio de la gracia de Dios, debido a Jessica murió justo cuando el bebé era viable para la vida fuera del útero”, dice Clint. Los médicos dicen que Jessi se está desarrollando bien.

“Emocionalmente brutal”

Clint describe toda la experiencia como “emocionalmente brutal”, y admite que a pesar de sus firmes convicciones cristianas y pro-vida, lo que estuvo muy lejos de ser fácil fue recorrer el camino que él y su esposa emprendieron.
“Sí, yo luché”, dice, “porque en la Biblia está la única persona que nos mandó amar más que a nosotros mismo. Esto lo hizo ella. Yo luché”.

“A veces es más fácil ser generoso en cualquier cosa que te pasa”, señala, “pero cuando se llega a perder a la persona que amas más que cualquier otra cosa, es muy difícil”.

También fue difícil para su hijo de dos años y medio de edad. Clint relata que después que Jessica ingresó al hospital, su hijo no pudo verla durante aproximadamente un mes, y durante ese tiempo ni siquiera miró o habló con su padre. Pero después que visitó a su madre, “comenzó a estar mejor”, dice Clint.

Después que Jessica murió, el niño sufrió un período de aguda “ansiedad por la separación”, aunque su padre dice que ha comenzado a superarlo.

En cuanto a Clint mismo, apenas dos meses después de la muerte de su esposa, él dice que está funcionando en piloto automático, manteniéndose ocupado con el trabajo y cuidando de sus dos hijos.

En este punto él hace una pausa. “Voy a ser muy franco”, dice, señalando que él quiere hacer lo que pueda para ayudar a otros que puedan estar en una situación similar. “Durante el primer mes, no podía – y estoy queriendo significar literalmente con esto una incapacidad -. Yo no podía leer mi Biblia, no podía rezar”.

Él describe la sensación como similar a la de un niño que es disciplinado por un padre: “A pesar que yo sabía intelectualmente que la relación estaba allí, aunque yo sabía que [Dios] me amaba, acepté todas estas cosas desde un punto de vista mental. Espiritualmente no sentía nada”.

“Y no se trata de los sentimientos, sino que la alegría en Dios había desaparecido por completo durante casi un mes. Yo estuve funcionando únicamente en lo que yo sabía que era verdad desde el punto de vista mental”.

Ahora, sin embargo, él dice que ha ido más allá de esa primera etapa, y que ha comenzado a rezar de nuevo, inclusive por otras personas.

No obstante ello, dice que probablemente llegará un momento en el que tendrá que dejar todo, y precisamente hacer duelo por la pérdida de su esposa.

“Alabado sea Dios”

Pese a que el cansancio y el sufrimiento es palpable en la voz de Clint, al hablar con él se detecta algo más también: una resignación profunda no nacida de la desesperación, sino de una fe auténtica y arraigada que acepta que este sufrimiento fue en última instancia significativo, y que hay tragedias peores inclusive que la muerte.

En una nota escrita menos de dos semanas después de la muerte de Jessica, y enviada a un blog sobre la lucha de ella con el cáncer, Clint escribió las últimas palabras que muchos esperarían escuchar de un hombre que acaba de perder a una esposa joven a quien amaba entrañablemente.

“Alabado sea Dios, mis amigos”, dijo él. “No dudes de Dios, no estés enojado con Él por mi causa”. “Tengo el privilegio de haber tenido una esposa que estaba tan llena del amor del Padre. Alégrense conmigo, hermanos y hermanas. Dios ha bendecido a Jessica al llevarla a un lugar de perfecta paz y sin dolor. Tengo que estar agradecido por el tiempo que tuve con ella, en lugar de lamentar todas las cosas que nunca llegamos a hacer juntos. Debemos dar gracias en todas las cosas, porque ésta es la voluntad de Dios en Jesucristo”. “Gracia y Paz a todos”.

Comulgar sin confesar

Actualizado 16 abril 2011

Cualquier observador atento de las celebraciones litúrgicas, habrá constatado un fenómeno generalizado, que se está convirtiendo en algo normal.

A saber :

-Ha disminuido alarmantemente, el número de fieles que acceden al sacramento del perdón.

– Ha aumentado considerablemente, el número de fieles que se acercan a comulgar.

-Bastantes celebraciones sacramentales ( bautizos ,bodas ,funerales.. ), para muchos asistentes, son meros actos sociales.

-La enseñanza de la Iglesia, basada en la Palabra de Dios, ha sido constante a lo largo de los siglos. Siempre ha enseñado que para comulgar ,se precisa estar en gracia de Dios-sin pecado grave en la conciencia -y guardar el ayuno pertinente.

-En su preciosa encíclica del Papa Juan Pablo II, sobre la Iglesia y la Eucaristía en su nº 36c, el Papa ha dejado clara la enseñanza oficial de la Iglesia expuesta en el Catecismo, en el Código de Derecho canónico y “la vigencia de la norma del Concilio de Trento concretando la severa exhortación del apóstol Pablo, al afirmar que, para recibir dignamente la Eucaristía, “debe preceder la confesión de los pecados, cuando uno es consciente de pecado mortal”.

-No es exagerado afirmar que muchos de los que se acercan a comulgar no reunen las condiciones necesarias para ello; sea por ignorancia, por falta de fe, por rutina o mimetismo (¿dónde va Vicente?..) o por estar en pecado grave-, incluso años sin confesarse etc…

-Esta praxis está llevando a una trivialización del sacramento principal de la Iglesia y a un falseamiento de la conciencia de muchos bautizados.Los responsables directos de cada celebración eucarística (abusos ,sacrilegios etc ..) son los ministros ordenados, Obispos y sacerdotes, que presiden las mismas.

-A falta de una catequesis adecuada y previa ¿No cabría una advertencia -hecha con todo respeto a los presentes, antes de dar la comunión?. Verbi gratia .NO HAY OBLIGACIÒN DE ACERCARSE A COMULGAR..Los que vayan a hacerlo, examinen su conciencia ante Dios y vean si están en su santa gracia. EL tomar conciencia de este fenómeno es urgente, muy grave y de la máxima responsabilidad. ACTÚESE EN CONSECUENCIA.

Relaciones sexuales

Actualizado 25 abril 2011

Tema de perenne actualidad. Interesa a toda clase de personas y no son ajenos a él ni los Gobiernos ni la Iglesia. Trae de cabeza a muchos padres y educadores, y nada digamos a los adolescentes y jóvenes. Está presente en la sociedad, en los medios, en el hogar y fuera de él. En la vida. Para unos es el fin de sus vidas. Para otros es la cruz. He aquí reflejadas dos posturas contrapuestas en Internet en dos jóvenes, chica y chico:

«Según tú para poder tener relaciones sexuales se debe estar casado, por que si no, uno fornica. Por Dios, ¿ tú te das cuenta lo que dices?. Dios nos hizo seres libres y pensantes, también sentimos y no necesariamente debemos pedirle a un sacerdote que nos case delante de Dios y dentro de una iglesia. Para amarse sinceramente no es necesario tener la bendición de un sacerdote y haber jurado ante Dios respetar el sacramento del matrimonio. Solo se necesita amor para entregarse a alguien, y Dios es amor, por lo tanto no hay nada pecaminoso!».

El chico replica: Te has hecho un Dios a tu medida, amoldado a tu propio gusto y conveniencia, y, en contra de los Evangelios. Niegas que la fornicación sea un pecado, es más, vienes a decir que es una barbaridad afirmar que sea pecado.. Naturalmente, una chica con semejante mentalidad no interesa como esposa; da igual lo guapa que sea y la posición social y económica que pueda tener, porque no ofrece al cónyuge o marido (tu dirías «pareja») ninguna garantía de fidelidad y estabilidad: si fornicar no es pecado, entonces el adulterio tampoco; y si todo lo amoldas a tu conveniencia, ¿qué te impediría abandonar al cónyuge para irte con otro?. Poco te costaría justificarlo a tu manera. El destino del pobre idiota que se «arrejunte» contigo terminará abandonado (o divorciado, si se llegasen a casar)…, y en cualquier caso perderá el tiempo”.

El tema está abierto a todos. Reflexiona y toma partido según tus convicciones.

MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN

Una ampolla de sangre de Juan Pablo II

Este domingo 1 de mayo en el Vaticano

Una ampolla de sangre de Juan Pablo II será la reliquia a venerar tras su beatificación

Durante sus últimos días los médicos le extrajeron sangre por si necesitaba una transfusión. Al no utilizarlas se conservó en pequeños recipientes.

Actualizado 27 abril 2011

Rome Reports

Durante la ceremonia de beatificación se entregará al Papa una reliquia con sangre de Juan Pablo II. Estará dentro de un relicario preparado por el Vaticano. Durante los últimos días de Juan Pablo II los médicos le extrajeron sangre al Papa por si necesitaba una posterior transfusión. Al no utilizarlas se conservó en cuatro pequeños recipientes.

Su secretario personal, el ahora cardenal Stanislaw Dziwisz guardó dos de estas muestras, mientras que las otras dos quedaron en el hospital Bambino Gesù de Roma, que pertenece al Vaticano.

La sangre se encuentra en estado líquido porque en los recipientes se introdujo un compuesto anticoagulante.

Comunicado de la Oficina de Información de la Santa Sede

La reliquia que será expuesta a la veneración de los fieles, con motivo de la beatificación del papa Juan Pablo II, es una pequeña ampolla de sangre, engarzada en el precioso relicario, que la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice ha encargado para esta ocasión.

Es oportuno explicar brevemente, aunque con precisión, el origen de esta reliquia.

En los últimos días de la enfermedad del Santo Padre, el personal médico encargado realizó tomas de sangre para ponerlas a disposición del centro de transfusiones del Hospital Niño Jesús, en caso de necesidad de una posible transfusión. Este centro, dirigido por el profesor Isacchi, era el encargado de este servicio médico para el Papa.


Sin embargo, no fue necesario realizar ninguna transfusión y la sangre se conservó en cuatro pequeños contenedores, dos de los cuales quedaron a disposición del secretario particular del Papa Juan Pablo II, el cardenal Stanislaw Dziwisz, y los otros dos se conservaron en el citado hospital, devotamente custodiados por las religiosas de este centro. Precisamente éstos son los que han sido colocados en dos relicarios.

Uno será presentado a la veneración de los fieles, con motivo de la ceremonia de beatificación , del 1 de mayo, y luego se conservará en el relicario custodiado por la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, junto con otras importantes reliquias. El otro se devolverá al hospital pediátrico romano del Niño Jesús, cuyas religiosas –como se ha explicado– habían custodiado esta preciosa reliquia durante estos años. La sangre se encuentra en estado líquido, lo que se explica por una sustancia anticoagulante, presente en las probetas en el momento de la extracción.