“Intereconomía se está llevando el gato al agua de la TDT”

Antonio Jiménez, director de ‘El gato al agua’

22/05/2010 | Sonsoles Calavera. Fotos: Carmen G. Benavides.

Su voz ha sonado en las principales cadenas de radio de este país. Y ahora dirige uno de los programas más vistos de la TDT, que se ha convertido en la tertulia política estrella de la televisión. El Micrófono de Oro, el premio al Mejor Programa de Televisión Digital, la Antena de Oro… Antonio Jiménez recoge varios premios cada año, que avalan que ha dado con una forma nueva de hacer televisión que ‘engancha’. Los propios seguidores del programa se autodenominan ‘gatoadictos’. Y es que el suyo es el único programa que crea adicción.

El gato está batiendo récords de audiencia… ¿por cuál va ya?

-Estamos en torno al 3-4% de cuota total de televisión. Tenemos una audiencia media de cerca de 600.000 espectadores y la acumulada está en torno a los 2.400.000. Hemos notado un incremento notable.

-¿Pudo imaginar alguna vez que El gato tendría tanto éxito?

-No, siempre recuerdo que cuando comenzamos en la agencia Efe, en los primeros saludos que hacía, decía: “Buenas noches, ¿hay alguien viéndonos ahí?”. Luego empezamos a picarnos con Julio Ariza, que presentaba Más se perdió en Cuba en la radio, para ver quién recibía más mensajes. Y vimos que había una respuesta fuerte, seria y fiel. Pronto empezamos a superarle (risas).

-¿Cuál es el secreto de su éxito?

-Nuestra apuesta sin complejos por los principios y valores que Intereconomía defiende ha conectado muy bien con ese amplio sector de la población que hasta ahora ha estado ayuno de un medio que se identifique plenamente con sus posiciones. Y siempre hemos recriminado al Gobierno lo que está haciendo mal.

-¿Y cuando el Gobierno cambie de signo?

-Nuestras críticas o reivindicaciones irán dirigidas al que gobierne, que es el máximo responsable. Si gobierna el PP, que esperamos que sí por el bien de España, le exigiremos que haga las cosas bien y cuando las haga mal, también le criticaremos, por supuesto.

-Es una gran responsabilidad ser uno de los principales creadores de opinión pública, en el momento político histórico que vive este país.

-En una situación como ésta, en la que hemos criticado el grado de anestesia con que se comportan los españoles, es bueno que un medio les transmita la necesidad de que sean críticos. Cuando la gente no se interesa por la vida pública, es porque no encuentra cauces para transmitir su opinión. Y que haya programas donde pueden expresarse con sus mensajes produce la satisfacción de que su opinión también cuente.

-Esta cadena ha entrado por la puerta grande en la nueva fase de televisión digital…

-Efectivamente, Intereconomía ahí se está llevando el gato al agua. Y el presidente ha sabido crear empleo en unas circunstancias totalmente anómalas, como las actuales.

Considera que el éxito se debe al trabajo de todos los que hacen a diario Intereconomía, y también su programa, como Elena Fraile, Vanessa Alonso, Alicia Gracia, Ana Gugel, Rubén Calvo, el equipo de realización… y todos los contertulios, que con sus opiniones hacen que cada día vaya a más.

-Hay quienes les tachan de fachas…

-Yo niego la mayor. No puedo admitir que a nosotros, por criticar lo evidente, puedan llevarnos a la extrema derecha. Por decir, por ejemplo, que el señor Bono ha hecho un patrimonio rápido y vertiginoso, sin acusarle de nada. Él debería demostrar que lo tiene todo correctamente acreditado y documentado, y entonces, aquí paz y después gloria.

Considera que Intereconomía se ha vuelto muy molesta para quienes han visto en ella una fuerte competidora; por eso intentan desplazarla. Pero la posición del grupo es la defensa de la libertad del individuo y del progreso bien entendido. “Llevo muchos años en esto, he trabajado en muchos medios y cuando alguno de éstos nos quiere tildar de extrema derecha, yo quiero recordar que, en la cadena Ser, el día 23-F ellos no estaban, pero yo sí: jugándomela, en una situación incierta, y dando información en una unidad móvil, a la puerta del Congreso de los Diputados, a favor de la democracia, la Constitución y la libertad”, recuerda.

-Hay valores como el patriotismo que los progres se empeñan en desprestigiar. ¿Qué intenta aportar en este sentido con su reciente libro Mi querida España?

-Intento transmitir que no podemos estar acomplejados ante lo evidente. Nadie debe justificarse por poder presumir de ser español. Ése es otro de los aciertos de Intereconomía, que nosotros decimos abiertamente que somos de derechas y que somos españoles, y no sólo no pasa nada, sino que nos sentimos orgullosos.

-En su libro hace un análisis de los temas políticos más candentes… ¿Qué líneas rojas cree que ha traspasado este Gobierno?

-Lo que más me ha sorprendido al hacer la recopilación de artículos desde 2004 hasta ahora es que aunque estén escritos hace 3, 4 y 5 años, tengan plena vigencia hoy. Me da pena que los hechos, desgraciadamente, nos hayan dado la razón. Creo que líneas rojas ha traspasado algunas. El señor Zapatero todavía considera que el Estatuto de Cataluña es constitucional. Y en economía se negó a admitir la crisis, no tomó ninguna medida, y ahora vamos con dos años de retraso.

-¿Quién nos va a sacar de la crisis?

-El Papandréu español, que va a ser Mariano Rajoy, que va a tener que tomar medidas tan drásticas y severas como ahora le han obligado a tomar a Grecia.

Antonio lleva en la profesión desde el año 76, cuando empezó como becario en la cadena Ser. Y desde entonces ha pasado por todas las radios. Dejó la Ser para pasar a la Cope de Luis del Olmo y Encarna Sánchez. Tras dirigir el programa despertador, con magacín incluido, en Radio España, lo fichó Onda Cero, y luego tomó el mando de las mañanas de Radio Nacional de España, que fue su último gran reto antes de entrar en Intereconomía.

-Presentó Buenos días en RNE durante unos años. ¿Hasta qué punto es el Ente Público un instrumento político?

-Hay una presión notable, por lo menos sotto voce. Se nota sobre todo a través de los sindicatos, que cuestionan todo lo que haces. A mí, sobre todo porque era muy crítico con los nacionalistas: con Arzalluz, con Pasqual Maragall cuando se echó en manos de ERC. Creo que estaba totalmente legitimado para criticar a partidos separatistas que cuestionaban la Constitución y la unidad de España. Y, desde el punto de vista del poder, es evidente que también se influye. Yo trabajé los dos últimos años de Aznar en La Moncloa: que coincidieron además con el Prestige, la guerra de Irak…; una situación bastante tensa.

-¿Siempre había querido ser periodista?

-Sí. Yo me fijaba en la que era la única televisión de España: en la aventura del reportero, de Miguel de la Quadra-Salcedo, los corresponsales de entonces: Cirilo Rodríguez, Jesús Hermida… Me atraía muchísimo.

* Entrevista íntegra en el número 278 del semanario, desde el 21 de mayo en los quioscos.

Sí, se puede

Un libro de nueve historias de coraje y superación

22/05/2010 | Silvia Laforet*

El amor es, para los autores del libro, la fuerza vital que nos sostiene.

En una época en la que la palabra “crisis” parece perseguirnos, es necesario abrirse a nuevas posibilidades de resolución de nuestros problemas. Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos sentido o sentiremos que perdemos pie; que una circunstancia, un sentimiento, una enfermedad o una dificultad profesional, económica o personal pueden con nosotros, haciendo que dudemos incluso del sentido de nuestra existencia o haciendo muy difícil la consecución de una vida plena.

La propuesta del libro es aprender a transformar la adversidad en una ocasión de cambio y crecimiento, modificando nuestras actitudes ante lo que nos ocurre. Y fomentar el amor, el amor a nosotros mismos, a los demás, a todo lo visible e invisible, como la mejor medicina para la curación personal y colectiva.

Con la vida en los talones narra en siete capítulos la vida de nueve personajes con nombres y apellidos, seres humanos tan extraordinarios y tan cotidianos a la vez como podríamos ser cualquiera de nosotros, que se han visto atrapados en distintos problemas de toda índole y han sabido desarrollar su coraje, su capacidad de sobrevivir, regalando además una actitud vital generosa y ejemplar; ellos y sus amigos, familiares, médicos y terapeutas, esa red de afectos que debemos desarrollar y cuidar para sostenernos unos a otros en el camino de la vida.

Manos a la obra

En cada capítulo, tras la narración, en todos los casos ajustada a la realidad tal y como estas personas han tenido el valor y generosidad de narrarla a los autores, se apunta una breve reflexión sobre los temas esenciales que nos pueden ayudar a sentirnos mejor y hacer sentir mejor a los demás: la familia, la amistad, el amor de pareja, la fe en Dios, el correcto uso de la libertad, la generosidad, la empatía, la profesionalidad de los que cuidan y curan, la voluntad, la sensibilidad, el respeto, la confianza, la curiosidad, la sinceridad…; todos los valores que nos hacen humanos y que a menudo perdemos de vista.

En las páginas de este libro podremos conocer a hombres y mujeres de todas las edades, muy diferentes entre sí, con circunstancias muy heterogéneas, con vidas aparentemente muy distintas, pero que llegan a la misma conclusión: a una aceptación carente de resignación, una aceptación activa que les lleva a ponerse manos a la obra, a la obra de su vida, apoyados por muchas otras personas, protagonistas también que han sabido estar del modo adecuado en el lugar y momento adecuado.

Podremos conocer a Alejandro, un joven músico de rock and roll y geólogo de profesión que hace años tuvo que superar una adicción durísima: el alcoholismo. Su emocionante relato nos hace entender que el adicto no es sólo el borrachín que dormita en el banco de un parque. El alcoholismo está latente en todos los estratos de la sociedad, y más aún en momentos de crisis. Y no siempre es fácil reconocerlo. Y las adicciones, físicas y psíquicas, con las que muchas personas creen llenar los vacíos de sus vidas son cada vez más numerosas. “El adicto es aquel que no es libre de elegir”, nos dice Alejandro. Y todos deberíamos reflexionar con él si realmente somos tan libres como creemos.

También conoceremos a tres personajes entrelazados: María del Mar, Juan Andrés y el médico de ambos, el doctor José María Villalón. El doctor Villalón es el mejor ejemplo de un médico entregado y generoso y un ser humano extraordinario. Traumatólogo, director médico del Atlético de Madrid y padre de doce hijos, ha contribuido enormemente a la elaboración de este libro, a través de sus pacientes y de su propia actitud hacia ellos. Mar y Juan Andrés fueron víctimas de errores médicos muy graves, alguno de ellos inevitable y otros fatalmente cometidos, que les privaron de la movilidad de una de sus piernas y otras consecuencias muy duras. Su actitud de superación es inmensa. Y el doctor Villalón aún sigue junto a ellos en su lucha.

Por su parte, el doctor Poveda aparece en las páginas de este libro junto a dos de sus pacientes: Carlo y José Antonio. La vida de Carlo, un hombre ya anciano, es larga, azarosa y casi increíble. Y sus circunstancias le llevaron a la depresión más profunda y a varios intentos de suicidio. Su fe, su coraje, su confianza y la intervención generosa y acertada de su terapeuta hicieron posible que Carlo siga viviendo y viviendo en paz.

José Antonio, un joven que pasó los primeros treinta años de su vida sin recibir un diagnóstico para sus numerosos malestares y que por ello llegó también a desear acabar con su vida, encontró la respuesta, de la mano del doctor Poveda, en la porfiria, una enfermedad rara y desconocida, como tantas otras sobre las que poco se sabe y poco se investiga, pero que hacen la vida imposible a miles de personas. En la actualidad José Antonio es un hombre sano y feliz.

Conoceremos también a una familia ejemplar: Emilio, Matilde y sus seis hijos. El mayor sufre un tipo de autismo, el síndrome de Asperger, y el quinto, Juan, una parálisis cerebral profunda. Además, ambos padres son profesores; Matilde, especialista en niños con necesidades especiales. Ahondar en su vida cotidiana y todos los obstáculos que han superado y siguen superando es una aventura vital que merece la pena vivir. Y su testimonio rebosa fuerza, fe, amor y alegría.

Imprescindible

En realidad, todos son imprescindibles. Como las vidas de Rosa y Miriam, unidas sin conocerse en uno de los capítulos más vitalistas. Rosa, una ‘joven’ de casi noventa años que ha estado gravemente enferma desde los veinte y que nos da una lección de alegría, de actividad imparable, de resolución y voluntad y nos repite una y otra vez que “no hay tiempo que perder y pierdes el tiempo si no haces lo que sí puedes hacer”.

*Silvia Laforet es coautora del libro Con la vida en los talones.

** Reportaje íntegro en el número 278 del semanario, desde el 21 de mayo en los quioscos

Es «placer de demonios»

Escándalo y oportunismo de medios ante abusos es «placer de demonios», dice Obispo

CÓRDOBA, 05 May. 10 / 08:11 am (ACI)

El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández González, señaló que el escándalo y el oportunismo de los medios seculares de comunicación ante los abusos de unos pocos curas constituyen un » placer de demonios«.

Ante las «las noticias de abuso de menores» que «proliferan en todos los medios de comunicación», el Prelado advirtió que «los enemigos de la Iglesia han encontrado un filón de oro para desprestigiarla, y de manera calculada van ofreciéndonos cada día algunas gotas de este elixir que es placer de demonios».

«Algunos incluso se han atrevido a arremeter contra el Papa Benedicto XVI, acusándole de encubridor. Si consiguieran probar la más mínima mancha, habrían dado en el ‘blanco’ de sus pretensiones. Lo de ‘blanco’ no sólo es por el vestido blanco del ‘dulce Cristo en la tierra’, sino porque atacado el Papa quedaría desprestigiada toda la Iglesia católica«, aclaró.

En este sentido, Mons. Fernández advirtió que en este tema «lo más noticiero es que algunos eclesiásticos también son delincuentes, y esa es la noticia. Lo demás no importa tanto», obviándose así el hecho de que «la Iglesia está poniendo los medios para purgar de sus filas a los que no merecen la confianza de tratar con niños y niñas que hay que ayudar a crecer, no destrozar en su infancia».

«Ciertamente, un solo niño malogrado es ya demasiado. Pero no olvidemos los miles de personas buenas que han gastado y gastan su vida en esta noble tarea. Merecen toda nuestra confianza, hoy más que nunca, porque hoy más que nunca el Papa y todos los que tienen alguna responsabilidad en la Iglesia no dejarán pasar una en este delicado tema«, agregó.

Asimismo, el Prelado señaló que «los que han cometido tales abusos están llamados a pedir perdón a Dios, a quien han ofendido gravemente, y a someterse a la justicia de los tribunales», y recordó que «el Papa Benedicto XVI penitencia por los pecados de algunos en esta materia«. ha practicado ‘tolerancia cero’ en este grave tema y nos invita a que todos hagamos

El Espíritu Santo en un Santo de nuestros dias

Actualizado 22 mayo 2010

El Espíritu Santo en San Josemaría Escrivá


Un testimonio de Félix Carmona Moreno, O. S. A.

Capitulo de “Así le vieron”, libro que recoge testimonios sobre el Fundador del Opus Dei


El 26 de junio, para quienes conocimos a Monseñor Escrivá de Balaguer y para los cientos de miles de personas que se han acercado más a Dios mediante su ejemplo y su doctrina, ya no será nunca un día más. Se cumple un aniversario del tránsito al cielo de este hombre de Dios y, a la par que su fama de santidad se extiende por los cinco continentes, el recuerdo de su presencia física en la tierra remueve en esta fecha singular una deuda de gratitud.


Conocí al padre Escrivá en cl mes de septiembre de 1944, en el Monasterio de El Escorial. Era yo un joven de diecinueve años y estudiaba el segundo curso de Filosofía, como profeso Agustino. Nuestro padre provincial, el padre Carlos Vicuña, que conocía y apreciaba al fundador del Opus Dei, consiguió que nos diera ocho días de ejercicios espirituales, especialmente dirigidos a los profesos: sesenta, entre teólogos y filósofos.

Fue una suerte y una gracia muy grande. Creo que conocí a un «santo de altar», a un «santo canonizable». Como él –con tanta firmeza– nos decía que habíamos de ser. El impacto de su extraordinaria espiritualidad no se ha borrado con los años. Hice mis apuntes de cada una de las meditaciones y los he repasado algunas veces. Aún los conservo a lápiz, como los escribí entonces. Lamentable mente son únicamente un resumen de las ideas acompañado de algunas expresiones suyas. Las anécdotas y ejemplos tremendamente gráficos con que ilustraba su exposición doctrinal quedan más en mi recuerdo que en mis apuntes. Empleaba un estilo directo, muy bíblico, y con interpretación muy práctica de la Palabra de Dios. Solía hablar en singular y ayudaba a fijar la atención con el reclamo al planteamiento personal o el recurso a la anécdota.

Según mis apuntes, nos dedicó tres meditaciones a la santidad. Las anoté con los siguientes títulos: «Necesidad de la santidad»; «La santidad nos la inculca el Espíritu Santo»; «Otro paso hacia la santidad».

Nos hablaba de una santidad recia, viril (como se veía la suya), de un hombre, pero de un hombre lleno de Dios. Nos repetía: «tienes que ser santo de altar»; «santo canonizable»; «no para que busques un nicho en el templo…»; «tu vida ha de ser como la de un santo canonizable».

No le gustaban esos libros de espiritualidad sensiblera, ni las vidas de los santos que sólo cuentan maravillas, de tal forma que casi los deshumanizan; muchas veces hechas por autores piadosos, bien intencionados, que escribían en su celda, mirando a las cuatro paredes, sin buscar informes… «También los santos tenían defectos y tenían que luchar…». «A veces nos cuentan algunas fábulas y extra vagancias de ciertos santos, las cuales suelen ser buenas mentirotas». «No les hace falta a esos santos tales casos como no mamar los viernes por penitencia, cuando eran niños de pecho…».

Destacaba la importancia de las cosas pequeñas, o mejor, de la virtud en las cosas pequeñas. «Se nos pide ser santos; pero no hacer milagros ni cosas extraordinarias…, basta saber sobrenaturalizar los actos ordinarios y, si lo los haces bien, no es poco».

Cuando la Santa Iglesia Católica se ve removida por la acción del Espíritu Santo y surgen, a impulsos del Concilio Vaticano II, iniciativas por doquier que alimentan la santidad de los cristianos, estos recuerdos, para mí inmensamente satisfactorios, me hacen sentir la fuerza de aquella personalidad espiritual, cristiana y sacer dotal de Monseñor Escrivá de Balaguer y me provocan un santo orgullo por haberle conocido.

No se me borra la figura –alto, sereno, espiritual, alegre, que tenía un no sé qué– de aquel sacerdote de virtud atrayente por auténtica.

Sé que su tumba, en este año transcurrido, ha sido visitada por millares de católicos de todo el mundo. No me sorprende que cada vez se recurra más a su intercesión en busca de alivio para las penalidades espirituales o físicas. Es –desde el cielo la misma labor que ocupó su vida entera: hablar a todos de que hemos de ser «santos canonizables», «santos de altar», cada uno en su sitio y sin hacer cosas extraordinarias. O mejor buen ejemplo es su vida haciendo extraordinario, al llenarlo de Amor de Dios, lo que muchos consideran sin valor: la ocupación «ordinaria» de cada día.

El fuego del amor de Dios


Espíritu Santo, bendito Paráclito.
Amor de Dios, en Dios.
El Cielo de los cielos de Dios.
La intimidad de la Trinidad Santísima.
El alma de todas las criaturas.
El alma de las almas de Dios.
Llama, divina confidencia.
Armonía de la caridad perfecta.
Espíritu de verdad, Poesía
de sobrenaturales dones y frutos.
Infinita inspiración del amor Providencia.
Espíritu Santo, mi Dios, mi música
cotidiana, mística de lo ordinario.
Espíritu de santidad y felicidad
que cautivas, que vives en mí Tu Vida.
Dios Amor, que eres la Esencia
de Dios y del hombre redimido.
Espíritu eterno de amor-sinfonía
que escucho en la oración del silencio.
Dios Padre amante y Dios Hijo amado,
Dios Hijo amante y Dios Padre amado,
y Tú, conmigo, que procedes de los dos
y eres el mismo Dios-Uno enamorado
en distinta Persona y esplendor de rosas.

¿QUIÉN LA HIZO?

Santa Fe celebra su cuarto centenario con los tres misterios de su escalera aún vivos

Cuando Don Pedro de Peralta fundó la capital de Nuevo México, no podía prever que la fama de la ciudad norteamericana se iba a deber en buena parte a una obra de arquitectura sobrenatural.

Actualizado 22 mayo 2010

C.L./ReL

La ciudad de Santa Fe, en el estado norteamericano de Nuevo México, fue fundada en 1610 por su tercer gobernador, Don Pedro de Peralta, y es la más antigua de todas las capitales de Estados Unidos.

Buena parte de su fama como destino turístico se debe a la Capilla Loretto, construida en 1873 y que recibe al año más de doscientos cincuenta mil visitantes. Hoy está desconsagrada y convertida en museo, pero para los fieles su principal atractivo sigue siendo la escalera milagrosa del templo, el cual sigue utilizándose como lugar idóneo para la celebración de bodas.

¿Quién llamó a la puerta?
La capilla fue construida en estilo neogótico por el arquitecto francés Antoine Mouly, llamado al efecto por el obispo Jean Baptiste Lamy para que las Hermanas de Loreto tuviesen un lugar de oración apropiado junto a la escuela que habían fundado años antes.

Pero Mouly murió durante la construcción de la iglesia, que duró cinco años, sin haber resuelto un problema importante: la conexión entre la planta baja y el piso superior. Con serios problemas de presupuesto para afrontar la situación, la distancia de unos seis metros se salvaba mediante andamios provisionales o escaleras de mano, en menoscabo de la seguridad personal y de la dignidad de la construcción.

Entonces las religiosas decidieron emprender una novena a San José para que llegasen los fondos necesarios.

Pero San José, de profesión carpintero, hizo algo más… o al menos eso comenzó a creerse enseguida.

Al noveno día de la novena, un hombre desconocido llamó a la puerta del convento ofreciéndose para salvar la distancia al primer piso mediante una escalera, pero exigiendo que nadie entrase a ver su trabajo durante el tiempo que le llevase hacerlo. Las hermanas respetaron su exigencia, y las semanas siguientes el hombre se afanó en solitario.

Hasta que un día dejaron de escucharse ruidos. Cuando los lugareños decidieron entrar, se encontraron la prodigiosa escalera que hoy engrandece la Loretto Chapel. El misterioso carpintero había desaparecido, sin cobrar la obra ni revelar su identidad.

Los tres misterios
Y dejó construida una maravilla que todavía hoy envuelve tres misterios: uno, el nombre de su creador, a pesar de que numerosos estudios han intentado averiguarlo; dos, la técnica de construcción, una hélice que gira 360 grados sin soporte central mediante 33 escalones (la edad de Jesucristo) de altura exactamente igual unos a otros, y con piezas que encajan sin pegamento ni cola de ningún tipo; y tres, la madera, pues es de un tipo desconocido en la región y de naturaleza realmente rara.

La Iglesia nunca ha hablado de milagro en sentido estricto, y de hecho se han aportado explicaciones técnicas a su prodigiosa estabilidad. Pero sigue resultando incomprensible que una sola persona pudiese llevar a cabo la tarea en tan poco tiempo y sin que haya quedado constancia de planos, ni restos de la madera utilizada, ni se sepa cuándo la trajo y por dónde pudo introducirla sin que nadie se percatase.

En plenos fastos de su cuarto centenario, la ciudad de Santa Fe continúa, pues, recurriendo a su nombre para dar cuenta del hecho: que San José no desatendió a quienes, aunque pensando más bien en que lloviesen del cielo recursos económicos, acudieron con grande fe a un carpintero… que por lo visto tenía ganas de desquitarse a lo grande tras varios siglos de «jubilación» celestial.