Es más fácil abortar que cambiar de teléfono

La ministra de Sanidad anuncia que, con la Ley del Aborto que entra en vigor el próximo día 5 de julio, las menores podrán abortar simplemente con un consentimiento por escrito y una fotocopia del DNI de los padres.

Hace unos días, fui a una oficina telefónica a cambiar la titularidad de mi móvil: antes tenía un módulo familiar y figuraba el nombre de uno de mis hijos; como ahora no me interesa, decidí hacer el cambio.

Pues bien, a pesar de que la titular de la cuenta pagadora soy yo, tenía que acompañarme mi hijo para estampar su firma al mismo tiempo que yo lo hacía, por tratarse del sistema de firma electrónica.

Mi hijo llevaba el original de su DNI, pero a mí se me olvidó cogerlo y llevaba una fotocopia. No pude hacer el cambio con la fotocopia. Tuve que ir a casa y llevar el original.

Ahora, las niñas, para abortar, no necesitan ni el original, les basta la fotocopia. La trampa que suelen hacer con las notas cuando van con suspensos, es la que harán ahora para acabar con la vida de su hijo.

¿O es que no sabemos que la firma pueden falsificarla y sacar una fotocopia del DNI de su padre?

Rita Villena, Málaga / Carta publicada en Alfa y Omega

La privatización del aborto

La nueva ley del aborto ha cobrado actualidad por el recurso de inconstitucionalidad que contra ella ha planteado el Partido Popular, junto con la promesa de derogarla cuando llegue al poder. Pocos días antes había dado que hablar también la llamada “ley de plazos”, debido a la decisión adoptada por la ministra de sanidad de que, en el caso de adolescentes que deseen abortar, sean los médicos quienes resuelvan si las interesadas pueden hacerlo o no sin el consentimiento de sus padres.

Sobre la polémica ley que regula el aborto libre han corrido ríos de tinta. Por mi parte, sólo deseo señalar un aspecto que no sólo concierne a la ley, sino también a la amplia aceptación de que goza el aborto en la sociedad. Tal como yo lo entiendo, tal aceptación se debe a la consideración del aborto como una decisión de la exclusiva incumbencia de la mujer. Obviamente, en la base de semejante legitimación opera una completa “privatización” de la cuestión: si la decisión de una mujer que se encuentra ante la tesitura de proseguir un embarazo no deseado es soberana, sin que cuente para nada, desde el punto de vista de la justicia y de la ley, la otra parte –el niño concebido-, estamos abordando la cuestión del aborto como una cuestión exclusivamente privada. Si la voluntad de una mujer es completamente soberana para abortar, sin que el “nasciturus” –en terminología del Tribunal Constitucional- cuente para nada, es que la acción de abortar la estamos equiparando al tipo de acciones que sólo concierne a quien la realiza, como puede ser estudiar tal o cual carrera, residir en uno u otro sitio, casarse o no casarse, etcétera; es decir, acciones en las que nadie puede legítimamente reclamarle al que actúa que lo haga de otro modo.

En la privatización de la cuestión del aborto muy posiblemente influya una comprensible compasión ante una medida que tiene mucho de traumática para la mujer. Pero es precisamente la carga dramática de la decisión lo que manifiesta que no nos encontramos ante una cuestión “privada”. Si abortar consistiera simplemente extraerse un objeto extraño, una masa informe de células o algo de ese tipo, la decisión no tendría nada de traumática y, efectivamente, sería un asunto completamente privado. Pero si nos podemos compadecer ante una mujer que no desea proseguir con su embarazo, lógicamente es porque esa mujer sabe que lo que hay en su cuerpo es algo más que unas cuantas células o un mero proyecto de vida; o, sabe, por lo menos que lo que tiene dentro de sí es algo de enorme valor. La mujer sabe, de modo más o menos confuso, que en su vientre hay un “alguien”.

Abordar la cuestión como un asunto privado es, entonces, un contrasentido; más o menos comprensible en la mujer que desea abortar y fatal para una civilización que renuncia a guiarse por razones de justicia, es decir, por ese tipo de razones con que han de abordarse los asuntos que conciernen a más de una persona.

Francisco de Borja Santamaría

Periodismo cristiano y periodismo en cristiano

La evangelización y, por tanto, la transmisión de la Palabra de Dios y la doctrina de la Santa Madre Iglesia demanda, según los tiempos que nos han tocado vivir, unas formas que no pueden seguir siendo los mismos.

Dejó dicho el fundador de la Familia Paulina, Santiago Alberione que “había que llevar el Evangelio, a los hombres de hoy, con los medios de hoy”.

Sin embargo, es muy posible que nos surja una duda acerca de cómo ha de ser la intervención del cristiano, aquí católico, en el difícil mundo de los medios de comunicación. Ahora bien, lo que sí que no nos está permitido es hacer como si los mismos no tuvieran importancia a la hora de formar a cristianos conscientes de que lo son y, sobre todo, de llegar a los corazones que más solitarios se encuentran.

Periodismo cristiano y periodismo en cristiano

El 29 de mayo de 2009, Benedicto XVI recibió en audiencia a la plenaria de las Comunicaciones Sociales a la plenaria de las Comunicaciones Sociales. Les dijo, entre otras cosas, lo siguiente:

“Antes que de los contenidos, la cultura moderna nace del hecho mismo de existencia de nuevas formas de comunicación que utilizan lenguajes nuevos, utilizan nuevas técnicas y crean nuevas actitudes psicológicas. Todo ello constituye un nuevo reto para la Iglesia, llamada a anunciar el Evangelio a los hombres del tercer Milenio, manteniendo inalterado el contenido y haciéndolo comprensible gracias también a los instrumentos y modalidades correspondientes a las mentalidades y culturas actuales”.

Por eso, quien pudiéndolo hacer ha de hacer uso de los medios de comunicación en aras de la transmisión del mensaje cristiano, del anuncio del Evangelio y de todo lo que eso supone. Así, hacerlo “comprensible” para que cualquier persona pueda acercarse al mismo y comprender la bondad que encierra el hecho mismo de ser cristiano y de ser discípulo de Cristo.

Cabe, por lo tanto, un periodismo cristiano que no se amilane ante el mundo y que ponga la doctrina de la Santa Madre Iglesia en el lugar que le corresponde que no es otro que el de ser la vanguardia de la información.

Abundando en el tema, en su encíclica, Caritas in Veritatis, dejó escrito Benedicto XVI que “Gracias al desarrollo tecnológico, ofrecen mayores posibilidades para la comunicación y la información, sino sobre todo cuando se organizan y se orientan bajo la luz de una imagen de la persona y el bien común que refleje sus valores universales” (n. 73).

Pero tampoco pudo olvidar algo que ha de ser, por decirlo así, transversal en todo medio de comunicación que se precie de serlo y que quiera denominarse cristiano:

“Para los creyentes la valoración necesaria de las nuevas tecnologías siempre debe ir acompañada por una constante visión de fe, siendo conscientes de que, más allá de los medios que se usen, la eficacia del anuncio del Evangelio depende en primer lugar de la acción del Espíritu Santo, que guía a la Iglesia y al camino de la humanidad”.

La visión de la fe de la que habla el Santo Padre no es otra que aquella relacionada con el ser y el estar de la Iglesia católica y con la doctrina que defiende y transmite. A esto bien se le puede llamar periodismo en cristiano y que supone dar un paso hacia delante de lo que, simplemente, es el periodismo cristiano.

Muy relacionado con el tema aquí traído, el pasado sábado 12 de junio fue beatificado Manuel Lozano Garrido, periodista laico conocido como Lolo.

Así, Benedicto XVI, en el rezo del Ángelus del pasado 13 de junio, un día después de la citada beatificación, refiriéndose al periodista al que se le había distinguido con el gozo de la misma, dijo que “supo irradiar con su ejemplo y sus escritos el amor a Dios, incluso entre las dolencias que lo tuvieron sujeto a una silla de ruedas durante casi veintiocho años.

Al final de su vida perdió también la vista, pero siguió ganando los corazones para Cristo con su alegría serena y su fe inquebrantable.

Los periodistas podrán encontrar en él un testimonio elocuente del bien que se puede hacer cuando la pluma refleja la grandeza del alma y se pone al servicio de la verdad y las causas nobles”.

Sirva, pues, de ejemplo Lolo que, aún en la enfermedad supo transmitir un mensaje cristiano de raíz evangélica, haciendo de su profesión un ejemplo franco de cristianismo y de su cristianismo como base para un importante comportamiento vital .

Sirva esta oración, privada, relativa a Lolo, para recordar lo que nos debe importar:

“Oh Dios, que abriste el tesoro inmenso de tu Amor a tu siervo Manuel para que él, sumergido en el dolor, desde su sillón de ruedas, lo proyectase a los hermanos con su testimonio y escritos. Concédenos que le sepamos imitar en su aceptación dócil y esperanza ilusionada, cuando el sufrimiento llame a la puerta de nuestra vida, y en su generosidad plena y ardor apostólico, cuando tratemos de darnos a los demás; dígnate glorificar a tu siervo Manuel y concédeme por su intercesión el favor que te
pido… Así sea”.

Pues eso, que así sea… siempre.

Eleuterio Fernández Guzmán
Licenciado en Derecho

Mostrar la belleza del sacerdocio

Un encuentro inédito para mostrar la belleza del sacerdocio

Buena parte de los 15 mil sacerdotes que acudieron a Roma a la clausura del Año Sacerdotal participaron en el mayor encuentro mundial de sacerdotes de la Historia, que se celebró del 9 al 11 de junio. Junto a meditaciones, encuentros de oración y liturgias, se vivieron momentos de testimonio, como el que organizaron el Movimiento de los Focolares, el movimiento de Schoenstatt y la Renovación Carismática Católica Internacional, en el Aula Pablo VI del Vaticano. Fue una oportunidad, como explicó el cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado de Benedicto XVI, para descubrir la belleza del celibato, que hace del sacerdote hermano de todo hombre y mujer.

Los sacerdotes «son esencialmente hermanos entre los hermanos, en los cuales reconocen el rostro de Cristo. Hermanos de toda persona, de los hombres y mujeres, a los que deben amar y servir con total entrega, sin ningún apego, sin buscar el propio interés», explicó el cardenal Bertone. «Se comprende así la actualidad y la belleza del celibato -añadió-. Y en vosotros esta belleza resplandece, ese amor incondicional que siempre ha sido sumamente valorado por la Iglesia, como signo y estímulo de la caridad y como un manantial especial de fecundidad en el mundo».

La intervención del Secretario de Estado del Papa cobró un carácter testimonial cuando reconoció que, «en este tiempo, hemos tenido que cargar con el dolor por la infidelidad, en ocasiones grave, de algunos miembros del clero, que han tenido una influencia sumamente negativa en la credibilidad de la Iglesia». Por este motivo, Benedicto XVI, en la conversación con los periodistas en el vuelo que le llevaba, el mes pasado, a Portugal, habló «de unapersecución que nace dentro de la misma Iglesia», a causa de las infidelidades de algunos de sus hijos.

«De este dolor, surge una toma de conciencia providencial -añadió el cardenal Bertone, citando la Carta pastoral de Benedicto XVI a los católicos de Irlanda-. Es necesario vivir una época de renacimiento y renovación espiritual, seguir con valentía el camino de la conversión, la purificación y la reconciliaciónencontrar nuevos modos para transmitir a los jóvenes la belleza y la riqueza de la amistad con Jesucristo en la comunión de su Iglesia».

La conversión del sacerdote

El encuentro fue también un llamamiento a la conversión del sacerdote, a quien se invitó a acercarse, como todo fiel, a recibir el perdón de Dios en el sacramento de la Reconciliación. El cardenal Joachim Meisner, arzobispo de Colonia, lanzó este mensaje al pronunciar la meditación inaugural, recordando que «la Iglesia siempre debe ser reformada». Hablando junto a la tumba del apóstol Pablo, en la basílica romana que custodia sus restos, el cardenal subrayó que «no es suficiente en nuestro trabajo pastoral hacer correcciones sólo a las estructuras de nuestra Iglesia para que sea más atractiva. ¡No es suficiente! Lo que hace falta es un cambio de corazón, de mi corazón. Sólo un Pablo convertido pudo cambiar el mundo, no un ingeniero de estructuras eclesiásticas». De hecho, reconoció, «una de las pérdidas más trágicas» que la Iglesia ha sufrido en la segunda mitad del siglo XX ha sido «la pérdida del Espíritu Santo en el sacramento de la Reconciliación». La escasa participación en este sacramento, comentó, «constituye la raíz de muchos males en la vida de la Iglesia y en la vida del sacerdote». Y añadió a esto: «Cuando fieles cristianos me preguntan: ¿Cómo podemos ayudar a nuestros sacerdotes?, entonces siempre respondo: Id a confesaros con ellos». Según el purpurado alemán, «allí donde el sacerdote deja de confesar, se convierte en un agente social religioso» y «cae en una grave crisis de identidad». Concluyó: «Un sacerdote que no se encuentra, con frecuencia, de un lado o del otro de la rejilla del confesionario, sufre daños permanentes para su alma y su misión». Por el contrario, «un confesionario en el que está presente un sacerdote, en una iglesia vacía, es el símbolo más impresionante de la paciencia de Dios que espera».

Alfa y Omega

MEDJUGORJE: SU ECO RESUENA EN TODO EL MUNDO

Introducción

Estando sumergida en profunda oración, le fueron manifestadas a un alma privilegiada las siguientes promesas del Señor a quienes no reciban su Sacratísimo Cuerpo en la mano. Se ha decidido por ahora, velar la identidad de esta persona, debido a que todo es reciente.

Nota Preliminar

Estas revelaciones, por su novedad, no han sido aún aprobadas por la Jerarquía oficialmente. Por consiguiente, no se exige la fe en ellas. Simplemente damos constancia de una realidad, y en todo nos sometemos al juicio y dictamen de Nuestra Santa Madre Iglesia, en conformidad con el decreto del Papa Urbano VIII.

Advertencia

Entiéndase bien que las promesas quedan invalidadas para todo aquél que comulgue en pecado mortal, pues de Dios no se ríe nadie. También incurrirá en delito quién a conciencia, mastique la Hostia o la triture entre los dientes.

Promesas de Nuestro Señor Jesucristo

1.. A quienes se abstengan de hacer uso de recibir con sus manos mi propio Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Yo prometo colmarles de mayores bendiciones en sus manos, corazón, alma y en todo su ser.

2.. Les prometo muchísimas más gracias en su peregrinación en la Tierra, con las consiguientes mayores garantías de salvación y de aumento de gloria esencial y accidental, por todo su vivir eterno conmigo en las moradas celestiales.

3.. Me sentirán en la Comunión tan en todo su ser y con tantísima plenitud, que se les quite el deseo natural de tocarme.

4.. Quienes así obrasen, con constancia, recibirán grandes gracias Mías y grandes beneficios para toda su casa.

5.. Prometo asimismo, a quienes debidamente hagan lo que más deseo, especialmente poderes en sus manos contra los enemigos del alma, y a muchos daré dones de curación.

6.. Yo prometo que, si así proceden con perseverancia, llegarán en todo con mayor intensidad, a buscar sólo mi mayor Honra y Gloria, y Yo los ensalzaré especialmente por toda la eternidad.

7.. También concederé así, a los que por amor a cumplir todos mis designios, se abstengan de recibirme en sus manos, por mayor adoración, humildad, y santo respeto, el don de discernimiento de espíritus con mayor intensidad.

8.. Sus nombres estarán escritos especialmente en mi Corazón, si, por darme mayor gusto comulgan debidamente en la lengua y no en la mano.

9.. Prometo también que les aumentaré todas las virtudes, como recompensa a esa mayor humildad que supone el no reconocer nunca limpias sus propias manos para tocarme.

10.. Prometo además que propagarán fielmente mi Doctrina, y que vencerán con más facilidad toda clase de tentaciones.

11.. No distanciarán de Mí a las almas, aquellos que me reciban en la lengua y no en las manos, si lo hacen con la debida reverencia, y viven así durante cada uno de los días de su vida.

12.. Prometo también que no tendrán las puertas cerradas para Mi Amor quienes, por delicadeza hacia mi gusto, me den consuelo recibiéndome debidamente siempre en la lengua y nunca en sus manos.

13.. Si así perseveran, por más agradarme, comulgando en la lengua, les prometo llegarán a obrar sólo por mi Corazón, con mi Corazón, en mi Corazón, para mi Divino Corazón.

14.. Así mismo prometo, a quienes de esta forma me honren, ser por mi Corazón muy intensa y complacidamente escuchados.

15.. Si en esto tan importante para Mí, me dan el mayor gusto, gustarán siempre, por mi Amor, el seguir mis divinas mociones, y Yo los recrearé especialmente, como prueba de mi complacencia en ese hecho de que comulguen siempre directamente en la lengua y nunca en sus manos.

16.. Estos tales harán siempre mucho mayor bien a las almas, en cambio, quienes insistan en el deseo de tomarme, sin más, en sus manos, estarán endurecidos en muchas cosas hacia mi Voluntad, y oscurecidos acerca de mi propio gusto, de mi propia predicación, de mi propio Magisterio.

17..Todo lo contrario, a quienes tiemblen en sus manos y no toquen la Forma Consagrada, se preparen especialmente en todo su ser, y a la hora de tomarme en comunión, me pidan que sea Yo sólo y nada ellos, prometo la gracia de llegar en breve a una altísima perfección cristiana, buscarán mi Rostro con mayor amor, se olvidarán más fácilmente de sí mismos, tendrán siempre mi Corazón consolado por este gesto, recibirán mayores luces celestiales y tendrán mayor alegría en mi Corazón por los siglos de los siglos.

Promesas a Quienes Difundan éste Mensaje

1.. Prometo el don del conocimiento de los corazones, a los que divulguen estas promesas.

2.. Alcanzarán una Gloria excelsa en el Cielo.

3.. Tendrán larga vida espiritual, aunque no siempre material, pero en pocos años, como si hubieran vivido muchísimos años de santidad.

4.. Colmaré de grandes bendiciones a sus familiares.

5.. Prometo además, que cuanto más la hagan conocer, más me derramaré en ellos.

6.. Les haré sentirme a Mí de modo inefable, en una plenitud creciente.

7.. No les permitiré las empresas que acometan, si no son de mi agrado.

8.. Pondré en su camino Luz suficientísima para que, con una sobreabundante asistencia Mía, eviten lo malo y hagan, no sólo lo bueno, sino lo que más me agrada.

9.. Les daré aún mayores gracias, incontables, si las extienden con fervor: Considerad una gran omisión no dar a conocer mis propias promesas.

Declaración: En la A.A.S del 29 de diciembre de 1966 ha sido publicado un decreto de la Congregación por la Fe, por el cual esta permitido difundir sin imprimatur, escritos relativos a apariciones y revelaciones, así como su traducción a otros idiomas.

Con la debida Autorización.

El sacerdote misionero que le escribió al New York Times

EL SALESIANO MARTÍN LASARTE

La noticia de su carta al diario norteamericano prendió como reguero de pólvora. Sus relatos sobre algunos heroicos sacerdotes que entregan silenciosa y sacrificadamente sus vidas en África conmovieron a miles en la red. Aquí, por primera vez en ReL, las fotos del padre Martín en África.

Actualizado 17 junio 2010

Querido hermano y hermana periodista:

Soy un simple sacerdote católico. Me siento feliz y orgulloso de mi vocación. Hace veinte años que vivo en Angola como misionero.

Me da un gran dolor por el profundo mal que personas que deberían de ser señales del amor de Dios, sean un puñal en la vida de inocentes. No hay palabra que justifique tales actos. No hay duda que la Iglesia no puede estar, sino del lado de los débiles, de los más indefensos. Por lo tanto todas las medidas que sean tomadas para la protección, prevención de la dignidad de los niños será siempre una prioridad absoluta.

Veo en muchos medios de información, sobre todo en vuestro periódico la ampliación del tema en forma morbosa, investigando en detalles la vida de algún sacerdote pedófilo. Así aparece uno de una ciudad de USA, de la década del 70, otro en Australia de los años 80 y así de frente, otros casos recientes… Ciertamente ¡todo condenable! Se ven algunas presentaciones periodísticas ponderadas y equilibradas, otras amplificadas, llenas de preconceptos y hasta odio.

¡Es curiosa la poca noticia y desinterés por miles y miles de sacerdotes que se consumen por millones de niños, por los adolescentes y los más desfavorecidos en los cuatro ángulos del mundo! Pienso que a vuestro medio de información no le interesa que yo haya tenido que transportar, por caminos minados en el año 2002, a muchos niños desnutridos desde Cangumbe a Lwena (Angola), pues ni el gobierno se disponía y las ONG’s no estaban autorizadas; que haya tenido que enterrar decenas de pequeños fallecidos entre los desplazados de guerra y los que han retornado; que le hayamos salvado la vida a miles de personas en Moxico mediante el único puesto médico en 90.000 km2, así como con la distribución de alimentos y semillas; que hayamos dado la oportunidad de educación en estos 10 años y escuelas a más de 110.000 niños… No es de interés que con otros sacerdotes hayamos tenido que socorrer la crisis humanitaria de cerca de 15.000 personas en los acuartelamientos de la guerrilla, después de su rendición, porque no llegaban los alimentos del Gobierno y la ONU. No es noticia que un sacerdote de 75 años, el P. Roberto, por las noches recorra las ciudad de Luanda curando a los chicos de la calle, llevándolos a una casa de acogida, para que se desintoxiquen de la gasolina, que alfabeticen cientos de presos; que otros sacerdotes, como P. Stefano, tengan casas de pasaje para los chicos que son golpeados, maltratados y hasta violentados y buscan un refugio. Tampoco que Fray Maiato con sus 80 años, pase casa por casa confortando los enfermos y desesperados. No es noticia que más de 60.000 de los 400.000 sacerdotes, y religiosos hayan dejado su tierra y su familia para servir a sus hermanos en una leprosería, en hospitales, campos de refugiados, orfanatos para niños acusados de hechiceros o huérfanos de padres que fallecieron con Sida, en escuelas para los más pobres, en centros de formación profesional, en centros de atención a seropositivos… o sobretodo, en parroquias y misiones dando motivaciones a la gente para vivir y amar.

No es noticia que mi amigo, el P. Marcos Aurelio, por salvar a unos jóvenes durante la guerra en Angola, los haya transportado de Kalulo a Dondo y volviendo a su misión haya sido ametrallado en el camino; que el hermano Francisco, con cinco señoras catequistas, por ir a ayudar a las áreas rurales más recónditas hayan muerto en un accidente en la calle; que decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de socorro sanitario, por una simple malaria; que otros hayan saltado por los aires, a causa de una mina, visitando a su gente. En el cementerio de Kalulo están las tumbas de los primeros sacerdotes que llegaron a la región… Ninguno pasa los 40 años.

No es noticia acompañar la vida de un Sacerdote “normal” en su día a día, en sus dificultades y alegrías consumiendo sin ruido su vida a favor de la comunidad que sirve.

La verdad es que no procuramos ser noticia, sino simplemente llevar la Buena Noticia, esa noticia que sin ruido comenzó en la noche de Pascua. Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece.

No pretendo hacer una apología de la Iglesia y de los sacerdotes. El sacerdote no es ni un héroe ni un neurótico. Es un simple hombre, que con su humanidad busca seguir a Jesús y servir sus hermanos. Hay miserias, pobrezas y fragilidades como en cada ser humano; y también belleza y bondad como en cada criatura…

Insistir en forma obsesionada y persecutoria en un tema perdiendo la visión de conjunto crea verdaderamente caricaturas ofensivas del sacerdocio católico en la cual me siento ofendido.

Sólo le pido amigo periodista, busque la Verdad, el Bien y la Belleza. Eso lo hará noble en su profesión.

En Cristo,

P. Martín Lasarte sdb

La humildad de saber perder

Actualizado 17 junio 2010

No suelo escribir de estos temas, y menos de futbol del que no entiendo mucho. Pero quiero hacer un comentario al hilo de la derrota de la Selección Española en el Mundial de Sudáfrica.  Nunca me ha gustado el apelativo que le han endosado a la Selección de España. “La Roja” me suena mal. No sé si  le llaman a sí por llevar una camiseta roja, o es que los izquierdosos de toda la vida han querido apropiarse el equipo de todos. Yo prefiero el nombre propio de toda la vida. Cuando jugaba España contra algún equipo extranjero a mí me gustaba pegarme a la radio o a la tele para vibrar con nuestros colores. Me dolía el que perdiera, que era la menos veces, y me sentía feliz y más español cuando ganaba. Desde que le llaman “La Roja” he perdido el entusiasmo. Ni siquiera vi el partido del miércoles. Y cuando me enteré que había perdido, lo sentí por España, pero me alegré de que “La Roja” no ganara.

En este primer fracaso contemplo una lección de humildad. El país estaba casi paralizado. Todos apostaban por una victoria por goleada. Parece que éramos los mejores. Suiza era poco para “La Roja”. Algunos lo planteaban como un duelo entre el capital y el proletariado. Muchos políticos tenían puestas sus esperanzas en esa cortina de humo “rojo” que por unos instantes iba a nublar el trágico escenario de la cuestión social. Al menos por unos minutos los parados iban a estar entretenidos. Pero el golpe ha sido fuerte. La humillación grande. No se trata de luchas ideológicas, sino deportivas, y ha resultado que Suiza no es tan enclenque en futbol como creían. Los españoles han tenido que bajar la cabeza y encajar el golpe que nuca se esperaba. A nuestros males políticos y económicos se ha unido un cierto mal deportivo.

Es verdad que no es para tanto, pero cuando tanto se sube, tanto se encumbra a unos profesionales del balón, que parecen semidioses, una caída en una buena lección. Siempre viene bien una reflexión si nos despierta de ese nuevo opio que es el partido de cada día. Y no estoy en contra del futbol, pero sí del intento de convertirlo en una nueva religión y en un gran negocio. Son muchos los millones que hay en juego en el verde escenario de cada estadio. Hay dinero para comprar jugadores a lo que pidan por ellos. Y no hay dinero para fomentar la investigación, dignificar la enseñanza, crear puestos de trabajo, mejorar la sanidad, remozar nuestros monumentos, etc. Las nuevas catedrales del futbol acogen cada semana a miles de hinchas de cada equipo. Parece que no hay cosa más importante. Y muchas veces en las gradas se pierde la dignidad, la educación la vergüenza. Hay que reflexionar un poco más. No nos pueden prohibir pensar. Lo del pan y  circo, en este caso futbol, no debe cegarnos para ver lo esencial de la vida. Estamos sobre la tierra para algo más que dar patadas a un balón, ¿no?  Pues yo tengo más que decir. Que cada cual saque sus conclusiones y descubra en qué portería debe marcar sus goles. Porque el partido de la vida hay que ganarlo.

Juan García Inza
juan.garciainza@gmail.com

Mujer fuerte y sabia donde las haya habido

Actualizado 18 junio 2010

Sevilla se engalanó en el 1982 para la Beatificación de Sor Ángela de la Cruz, que según la costumbre de entonces presidió Juan Pablo II. Lo que fue aquella Beatificación lo recordamos lo más mayores, los más jóvenes lo pueden consultar en las hemerotecas, pero los sevillanos difícilmente lo olvidan. Porque no olvidan a Sor Ángela, que para ellos es parte integrante ya de la ciudad, como la Giralda o la Torre del Oro, pero más monumental todavía, porque el bien que hizo entre los pobres, los enfermos, la gente sencilla, y también los de clase media y los ricos, vaya, a todos, y el bien que sigue haciendo desde su tumba, hace que se haya convertido para todos en un monumento de amor, consuelo, ayuda.

De Sor Ángela podríamos hablar tanto… pero no es de ella de la que trata este artículo, aunque se merece muchos. Hoy nos aparece, con brillo propio, una de sus hijas, la Madre María de la Purísima, que la siguió en el carisma y la siguió en el gobierno de la Congregación. Ahora la sigue también en la proximidad a los altares, a los que subirá al acabar el verano. Y lo que es más importante, quizás: La siguió en el cumplimiento fiel del espíritu fundacional reflejado en la regla, por la que luchó denodadamente en los tiempos del postconcilio.

Su biografia se encuentra en infinidad de páginas web, pero casi todos repiten lo que dice la biografía oficial de su Causa de Canonización. Era madrileña, da familia distinquida y se llamaba María Isabel Salvat Romero. Nació el 20 de Febrero de 1926 y  cuando contaba 18 años, ingresó en la Compañía de la Cruz. Tomó los hábitos en 1945, profesó temporalmente en 1947 e hizo los votos perpetuos en 1952. Culta y distinguida hablaba tres idiomas, francés, inglés e italiano.

Fue elegida Madre general de la Compañía de la Cruz el 11 de Febrero de 1977, pero antes fue superiora de las casas de Estepa y Villanueva del Río y Minas, maestra de novicias y consejera generalicia. Austera y pobre para sí misma hacía vivir a las hermanas el espíritu del Instituto en la fidelidad a las casas pequeñas y se entregó a todos los que la necesitaban, especialmente a las niñas de los internados. También los pobres y enfermos ocupaban un lugar privilegiado en su corazón. Su ideal fué hacer vida el carisma de la Santa Madre Fundadora y con su vida sencilla, humilde y llena de fe, supo dar ejemplo. Fue fiel seguidora de su obra, y ha dejado en el corazón de todas sus hijas deseos ardientes de imitar su amor a Dios y a su Santo Instituto. Falleció el día 31 de octubre de 1998.

Hasta aquí básicamente lo que dice su biografía oficial. Pero, además de estos breves retazos, una mujer impresionante, de una talla humana grande donde las haya, por no hablar de la talla espiritual. En su proceso de Canonización aparecen innumerables muestras de su humildad, su paciencia, el amor a la pureza, la caridad para con las Hermanitas, para con los niños, los pobres, etc. Pero a mí, tras leerme los documentos de dicho proceso, me ha llamado la atención la Madre María de la Purísima por otra cosa.

Estamos acostumbrados -creo que por desgracia- a ver religiosas cuya vida no se parece en nada a las de la madre fundadora. Se podría pensar que eso es normal en fundadoras que vivieron hace muchos siglos, como Santa Escolástica, Santa Clara o Santa Teresa de Jesús. Y curiosamente, en la mayoría de los conventos fundados por ellas, la vida se parece mucho a lo que era la vida en su tiempo, aunque ahora con electricidad, calefacción si hace falta, agua corriente y, cuando la prudencia lo permite, medios cibernéticos que nunca se hubiesen soñado las fundadoras.

Pero lo de la verbena que tenemos a veces de monjas minifalderas, cuando no pantaloneras, luciendo moldeados de pelo, a veces joyas, a veces en chándal o en shorts, es lamentable si contemplamos lo que fueron las fundadoras, la vida que llevaron, las penitencias que hicieron, la austeridad que vivieron, etc. Ahora bien, si sus fundadoras las quisieron así de aseglaradas, pues bien está que vayan así, que sean fieles a su carisma, pero la realidad es que en la inmensa mayoría de los casos hay un abismo (material y espiritual) entre la una y las otras.

Tales dislates no son de todas, cada vez quedan menos porque las vocaciones huyen de ellas a toda prisa. Pues bien, cuando hay religiosas que mantienen el carisma con fidelidad, a pesar de las dificultades de los tiempos en que vivimos, creo que hay que quitarse el sombrero.

La  Hermanitas de la Cruz nunca tuvieron tentaciones de hacer locuras, pero en los años 70, llevadas por algunos clérigos y religiosos de los que siempre hay dispuestos a ayudar a las monjas a aggiornarse o reinventarse con apertura al espíritu de los tiempos, vaya, dispuestos a ayudarlas a relajarse, como ellos han hecho (sobre todo los religiosos), no faltaron algunas intentonas de comenzar los recortes: Recortar el hábito, recortar las penitencias, recortar las oraciones, etc. La Madre María de la Purísima tuvo que frenar los recortes de propias y extraños y supo mantener la Congregación fiel al espíritu de Sor Ángela.

Llevan una vida durísima, un hábito recio que impone sólo mirarlo (uno se puede imaginarlo en Sevilla, en plena calorina), una vida que no tiene que envidiar a la de los ascetas del Yermo, y una caridad que habla de ellas por donde quiera que vayan. Todo lo han conservado, y son felices. Gran parte de esa felicidad se la deben a la Madre María de la Purísima, que no cedió a los experimentos, porque sabía que lo que estaba en juego no eran unos centímetros más o menos de falda, o dormir en el suelo o en colchón,  sino algo tan importante como la fecundidad que el Señor concedió a Sor Ángela y, a través de ella, a sus hijas.

Contra Intereconomía

Acostumbrados a diario al patrocinio con dinero público de la corrupción y depravación de los menores, al escarnio y la mofa de las creencias de los católicos y de sus representantes de la jerarquía de la Iglesia, a la proliferación de leyes inicuas atentatorias contra la vida y la dignidad humanas, nuestra piel va cogiendo grosor y crecen su tolerancia y pasividad a tan groseros ataques.

17/06/10 1:48 PM

Como no podía ser de otra forma en un país, España, donde la envidia es tantas Presidente del Grupo Intereconomíaveces motor de la acción humana, Intereconomía sufre cada día el acoso de muchos colegas, de muchos y “bien intencionados” colegas.

Aún resuenan las palabras de Rubianes en la televisión pública de Cataluña, llamando “puta” a España, el “Aznar asesino” de miles de vociferantes, el constante calificativo de fascistas, radicales, xenófobos, anticatalanes, franquistas, a quienes desde la libertad y el respeto defienden a los que todavía atesoran unos pocos gramos de sentido común y realismo.

Acostumbrados a diario al patrocinio con dinero público de la corrupción y depravación de los menores, al escarnio y la mofa de las creencias de los católicos y de sus representantes de la jerarquía de la Iglesia, a la proliferación de leyes inicuas atentatorias contra la vida y la dignidad humanas, nuestra piel va cogiendo grosor y crecen su tolerancia y pasividad a tan groseros ataques.

Viendo y sufriendo a diario todo esto parecería una broma macabra la reacción de todos los que estos días han embestido sin límites, en sus formas y en su fondo, contra la propia existencia de Intereconomía. Ellos son como aquel portaaviones que orgulloso enviaba mensajes continuos a algo que a lo lejos brillaba al frente, parecía que iban a chocar. Ésta era la cantinela: “Apártense por su bien, somos un portaaviones”. Y otra vez: “Cambien su rumbo, por su bien, somos un portaaviones y vamos hacia vosotros”.

Somos La Sexta, Cuatro, la SER, somos el Gobierno, El Periódico de Cataluña, el fiscal general del Estado, somos Bono, Garzón, Zapatero, somos los fiscales, la todopoderosa vicepresidenta Fernández de la Vega, somos el Ministerio del Interior, la Agencia Tributaria, somos la Policía Judicial, apártense por su bien, y cambien el rumbo.

Nuestra respuesta ante tanta potencia de tiro, ante tanta seguridad, ante tanto armamento pesado, sólo puede ser ésta: “Les recomendamos que sean ustedes quienes cambien su rumbo, nosotros sólo somos un modesto faro”.

Julio Ariza Irigoyen

Presidente del Grupo Intereconomía

Nuevas investigaciones sobre la historia del Opus Dei

viernes, 18 de junio de 2010
Instituto Histórico San Josemaría Escrivá


El cuarto número de Studia et Documenta (2010), anuario dedicado a la historia del Opus Dei y de su fundador, san Josemaría Escrivá de Balaguer, acaba de salir a la luz.

Como es habitual, la revista dedica una parte de su contenido a un tema monográfico, que en este caso trata de varias iniciativas promovidas por personas del Opus Dei en ámbito Almudi.org -  Isjeeducativo, en lugares y circunstancias muy diversas. Mercedes Montero aborda los comienzos de la primera residencia de mujeres promovida por san Josemaría: la Residencia Zurbarán de Madrid. Constantino Ánchel realiza una aproximación, desde el punto de vista de la documentación, a la primera obra de apostolado corporativo del Opus Dei: la Residencia DYA. Y Ramón Pomar trata de otra realidad que ha tenido una importante repercusión, pues ha inspirado muchas iniciativas similares en todo el mundo: el Colegio Gaztelueta.

Tiene también algo de empresa pionera, pero en otro sentido, la que describe José Manuel Cerda en su artículo dedicado a Warrane College, en Sydney. Fue la primera obra apostólica en suelo australiano y se encontró enseguida en el ojo del ciclón de la protesta estudiantil de los años 70. Como escribe Maria Carla Giammarco en la introducción al cuaderno monográfico, «las oleadas de oposición a las iniciativas apostólicas cristianas son un hecho periódico y casi ritual, pero ésta de Sydney, con los asaltos, las barricadas y el lanzamiento de misiles caseros, tiene un atractivo espectacular, un algo de epopeya western».

En la sección de Estudios y notas, se encuentran dos artículos que tratan de la relación entre san Josemaría y personajes relevantes de la historia eclesiástica. El primero, está dedicado a la relación epistolar entre el fundador del Opus Dei y mons. Juan Hervás Benet, impulsor de los Cursillos de Cristiandad; su autora, Francisca Colomer, nos descubre la amistad que unió a dos grandes impulsores de la vida espiritual de los laicos. En otro artículo, Aldo Capucci analiza la relación entre san Josemaría y el beato Ildefonso Schuster, cardenal y arzobispo de Milán, figura eminente de la Iglesia en la Italia contemporánea.

Otros estudios de esta sección que recoge trabajos de miscelánea, nos llevan a dos puntos del globo muy distantes entre sí en el plano cultural: la prestigiosa Universidad de Harvard y la indómita región andina de la Prelatura de Yauyos. De manera muy distinta, pero con el mismo espíritu apostólico, personas del Opus Dei han trabajado para llevar el Evangelio a esos lugares. John A. Gueguen continúa un precedente trabajo, publicado en el primer número de Studia et Documenta, sobre los primeros días del Opus Dei en Cambridge (Estados Unidos), mientras que Esteban Puig escribe sobre la Prelatura de Yauyos —confiada por la Santa Sede al Opus Dei— y su proyección en el desarrollo del clero en Perú.

Unos apuntes biográficos de Francisca R. Quiroga sobre Narcisa (Nisa) González Guzmán, una de las primeras mujeres del Opus Dei, completan esta sección de Estudios y Notas.

Pasando a la sección de Documentación, en la que van publicándose documentos inéditos, convenientemente introducidos y anotados, encontramos dos epistolarios: el que mantuvo san Josemaría con Dolores Fisac (otra de las primeras mujeres del Opus Dei) durante la Guerra Civil española, que además de su interés biográfico, constituye un retazo de la vida cotidiana de los refugiados de guerra en clandestinidad. La edición corre a cargo de Yolanda Cagigas. El segundo epistolario —presentado por Francisco Crosas— abarca la relación epistolar del fundador del Opus Dei con el obispo de Vitoria mons. Javier Lauzurica, en los años 1934-1940: otra documentación interesante no sólo para la historia del Opus Dei, sino también para la de la Iglesia en aquellos azarosos años de la vida de España.

La sección de Notiziario (Crónica) está dedicada esta vez a presentar un fenómeno de recepción popular de la memoria de san Josemaría en el espacio urbano italiano: su autor, Aldo Capucci, informa del considerable número de calles, plazas, etc. que están dedicadas al fundador del Opus Dei en ciudades y pueblos de Italia.

También este número ofrece una sección bibliográfica con recensiones y reseñas, y una nueva entrega del ya monumental elenco bibliográfico dedicado a la “Bibliografía General” sobre san Josemaría y el Opus Dei. Los tres primeros números de Studia et Documenta han intentado ofrecer una bibliografía exhaustiva sobre san Josemaría hasta 2002, mientras que en este cuarto número se realiza una primera entrega de la “Bibliografía General sobre el Opus Dei”, que continuará en los siguientes volúmenes.

Instituto Histórico San Josemaría Escrivá

Más información en http://www.isje.org/esp/index.html