Europa anima a la abstinencia sexual

Actualizado 17 febrero 2011

El Consejo de Europa anima a la abstinencia sexual

Luis Antequera

…reconociéndola como parte de su política de cuidados preventivos para la salud.

La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, -no confundir con el Parlamento europeo, aunque el prestigio de las recomendaciones de la Asamblea no es menor que las de su homólogo en el seno de la UE- ha aprobado el pasado 28 de enero, su Recomendación 1959, titulada Políticas de cuidados preventivos de salud en los estados-miembro del Consejo de Europa, en la que recoge hasta veinticinco directivas para proteger la salud de los europeos, las cuales invita a adoptar a todos los gobiernos del continente. Pues bien, la quinta de ellas reza como sigue:

“Promover una educación sexual integral de la salud, incluída la abstinencia, para prevenir la propagación de enfermedades de transmisión sexual” (apartado 9.5).

Mientras en España la edad en la que nuestros jóvenes se inician en el sexo no hace más que descender y descender, -según la Encuesta nacional de salud sexual realizada por el CIS en noviembre de 2008, uno de cada tres jóvenes españoles se inicia antes de los 16 años, uno de cada ocho antes de los 14, y uno de cada veinticinco varones ¡antes de los 12!- y algunos creen que ese es el camino de la modernidad y parecen felicitarse por ello poniendo todos los medios para que siga siendo así, en Europa, esa Europa que tan a menudo nos coge a contramano, las indicaciones empiezan a circular en sentido contrario.

Unese la Recomendación del Consejo a las realizadas por otras autoridades mundiales en idéntica dirección o similar. Así por ejemplo el Estrategia nacional de lucha contra el SIDA, aprobada por la Administración Obama en los Estados Unidos, en la que se realiza la siguiente declaración:

“Los siguientes son instrumentos biomédicos y conductuales científicamente probados que reducen la probabilidad de transmisión del SIDA

– Abstinencia de sexo y de drogas: Abstenerse de actividad sexual y uso de sustancias reduce el riesgo de infección por SIDA. En casos en que esto no sea posible, limitar el número de parejas y tomar otras medidas puede reducir el riesgo de adquirir el SIDA”.

Excluir la abstinencia como muchos han intentado y siguen intentando, y mofarse de ella cuando de implementar una política de sexualidad responsable se trata, es una temeridad, y cada vez son más las instituciones mundiales que aceptan que eso es así. Antes, ya lo había hecho la Iglesia.

UNA MISA EN EL INFIERNO

Actualizado 22 febrero 2011

El invierno de 1941 fue uno de los más crudos de entre los que se guardan en los registros rusos. Mediado octubre cayeron las primeras nieves y, aunque después volvió a ascender algo el termómetro, durante la primera semana de diciembre –cuando los soviéticos lanzaron su contraofensiva contra la Wehrmacht a las afueras de Moscú-, el mercurio se desplomó, alcanzando los 32º C bajo cero. Y aún bajaría más.

Para el día de Navidad de 1941, los alemanes llevaban casi tres semanas retrocediendo en unas condiciones penosas, al borde de la extenuación; una increíble negligencia del mando militar les había privado de ropa de invierno y de abastecimientos y alimentos suficientes como para soportar aquellas condiciones extremas. El orgulloso ejército del verano y el otoño se había transformado en una abigarrada turbamulta de harapientos combatientes cubiertos por las más estrafalarias vestimentas, que se arrastraba lamentablemente en busca de cualquier cosa que pudiera servirle de cobijo.

Esa nochebuena, el teniente Schäufler, oficial de una unidad panzer en una pequeña localidad cercana a Orel, estaba resuelto a celebrar la festividad con una misa. Aunque había recibido un telegrama urgente notificándole la cercanía de tropas soviéticas en su sector, decidió ignorarlo. Y se dispuso a habilitar, junto con sus soldados, una iglesia derruida que los bolcheviques utilizaban como almacén desde hacías décadas, pero que aún guardaba intacto el esqueleto de su arquitectura.

Eso sí, había que despejar el medio metro de nieve que cubría el suelo. Después, tapar los inmensos agujeros que, por todas partes, generaban unas gélidas corrientes de aire que aterían al más pintado y, por último, arrancar los gigantescos carámbanos de hielo que cruzaban de parte a parte las ventanas sin cristales.

Cuando el capellán de la división llegó al templo, todo estaba más o menos dispuesto para la celebración. Se habían improvisado unos cirios y hasta algunos adornos navideños e incluso, con unas maderas, los soldados habían levantado un convincente altar. Ochenta hombres de uniforme se agolparon en la parte delantera de la iglesia, tiritando de frío, frente al sacerdote que, espectralmente iluminado por la titileante luz de las velas, pronto se vio coronado por la persistente nieve que se depositaba suave a través de uno de los boquetes de la techumbre.

Al poco de comenzada la ceremonia, y sin que los alemanes hubiesen advertido su llegada debido a la oscuridad reinante, el teniente Schäufler se percató de la presencia de una multitud de rostros -rudos e inexpresivos, situados tras los de sus soldados-, que le resultaron desconocidos. Aunque cada vez eran más numerosos, y al poco ya superaban con mucho a sus propias tropas, pronto pudo observar cómo aquellos ojos transmitían la emoción de la celebración  pese a no entender una palabra de lo que allí se celebraba. No hacía falta. Aquellos seres humanos a los que muchos alemanes consideraban “infrahombres”, se estremecían al conjuro del nombre de Dios, del mismo modo que lo hacían ellos mismos.

Acostumbrados los ojos a la penumbra, Schäufler también observó que, al fondo de la iglesia, se daba cita otro grupo de hombres cuya apariencia era en todo distinta a la de los campesinos; su angustia creció cuando, tras recordar el telegrama en el que se le notificaba la presencia de fuerzas soviéticas en la región, al que había hecho caso omiso, adquirió la convicción de que se trataba, en efecto, de miembros del ejército rojo. Fijó su atención en uno de ellos que permanecía algo al margen, y cuyo rostro revelaba un odio inequívoco. Bajo el confortable abrigo con el que se equipaba el bolchevique, asomaban unas cuidadas botas de oficial.

El capellán impartió la bendición final, y a continuación se hizo un silencio sepulcral. Entonces, un fraseo de armónica rasgó el silencio nocturno, seguido por el susurro de aquellos guerreros vestidos de feldgrau, que entonaron con inmensa devoción las palabras del “Stille Nacht”, el germano y conmovedor “Noche de Paz”. Schäufler creyó ver lágrimas en los rostros de algunos de sus hombres e, increíblemente, advirtió cómo el oficial soviético se destocaba y dejaba la iglesia seguido por sus hombres, también descubiertos.

Terminada la ceremonia, Schäufler dirigió a los soldados a sus puestos con cierta premura, en el temor de que pudiera suceder lo peor. Cerciorado de que el último de sus hombres había abandonado el recinto, el teniente salió del ruinoso templo para encontrarse, repentinamente, en el pórtico derruido al oficial soviético, que le aguardaba indeciso.

En la oscura penumbra heladora, se miraron a los ojos durante unos interminables segundos, y el ruso masculló como para sí: “Christus ist geboren!”

Tendió entonces la mano a Schäufler amistosa y espontáneamente, y el alemán correspondió estremecido. El ruso se reafirmó, con alguna solemnidad: “Christus ist geboren!”. A continuación dio media vuelta, y desapareció en las sombras de aquella terrible y hermosa noche de invierno en que la nieve se amontonaba hasta alcanzar la cintura.

Sí, “había nacido Jesucristo”. Para los rusos, para los alemanes y para todos los hombres aunque, en contra de las enseñanzas del niño que esa noche nacía, anduviesen éstos despedazándose los unos a los otros.

Fernando Paz

«Ella valió la pena»

«Ella valió la pena» asegura Victoria Webster

Una madre del Reino Unido atrasa su tratamiento por leucemia para salvar a su hija concebida

«Mi médico me dijo que yo tenía que escoger y tomar una decisión sobre si yo iba a quedarme con mi bebé. Para mí, no había decisión alguna que tomar».

Actualizado 23 febrero 2011

Notifam/ReL

Una paciente de cáncer inglesa ha tramitado un mensaje poderoso sobre el valor de la vida, luego de que ella rehusara ser sometida a un tratamiento agresivo para su leucemia, en un esfuerzo por salvar la vida de su hija concebida. La niña nació el pasado mes de abril, en perfecto estado de salud.

“Mi médico me dijo que yo tenía que escoger y tomar una decisión sobre si yo iba a quedarme con mi bebé. Para mí, no había decisión alguna que tomar”, dijo Victoria Webster, de 33 años de edad, en entrevista con el periódico The Daily Mail en el Reino Unido. “Ya yo había establecido un vínculo con mi bebé mientras ella crecía dentro de mí, y como madre, yo tenía que protegerla”.

“Los médicos se pasaban diciéndome que yo debía terminar con el embarazo – pero yo estaba resuelta a continuar con el embarazo, y mi esposo Martyn me apoyaba.”

Webster había descubierto que ella sufría de una leucemia mieloma crónica, o cáncer de la sangre, durante una prueba de sangre rutinaria que le hicieron a las 21 semanas de gestación. Los médicos, quienes le dijeron que su prognosis era buena porque se había detectado la enfermedad a tiempo, le suplicaron que comenzara con la quimioterapia inmediatamente. Sin embargo, dicho tratamiento hubiese matado a su hija concebida, Jessica.

En su lugar, Webster optó por un tratamiento menos agresivo, y esperó a que Jessica naciera en abril de 2010 por cesárea, antes de ingerir las drogas más fuertes. En estos momentos, ella está respondiendo muy bien al tratamiento al que se está sometiendo. Ella espera que pronto esté en remisión de la enfermedad.

“Esta es la mejor decisión que he hecho en mi vida. Yo no puedo imaginarme la vida sin mi hija”, dijo Webster.

“Yo estaba aterrada que aún mi tratamiento más templado le pudiera estar causando daño a Jessica, pero, afortunadamente, ella estaba perfectamente bien”, dijo ella.

“Nos compenetramos enseguida – el momento en que la cargué en mis brazos fue maravilloso”.

La mamá de la ciudad de Birmingham también tiene un niño, Lewis, de cuatro años de edad. Ella le contó a la Daily Mail que cuando a ella inicialmente le dijeron que tenía cáncer, “reaccioné de modo extraño; me sentí aliviada porque temía que me iban a decir que mi bebé sufría de algún problema”. Ella narró que “No fue hasta unos días más tarde, cuando la noticia realmente me impactó. Yo me aterroricé de que mi hijo iba a tener que crecer sin su mamá.”

Aborto nunca es medicina

Pro-vidas ingleses: Aborto nunca es medicina

LONDRES, 22 Feb. 11 / 06:33 am (ACI)

Organizaciones pro-vida del Reino Unido apoyaron la negativa del Gobierno de permitir el aborto químico particular sin control de normas sanitarias y explicaron que «el aborto nunca es una medicina para las mujeres«.

El Gobierno inglés rechazó la solicitud de la empresa British Pregnancy Advisory Service -en español Servicio Británico de Asesoría para el Embarazo- que practica el 25 por ciento de los 200 mil abortos que cada año se realizan en Gran Bretaña, para permitir a las mujeres someterse en su casa sin asistencia médica alguna a un aborto inducido en las primeras nueve semanas de embarazo a través del fármaco abortivo RU-486.

El Juez de la Alta Corte de Londres, Michael Supperstone, decretó que permitir estos abortos representa un intento inadmisible de reinterpretar la legislación británica que permite el aborto desde 1967.

Katherine Hampton, portavoz de la Sociedad para la Protección de los Niños no Nacidos, consideró que la decisión del juez Supperstone es «una victoria para las mujeres».

Según Hampton, si los abortistas ganaban el caso se habría enviado el mensaje falso de que no existe ningún riesgo en abortar.

Margaret Cuthill, Coordinadora Nacional de la organización pro vida de ayuda y cuidados para la recuperación tras el aborto, Abortion Recovery Care and Helpline, declaró estar satisfecha con la sentencia pues «el aborto nunca es una medicina para las mujeres. Y este procedimiento tendría el trauma añadido de estar solo en el proceso del aborto».

La RU-486 o Mifepristona es un fármaco que actúa impidiendo que la hormona progesterona desarrolle sus normales acciones fisiológicas en el cuerpo de la mujer. Se utiliza para producir abortos de embriones hasta las nueve semanas de embarazo.

Se llama RU-486, porque es el producto de investigación número 486 de la firma farmacéutica francesa Roussel-Uclaf, filial de la firma alemana Hoechst. Su uso altera el endometrio (pared interior del útero) para impedir la implantación del embrión en la pared del útero materno.

Entre los efectos secundarios de la RU-486 destacan las hemorragias vaginales y accidentes cardiovasculares.

Los «niños» que no quieren crecer

Los «niños» que no quieren crecer: una realidad preocupante.

“Wendy, ¿por qué tenemos que crecer?…
Los adultos organizan el mundo en el que los niños y los piratas juegan.
Debemos agradecerles y compadecerlos por lo demás. Pobres, torpes… atrapados por el decoro, por la humillación ante las autoridades y atormentados por los sentimientos…
Olvídalos a todos. Ven conmigo adonde no tendrás que pensar en las cosas de los adultos… donde siempre seremos niños…”

Hace ya algunos años escribí un artículo que también comenzaba con esta cita del libro “Peter and Wendy” escrito por J. M. Barrie en 1911.

Lo que entonces se conocía como la historia de un niño que no crece y por tanto tampoco muere, hoy en día, desgraciadamente, es el nombre de una enfermedad de tremenda actualidad:”El síndrome de Peter Pan”.

¿Quién no tiene cerca a algún amigo, familiar, o compañero de trabajo, entradito en años, que no quiere crecer, y que, por supuesto, se resiste a asumir las obligaciones y responsabilidades que conlleva ser adulto?¿Cómo reconocerlos?

Según vienen advirtiendo los expertos desde hace varios años, el aumento de esta enfermedad está haciendo estragos no solo entre los adolescentes o jóvenes adultos, sino que se ha ampliado a todas las etapas de la vida adulta. Puesto que, como señala Gary Cross, profesor de historia en la Universidad Estatal de Pensilvania: “la cultura de los niños-adultos responde más a un estilo de vida que a una etapa de la vida”.

Ahora se les llama kidults (kid + adult) pero fue el psicólogo norteamericano, Dan Kiley, el padre de la expresión “síndrome de Peter Pan”, tras la publicación de The Peter Pan Syndrome: Men Who Have Never Grown Up (“El síndrome de Peter Pan, el hombre que nunca crece”).

Según Kiley, estos “eternos adolescentes”, aunque parezcan ser personas muy seguras de sí mismas, suelen tener unos rasgos muy característicos: “irresponsabilidad, rebeldía, cólera, narcisismo, dependencia, manipulación, y la creencia de que está más allá de las leyes de la sociedad y las normas”.

Es más, son capaces de manipular y abducir a los que les rodean, como a los niños perdidos, en aras de unos negocios de éxito ilimitado, de unos proyectos fantásticos, o incluso, de un amor “ideal”, sin asumir como propio los deberes y responsabilidades que estos con llevan.

Y, si las cosas se tuercen (siempre se tuercen), si no llegan los resultados esperados (nunca llegan), o si por el camino “pringa” los sentimientos de los suyos (siempre ocurre), “buscan (…) la culpabilidad de todo lo que sucede a su alrededor, en los demás, sin que nunca se sientan realmente parte del problema, y ni siquiera de la solución”.

Es más, “dentro de su familia creen tener el derecho para exigir a los demás cualquier sacrificio, maniobran para que todo su entorno inmediato esté pendiente de ellos y ser el centro de atención, no toleran ni la más pequeña crítica negativa, aunque esté bien fundamentada”, según publicó el Dr. Antonio Arbulú Neira, en su artículo titulado “¿Te acuerdas de Peter Pan?”.

Pero estos “niños grandes” que, como en el cuento de Peter Pan y su País de Nunca Jamás, solo quieren soñar y volar, que son incapaces de amar , y que son ajenos a los efectos dañinos que su actitud y las consecuencias de los mismos pueden provocar en los demás; tienen siempre a su lado a una “Wendy” que toma las decisiones, asume sus responsabilidades , y además, le justifica ante los demás.

Unas “Wendy” que no son conscientes de que permitir a Peter Pan salir a través de la ventana, en busca del País de Nunca Jamás, para esconderse de sus compromisos, es, generalmente, la causa de muchos conflictos familiares, conyugales y sociales , que minan las relaciones y quiebran los vínculos, en muchos de los casos, de manera irreversible.

¡Gracias Ramón!

“Admira la reciedumbre de Santa María: al pie de la Cruz, con el mayor dolor humano —no hay dolor como su dolor—, llena de fortaleza. —Y pídele de esa reciedumbre, para que sepas también estar junto a la Cruz” (San Josemaría Escrivá de Balaguer, Camino, 508)

No hay en este mundo mayor sufrimiento que el de los padres ante la muerte de un hijo. Quién haya intentado consolar sus corazones desgarrados por el dolor sabe que sobran las palabras. Y más cuando, a los pocos días de su fallecimiento, escribe a sus familiares y amigos esta extraordinaria carta que, con su permiso, tengo el privilegio de compartir con todos ustedes.

Una verdadera lección de amor, de sentido sobrenatural , y de aceptación de la voluntad de Dios. ¡Gracias Mariona!

Hola familia.

Sí. Hemos tenido un milagro. Nuestro peque, desde el momento que pensábamos que lo habíamos perdido (al principio del embarazo) ha sido un milagro.

Me cuesta mucho escribir porque el dolor humano me rompe por dentro. Pero os tengo que decir que Dios existe. Si, Dios nos quiere y nos da mucho. A nosotros nos ha dado a RAMON. Todo por amor. Exagerada? No, en cuestiones de amor es imposible exagerar. Radical? Sí, porque el amor lo es todo o no es nada.

RAMON nació el sábado 15 de enero, prematuro y muy rápido. Lo colocaron en la incubadora durante una semana.
El sábado 22 llegamos con él en casa. Éramos muy felices de ser 7 en casa. La casa se veía llena.

El domingo disfrutamos mucho, todo giraba alrededor de RAMON: el horario; las corridas de las niñas hacia su cunita para ver si dormía o, por suerte, se despertaba para poderlo coger; ahora abre los ojos, ahora parece que ríe, etc.)

La noche del domingo al lunes sólo se despertó una vez para comer.

El lunes 24 por la mañana Pep y yo vimos que pasaba algo extraño y nos fuimos corriendo al hospital.

Al entrar, me lo quitaron de los brazos para reanimarlo.

Allá Pep y yo empezamos a rezar desesperados clamando a Dios la salud de nuestro peque. Una bacteria le había provocado una sepsis.

Al ver que la situación era crítica, avisamos al rector de nuestra parroquia y vino enseguida a bautizarlo.

Justo en el momento del bautizo, RAMON abrió los ojos, parecía que nos estuviera diciendo ‘gracias papis!’. Ya nunca más volvió a abrir los ojos.

Cuando los médicos consiguieron mantener sus constantes, una ambulancia se lo llevó hacia San Juan de Dios.

Allá estuvo en la UCI en situación muy grave pero estable.

Nosotros continuábamos rezando desesperados para que volviera con nosotros. Pero al mismo tiempo pedía a la Virgen María que me ayudara a ser fuerte y serena como Ella, a saber soportar el dolor y a entender que la vida es un regalo de Dios, es su voluntad (y siempre buena).

El jueves 27, cuando parecía que ya iba mejor, una pequeña vena de su cabeza se rompió, provocándole una hemorragia cerebral que ya no tenía ningún remedio. Continuábamos rezando para que pasara un milagro, pero ya no lo hacíamos con aquella desesperación humana, porque notábamos que la Virgen María estaba muy cerca de nosotros. Era como una lucha: la Virgen María tensaba de una manecilla de RAMON y nosotros tirábamos del otro.

El domingo 30 hacia las ocho y media del anochecer al entrar en la UCI nos dejaron coger a RAMON. Sus constantes se mantenían hasta aquel momento. Parecía que nos estuviera esperando. Cuando lo cogimos en brazos, las constantes empezaron a variar, el corazón cada vez iba más lento.

Parecía un Ángel. La Virgen María estaba allá con nosotros tres.

Estuvimos hablando con RAMON un buen rato, le pedimos muchas cosas, le acariciábamos sin cesar. Había mucha paz en aquel rincón de la UCI.

Le pusimos una cruz bendecida por Juan Pablo II en su pecho (hacía días que rondaba por su cama) y rezamos el rosario. En nuestra familia ofrecemos un misterio por cada hijo, así que el quinto misterio es el de RAMON. Cuando acabamos el rosario, Pep rezo la oración de Ángel de la Guarda como hace cada noche con los niños. Yo, dije: ‘Pep, la Virgen María está cogiendo al nuestro peque, se lo lleva con Ella’. Y justo en aquel momento, 31 de enero a las 00:45h, su corazón dejó de latir.

No os explico todo esto para haceros llorar. Os lo explico porque quiero compartir con vosotros esta alegría de ser cristianos. La alegría que nos ha dado nuestro peque desde el momento de su concepción. Un niño lleno de amor. La luz de nuestra vida. Un regalo de Dios. Te queremos mucho RAMON!

Que la fe que nos han transmitido nuestros padres y la abuela, pase de generación en generación. Cultivadla, que nunca se eche a perder.

RAMON ha cumplido su misión en 15 días, nosotros tenemos que luchar cada día para conseguir completar esta misión, el Cielo es para todos nosotros! Allá nos tenemos que encontrar.

¡GRACIAS RAMON!