Un Obispo Suizo y los planes de la masonería en España

INFORMÓ AL CARDENAL PACELLI

Un obispo suizo conoció los planes de la masonería en España, alertó al Vaticano… y acertó

Los vaticinios de monseñor Aurelio Bacciarini, guanelliano, se cumplieron cuando la Guerra Civil ya era inevitable.

Actualizado 4 septiembre 2010

L.L./ReL

El diario L´Osservatore Romano publica este sábado un artículo del historiador Vicente Cárcel Ortí, especialista en el siglo XIX y en la persecución religiosa durante la Guerra Civil, que desvela una de las fuentes que alertaron al Vaticano de los planes de la masonería para la Segunda República.

Se trata del obispo suizo Aurelio Bacciarini (1873-1935), quien desde 1917 era administrador apostólico de la diócesis de Lugano, en el cantón del Ticino. A mediados de 1931 informó al cardenal secretario de Estado, Eugenio Pacelli (futuro Pío XII), de que había tenido conocimiento por fuentes muy fiables de que la masonería planeaba la sustitución del católico Niceto Alcalá-Zamora como presidente de la flamante Segunda República. Lo cual sucedería en mayo de 1936 mediante una maniobra anticonstitucional que terminó de deslegitimar el régimen en las semanas previas al estallido de la Guerra Civil.

Cárcel Ortí desgrana en el diario vaticano todas las iniciativas antirreligiosas adoptadas por la República, y explica cómo, tras las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, los candidatos republicanos «se impusieron sobre los monárquicos con violencia y amenazas antes de conocerse los resultados».

Aurelio Bacciarini

Bacciarini transmitió también «de forma reservada» que «había sabido de fuente segura que la masonería en España estaba ocupando los puestos clave del poder político para controlar la legislación del nuevo Estado mediante una legislación abiertamente anticlerical».

El valor del testigo

Estos datos llegaban al Vaticano también por otras vías, pero el testimonio del obispo suizo tenía un especial valor en la curia romana. Bacciarini era muy apreciado porque su labor como administrador apostólico del Ticino (de mayoría católica) había sido espectacular: impulsó la Acción Católica y logró que en todos los lugares públicos hubiese un crucifijo, al tiempo que en 1926 fundaba un diario católico, el Giornale del Popolo, que se mantiene hoy como una referencia de la Iglesia helvética.

Pero, además, Bacciarini había sido durante años el superior general de los guanellianos, esto es, de los Siervos de la Caridad y de las Hijas de Santa María de la Providencia, congregaciones fundadas por el sacerdote Luigi Guanella (1842-1915), beatificado por Pablo VI y cuyo decreto de canonización firmó en julio Benedicto XVI.

Beato Luigi Guanella

Guanella, que será elevado a los altares el próximo mes de febrero, había sido un íntimo amigo de San Pío X, con quien mantuvo frecuentes conversaciones para orientar la marcha de la Iglesia durante aquel pontificado, y por tanto la opinión de su sucesor en la congregación, monseñor Bacciarini, era muy apreciada y sirvió para orientar la actitud de Pío XI ante el anticatolicismo de Azaña, inspirador del bienio radical (1931-1933) y de la explosión antirreligiosa que cuajó tras la victoria del Frente Popular en febrero de 1936.

La aventura más internacional del camino de Santiago

TODO LISTO PARA EL ESTRENO EN TORONTO

Mel Gibson se une a Martin Sheen en la aventura más internacional del camino de Santiago

Emilio Estévez, hijo del protagonista de «El Ala Oeste de la Casa Blanca», desvela el empeño de su padre, católico y medio gallego.

Actualizado 4 septiembre 2010

L.L./ReL

El próximo viernes, 10 de septiembre, es la fecha: El Camino [The Way], que se empezó a rodar en octubre del año pasado, se estrenará en el Festival Internacional de Cine de Toronto (Canadá). Y para su distribución internacional contará con una empresa bien comprometida: Icon Productions, la productora de Mel Gibson, que de esta forma respalda el empeño personal de Martin Sheen en hacer una película sobre el Camino de Santiago.

De hecho, según acaba de revelar su hijo y director del film, Emilio Estévez, al semanario católico The Catholic Register, fue la insistencia de su padre la que acabó por convencerle de que se embarcara en el proyecto: «No le puedes decir que no a tu padre», alegó.

El verdadero nombre de Martin Sheen es Ramón Estévez. Nació en 1940 en Dayton (Ohio), hijo del inmigrante gallego Francisco Estévez, y cambió su nombre artístico en homenaje al célebre obispo norteamericano Fulton J. Sheen (1895-1979), toda una referencia en los brillantes lustros del catolicismo estadounidense de los cincuenta y primeros sesenta del siglo XX.

Todo comenzó hace siete años. Martin Sheen aprovechó una reunión familiar

Padre e hijo durante el rodaje.

en Irlanda para desplazarse a España y hacer parte del camino de Santiago. La experiencia y el conocimiento de otros peregrinos le cautivaron. Desde entonces no paró de explicar a su hijo Emilio, actor y director nacido en 1962 y hermano de Charlie Sheen, la importancia de rodar una película sobre la principal peregrinación histórica de la Cristiandad.

Y por fin eso es una realidad. El Camino cuenta la historia de cuatro personas que coinciden como peregrinos en la ruta a Compostela. Sheen interpreta a un médico de 70 años que acude a España para completar el Camino que inició su hijo, muerto en su transcurso antes de llegar ante la tumba del Apóstol. Le acompañarán un irlandés enemistado con la Iglesia, una mujer canadiense de carácter cínico que en el recorrido busca una suerte de vaga redención y un holandés que parece perdido.

Metáfora de la vida

Las relaciones entre ellos cuatro durante el recorrido centran la trama de la película, que se transforma en una metáfora de la vida: «Ninguno de los personajes es perfecto en modo alguno. Más bien están algo trastornados, rotos, carecen de un atractivo particular. Es difícil convivir con ellos… para todos ellos. Pero descubren que el Camino forma una comunidad, y que no podemos hacerlo solos. No podemos circular por esta vida por nosotros mismos. Necesitamos la comunidad. Necesitamos la fe. Nos necesitamos unos a otros», explica Estévez, antes de añadir que en El Camino, una historia de «almas rotas», está también muy presente el  humor.

Así, y aunque sin duda el gran acontecimiento del Año Santo será la visita a Santiago de Benedicto XVI el 7 de noviembre, a su renombre internacional contribuirá también la figura del popular Jed Bartlet, presidente de Estados Unidos en la premiada El Ala Oeste de la Casa Blanca, serie que en breve comenzará a reponer Intereconomía TV.