Se convirtió tras seguir a Karol Wojtyla

A ejemplo de Juan Pablo II

Marco Tosatti, vaticanista de ‘La Stampa’, se convirtió tras seguir a Karol Wojtyla

09:07 (24-06-2010)

Hace unos meses salió a la venta en las librerías de Italia Nuevos cristianos de Europa, escrito por el periodista Lorenzo Fazzini, que trata de la conversión al catolicismo de diez personalidades europeas. Todos los testimonios son interesantes toda vez que cada encuentro -o reencuentro- con Dios tiene un carácter intrínsecamente íntimo y excepcional. Dicho esto, de la lectura del libro destaca con nitidez el caso de Marco Tosatti, hasta hace bien poco vaticanista de La Stampa.

(José Mª Ballester Esquivias / Semanario Alba). Pese a estar oficialmente jubilado, Tosatti, de 63 años, mantiene una influyente bitácora de información religiosa en La Stampa. Aunque en un primer momento le sorprendió la llamada de un periodista español, poco tardó en aceptar con gusto volver a hablar de su conversión. La conversación tuvo lugar el mes pasado en la sede romana del diario propiedad de la familia Agnelli.

Con su labia veloz -más italiana imposible-, Tosatti empieza hablando de su infancia, trágicamente mutilada por la muerte de su padre -un famoso periodista deportivo- en 1949 en la catástrofe aérea de Superga, en Turín, en la que pereció toda la plantilla del Torino, por entonces uno de los mejores equipos de fútbol de Europa. Tenía año y medio.

Persona antirreligiosa

Hijo de madre católica, fue monaguillo hasta los once o doce años; en la adolescencia se distanció de forma radical de la Iglesia y de la religión. Como tantos otros de su generación. “Llegué a ser una persona sustancialmente antirreligiosa”, admite.

Periodista de raza, durante años escribió sobre temas tan dispares como sucesos, información política, crónica parlamentaria y asuntos educativos. En esta última sección estaba cuando, en 1981, La Stampa le propuso suceder a Lamberto Furno como vaticanista del diario. “Me dije a mí mismo: ¿por qué no? Era un mundo que no trataba desde hacía tiempo, tuve que volver a estudiarlo”.

Durante más de una década cubrió los acontecimientos de Juan Pablo II y de su Curia “bajo un prisma muy laico. No era creyente, si bien me interesaba la espiritualidad en sentido amplio, especialmente las religiones orientales y el islam”. Y no sentía ningún afecto especial por el Papa Wojtyla. “Era una relación estrictamente profesional”.

Sin embargo, a mediados de los años 90, se produce un punto de inflexión. “Me impresionaba la forma de rezar del Papa. Me di cuenta de que era de una humanidad extraordinaria, de una gran inteligencia, y su trayectoria no era en absoluto clerical: no había ido al seminario, era un actor de teatro”, afirma.
Y algo más espiritual habría, se supone. “Cuando le observaba, me daba cuenta de que su fe era como la de un niño, muy sencilla, incluso algo candorosa. Desde entonces, volví a la oración”.

Es el principio de un largo proceso “que aún sigue, porque (se produce un largo silencio) mi fe no está desprovista de dudas. Es una paradoja algo extraña, ya que ahora me parece tan evidente tener que creer en algo….”.

Porque Cristo resucitó

Para Tosatti, la larga duración de este proceso también se debe a “una tensión y hay un tipo de estudio que nunca había experimentado”. ¿Qué significa esto? “Significa que cuanto más leo la historia del cristianismo, más me doy cuenta de que nuestra fe no es genérica, sino que está vinculada a hechos históricos y a creer no sólo en Dios, sino también en los testimonios de los que han pagado y siguen pagando por su fe”.


Prosigue: “El hecho sociológico que más me ha impactado fue cuando uno de los apóstoles -el que más tarde lideraría la Iglesia- traicionó a Jesús en el momento más crítico. Y, poco tiempo después, él y el resto estaban dispuestos a morir por decir que le habían visto resucitar”.


La Resurrección es, pues, el principal motivo de la conversión de Tosatti. “Es el punto central de nuestra fe porque a Dios se le puede creer por lo que demostró. Es decir, por morir y resucitar. Sólo después de ver esto, sucede algo en la cabeza y en el corazón. Históricamente es inexplicable”.
El informador que lleva dentro vuelve a escena cuando se le pregunta cómo su conversión ha influido en su trabajo. “Ha influido en el sentido de que sentí la necesidad de profundizar más. Si pude haber sido superficial -y lo fui-, ahora mi responsabilidad es ser preciso. Porque mi primer deber es informar. Primero soy periodista y luego viene el resto”.


Obviamente, no olvida a Juan Pablo II, cinco años después de su muerte, e insiste en decir que “no fue un hombre de Gobierno sino un gran místico y una figura cuyo cometido era galvanizar a la Iglesia y hacer redescubrir al mundo la belleza de ser cristiano”. Con Tosatti, sin quererlo, lo consiguió.
Su trayectoria de vuelta a la fe sería incompleta sin mencionar el ascendiente que sobre él ha tenido Camino, el libro de san Josemaría Escrivá. “Una obra que tiene una gran riqueza de amor, de las que ayudan en la existencia de uno”. ¿Pero no hasta el punto de adherirse al Opus Dei ? “No”, dice mientras sonríe. “No sé qué harían con un numerario o supernumerario como yo”.

Pregúntale al Sacerdote

Nuevo espacio para hacer consultas a un cura

La Gaceta de la Iglesia lanza este nuevo espacio en el que se podrán formular preguntas a un sacerdote. Evaristo de Vicente, contestará a las cuestiones que le queráis plantear en este foro.

Según nos cuenta el propio Evaristo de Vicente: «Deseo en este espacio que pueda preguntar quien quiera, cristiano o no, aquellas cosas que de tener a “un cura a mano” se las preguntaría; pero hay un problema en esta vida de estrés y de urgencias y falta de tiempo: no tenemos un cura a mano. Bien. Este espacio quiere atender a esta “escasez de clero”. Aquí tenéis a un amigo sacerdote que podrá ayudaros en lo que él pueda.»

Para mandar tu pregunta sólo tienes que introducirla como un comentario al pie de esta página. La respuesta se publicará, lo antes posible en La Gaceta de la Iglesia.

Pincha aquí para ver tus PREGUNTAS al sacerdote y las RESPUESTAS que el te da.

Relato del fallecimiento de san Josemaría

El 26 de junio de 1975 falleció Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer de forma repentina en Roma. El mes de mayo anterior había hecho su último viaje a España, donde recibió la medalla de oro de su ciudad natal (Barbastro) y visitó el cercano Santuario de Torreciudad, que él había promovido y que estaba a punto de ser inaugurado. Su fallecimiento supuso el fin de la etapa fundacional del Opus Dei y el inicio, en palabras de su sucesor Monseñor Álvaro del Portillo, de la «etapa de la continuidad y la fidelidad». Mons. del Portillo fue testigo privilegiado de las últimas horas en la tierra de san Josemaría.

El 26 de junio de 1975, último día de su vida en la tierra, el Padre se levantó a la hora acostumbrada. Celebró, ayudado por don Javier Echevarría, la Misa votiva de la Virgen en el oratorio de la Santísima Trinidad, a las siete y cincuenta y tres minutos. A la misma hora celebraba también yo en la sacristía mayor, porque aquella mañana nuestro Fundador deseaba ir con don Javier y conmigo a Castelgandolfo, para despedirse de sus hijas de Villa delle Rose, ya que estábamos a punto de salir de Roma. Se encontraba físicamente bien, y nada hacía prever lo que sucedería poco después. (…)

El Padre volvía de Villa delle Rose indudablemente cansado, pero sereno y contento. Atribuyó su malestar al calor. A las once y cincuenta y siete entramos en el garaje de Villa Tevere.

Saludó al Señor en el oratorio de la Santísima Trinidad y, como solía, hizo una genuflexión pausada, devota, acompañada por un acto de amor. A continuación subimos hacia mi despacho, el cuarto donde habitualmente trabajaba y, pocos segundos después de pasar la puerta, llamó: ¡Javi! Don Javier Echevarría se había quedado detrás, para cerrar la puerta del ascensor, y nuestro Fundador repitió con más fuerza: ¡Javi!; y después, en voz más débil: No me encuentro bien. Inmediatamente el Padre se desplomaba en el suelo.

Para nosotros, ciertamente, se trataba de una muerte repentina; para nuestro Fundador, en cambio, fue algo que venía madurándose –me atrevo a decir–, más en su alma que en su cuerpo, porque cada día era mayor la frecuencia del ofrecimiento de su vida por la Iglesia y por el Papa.

Estoy convencido de que el Padre presentía su muerte. En los últimos años repetía frecuentemente que estaba de más en la tierra, y que desde el Cielo podría ayudarnos mucho mejor. Nos llenaba de dolor oírle hablar así –con aquel tono suyo fuerte, sincero, humilde–, porque mientras pensaba que era una carga, para nosotros era un tesoro insustituible. (…)

En todos los países, los medios de comunicación social la difundieron con veneración y respeto: era el reflejo de la impresión que recibieron directamente los periodistas que acudieron a Villa Tevere. En los días siguientes fueron apareciendo numerosísimos artículos y programas de radio y televisión, en los que se ponía de relieve la importancia de la obra de nuestro Fundador en la vida de la Iglesia. Su fama de santidad quedó aún más patente desde el momento de su muerte.

Me consoló mucho recibir la cariñosa respuesta del Santo Padre Pablo VI a la información que le había enviado en mi calidad de Secretario General de la Obra. A través de Mons. Benelli, el Papa expresó su condolencia y nos dijo que también espiritualmente rezaba junto al cuerpo de «un hijo tan fiel» a la Santa Madre Iglesia y al Vicario de Cristo. Antes del funeral público, llegó a Villa Tevere un telegrama de la Sede Apostólica. El Romano Pontífice renovaba la expresión de su condolencia, manifestaba que estaba ofreciendo sufragios por el alma de nuestro Fundador, y confirmaba su persuasión de que era un alma elegida y predilecta de Dios; concluía impartiendo la Bendición apostólica para toda la Obra. Como es costumbre, el telegrama llevaba la firma del Cardenal Secretario de Estado, que se unía de todo corazón a nuestro dolor, y a los sentimientos de Pablo VI, quien deseaba hacernos llegar lo antes posible aquellas líneas.

Llegaron a la Sede Central del Opus Dei miles de telegramas y cartas desde los cinco continentes: además de expresiones del más sentido dolor, reflejaban concordemente la convicción de que había muerto un santo, uno de los grandes fundadores suscitados en la Iglesia por el Espíritu Santo.

Federico M. Requena y Javier Sesé, Fuentes para la historia del Opus Dei, Ariel, Barcelona, 2002. pp. 150-152

De las tinieblas, a la luz

Próxima apertura de una Comunidad del Cenáculo en Barcelona

Sor Elvira empezó rezando por la gente sumida en el pozo de las adicciones y terminó por poner en marcha casas donde viviesen alejados de la droga y el alcohol. Hoy, la Comunidad del Cenáculo está extendida por todo el mundo y sana las heridas, a través de la oración, el trabajo y la amistad. Incluso, en torno a la Comunidad, se han creado ramas de consagrados, familias voluntarias y hasta misiones en Iberoamérica.

La Comunidad del Cenáculo, de Lourdes, al completo, en el jardín de la Casa

Un informe de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, publicado el jueves pasado en Viena, certificaba que España, junto al Reino Unido, es el principal país europeo consumidor de cocaína. La mayoría de los expertos en adicciones coinciden en que la drogodependencia es el síntoma visible de un problema anterior. El Papa Juan Pablo II señaló, en varias ocasiones, que la raíz de la adicción a las drogas se encuentra «en un vacío existencial, en la falta de confianza en sí mismo, en los demás y en la vida». La consecuencia es una terrible desesperanza que invade las vidas de las personas que sufren una adicción. Y en España, hay muchas.

La Comunidad del Cenáculo, iniciada hace 27 años en Saluzzo, Italia, por sor Elvira, pone solución a este problema: acoge a las personas que viven en la tristeza por una adicción, y trabaja en torno a tres pilares: oración, trabajo y amistad. Hoy día, 58 casas repartidas en 15 países viven de la Providencia para reeducar a las personas perdidas en el camino del amor, para que pasen, de las tinieblas, a la luz. La más cercana a España es la de Lourdes, en Francia, en la que viven 7 españoles, algunos de los cuales vendrán a la diócesis de Tarrasa, el próximo domingo, para dar su testimonio en un Encuentro en el que se reunirán familiares y amigos de esta institución, que llevan años rezando para que se abra una Comunidad en Barcelona. Incluso hay una casa propuesta que, uno de los responsables internacionales, el padre Stefano, visitará para continuar con el proceso de apertura.

Decía Benedicto XVI, en su Viaje apostólico de 2007 a Brasil, cuando visitó las Haciendas de la Esperanza -iniciativas de estructura similar a las Comunidades del Cenáculo-, que «la reinserción en la sociedad constituye una prueba de la eficacia. Pero lo que confirma la validez del trabajo son las conversiones. No basta curar el cuerpo; es necesario adornar el alma con los dones divinos más preciosos recibidos en el Bautismo».

Amigos del Cenáculo

Sor Elvira no pone en marcha una casa si no hay oración que la sostenga. Esa es la labor de los Amigos del Cenáculo. En España, en San Cugat del Vallés, la parroquia San Juan Bautista se reúne cada lunes para rezar por que pronto se cree una Comunidad. Javier García, un feligrés, señala que «es fundamental que tantos chicos y chicas que están sufriendo en España no sólo se curen físicamente, sino que se renueven espiritualmente. Necesitamos hombres y mujeres con una fe madura».

También en Madrid, en una parroquia de Boadilla del Monte -Santo Cristo de la Misericordia-, se juntan para rezar cada miércoles. Rosario Torrent conoció el año pasado a la Comunidad en la Fiesta de la Vida, que tiene lugar cada mes de julio en la Casa Madre, en el aniversario de la fundación de la primera casa en Saluzzo. «Allí pensé que esto era un milagro: no hay medicinas ni psicólogos, sólo oración. ¡Cómo no vamos a tener esto en España, con la necesidad que hay!» Rosario acaba de hacer una experiencia de 10 días en una Comunidad de Turín, y sólo puede hablar del «amor que hay entre ellos. Y de que Jesús nunca está solo en el Sagrario».

Hechos, no promesas

Cuenta la fundadora que todavía no tenían capilla en la Casa Madre cuando llegaron los chicos: «Fue una gran sorpresa cuando un muchacho, en lugar de ir a trabajar, se sentó a mi lado y me preguntó qué hacíamos.¡Rezamos! Le contesté. Se paró, escuchó el salmo y él también leyó una frase. Después de él llegó otro, y otro… Así entendí que los jóvenes me pedían que los ayudase a encontrar a Dios». La oración fue clave para Juan García, que lleva 6 años y medio en la Comunidad de Lourdes: «A los 5 meses de entrar, me fijé en el sol, en la primavera que llegaba, y me dije: ¿Pero te das cuenta cómo ya no veías nada de la belleza de la vida? Me sentía amado, siempre había alguien que me preguntaba cómo estaba, y comencé yo también a querer a los demás». Juan llegó hasta la Comunidad de Lourdes gracias a la oración de su hermano, que años antes entró en una de las casas de Italia. La cadena no se rompió: Juan pasó meses rezando por otro de sus hermanos que vivía en París, y que, finalmente, entró en la Comunidad de Medjugorje.

Desde el primer día que llegan a la casa, un ángel de la guarda de carne y hueso los acompaña día y noche. El objetivo es sujetarse unos a otros cuando se caen. Para Juan, esta figura fue fundamental, ya que, cuando llegó, «venía lleno de soledad y tristeza, porque me quedé sin amigos, sin nadie… Aquí te relacionas con las personas de una forma nueva, es amistad pura».

Ahora Juan es el ángel de la guarda de los nuevos chicos españoles que llaman a la puerta del Cenáculo francés.

Cristina Sánchez

Se estrenará el próximo otoño

«THERE BE DRAGONS» ESTÁ EN LA ETAPA DE POST-PRODUCCIÓN

La película del fundador del Opus Dei se estrenará el próximo otoño

ReL ofrece las primeras imágenes de este filme sobre el amor y el perdón basado en la vida de san Josemaría Escrivá de Balaguer.

Actualizado 29 junio 2010

R.R./ReL

«There Be Dragons», la película que cuenta algunos episodios de la vida del fundador del Opus Dei, san Josemaría Escrivá de Balaguer, se encuentra en fase muy avanzada de post-producción y su estreno se espera para éste próximo otoño.

El largometraje está dirigido por Roland Joffe (director de las oscarizadas «Los gritos del silencio» y «La Misión»; ésta última, interpretada por Robert de Niro y Jeremy Irons).

Personaje decisivo

Como señala Alfonso Méndiz en su blog «Jesucristo en el cine», «There Be Dragons» no es una biografía de este santo español canonizado por Juan Pablo II en octubre de 2002. Aunque la historia sí arranca con ese acontecimiento. Según algunas sinopsis que se han difundido en Internet, el filme comienza cuando un periodista es enviado a Roma a cubrir la noticia de la canonización de san Josemaría y, al repasar su biografía, descubre que fue el gran amigo de su padre, ahora moribundo, y con el que siempre se ha llevado fatal. La investigación del periodista, el reencuentro con su padre, los intensos flash-backs que retrotraen la historia a los duros enfrentamientos durante la guerra civil española… Todo esto proporciona al filme un aire épico que se ve enriquecido por una delicada historia de amor. San Josemaría es, por tanto, un personaje secundario, pero decisivo en el contexto que narra la película y en el planteamiento del tema de fondo: el amor y el perdón.

Un reparto estelar, una española

El filme es una co-producción argentina, norteamericana y española, en cuyo dossier de prensa se la define así: «Una historia repleta de acción que transcurre durante un tiempo homicida de la historia y que finalmente ayuda al presente revelando la importancia y el eterno poder del perdón».

El reparto de «There Be Dragons» estará encabezado por Charlie Cox (trabajó en «Stardust» y «Casanova»), que encarnará a Escrivá de Balaguer, y cuenta también con Geraldine Chaplin (en decenas de películas tras «Doctor Zhivago»), Olga Kurylenko («Quantum of Solace», entre otras), Derek Jacobi («Gladiator»), Dougray Scott («Misión imposible») o la española Belén Rueda («El orfanato»).


SAN MIGUEL ARCANGEL

29 junio

SAN MIGUEL ARCANGEL. MENSAJE DADO POR LA VIDENTE NELI. (FUENTE. REVISTA MARIA MENSAJERA AÑO 99)


SOY SAN MIGUEL ARCANGEL, EL CAPITAN DE LAS MILICIAS DEL CIELO. HERMANOS, SEGUID EN EL CAMINO DE LA MADRE DE DIOS, QUE YO OS PROTEJO, EN TODAS VUESTRAS VIDAS Y EN VUESTRAS CAIDAS Y EN VUESTROS ENEMIGOS, QUE VYO LUCHANDO POR TODOS LOS CAMINOS. DONDE ESTA MARIA ESTOY YO, PORQUE EL ENEMIGO, DONDE ESTA MARIA, LO QUIERE DESTRUIR.

LLAMADME Y RECITAD LAS ORACIONES QUE YO OS DIGO, HERMANOS, EN EL CIELO ESTAN CONTENTOS PORQUE VOSOTROS HACEIS CASO DE MARIA. ELLA ES LA CAPITANA, ELLA ES LA MADRE QUE ACOGE A TODOS SUS HIJOS. YO OS PROTEGERE Y OS DEFENDERE DE TODOS LOS ENEMIGOS PORQUE AUNQUE NO LO CREAIS TENEIS MUCHOS, MUCHOS. PORQUE TODO LO QUE ES DE MARIA EL ENEMIGO LO QUIERE DESTRUIR.

VOSOTROS HERMANOS MIOS, COGED EL ESTANDARTE DE MARIA Y DECID QUE SOIS LOS APOSTOLES DE ESTOS ULTIMOS TIEMPOS Y QUE LE SEGUIS A MARIA. VAIS A ENTRAR EN EL CIELO CON VUESTROS ESTANDARTES Y ELLA OS ESPERARA A LA HORA DE VUESTRA MUERTE.

ELLA NO OS DEJA, ELLA NO OS DEFRAUDA, EL HOMBRE SI, PERO DIOS Y ELLA ESTAN CON VOSOTROS, HERMANOS.
SEGUID A MARIA QUE ES LA MADRE DE LA HUMANIDAD. ELLA VIENE A ADVERTIROS DE LOS MALES DE ESTA TIERRA Y TENEIS QUE REZAR EL ROSARIO TODOS LOS DIAS, TODOS! PARA QUE SE SALVEN MUCHOS HERMANOS VUESTROS.

YO OS BENDIGO, EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPIRITU SANTO.

OS DEJO HERMANOS POR AHORA, PERO YO VOY EN VUESTROS CAMINOS QUE SON CAMINOS DE DIOS.

SAN MIGUEL ARCANGEL.