Son famosos, tienen fe y no les importa decirlo

Bono (U2), Ennio Morricone, Charlie Cox, Neal McDonough, Jessica Rey, Jesús Navas, Marin Cilic, Mike Rounds: nadan contra corriente para promover valores cristianos

Jorge Enrique Mújica, LC

Si ya de por sí es raro encontrarse con algún famoso que tenga fe, esté a favor de la vida o nade contra todas esas posturas ideológicas imperantes (homosexualismo, divorcio, eutanasia, etc.), resulta todavía más inusual que además lo diga.

Pero, los hay y aunque nadan contra corriente no se arredran. Promueven los valores auténticos y lo hacen con ilusión.

Mujeres con fe

Jessica Rey fue mundialmente conocida a raíz de su intervención en la serie Power Rangers, en 2002. Posteriormente trabajó en series como Rules of Engagement y General Hospital. Ahora también es conocida por sus profundas convicciones católicas; convicciones que no le apenan compartir y por ello predica la castidad a través de conferencias y también por medio de su marca personal de ropa: ReySwimwear. Se trata de bañadores que se distinguen por su modestia, sin estar peleados con lo último en la moda.

Dina Páucar es otra famosa que abrazo la fe. Cantante folclórica en Perú,  a inicios de mayo de 2010 se convirtió al catolicismo, recibió el bautismo, la primera comunión y el sacramento del matrimonio: “lo hago por cumplir el sueño de formar una familia”, aseveró. O lo que es lo mismo: fe robusta, familia fuerte y unida.

No sólo son mujeres

Se suele decir que la fe es una cuestión de mujeres. Nada más alejado de la realidad, además de falso. Algunos ejemplos.

Cuando la fe se convierte en autenticidad de vida es cuando se le da también el nombre de coherencia. Y coherencia fue la que vivió el actor Neal McDonough, quien rehusó grabar escenas explícitas de sexo con la actriz Virginia Madsen para la serie Canallas, a inicios de 2010. Ciertamente, no es la primera vez que tomaba este tipo de decisiones. En la serie de la cadena ABC, Mujeres desesperadas, McDonough rechazó escenas eróticas con Nicolette Sheridan. Neal está casado, tiene tres hijos y es católico.

Ennio Morricone es mundialmente conocido por bandas sonoras de películas como La Misión (1986), si bien ha compuesto más de 450 partituras para cine. Es este hombre, de una trayectoria importantísima, quien afirma que en sus composiciones, “como creyente, esta fe está siempre presente allí, pero corresponde a los otros darse cuenta de ello”. Y refiriéndose al Santo Padre, con quien comparte el gusto por la música, Morricone dice: “Me parece que es un Papa de mente sabia, un hombre de gran cultura y de gran fuerza”.

Otro compositor cuya fe repercute en su música, aunque de otro estilo, es Bono, líder la afamada banda irlandesa U2. En declaraciones a la revista Rolling Stone, recogidas por ForumLibertas.com (cf. 23.09.2009), Bono afirma que la canción Magnificent está inspirada en el Magnificat, cántico mariano, (del Evangelio de Lucas, capítulo 1, versículos 46 al 55). Otras canciones interpretadas por U2, de este corte, han sido Gloria o Rejoice, del LP October, de 1981.

Charlie Cox es el actor que da vida a san Josemaría Escrivá de Balaguer en la película There be dragons. Ha sido su interpretación del santo fundador del Opus Dei lo que le ha llevado a crecer internamente. Bautizado católico, la caracterización de un personaje de semejante altura espiritual está dejando en Cox serias repercusiones, positivas y de acercamiento a la Iglesia, “a la que nunca he dejado de acudir”, según refiere el actor.

Deportistas y políticos de fe

Los deportistas no se quedan detrás de los actores y cantantes famosos. Es el caso del tenista Marin Cilic, el jugador más joven del top ten de la ATP. En 2009 fue quien eliminó a Rafael Nadal. Nada menos. Sin contar que también dejó en el camino del open de Australia a Juan Martín del Potro y Andy Roddick. Pero además de buen deportista y joven –tiene 22 años– no tiene reparo en declararse católico y devoto de la Virgen de Medjugorje, lugar donde nació.

Otro deportista sin miedo a hablar de fe es el jugador de futbol español Jesús Navas. El delantero del FC Sevilla y miembro de la selección española reconoce que la fe y su familia fueron los dos factores que le ayudaron a superar graves crisis de ansiedad que imposibilitaban un óptimo rendimiento deportivo. Jesús Navas ha mostrado en algunos partidos unas botas de fútbol en las que se puede leer una leyenda: “Dios es amor”. Como el título de la primera encíclica de Benedicto XVI.

Política y fe no están reñidas, aunque a muchos les gustaría. Un ejemplo de hombre de política, y también de fe, es el republicano católico de origen cubano, Marco Rubio. De él han dicho algunos: “Marco es un firme defensor de la vida, es un hombre de familia, leal, apasionado”. Y todo gracias a la sustancia que está detrás: la fe católica. Y como su fe más que un obstáculo es un punto de apoyo, se perfila como uno de los rostros más importantes de la política estadounidense.

La cultura pro vida es defendida, sobre todo, por políticos que tienen una clara consciencia del valor de la vida humana desde su concepción. En este sentido, el gobernador de Dakota del Sur, Mike Rounds, afirma sin cortapisas que “el fin de los gobernantes debería ser proteger la vida”.

Casado y con cuatro hijos, Rounds afirma que “como político estoy obligado a pronunciarme sobre el aborto […] Los niños son, de cara al futuro, nuestra fuente más valiosa. A veces olvidamos que el destino de la raza humana dependerá de la forma en que cuidemos a nuestros hijos y a nuestros nietos”. ¿Qué le da esa fuerza en sus palabras? Reza todos los días de forma habitual: “Mis padres eran católicos practicantes –dice– y las personas a las que más he admirado por la forma de vivir su fe. En aquella casa, la religión formaba parte del día a día, jugaba un papel muy importante en nuestras vidas. Estoy muy agradecido por ello”.

En otra parte del mundo, en España, también hay testimonios valiosos de fe en el mundo de la política. Es el caso de Arantza Quiroga, presidenta del parlamento vasco. En ningún momento ha ocultado su postura pro vida en un país donde el gobierno socialista ha impuesto y legalizado el asesinato de niños en el vientre de sus madres: “Soy consciente de no estar con el espíritu de los tiempos pero es una causa que cada vez congrega a más gente, más allá de los fieles católicos”, declaró Quiroga a la revista Familia Cristiana, edición Francia. Esta católica tiene la valentía de decir: “Si tuviera que elegir entre mi conciencia y mi carrera política, no dudaría: me iría a mi casa”. Con razón está donde está.

Jarzy Buzek no es católico, sino protestante. Su amor a Cristo le ha movido no sólo a actuar como cristiano en el parlamento europeo, sino también a reconocer el papel de la Iglesia católica en la conformación de Europa, el papel del Papa en la caída de la Unión Soviética, y a defenderlos en consecuencia.

Fe en todas las profesiones

La fe es dinámica y creativa. Esto lo captó un diseñador católico, Javier Lamela, quien afirma que el diseño de interiores también puede ayudar a la fe. Conocido por diseñar espacios religiosos para el recogimiento en los hogares, adaptándose a las necesidades, presupuestos y dimensiones del lugar, Lamela puso en marcha un portal (www.interiorismocristiano.com) para promover la religiosidad en la propia casa.

María León está metida en el mundo de la moda. A sus 29 años, su fe es vida también en ese ambiente. Asesora de imagen de Las Rozas Village y directora de comunicación de Pedro del Hierro, va a misa todos los domingos y siempre que puede, “sobre todo para dar gracias”. Entrevistada por el semanario Alba (cf. 09.10.2009), responde cómo vive su fe y qué le aporta: “Ofreciendo todas las mañanas mi trabajo a Dios durante 15 minutos de meditación. Así tengo fuerzas para afrontar el día […] Lo que te da fuerzas y energías es la fe”.

Del mundo de la moda también es la modelo estadounidense Sharon Blynn. Su vida cambió cuando le diagnosticaron un cáncer maligno. Pero del dolor vino el regalo del encuentro consigo misma, lo que ella llamó “el viaje”. Hoy está curada, pero cuando estuvo enferma conoció el dolor y la vergüenza que produce el cáncer, especialmente significativos para una mujer en cuanto suponía la caída del pelo. De ahí la iniciativa para hacer de la calvicie un signo más de belleza.

Vale la pena abrirle las puertas a Cristo. Es lo que decía es Papa en la homilía de Pentecostés de 2010: “Quien se encomienda a Jesús experimenta ya en esta vida la paz y la alegría del corazón, que el mundo no puede dar, ni tampoco quitar una vez que Dios la ha dado”.

La imagen católica más grande del mundo

SANTA RISA DE CASIA, EN BRASIL

Está ubicada en la ciudad de Santa Cruz, estado de Río Grande do Norte, en Brasil. Con sus 56 metros de altura supera en 20 metros al famoso Cristo Redentor del Cerro Corcovado en Río de Janeiro.

Actualizado 25 junio 2010

R.R./ReL

La imagen católica más grande del mundo será inaugurada este sábado 26 de junio en la ciudad de Santa Cruz, estado de Río Grande do Norte, en Brasil. Representa a Santa Rita de Casia y con sus 56 metros de altura supera en 20 metros al famoso Cristo Redentor del Cerro Corcovado en Río de Janeiro.

Según señala Cancao Nova noticias, el rector del Santuario de Santa Rita, padre Aerton Sales, indicó que con esta inauguración la ciudad esperar poder atraer más turismo religioso en el estado. «para hacerse una idea, las fiestas de la Patrona de la ciudad, Santa Rita, han atraído a más de 50 mil personas. Ahora vemos que la ciudad se está organizando para recibir a los visitantes», informa ACI.

Para la inauguración se ha previsto la celebración de una Misa, luego de la cual se realizará la respectiva ceremonia en la que estará presente el gobernador de Rio Grande do Norte, Iberê Ferreira de Souza. Luego de la misma se realizará una procesión en la que los fieles llevarán una pequeña imagen de Santa Rita hacia el local en donde la gran imagen se ha construido.

«Una bendición; sin Anne no hubiera ido tan lejos»

UNA BIOGRAFÍA DESVELA LA INTIMIDAD DEL POLÍTICO

De Gaulle sobre su hija con síndrome de Down: «Una bendición; sin Anne no hubiera ido tan lejos»

Sale a la luz la biografía más intima del General y su referencia afectiva en la persona de su hija Anne, de la que recibía mucho amor.

Actualizado 26 junio 2010

Luis del Real Espanyol/ReL

Muy pocos sabían que el General De Gaulle, líder de la resistencia francesa contra los nazis y, posteriormente, Presidente de la República, era un tierno padre con sus tres hijos, pero en especial con Anne, afectada con el síndrome de Down. A nadie le dedicó tanta atención y ternura que a su hija Anne, según desvela el biógrafo británico Jonathan Fenby, en su libro «The General De Gaulle and the France he saved», que acaba de aparecer en las librerías del Reino Unido.

«Anne es mi alegría»
La gran referencia afectiva del General era su hija Anne.
Lo cuenta el capellán militar que trató a De Gaulle, con el que pudo intimar y ser confidente, al que le transmitió estas palabras: «Para mí, Anne ha sido una gran prueba, pero también una bendición. Es mi alegría y me ha ayudado mucho a superar todos los obstáculos y todos los honores. Gracias a Anne he ido más lejos, he conseguido superarme».

«Me dio el corazón y el espíritu»
En otra ocasión, De Gaulle se sinceró con el que fue su primer biógrafo, Jean Lacouture, al que le dijo: «Sin Anne no hubiera hecho todo cuanto he podido hacer. Me dio el corazón y el espíritu».

Un cariño incondicional
Para su último biógrafo, Jonathan Fenby, «Anne simbolizaba para De Gaulle un cariño incondicional y, aunque las obligaciones parecían impedírselo, su padre siempre estaba cerca».

Fenby considera que «aunque De Gaulle tuviera fama de solitario, la familia fue extraordinariamente importante para él».

Anne murió en 1948 a los 20 años de edad. 22 años más tarde, su padre, fue enterrado bajo la misma lápida en el cementerio de Colombey-les-deux-Eglises.

Gracias a San Josemaría

Actualizado 26 junio 2010

Asistí ayer a una conferencia pronunciada por el Dr. Lomas  en la que se hizo una exposición clara, valiente y justa de la figura del Fundador del Opus Dei, y lo que ha supuesto para la Iglesia, y de un modo especial para los sacerdotes seculares.  Quiso dejar bien claro que San Josemaría, y la Obra de Dios por él fundada, sufrió desde el principio, y sigue sufriendo, una fuerte incomprensión, una intolerancia casi enfermiza, y una falta de justicia y caridad impropia de los que se llaman cristianos, navegamos en la misma barca, y a veces tienen la mano puesta en el timón.

Me alegré porque ya es hora de decir la verdad, con toda caridad, pero con desparpajo. Me hizo retrotraerme a mis inicios. Cuando yo tenía 16 años mi padre me regaló un pequeño libro llamado Camino. Fue la primera noticia que tuve de su autor. Aquel lenguaje claro, directo, normal, profundo, sugerente, etc., me hizo mucho bien. Era algo muy distinto a los libros que yo había conocido hasta el momento, que olían a anticuario. Descubrí un nuevo modo de sentirme cristiano. Al año siguiente entré en el Seminario con la ilusión de ser cura. Me sentía feliz, pero choqué con una mentalidad que yo ya consideraba superada. Es la miseria humana y la falta de estilo que todavía se vivía antes del Concilio. En el Seminario encontré mis primeras cruces. Todo aquel espíritu que yo había descubierto en aquel pequeño librito parece que no servía, que era poco menos que una herejía. Incomprensiones, críticas, marginaciones… Cuando empecé a dirigirme espiritualmente con un sacerdote del Opus Dei, debía hacerlo a escondidas. Parecía que estaba haciendo algo incorrecto de lo que nadie se podía enterar. Fue motivo de sufrimiento, pero con paz.

Resultó que en el Concilio Vaticano II se decían cosas que a mí me sonaban. Era el lenguaje que había captado en los escritos del Fundador del Opus Dei, en sus predicaciones, y en la Dirección espiritual. Fue un gozo saber que no andábamos tan descarriados como nos hacían creer. Empecé mi vida sacerdotal. Yo ya sabía que los que seguíamos el mismo espíritu, por cierto muy normal, éramos arrinconados como en un gueto sin aspirar a nada más que a servir en donde nos dejaran ejercer el ministerio. Por cierto que no aspiraba a más. Los compañeros que salían a ampliar estudios fuera de la Diócesis (Salamanca, Comillas, Roma…) iban con gastos pagados y con todas las bendiciones. Cuando yo dije de ir a ampliar estudios de Derecho Canónico a la Universidad de Navarra me costó esperar un tiempo y correr yo con todos los gastos los cuatro años que allí estuve hasta que me doctoré. Al volver, lo estudiado me servía a título particular, como si no hubiera hecho nada. A los veinticinco años   de tener el título de Dr. en Derecho Canónico se me pidió que me incorporase al Tribunal Eclesiástico como Juez Diocesano. Para muchos supuso esto como un regalo poco menos que gratuito… Pero tengo que decir que me he sentido siempre en paz, sirviendo y obedeciendo.

Ahora soplan otros aires. Juan Pablo II abrió puertas y ventana en la Iglesia, y bendijo ampliamente todos los Carismas de la Iglesia. Pero todavía hay una oposición  casi maníaca, diabólica, contra todo lo que no sea lo mío, y de un modo especial hacia la figura del hoy San Josemaría Escrivá de Balaguer. Los santos lo han aguantado todo. Dice él en uno de sus escritos: Pero no olvidéis que estar con Jesús es, seguramente, toparse con la cruz. Cuando nos abandonamos en las manos de Dios, es frecuente que El permita que saboreemos el dolor, la soledad, las contradicciones, las calumnias, las difamaciones, las burlas, por dentro y por fuera: porque quiere conformarnos a su imagen y semejanza, y tolera también que nos llamen locos y que nos tomen por necios… El corazón necesita, entonces, distinguir y adorar a cada una de las Personas divinas… Y se entretiene amorosamente con el Padre y con el Hijo y con el espíritu santo; y se somete fácilmente a la actividad del Paráclito vivificador, que se nos entrega sin merecerlo (Homilía “Hacia la santidad”, año 1973)

Hace unos días tuve la oportunidad de rezar ante el sepulcro de San Josemaría en Roma. Le di las gracias por mi vocación de sacerdote diocesano, y le pedí ayuda para que todos los sacerdotes busquemos solamente la santidad amando a Dios y al prójimo.  Felicidades al Opus Dei por este día de fiesta.

Juan García Inza

juan.garciainza@gmail.com