Milagro médico

Se mantiene viva sólo para salvar a su hija

Milagro médico: Nace en Italia una niña de una mujer con muerte cerebral de tres semanas

La madre, una mujer somalí de 28 años, fue mantenida viva para que pudiera gestar a la criatura. Tras dar a luz una hermosa niña, falleció.

Actualizado 29 septiembre 2010

Gilberto Pérez/ReL

Pesa 800 gramos y se encuentra en buen estado de salud. Se trata de la niña que ha nasido en el hospital Santa Ana de Turín de una madre somalí, en estado de coma durante un mes, y que se mantuvo viva sólo para salvar a su pequeña. La niña se llama Edil, como su madre, fallecida en la noche, una vez retiradas las máquinas que la mantenían con vida.

Edil de 28 años de edad, madre de otros cinco niños, hacía tiempo que se encontraba en mal estado de salud. Convencida por uno de sus familiares, viajó a Turín en busca de ayuda y se presentó ante los médicos del Centro Traumatológico de Turín.

Estaba prácticamente ciega a causa de un tumor en el cerebro. Los médicos la sometieron a una delicada intervención de neurocirugía que le devolvió algo de visión. Sin embargo el cáncer se encontraba en un estado tan avanzado que el día 6 de septiembre cayó en coma irreversible, tras cesar de forma definitiva su actividad cerebral.

Muerte cerebral

La mujer fue llevada luego al centro de reanimación del Hospital Santa Ana, donde los doctores certificaron su muerte cerebral. Sin embargo, antes de declarar oficialmente muerta a la mujer y de retirarle el respirador, decidieron hacerle una resonancia magnética, para ver el estado del feto que llevaba en su vientre.

“Considerando el avanzado estado de la gestación y la posibilidad real de hacer venir al mundo a la niña, decidimos hacer ese examen, y el resultado mostró que el feto no había sufrido daños incompatibles con la vida”, señala Evelina Gollo, responsable del departamento de reanimación.

Semana 28

Este lunes la gestación había entrado en la semana 28 y los médicos trataron de extender todo lo posible la permanencia de la niña en el útero. A primera hora del martes se practicó la cesárea a Edil. El empeoramiento de las condiciones de la mujer hizo que los galenos decidieran  practicar la cesárea.

Durante el embarazo, cuando la mujer estaba en coma, el feto se había desarrollado naturalmente, a pesar de la situación de la madre, pero el empeoramiento de la joven madre puso en peligro la vida de la niña.

La niña se encuentra en la unidad neonatal de cuidados intensivos del hospital, como todos los niños que nacen prematuramente. El padre no asistió a la cesárea debido a que la decisión fue tomada de inmediato por los médicos y cuando llegó al centro de salud ya había nacido la pequeña.

Los médicos

“Decidimos que era hora de dar a luz a la criatura, porque los riesgos que corría dejando en el útero eran mayores que los que habría corrido al nacer”, explicó la  profesora Tullia Todros, directora del departamento de obstetricia y neonatología del hospital

«La niña – está bien, estable, tuvo una rápida cesárea que duró unos 10 minutos. Es pequeña, pero animada; ella gritó cuando nació, añadió Todros. “Aunque todo ha ido bien, las condiciones se debe ser muy cauto y esperar a los próximos día”.

La madre, Idil Jimcaala, murió la noche del martes. Los médicos han descubierto que la muerte sucedió a las 22.10, apenas 12 horas después del nacimiento de su hija. Los médicos han retirado las máquinas que la mantenían con vida desde agosto, después de esperar seis horas de observación determinada por la Comisión para la certificación de la muerte cerebral. Técnicamente, la fecha de la muerte, sin embargo, fue a las 16.10 horas, que es el comienzo del período de observación.

Los padres de Chiara se encuentran con Benedicto XVI

Después de la Audiencia General

Los padres de la nueva joven beata Chiara Badano se encuentran con el Papa Benedicto XVI

«Estamos tocando y contemplando las maravillas del amor de Dios», le confiesan al Santo Padre.

Actualizado 30 septiembre 2010

ACI

El Papa Benedicto XVI tuvo un emotivo encuentro con Maria Teresa y Ruggero Badano, los padres de la joven italiana Chiara «Luce» Badano, beatificada el sábado 25 de septiembre.

Al final de la Audiencia General de este miércoles, los Badano se acercaron al Santo Padre para agradecerle que su única hija haya sido elevada a los altares. A su turno el Pontífice les agradeció a ambos por haber hecho posible el testimonio de vida cristiana de esta muchacha fallecida a los 18 años tras una penosa enfermedad.

Según informa L’Osservatore Romano, los Badano afirmaron que «estamos tocando y contemplando con las manos las maravillas del amor de Dios, sorprendidos de que Él haya elegido a dos pobres personas como nosotros para participar en la contagiosa experiencia cristiana de nuestra única hija».

Esta pareja que cumplirá 50 años de casados el próximo 16 de octubre, recordó que «a Chiara la esperamos mucho tiempo cuando no lográbamos tener hijos. Con ella hemos sufrido por la enfermedad y su muerte, pero ahora estamos muy llenos de alegría por la beatificación«.

Los esposos le obsequiaron al Papa una nota de Chiara en la que ella se confía a la Virgen para «tener la fuerza necesaria de no darse por vencida nunca».

En la Audiencia General estuvieron también presentes unos 600 jóvenes llegados de 42 países del mundo para la beatificación celebrada en el Santuario del Amor Divino en Roma.

Para las almas del purgatorio

Actualizado 27 septiembre 2010

La mayor obra de caridad que podemos hacer cada día es sacar un alma del purgatorio.

Para eso, ganar una indulgencia plenaria aplicable a ellas.

Las indulgencias están hoy muy olvidadas: unas veces por ignorancia y otras por menosprecio. Pero si la Iglesia legisla sobre ellas, es porque son verdad; pues la Iglesia no nos engaña.

La Iglesia ha cambiado legislación sobre las indulgencias. Ya no hay aquello de trescientos días o siete años, etc.; porque la gente esto no lo entendía bien. Hoy ha establecido dos tipos de indulgencia: la plenaria y la parcial.

Para ganar indulgencia plenaria, se necesita estar en gracia de Dios, comunión, hacer la obra indulgenciada y un Padrenuestro por el Papa.

La confesión puede hacerse días antes o después. Y una confesión sirve para muchas indulgencias plenarias.
Pero cada indulgencia plenaria requiere su comunión correspondiente. Se puede ganar una indulgencia plenaria cada día.

Se puede ofrecer para sacar un alma del purgatorio, o por uno mismo.

Pero para uno mismo se requiere no tener apego al pecado, ni siquiera venial.

Se puede ganar una indulgencia plenaria cada día rezando el Sto. Rosario en común (bastan dos personas), o en solitario delante del Sagrario.

La indulgencia parcial se puede ganar al besar una medalla o crucifijo bendecidos con indulgencia parcial.

Si una medalla u objeto religioso tiene indulgencia parcial se multiplica por dos el merito del beso, que depende del fervor

JORGE LORING, S.I.
jorgeloring@gmail.com

www.arconet.es/loring
Tel.: (34) 956 87 46 47

Acrobacias en monopatín para evangelizar

Franciscano de la Inmaculada

Un fraile franciscano hace espectaculares acrobacias en monopatín para evangelizar a los jóvenes

A lo don Bosco…utilizando los talentos y habilidades personales para crear un espacio de encuentro entre el mensaje del Evangelio y la juventud.

Actualizado 27 septiembre 2010

Gilberto Pérez/ReL

“Todo por la Inmaculada…nada por nosotros”. Así lo dice uno de los lemas de los Franciscanos de la Inmaculada, una nueva corriente de renovación de la vida consagrada dentro de la espiritualidad iniciada por el pobre de Asís.

Al parecer se lo toman muy en serio, al pie de la letra. “Nada debe ser excluido de nuestro programa para que el mundo sea Mariano, incluyendo la ciencia y la tecnología, el arte y la literatura, el estado del arte y los deportes” se lee en el directorio de la congregación. Así al menos lo ha hecho fray Gabriel, uno de sus tantos jóvenes miembros que ha tomado el monopatín para llevar el mensaje del evangelio a los jóvenes.

El hermano Gabriel no ha dudado en acercarse a los jóvenes utilizando sus talentos deportivos. Monopatín en mano, o mejor dicho, patineta bajo los pies, busca a los adolescentes en sus propios lugares de reunión y ocio. Las rampas de skateboarding australianas han sido testigos de las espectaculares piruetas del habilidoso y original fraile-acróbata sobre ruedas.


¿Qué lo motiva? La respuesta la dan los mismos franciscanos de hábito blanco, como originalmente vestía Francisco y sus seguidores: “En estos ámbitos de trabajo, tan extensos como la tierra, vamos a acelerar el crecimiento de la Iglesia y el advenimiento del reinado del Sagrada Corazón de Jesús en los corazones de todos los hombres”.

“Primero conocer y amar a la Inmaculada nosotros mismos y luego desde allí, hacerla conocer y amar por los otros, usando todos los medios lícitos” dicen los frailes…incluso montar un monopatín.

Un best-seller mundial puede salvar un matrimonio

Ya lo han leído 6 millones de personas

Un best-seller mundial propone un audaz plan de rescate que puede salvar (o preservar) un matrimonio

El auge de la conflictividad matrimonial dispara el número de divorcios. Pero antes de llegar a ese punto aún es posible reconducir las cosas. Un libro lo está logrando en todo el mundo.

Actualizado 28 septiembre 2010

Enrique Rodríguez /El Semanal Digital

Con poco estruendo mediático y miles de cartas de agradecimiento a los autores como principal premio, El desafío del amor (LibrosLibres) ha ido poco a poco labrando su éxito hasta vender más de seis millones de ejemplares en todo el mundo, cuatro de ellos en Estados Unidos.

Un principio sólido y nada sencillo

Y si alguien, juzgando sólo el título, considera que estamos ante una obra cursi o rosa, no tardará en desengañarse. De hecho, Stephen Kendrick y Alex Kendrick buscan todo lo contrario a emociones superficiales. La obra está pensada y escrita para matrimonios en dificultades graves, cuando el romanticismo fácil no es precisamente un aliado.

Apelan a la voluntad y a la decisión, más que al sentimiento. Y la prueba es que su propuesta tiene un timing propio y un plazo severo, aunque admita flexibilidad: cuarenta días. En ellos se trata de llevar a cabo una idea muy políticamente incorrecta: «Si has aceptado este desafío, debes tener clara la idea de que, en lugar de seguir a tu corazón, has decidido guiarlo«, dicen de entrada.

Pocas veces una canción, una película o las declaraciones de un famoso cualquiera formulan un principio semejante. Y, sin embargo, en él reside la clave de la felicidad, sostienen los autores. Por eso proponen un reto: dedicar cuarenta días a superar cuarenta pruebas que nos habitúen a amar a nuestra pareja o, lo que es lo mismo en su lenguaje, a decidir amarla, aunque quizá ya no experimentamos mucha atracción personal por aquel o aquella a quien un día decidimos entregar nuestra vida.

Consejos prácticos

Para cada jornada, los Kendrick proponen una definición o cualidad del amor, la explican desde una perspectiva poco corriente hoy (no incide tanto en lo subjetivo como en lo objetivo, no tanto en el capricho como en la determinación), aportan reflexiones de gran interés, algunos consejos prácticos, y proponen una tarea que tomarnos en serio.

Tanto, que hay que marcar una cruz cuando se haya terminado, y describir cómo se cumplió y si las cosas marcharon como estaba previsto. Hay, pues, una autoevaluación continua que no tiene otra misión que obligarnos a ser fieles al «programa».

Ese programa incluye ejercicios para conocer de verdad a nuestra pareja, sugerencias para sorprenderla, avisos sobre los elementos externos perturbadores de la relación (personas, cosas… incluso nuestros propios sueños antepuestos egoístamente a todo lo demás), etc.

Gran satisfacción entre los que asumieron el reto

Quienes lo han llevado a la práctica no se han arrepentido . Si se siguen sus pautas con rigor e ilusión, el amor llega. Lo cual no quiere decir que los problemas de pareja se solucionen necesariamente: son cosa de dos, y la otra parte puede no estar por la labor. Pero como lo que nos enseña este libro es a decidir amar a aquel a quien un día se lo prometimos, haga él/ella lo que haga, el éxito sólo depende de nosotros.

Por cierto, que incurrimos en cierto reduccionismo al presentar esta obra como útil solamente para quien esté viviendo momentos matrimoniales difíciles. También los que son abolutamente felices (o razonablemente felices, al menos) extraerán puntos de provecho para mejorar las cosas.

Dios muy presente

La Biblia está muy presente en El desafío del amor, así como la propuesta de una conversión personal a Dios, porque, sostienen los autores, el amor que nos exige el matrimonio no puede alcanzarse si Alguien no lo pone en nuestra alma, lo sostiene y lo alimenta. Pero incluso quien no comparta esta idea encontrará interesantes y convenientes para sí las consideraciones que nos ofrecen estas páginas.

Porque se trata, en última instancia, de invertir a largo plazo en un bien valioso, aunque tal vez en las últimas sesiones de vida común cotice a la baja. Si queremos disfrutar del capital durante muchos años, hay que hacer sacrificios, aguantar el tirón e invertir más, aunque el valor de la acción continúe oscilando. Vender a toda prisa para dar el portazo e irse trae peores consecuencia que «desinvertir» en Bolsa: supone renunciar, en este caso, a lo mejor de la vida.

Se bautizó tras una visión demoníaca

El psicodélico catolicismo de Philip K. Dick, el padre de «Blade Runner» y otras películas de éxito

Actualizado 28 septiembre 2010

Pablo J. Ginés/ReL

Cuando Ridley Scott estrenó en 1982 Blade Runner, creó un clásico del cine, una obra de culto a partir de un guión en lo que lo real, lo verdaderamente vivo, era confuso y dudoso. El guión se basaba en una novela de de 1968 titulada “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?», y su autor, Philip K. Dick ha inspirado después otras muchas películas, aunque él nunca llegó a ver el éxito de ninguna de ellas: falleció 4 meses antes del estreno de Blade Runner.

Origen de películas de éxito

Muchos recordarán «Desafío Total» (1990), dirigida por Paul Verhoeven y protagonizada por Arnold Schawarzenneger, basada en su relato «Podemos recordarlo todo por usted» (We Can Remember It for You Wholesale, de 1966). En 1995 se estrenó «Asesinos Cibernéticos» (Screamers), basada en su relato «La segunda variedad» (Second Variety, de 1953). Con mucho más éxito y dinero, en 2002, Minority Report, dirigida por Steven Spielberg y protagonizada por Tom Cruise,  basada en el relato «El informe de la minoría», de 1956. En 2006 apareció una película de animación por rotoscopio, sobre imágenes reales de Keanu Reeves y Winona Ryder, titulada «Una mirada a la oscuridad», como la novela de Dick de 1977 en la que se basaba. Y en 2007, Next, protagonizada por Nicolas Cage, sobre un hombre que prevé el futuro con pocas horas de antelación, basado en la novela de 1954, «El hombre dorado».

En todas ellas, subsiste la duda por lo que es real, lo que solo es un futurible dudoso y lo que es mera ilusión. Y lo mismo puede decirse de la mente de su autor: Philip K. Dick fue de niño a un colegio para jóvenes emocionalmente inestables y ya desde entonces aprendió a hacer trampas en los tests psicológicos y responder lo que el terapeuta esperaba… o lo contrario.

Una vida desequilibrada

En su blog, en junio de 2009, su viuda, Tessa, lamentaba que todos los especialistas diagnosticaron mal a Dick. Le daban píldoras, tranquilizantes o excitantes, y horas de terapias sobre «cómo te ha ido hoy», cuando, según Tessa, «el problema no era el hoy, sino el trauma en su infancia», la muerte de su hermana gemela Jane a los 40 días de haber nacido, en 1928, y años de presión de su madre, que siempre le hizo sentir que era él, y no la niña, quien debía haber muerto. «A Phil le colocaron distintas etiquetas, según la moda del momento: psicosis, neurosis, esquizofrenia, maníaco depresivo, bipolar, drogadicto, de todo. Parece que solo yo sospeché el verdadero problema: desorden asociativo de identidad, también llamado desorden de personalidad múltiple».

Fuese lo que fuese, toda la vida de Phil Dick fue un desorden. Tuvo cinco esposas y varias mujeres más en su vida, sólo al final contó con algo de dinero y le rodeaba la sensación de que todo era ilusorio. Pero hubo un momento clave que afectó a su espiritualidad y le hizo optar por el catolicismo, convencido de la fuerza salvadora de sus sacramentos… y de poco más. Lo explica Emmanuel Carrère, en una de las mejores biografías sobre él: “Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos” (Minotauro, 2007).

“Una tarde de noviembre de 1963, Phil caminaba por los prados que las lluvias incesantes habían transformado en pantanos.  Un pájaro cantó, sobrevolándolo. Phil levantó la mirada.  En el cielo había un rostro, un rostro que abarcaba el cielo. Un rostro gigante, metálico, horrible, que, inclinado hacia él, lo miraba. Aterrado, cerró los ojos. De esa visión no le quedó la forma del rostro, sino su expresión, increíblemente abyecta, como si todos los males del mundo confluyeran allí, en aquella mirada que se filtraba por entre las fisuras que rodeaban la nariz o el lugar donde tenía que haber una nariz. Comprendió que toda su vida había temido ver lo que estaba viendo. La máscara antigás de su padre, que tanto lo había asustado de niño, ya se lo había anunciado. Y ahora por fin lo había visto. Nunca más lo olvidaría, nunca más dormiría tranquilo.”

Phil bajó la mirada, vio sus botas en el barro, lo normal. Alzó los ojos y el rostro seguía allí. “Tú no existes, eres una alucinación de mi cerebro”, afirmó. “Últimamente he sufrido mucho, demasiada soledad y demasiado dolor. Pero tú no existes”. Sin embargo, el rostro bosquejó una mueca sarcástica. Dick salió corriendo. Aún no había probado el LSD, pero sí anfetaminas.

Cuando se lo contó a un psiquiatra, le dijo que todo estaba en su mente, pero “Dick no se dejó convencer, no le tranquilizaba en absoluto saber que algo tan espantoso estaba en su cerebro, y no en la realidad”, explica su biógrafo. Así que intentó explicarse mejor ante el doctor.

“El universo es un tipo que vierte cerveza en un vaso. Esto genera mucha espuma, y nuestro mundo no es más que una burbuja en medio de esa espuma. A veces, algunos vislumbran la cara del tipo que vierte la cerveza, y ya nada es como antes. Eso es lo que me ha pasado”, afirmó.  “¿Quiere usted decir que ha visto a Dios?”, preguntó el psiquiatra.

“Usted ha encontrado a Satán”

Dick acudió entonces a una iglesia católica que frecuentaba un conocido en Inverness, California y pidió confesarse. Probablemente, era su primera confesión, porque era hijo de una episcopaliana divorciada y no practicante. El cura escuchó con atención y le dijo sin rodeos: “usted ha encontrado a Satán”. Aquel diagnóstico al principio reconfortó a Dick: la Iglesia lo tomaba en serio, conocía el problema.  Pero, en su opinión, se quedaba corta: aquella cosa horrible y poderosa no era Satán, era peor, era Dios. Un dios horrendo para un mundo horrendo.

Con todo, decidió convertirse al catolicismo. Cuando se lo dijo a su esposa de entonces, Anne, ella se alegró, y decidieron que ella y sus hijas también se bautizarían. Para ella era un intento de salvar una familia que se hundía. Recibieron unos pocos días de catequesis. A las niñas les asustaba la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía, la idea de “comer la carne y beber la sangre” de Cristo les daba miedo. Anne intentó decir que era sólo simbólico, pero Dick protestó porque, señala Carrère, para él “no valía la pena hacerse católico para racionalizar vulgarmente todos los misterios”.

Más aún, Dick creía desde aquellos días que Cristo había dejado la Comunión a la humanidad para lograr “una especie de mutación, no lo digo yo, lo dice San Pablo, no es culpa mía si se parece a un relato de ciencia ficción. El sacramento de la eucaristía es el agente de esta mutación, así que, por favor, no se lo presentes a tus hijas como una especie de estúpida conmemoración”.

Dick tomaba drogas, tenía alteraciones mentales, y nadie le dio una formación sistemática en la fe, pero su radicalidad con la comunión era perfectamente católica, y despreciaba la visión meramente simbólica que le daba el protestantismo.

“El que come mi carne y bebe mi sangre en mí permanece y yo en él”, dice Jesús en Juan 6,56. Esto, que para muchos es fuente de consuelo, para Dick podía ser preocupante. ¿Y si el dios que “permanece en mí” al comer era ese rostro maligno, diabólico, que había visto él? Esta idea (junto con la de ciertas drogas usadas en grupo para compartir ilusiones) fue la que dio origen a su primera novela con temática “religiosa”, la muy inquietante “Los tres estigmas de Palmer Eldritch”, donde mucha gente vive en un mundo ilusorio controlado por esa divinidad maligna, Eldritch.

Cuando Dick se bautizó católico, buscaba “algo” que lo protegiera de ese dios maligno de sus visiones y que le mostrase la “auténtica realidad”, ya que sospechaba –como se ve en casi todas sus novelas- que el mundo visible era una gran ilusión, conspiración o engaño, manejado por alguna Inteligencia manipuladora.

La ceremonia del bautizo fue hermosa y reconfortante para todos, menos para Dick, que temía que Eldritch apareciese en cualquier momento. Incluso el salmo 139 que se leyó le inquietaba:

“Oh, Dios, tú me has examinado y conocido,
tú sabes cuando me levanto y me siento,
de lejos entiendes mis pensamientos.
¿Dónde podré huir de tu presencia?”

Al final, Eldritch se impone en la novela. Dick, recién bautizado católico, sinceramente intenta dar un espacio al bien y a Jesucristo. Aquel que vino hace 2.000 años, afable, humilde, entregó su vida: y eso es más sobrenatural que el poder manipulador (aunque sea omnipotente) del dios que es maligno, Eldritch. Pero, como dice Carrère, “por muy católico que fuera, para Dick la última palabra debían tenerla el monstruo, las tinieblas y el horror”, en parte por su infancia leyendo a Lovecraft y sus horrores desesperanzados. La novela acaba con los personajes ostentando la marca (los estigmas) de Eldritch.

Católico estrafalario en la California psicodélica

A partir de 1964, la psicodelia se extiende por California. Dick, que siempre había sido un “descolocado marginal”, descubrió que ahora eso era lo que se llevaba. En 1961, sólo consumían LSD 25.000 personas, en 1969 eran 4 millones. Y Dick entre ellas. En el ácido que tomaba, vio confirmada su sospecha: todo era una ilusión, y detrás sólo había maldad y absurdo. Deseaba desesperadamente ser salvado, que Cristo fuese el buen Dios, pero aunque el sol brillaba y el cielo era azul, sentía que todo lo que veía era falso.

Tuvo más esposas, y una vida personal desastrosa. Siempre le faltó dinero. Pero lo más asombroso es que todos esperaban de él ser un estrafalario, y rodeado de descreídos, de agnósticos vagamente budistoides, de rebeldes antisistema, él, al mantenerse católico, era el más estrafalario de todos.  Por ejemplo, a su siguiente esposa civil, Nancy, le recordaba, amargado, que vivían en pecado, porque su matrimonio católico con Anne no había sido anulado.

Sabiéndose en pecado, no podía comulgar, y precisamente comulgar era una de las pocas cosas que le hacía sentirse protegido. Estuvo siempre convencido de que Cristo estaba de forma verdadera, aunque inmaterial, en la Eucaristía. Y le asombraba que un sacerdote pudiera hacer tal prodigio. En sus obras se nota su nostalgia por los sacramentos: a menudo, aparecen como drogas, pero en “Blade Runner”, por ejemplo, es la “caja de empatía” merceriana, una mezcla cienciaficcionera de viacrucis, comunión de los santos y empatía.

Ortodoxo, comparado con el protestantismo “progre”

En 1965 Dick conoció a un símbolo del caos religioso de la época, el obispo episcopaliano James A. Pike, progresista radical que negaba toda acción del Espíritu Santo desde los apóstoles y que, pese a estar casado, vivía con su amante, Maren Hackett, amiga (y una de las suegras) de Phillip K. Dick.

Se hicieron amigos, debatían  para ver quién se creía la herejía más grande o absurda, y de hecho fue el obispo Pike quien introdujo a Dick en el mundo del gnosticismo, con sus sectas antiguas de conocimientos ocultos que solo “los verdaderos iniciados” pueden conocer. Dick entendió entonces que él era un gnóstico.  Pero comparado con Pike, era conservador. Pike se creía cualquiera de las últimas tonterías sobre Jesucristo: que no existió, que fue un esenio usado por astutos judíos o que era un hongo alucinógeno (teoría famosa de un tal John Allegro). Dick se encontraba a sí mismo defendiendo los dogmas católicos, en parte por llevar la contraria, en parte porque en su interior deseaba que fuesen verdaderos.

En 1966, el hijo de 20 años del obispo Pike se suicidó con una escopeta de caza. Dick escribió a Pike: “Yo creo que en el instante que sucede inmediatamente a la muerte, la Realidad aparecerá por fin frente a nosotros. Las cartas quedarán descubiertas, la partida estará terminada y veremos claramente lo que sólo habíamos sospechado o entrevisto en un espejo. Lo dice San Pablo”.

Pero Pike no estaba dispuesto a esperar, y se volcó en el espiritismo, intentando contactar con su hijo muerto y, ya de paso, preguntarle cosas para sus libros de pseudohistoria.  Poco después, también Maren Hacket, la suegra de Dick, sabiendo que el obispo la abandonaría, se suicidó con un cóctel de pastillas. Por el mundo empezaban a circular historias de gente que moría después de un “mal viaje” con las drogas. En 1969, el ya ex-obispo Pike se adentró en el desierto de Judea con un jeep y 2 cajas de cocacolas buscando hongos sagrados alucinógenos. Su cadáver, perdido y deshidratado se encontró unos 10 días después.

Powers: un amigo conservador y bien casado

La vida de Dick siguió tan desastrada como siempre. Su familia volvió a romperse, estuvo viviendo en un centro contra las drogas y en 1972 desembarcaba en Los Ángeles, condado de Orange, acompañado por un joven fan que quería convertirse en su amigo y en escritor de ciencia ficción: Tim Powers, católico practicante y conservador, felizmente casado y, con el tiempo, famoso autor de best-sellers de literatura fantástica, algunas con enfoques católicos e incluso marianos, como la novela de espías sobrenatural “Declara”. El día que se conocieron, las posesiones de Dick se reducían a una maleta vieja, un impermeable y una Biblia de mano.

A Dick le quedaban 10 años de vida, tan caóticos como los anteriores. Sólo la amistad de Tim Power y su esposa Serena aportaban algo de orden en su vida. Su última esposa, Tessa, le dio un bebé en 1973. Tenían un cuadro naïf de una Virgen filipina y le ponían velas.  No bautizaron al niño en una iglesia: Dick le hizo, a escondidas, una cruz con chocolate en la frente, diciendo en griego “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. Y le dio el nombre “cristiano secreto” de Pablo. A estas alturas, Dick sospechaba que el mundo que vemos era una ilusión creada por el Imperio (romano, o americano, o extraterrestre, no estaba claro, pero el FBI estaba implicado) y que en realidad vivíamos aún en el año 70 d.C, que Cristo estaba a punto de volver y que los verdaderos cristianos podían despertar y reconocerse por algunos símbolos, como el pez.

Experiencias (quizá) sobrenaturales

En esta época, Dick se veía poseído a ratos por otra personalidad, Tomás, un cristiano del siglo I, y podía estar horas farfullando cosas ininteligibles en un sofá. Una vez Tessa apuntó las palabras que decía. Como Tessa estaba en aquel momento estudiando lenguas clásicas reconoció (o creyó reconocer) palabras del griego koiné que usaban muchos cristianos del siglo I: poros krater (un tipo de vasija), ananke (fatalidad), rhipidon (un pez espinoso); una expresión en ruso (sadassa ulna), y una en sánscrito (ir leg). Hay que insistir que Tessa no dominaba ninguna de estas lenguas: apuntó, y luego identificó esto como estudiante.

Aunque Dick estuviera mal de la cabeza (¿a veces?, ¿a menudo?) eso no significa que no le pasaran cosas asombrosas y , quizá, sobrenaturales.

En la primavera de 1974, estaba sentado en un sillón escuchando “Strawberry Fields Forever”, de los Beatles, y de repente sintió “un destello de luz rosa deslumbrante, que le traspasó los párpados; advirtió que le habían traspasado una información vital”. Fue a su mujer Tessa, que cambiaba los pañales del bebé y le dijo: “Tess, Christopher tiene una malformación congénita. Tiene la hernia inguinal derecha estrangulada. Ya le ha bajado a la bolsa escrotal. La membrana ha cedido. Tenemos que hacerlo operar inmediatamente”. Insistió hasta que lo llevaron a urgencias del hospital de Fullerton. El doctor Zahan confirmó el diagnóstico y operó al niño en esa noche. Si usáramos el vocabulario de los pentecostales o carismáticos, diríamos que fue una “palabra de conocimiento”, una información sobrenatural recibida de Dios. Su mujer Tess, sigue sin explicárselo.

¿Usa Dios los delirios de un fracasado?

Dick estaba convencido de estar siendo guiado por Dios, y de recibir mensajes de Él. Los intentó transcribir y ordenar, sin éxito alguno, en un diario que llamó “Exégesis”, de 1974 a 1982, año de su muerte, un bloque de ocho mil páginas y un millón de palabras, que, según se anunció el pasado abril, se publicará por primera vez el próximo otoño de 2011 (y un segundo volumen en 2012, en Houghton Mifflin).

El mismo Dick sabía que él no era más que un escritor fracasado con una vida desequilibrada, pero se decía a sí mismo: “es posible que Dios utilice los delirios de un fracasado para sus designios. Sería muy de Su estilo, Sus vías incognoscibles. Si alguien cree en la Resurrección de Cristo, no podrá negar Sus milagros; Su nacimiento del vientre de una virgen.  Si cree en la Santa Virgen, sería imprudente prohibirle aparecer en Lourdes, en Fátima y en otros lugares de los que millones de peregrinos regresan transfigurados. Si cree en esas apariciones, en las curas y en las medallas milagrosas, ¿por qué no creer en la reencarnación, en la influencia oculta de la gran pirámide en la historia universal o en la Exégesis?”

Un día Tessa se hartó de sus locuras y se fue con el niño (como otras esposas suyas antes). Él, después de asegurar a Tim Powers que se encontraba bien, intentó suicidarse combinando pastillas, cortes de muñecas y gases de coche, pero la policía lo encontró a  tiempo  y lo metieron en un hospital psiquiátrico. Allí lo visitaba Doris, una chica episcopaliana, enferma de cáncer, de la que él se enamoró y a la que convenció para que vivieran juntos.

Doris era una chica muy práctica, interesada por la vida parroquial y la atención a sus mendigos y drogadictos; no le interesaban los debates sobre versículos oscuros o teologías. Cuando había problemas de pareja, era Tim Powers quien le llevaba en coche al psicoterapeuta, porque Dick temía ponerse a conducir en el carril contrario buscando suicidarse. Doris, contra toda previsión, se curó del cáncer después de mucha quimioterapia y sufrimiento. Ella lo atribuía a Dios. Dick, que había insultado a Dios por la enfermedad, se sintió vagamente ofendido cuando ella se curó, pero para entonces ya no vivían juntos.

En sus últimos años, Dick se animó a asistir a las tertulias de escritores novatos  de ciencia ficción que Tim Powers organizaba en su casa. Allí, el veterano Dick era escuchado con veneración. Disfrutaba provocando a Powers, fiel al catolicismo y todos sus dogmas. Powers, además, se dejaba provocar, le respondía y discutían: sabía que a Dick le gustaba. Cuando otros tertulianos planteaban cómo un Dios bueno permitía el mal, Powers (un autor que no esconde el mal y grandes maldades en sus libros) respondía: “es una pregunta muy vieja; te basta con leer el Libro de Job”.

Un Dick loco es aceptable, pero no un Dick cristiano

En 1977, Dick “el profeta” que recibía mensajes de Dios, llegó a Francia, al hotel Sofitel, de Metz, dispuesto a anunciar su peculiar “evangelio” en una conferencia de aficionados a la ciencia ficción. Allí había numerosos fans, hijos de mayo del 68, que buscaban a “Dick el paranoico, el drogata, el progre”. Con la camisa desabotonada y una enorme cruz debajo, nadie podía creer que aquello fuese un signo de cristianismo: ¡ya nadie era cristiano, y menos Dick!

El escritor dejó a todos estupefactos cuando empezó a explicar que todo era ilusorio, que el presidente Nixon era el Imperio Romano, que los cristianos clandestinos eran la resistencia y que “cuando el Reino esté de nuevo entre nosotros, ya no recordaremos las tiranías ni la barbarie de la Tierra en la que hemos vivido. Creo que esto ya está sucediendo, creo que sucede desde siempre. Y que Su misericordia nos permite olvidar todo lo que ha sucedido antes”.

A los fans no les gustó nada y su admiración se convirtió en malestar. Podían aceptar un Dick loco, pero no un Dick beato que predicaba el Reino de Dios, por muy heterodoxo que fuese éste.

En sus últimos años escribió “La invasión divina”, una novela que se plantea el tema de la Encarnación: ¿cuánto sabía el Jesús niño o adolescente de su naturaleza divina y de su futuro? Pero con toques dickianos: su protagonista avisa de que todo nuestro mundo en una falsa ilusión, diversas figuras cósmicas (Elías, Atenea, Zoroastro, Shekiná) le orientan en su despertar, etc…  Y una especie de novela-apología del difunto obispo Pike, titulada “La transmigración de Timothy Archer”, donde Dick se convertía en un “paladín de lo concreto” frente a las especulaciones teológicas o filosóficas.

Una muerte católica

El 17 de febrero de 1982 habló con un periodista sobre chaladuras “new age” y la Era de Acuario, y luego lo telefoneó para retractarse. Fue su última conversación. Al día siguiente, sus vecinos lo encontraron inerte, paralizado en el suelo, pero consciente: no podía hablar, sólo mover los ojos. Se sabe que en ese estado un sacerdote católico le administró los últimos sacramentos. Entró en coma durante tres días.

Doris, la chica curada de cáncer, pasó las noches a su lado rezando. Prometió rezar cada día por él, y así lo hizo toda su vida. Sabía que la vida de Dick había sido un gran caos, pero el escritor había buscado a Dios, había deseado a Dios con intensidad, y había estado dispuesto a dejar que Dios lo usase. Había creído en sus sacramentos y en la comunión de los santos, había sido bautizado católico ya adulto, por libre voluntad, y había muerto católico. En 2009, su viuda, Tessa, subastaba, entre otros recuerdos, una Biblia que Tim Powers regaló y dedicó a Dick. Enseguida encontró comprador.

¿Qué hay detrás de los ataques a Ratzinger?

lunes, 27 de septiembre de 2010
Andrea Tornielli


ZENIT.org (Entrevista de Antonio Gaspari y Carmen Elena Villa)

«Lo único que no se le perdona a Ratzinger es que haya sido elegido Papa…» Así termina el libro Attacco a Ratzinger. Acusaciones, escándalos, profecías, complots contra Benedicto XVI, escrito por Paolo Rodari y Andrea Tornielli, y cuya edición en italiano ha sido publicada por Almudi.org - Andrea TornielliPiemme.

Rodari, vaticanista del periódico Il Foglio y Tornielli, vaticanista del periódico Il Giornale, reconstruyen, enriqueciendo con informaciones inéditas, el hecho de cómo la prensa internacional se ha enfurecido contra Benedicto XVI. Ambos estuvieron en el curso The Church up Close que se realizó en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma del 6 al 12 de septiembre, en la que hablaron sobre este tema a los allí presentes.

Para profundizar este tema, ZENIT entrevistó a uno de los autores, Andrea Tornielli, quien ha escrito, entre otros libros, Pio XII. Un uomo sul trono di Pietro (Mondatori 2007) y Paolo VI. L’audacia di un Papa (Mondatori 2009). También es autor del blog Sacri palazzi.

¿Qué cree que hay detrás de los ataques al Papa?

No creo que los ataques vengan de una sola dirección ni que sea un complot. Creo que son varios grupos, varias realidades sueltas y diferentes entre ellas, que tienen un interés que es el de transformar la Iglesia en una secta protestante cualquiera, porque las enseñanzas de la Iglesia molestan.

No me refiero sólo, como muchos podrían pensar, a los temas de ética o de sexualidad sino también a los temas de globalización, desarrollo, defensa del ambiente, política multilateral, entre otras aproximaciones. Estos grupos no necesariamente actúan usando una única orientación pero es claro que critican públicamente y que atacan el Papa. Creo que tienen todo un interés en hacer énfasis a los problemas de la Iglesia como, por ejemplo el escándalo de la pedofilia.

¿Por qué lo atacan? ¿Por qué le han impedido hablar en la Universidad de la Sapienza de Roma en enero de 2008?

Ciertas campañas mediáticas son determinadas por el «hambre» negativo del prejuicio consolidado y para nada corresponden a la realidad que ha dibujado primero el cardenal Ratzinger y luego el Papa Benedicto XVI. Lo quieren hacer ver como un retrógrado conservador, anti liberal y anti democrático.

El caso de la Sapienza es ejemplar porque no sólo fue causado por grupúsculos de estudiantes ideologizados sino también porque investigadores y profesores han «juzgado» a Ratzinger, partiendo de la base de una cita equivocada que fue tomada de Wikipedia (esto debería decirnos algo también sobre el estado de nuestras universidades).

El poder secularizado teme al anuncio de una verdad irreducible, hay lobbies y grupos de poder a los que les molesta la moral cristiana y la enseñanza ética de la Iglesia. En ciertas situaciones la voz de la Iglesia permanece como el único baluarte de una conciencia no anestesiada.

Dice usted que hay ataques externos. ¿Cree que también hay ataques internos?

¡Por supuesto! Esto lo determina un fenómeno que nosotros llamamos una disidencia interna de la Iglesia. Es decir, teólogos e incluso obispos que critican abiertamente algunos aspectos del magisterio de Benedicto XVI. El fin último no son los ataques inconscientes, porque son queridos por alguna maquinaria curial, que facilita algunas crisis que se hubieran podido evitar o apagar a tiempo algunos incendios que en cambio han crecido y se han convertido en un problema más grande.

Siguiendo con el tema, durante el vuelo hacia Portugal el pasado 11 de mayo el Papa dijo «hoy lo vemos de manera realmente aterradora: la mayor persecución de la Iglesia no procede de los enemigos de afuera, sino que nace del pecado en la Iglesia» ¿Cuáles son esos pecados a los que se refiere el Papa y cuáles son los grupos y las personas que crean enemistades al interior de la Iglesia?

La pregunta fue formulada con referencia explícita a los escándalos de pedofilia que tocan a exponentes del clero. La respuesta del Papa fue dramática. Benedicto XVI ha explicado que el ataque más fuerte ha sido al interior, es el pecado en la Iglesia. En el fondo, la historia nos enseña que en los ataques externos a la Iglesia, siempre hay al final una salida reforzada, quizás luego de largos períodos de dificultad, sino de persecución. El ataque interno la demuele. Ahora no son sólo los tremendos, incluso los «espantosos» episodios del abominable crimen de la pedofilia.

Está también el crecimiento de un pensamiento no católico al interior de la Iglesia católica: una realidad denunciada con extrema lucidez desde el papa Pablo VI que hoy lamentablemente persiste. Me sorprendieron, por ejemplo, ciertas reacciones contra la decisión de Benedicto XVI de liberalizar la misa antigua. Reacciones públicas, venidas incluso de obispos. Los ejemplos serían muchos.

El Papa, en la homilía de la misa en la que se concluía el año sacerdotal el pasado 11 de junio, habló en un tono muy específico de herejías y de la necesidad de usar el bastón contra los lobos que quieren ahuyentar el rebaño. ¿A qué se refería?

En nuestro libro analizamos las crisis de los primeros cinco años de pontificado del Papa Ratzinger, no hacemos una lista de posibles herejías. Quisiera recordar que, lamentablemente hoy se difunden en un modo más o menos subterráneo, ideas e interpretaciones que terminan por minar la fe de la gente sencilla y en general la fe católica a toda costa —debe quizás ser más comprensible un debate entre la coexistencia de interpretaciones diferentes pero esenciales de la fe.

En este sentido, como explicaba el entonces cardenal Ratzinger a los inicios de su mandato como prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, el Magisterio tiene el deber de proteger la fe de los sencillos, de quienes no escriben en los periódicos ni van a hablar en televisión.

En este sentido, el Magisterio tiene un deber —decía— «democrático». Creo que un cambio radical que el Papa impide a todos sea el de ser conscientes de que la Iglesia no está «hecha» por nosotros, no se le puede considerar una empresa, no todo puede quedar reducido a reivindicaciones sobre funciones y ministerios, su vida no puede estar planificada sólo con estrategias pastorales. Si aprendiéramos de este constante llamamiento del Papa, a lo mejor muchos opositores abiertos y ocultos comprenderían que el Papa no es un monarca absoluto, sino que obedece a Jesucristo en la transmisión del depositum fidei.

Regresemos al tema de los ataques que vienen de fuera de la Iglesia: Ratisbona, preservativo, Williamsom, abusos sexuales. ¿Qué tienen en común?

Creo que la única verdad que tienen en común es la de haber trasladado la atención de lo que el Papa verdaderamente quería decir o hacer. Por ejemplo, en Ratisbona. El Papa no estaba hablando contra el Islam sino que estaba haciendo un discurso sobre la fe y la razón. Este discurso pasó a un segundo plano desde el punto de vista mediático. Luego, poco a poco se extendió al diálogo con los intelectuales islámicos.

El preservativo es un tema que el Papa nunca tocó en los discursos que dio en África. Este fue un viaje bellísimo: atención de la gente, participación de la liturgia, mensaje importante en lo que tiene que ver con el trabajo del Sínodo y con los aspectos importantes del desarrollo en África, mensajes importantes sobre el desarrollo de una teología africana. Todo olvidado…

Así, en el caso de Williamsom, una iniciativa como levantar la excomunión, que se trataba de un gesto de reconciliación, fue explicada como una gran crisis en las relaciones con el mundo judío. El elemento en común es que no se transmite el verdadero mensaje del Papa.

¿Cómo presenta el libro el caso de Williamsom?

Allí quisimos evidenciar que hubo un problema que siempre puede ocurrir: la información, que fue expedida desde Suecia, cuando fue transmitida la entrevista, no llegó a tiempo al Vaticano. Cuando se decidió concluir y levantar la excomunión, en aquel momento, ni el Papa ni sus colaboradores conocían la entrevista.

El problema, desde mi punto de vista, es que ocurrió después, es decir, que en aquellos cuatro días que pasaron entre la publicación de la entrevista y el anuncio oficial, el decreto ya había sido entregado. Y en aquel período no se hizo nada. Se podía haber dicho a los lefebrianos: «No lo publiquemos, esperemos un mes», se pudo haber explicado el decreto por un cardenal como Kasper o incluso como el Secretario de Estado que dijera en nombre del Papa que estas cosas que dijo Williamsom son inaceptables, que la Iglesia no las ha creído ni las creerá nunca, que el gesto de levantar la excomunión no tienen nada que ver con estas ideas. La culpa es más nuestra —me refiero a nosotros, los periodistas— pero el Vaticano pudo haber actuado mejor.

Y en el caso de Murphy. ¿Muestran la manera como el New York Times ha manipulado la información?

El problema existe, no son casos falsos sino verdaderos, aunque tengan que ver con el pasado. Es una cosa gravísima pero creo que en muchos casos ha habido falta de competencia y de voluntad de entender la totalidad de los factores y se ha querido, de manera directa y un poco gratuita, llegar rápido al Papa, decir que él fue el culpable de esta situación y de este hecho, porque el caso de los documentos del New York Times fueron traducidos con google translator y no correspondían en inglés a lo que en realidad estaba escrito en latín. No estoy juzgando a los otros medios, pero es verdad que hubo una campaña que pretendía llevar la responsabilidad al Papa y que era necesario involucrarlo en esta materia.

¿Cómo analizan las reacciones del Papa frente a estas informaciones distorsionadas?

Creo que hay una gran respuesta del Papa: nunca ha sido la de defenderse atacando a los demás, ni hablando de una campaña mediática de la prensa. Nunca se ha refugiado en las estadísticas como han hecho sus colaboradores. Él ha mostrado a toda la Iglesia y no toda la Iglesia le está haciendo caso.

Él ha mostrado otro punto de vista, que es el de la fe y ha dicho que los ataques más grandes vienen de dentro de la Iglesia. Él llama a éste, un tiempo de gracia y de purificación. Dice «Debemos hacer penitencia y cambiar». Esto yo lo encuentro muy cristiano y muy bello desde el punto de vista del Papa. Me gustaría que esta actitud estuviera más al alcance de todos.

¿Cómo comunicar lo más bello del mensaje del Papa? ¿Cuál es la tarea de los periodistas católicos en el dar a conocer lo más bello que dice en lugar de resaltar lo que dicen otras noticias?

Hablo desde mi experiencia. Yo escribo en un periódico laico, Creo que una perspectiva justa es la de tener en cuenta ciertos títulos, tener en cuenta también ciertas polémicas pero no olvidar nunca el corazón del mensaje.

También porque es necesario recordar que no es verdad que a la gente no le interese el corazón del mensaje. Les interesa más que cualquier cosa. Si uno piensa «La gente está interesada por lo que dice el Papa sobre las parejas homosexuales pero no lo que dice sobre la historicidad de Jesucristo». ¡Al contrario! Hoy hay una ignorancia grandísima de contenidos religiosos. El problema está en que el contenido religioso debe ser expresado, comunicado en modo que resulte interesante. No es cierto que la religión no sea el corazón del mensaje para los lectores.

¿Cómo influyen estos escándalos en el punto de vista del ciudadano común que no necesariamente va a ir a buscar el verdadero mensaje del Papa en el sitio web del Vaticano?

Lamentablemente me di cuenta durante los meses que estuve en Irlanda de algo que no había visto antes, porque en Italia la situación es diferente. He visto cómo una comunicación incorrecta de parte de los medios y de ciertos títulos que vienen citados fuera de contexto, pueden influir sobre la fe de la gente.

Me impresionó porque pensaba que el error de comunicación, el título equivocado manchaba un poco la imagen del Papa, pero confiaba en que esto quedara en los círculos mediáticos y en que la gente tarde o temprano sabría cuál es la verdad. Pero ¡el problema es que la gente no lo sabe! Todos ven la televisión o leen el periódico y terminan por creer que es verdad.

Entonces sí hay una responsabilidad grandísima porque un mensaje equivocado puede tocar la fe de las personas. Creo que es necesario que la Iglesia también lo entienda.

Doy un ejemplo banal: cuando fue publicado El Código Da Vinci, yo di varias conferencias sobre el tema y había muchísima gente con varias preguntas. Conocí a varios sacerdotes que a menudo decían «bueno, es sólo una novela». Ahora, varios años después, hay investigaciones académicas que han demostrado que en Italia, dentro chicos de secundaria, el 25 % están convencidos de que Jesús estuvo casado. ¿Y cuál es la fuente de esta información? No es el párroco, ¡son los medios!

Es necesario darse cuenta de que ciertas mentiras, deben ser combatidas un poco con las mismas armas, no con otras mentiras. Con un mensaje y con un lenguaje que busque el mismo nivel de difusión y de claridad y de interés.

Usted ha escrito sobre un par de libros sobre Pío XII, Pablo VI. ¿Qué relación ve entre los ataques a estos papas y los ataques actuales?

Hay algunas cosas en común, aunque también debo decir que los ataques contra Pío XII vinieron justo después de su muerte, por eso era algo completamente diferente. En cambio los ataques a Pablo VI fueron durísimos en comparación con Ratzinger. La situación hoy es mucho mejor.

Los ataques contra Pablo VI eran feroces, estaban dentro de la Iglesia y eran de una maldad y una fuerza verdaderamente devastadora, tanto que él, después de haber escrito la encíclica Humane Vitae (1968), no pudo escribir más encíclicas para no someter un documento tan autoritario como una encíclica a criticas así de fuertes. Ahora bien, es necesario también tener una visión histórica y creo que hay muchas semejanzas, pero el tiempo es diferente.

Hoy nos encontramos de frente al hecho que para Benedicto XVI hay un prejuicio negativo, que es presentado como retrógrado, como anti democrático y anti liberal y contra la modernidad y esto es, lamentablemente, muy difícil de desmantelar.

En cuanto al caso de Pío XII, se dice que era amigo de los nazis, que era anti semita. Tú puedes escribir lo que quieras, y sacar todos los argumentos que quieras pero es un trabajo dificilísimo, de muchos años, para hacer cambiar poco a poco las ideas. La suerte es que mientras que Pío XII murió sin poder defenderse, Benedicto XVI ha encontrado gente que cuando lo escucha se da cuenta de que el retrato que casi siempre han construido los medios no corresponde a la realidad.

Separaciones y divorcios

jueves, 23 de septiembre de 2010
Juan Luis Lorda


Diario de Navarra

Hablar forma parte de la vida. Si no, ¿cómo convives? Unos y otras encuentran tema en el deporte. Otras y unos, en cambio, prefieren el corazón o los ecos de sociedad.

Con mayor peligro, claro, de que te pase lo que le decía una dama a otra, en la magnífica novela de Tolstoi, Ana Karenina: «Procure no morderse la lengua porque se puede Almudi.org - Juan Luis Lordaenvenenar». Porque en este terreno muchas veces no se respeta el viejo precepto que es «la regla de oro de la moral» y la expresión más elemental de la justicia: «No hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti». En estos días, la separación de una persona de la vida política ha soltado las lenguas de unos y otras. La cuestión no es sólo la del veneno. Es que también se oye mucha confusión.

Que en España el matrimonio ya no es lo que era, lo sabe todo el mundo. Ni es lo que era, ni es lo que es. A base de descosidos legales, hechos sin consulta pública en un tema grave que nos afecta a todos, el matrimonio español ya no tiene ni marido ni mujer, ni padre ni madre, ni compromiso de por vida, ni relación entre los dos sexos. Además, ya no hace falta ningún motivo para divorciarse, sino que se puede hacer a iniciativa de parte. Con lo que un matrimonio español se disuelve más fácilmente que una venta por correo. Con o sin hijos.

Esto y que la gente se casa y se descasa a toda velocidad, lo confunde todo. Los famosos, con reportaje y pose de fotos, debidamente contratado, te explican sus líos. Aunque ya empieza a haber, no una sino muchas estrellas arrugadas de Hollywood que confiesan que, después de 8 maridos, no han encontrado la felicidad. Es que la felicidad, como cualquier cristiano sabe, tiene más que ver con darse que con recibir. Dicho sea de paso, ellos no suelen contártelo de la misma manera, porque si han tenido 8 mujeres, todo el mundo sabe que lo que buscaban no era la felicidad. No somos iguales unas y otros.

El matrimonio español ha cambiado tanto que ya no se parece nada al punto de partida Pero el matrimonio cristiano sigue en el mismo punto de partida: uno con una y para siempre.

Y no va a cambiar a pesar de todas las presiones ambientales, porque lo dijo el señor: «Serán una sola carne, y lo que Dios ha unido no lo separe el hombre». Es bonito, porque responde a lo que reclama espontáneamente el amor. Pero es difícil, porque el amor es difícil. Y las cosas no salen siempre de acuerdo con el ideal.

¿Y entonces? En la Iglesia no existe el divorcio, porque el compromiso es para toda la vida. Existe la anulación que es una cosa muy distinta, y se da cuando se demuestra que no hubo matrimonio. O sea que se casaron mal, o porque no eran capaces o porque no estaban dispuestos a asumir lo que es el matrimonio.

Y existe la separación, cuando hay causa justa. El Código de Derecho Canónico le dedica un capítulo. Separarse es, sencillamente, dejar de convivir, sin que se rompa ni el compromiso de fidelidad ni el matrimonio. Y esto lo puede hacer un cristiano. Todos conocemos a personas a las que la vida ha puesto en esta situación.

Y que la procuran vivir cristianamente, manteniéndose fieles al compromiso contraído, y al ideal cristiano de matrimonio, que no se puede disolver. Son también un elocuente testimonio cristiano en medio de una sociedad atacada de frivolidad. ¿La felicidad? La felicidad está en la entrega, en lo que la vida le pide a cada uno. Es cuestión de responder honradamente a esa voz de la vida, que es la voz de la conciencia y, al final, la voz de Dios. Pero entonces ¿la felicidad tiene más que ver con la conciencia que con el sexo?

Pues sí, mira por dónde. Lo sabe cualquiera que haya vivido un poco. Pero se olvida cuando se habla demasiado, porque se va la fuerza, la fuerza que tiene la vida, por la boca.

Juan Luis Lorda. Facultad de Teología. Universidad de Navarra

Un joven «muere» y regresa a la vida

Actualizado 22 septiembre 2010

De visita en Medjugorje, un jovencito “muere” y regresa a la vida

Un joven, llamado Daniel, viajó a Medjugorje con su mamá, su papá y un buen amigo para el Festival de la Juventud que tuvo lugar del 31 de julio al 6 de agosto de 2010. Durante uno de los días de su peregrinación, hacia finales de la semana del festival, ellos decidieron viajar a la hermosa cascada de Kravice, localizada a diez kilómetros de Medjugorje, cerca del poblado de Mostar en Bosnia Hercegovina.

No eran los únicos [que estaban ahí] de peregrinación. Más de 50,000 jóvenes y más de 500 sacerdotes llegaron de todas partes del mundo para asistir al popular festival. Durante un largo encuentro a medio día, uno de los sacerdotes franciscanos de Medjugorje hizo un breve anuncio, pidiendo a todos que oraran por un joven llamado Daniel. Después hubo un silencio. No se dijo nada más. El sacerdote no compartió los detalles. Nadie sabía entonces por qué estaban orando por él.

Lo que la gente no sabía era que Daniel había estado nadando en las aguas de la cascada de Kravice y acababa de ahogarse. Había pasado siete minutos completos bajo el agua, cuando su amigo se percató que había desaparecido. Lleno de pánico, el amigo buceó bajo el agua, encontró a Daniel, lo sacó a la superficie y llevó su cuerpo sin vida hasta la orilla. El padre de Daniel, un médico, trató en vano de resucitarlo.

Recogieron el pesado cuerpo inerme de Daniel y lo llevaron en automóvil a la ciudad de Mostar, donde estaba el hospital más cercano, a una hora de camino. Pero la apariencia de Daniel era cadavérica. Sus pulmones estaban llenos de agua y cualquier ser humano que no ha recibido oxígeno durante veinte minutos o más, sufrirá inevitablemente un daño cerebral.

En el hospital, el personal médico bombeó el agua de sus pulmones e intentó todo lo posible para reanimarlo. Pero sus esfuerzos fueron en vano. Después de poco tiempo, el hospital lo declaró oficialmente muerto. Los padres de Daniel y su amigo se derrumbaron en el lugar, abrumados por el dolor y la impresión. [Pero] a la mañana siguiente, Daniel comenzó a moverse. Él dijo a su madre: «La verdad no te conozco, ¿pero podrías orar a Jesús conmigo?» Más tarde ese día, recobró totalmente la memoria y preguntó si podrían asignarle una cama más grande, porque no podía estirar sus piernas.

Un gozo y una gratitud indescriptibles brotaron desde la cama de hospital de Daniel, llegando hasta Medjugorje. Y para subrayar las bendiciones que provienen de la caridad, el padre de Daniel había pagado la peregrinación del chico que rescató a su hijo del agua.

En Medjugorje, los milagros abundan y éste es quizá el más llamativo hasta ahora. Por intercesión de María de Medjugorje y las oraciones de los fieles peregrinos, Jesús “resucitó” a uno de entre los muertos, tal como lo hizo cuando recorrió esta tierra hace 2000 años.

Publicado:  El 23 de Agosto de 2010.

Esta historia verdadera fue escuchada de primera mano y transmitida por Nancy Latta, (traductora del Padre Jozo y fundadora de la Casa de Retiro de Nuestra Señora en Medjugorje) a Jordan Lindsey, un peregrino de Medjugorje y seminarista que estuvo presente durante ese Festival de Jóvenes.

Fuentes: blog medjugorjemiracles.com. Visiten su sitio Web en www.christinewatkins.com.

Sor Emmanuel comentó el acontecimiento en la intervención que tuvo en mi Parroquia el 18 de este mes.

Más fuentes sobre el hecho comentado:

www.childrenofmedjugorje.com

Conversión del actor Jim Caviezel

Actualizado 26 septiembre 2010

Entrevistado por José Martínez Colín

–       Para saber, Medjugorje, que significa “entre montañas”, es un pueblo europeo situado en la parte occidental de Bosnia y Herzegovina, cerca de la frontera con Croacia. En esta localidad, presumiblemente, están aconteciendo apariciones de la Santísima Virgen María, y la Iglesia Católica ya está estudiando este fenómeno para poder declarar su autenticidad. En febrero de 2010 el actor Jim Caviezel, quien fue protagonista principal de la película “La Pasión” del director Mel Gibson, después de hacer su sexta peregrinación al Santuario de la Virgen María en Medjugorje, viajó a Viena donde concedió una entrevista a una revista. La entrevistadora le preguntó a Jim sobre su devoción religiosa. Él comentó que fue gracias a su esposa que pudo tener una conversión y acercarse a Dios. Antes pensaba que no tenía tiempo para dedicarle algo a Dios, pues trabajaba intensamente, incluso los siete días de la semana. Estando en Irlanda, su esposa lo animó a hablar con un joven que venía del Santuario de la Virgen, Iván. Este le habló con claridad: “Jim, el hombre siempre encuentra tiempo para aquello que ama. Si alguien que no tiene nunca tiempo conoce a una chica y se enamora de ella, siempre encontrará tiempo para ella. La gente no tiene tiempo para Dios porque no le aman. Dios te está invitando a rezar con el corazón”. Jim le preguntó: – “¿Cómo se supone que he de hacerlo?”

–       Le contestó Iván:- “Empezando a rezar”. En ese momento, dice Jim, las puertas de su corazón se le abrieron. Algo empezó a cambiar dentro de él. Su esposa le había querido enseñar en muchas ocasiones a rezar el Rosario, pero él nunca había querido aprender. Ahora ya quería rezar, aunque no sabía exactamente cómo hacerlo. Una mañana cuando iba al trabajo, le dijo al chofer que lo llevaba al rodaje: “No sé qué piensas acerca de esto, pero querría empezar a rezar el Rosario”. Para su sorpresa, él sólo dijo:- “De acuerdo, recemos”. Elige su camino En la entrevista habló del inicio de su vocación de actor. Comentó que tendría unos 20 años cuando algo interior le decía que su camino era ser actor. Habló con su padre, pero éste le dijo que si Dios le hablaba sería para que fuera sacerdote, pero no actor. Sin embargo él intuía que Dios lo quería como actor, siendo éste también un camino grato para Él. En ese entonces se dirigió al Santuario de la Virgen en Medjugorje y aprendió a rezar, pues no estaba acostumbrado. Ya de vuelta en su casa, trató de continuar: hacía su oración; con toda la familia vivían los sacramentos; mientras conducía el carro llevando a los niños al colegio rezaban juntos el Rosario. Gracias al rezo continuo del Rosario durante el rodaje, decía Jim, podía experimentar una gracia especial. Por ejemplo, sabía que no debía utilizar lenguaje grosero o ser maleducado con los otros miembros del rodaje. Y así se comportó. Gracias a su peregrinación al Santuario de la Virgen María dijo:

“Experimenté la poderosa oración que es el Rosario y el regalo que tenemos cuando vamos a la Santa Misa cada día”. También explicó algunos detalles interesantes de la filmación, que continuaremos comentando, con lo que refleja cómo en cualquier profesión honesta es posible encontrarse con el Señor, recibiendo, además, las gracias necesarias para santificar ese trabajo y llevarlo a cabo de la mejor manera.

Fuente:  www.expreso.com.mx/PortalNovo/sitio/nota.php

José Martínez Colín es sacerdote, Ingeniero en Computación por la UNAM y Doctor en Filosofía por la Universidad de Navarra Correo: articulosdog@gmail.com