Los planes de educación afectivo-sexual del Gobierno rozan la perversión de menores
Ríase usted de los que creen que un taller de masturbación es lo peor que se le puede enseñar a un alumno. Los planes de educación afectivo-sexual que prevé imponer el Gobierno de forma obligatoria, y que ya se imparten, de un modo u otro, en la mayoría de las Comunidades Autónomas, muestran a los menores -sin consentimiento de sus padres- artilugios eróticos propios de un sex-shop; dibujos de homosexuales en la cama; niños tocándose los genitales; y guías que promueven el sadomasoquismo.
Para que el Estado prive de la patria potestad a unos padres, y tutele la educación de un menor, debe demostrar judicialmente, no sólo que los padres han hecho dejación de sus responsabilidades familiares, sino que han incurrido en un perjuicio objetivo para sus hijos. Sin embargo, con la excusa, nunca comprobada, de que los padres no educan correctamente a sus hijos en materia sexual, las Administraciones educativas llevan tiempo introduciendo la llamada educación afectivo-sexual en las aulas españolas. Y más que lo harán, de forma obligatoria en todos los centros escolares, si se aprueban las normativas que proyectan, al alimón, los Ministerios de Sanidad e Igualdad, para que la formación sexual sea impartida por profesionales de la salud ante los menores; aunque, de momento, las Consejerías de Educación de las diferentes Comunidades Autónomas ya tienen sus propios programas para impartir criterios sobre el sexo a los menores, en el horario de tutorías o hasta robando horas lectivas de otras materias. Criterios sexuales, sí, porque, según padres y expertos, la llamada mal educación afectivo-sexual ni educa ni trata de los afectos, aunque sí tiene tal carga sexual que roza la perversión de menores.
Más que talleres de masturbación
El último revuelo ha estallado en los medios de comunicación, a propósito de una Guía editada por la Junta de Extremadura, y elaborada por un sex-shop madrileño para mujeres, cuyo logotipo es el signo de las feministas, con rabo y cuernos, al estilo del Diablo. En la Guía, según ha trascendido, se incita a la masturbación y a la promiscuidad, y viene acompañada de talleres en los que las responsables del sex-shop muestran a los menores diferentes artilugios eróticos para que puedan abandonarse al onanismo. La realidad es aún más increíble (por definirla de algún modo).
Un vistazo a la Guía, que ya se ha repartido entre estudiantes extremeños, deja perlas como que, para una adolescente ficticia, la masturbación (el vocablo que se utiliza es mucho más vulgar) «me ha sido muy útil cuando me he enrollado con alguien, porque ya sabía más o menos unas cuantas cosas que me gustaban»; o que, para esa misma joven (que habla en primera persona a lo largo de toda la Guía), leer un libro de la feminista María José Urruzola, de cabecera entre los colectivos de lesbianas, «fue una liberación enorme, sobre todo por lo de la culpabilidad. Había un cura en mi pueblo que, en confesión, siempre estaba con la historia de los tocamientos impuros, ¡va!, pero entendí que el hombre no tiene la culpa, que está desfasado perdido». Como se ve, mera educación afectivo-sexual…
Las ilustraciones de la Guía están realizadas por los mismos dibujantes que se promocionan en la página web O.R.G.I.A., en la que, entre otras depravaciones, puede verse la fotografía de un adulto bigotudo y lascivo metiendo las manos bajo la falda de una joven vestida de colegiala. En la Guía, más recatados, sólo dibujan a dos chicas desnudas abrazadas, a un joven arrodillado frente a otro en ropa interior, y a una pareja heterosexual masturbándose mutuamente. Los detalles escabrosos, créanos, los omitimos.
Objetivo: infiltrarse en la cabeza
Si alguien duda de cuáles son los criterios que se persiguen con este tipo de materiales escolares, en la websex-shop madrileño, las creadoras afirman que su concepción de la educación de los afectos se basa en «relaciones sexuales gratificantes, sin elementos de riesgo y con plena elección de la situación». Las dueñas del sex-shop y los responsables de la Junta de Extremadura, claro, no deben de considerar elementos de riesgo los materiales sadomasoquistas, como esposas o fustas hípicas, que venden en la tienda. Y todo con un objetivo: «Pensamos que los montones de mensajes enviados llegarán a infiltrarse firmemente (sic) en las cabezas de más de una de las personas a las que van a llegar». No podríamos decirlo más claramente.
Doña Concepción Medialdea, doctora en Medicina, licenciada en Farmacia y miembro del Instituto Valenciano de Fertilidad, Sexualidad y Relaciones Familiares (IVAF), lamenta que los grupos que están tras este tipo de materiales, «pretenden evitar las enfermedades de transmisión sexual, el embarazo prematuro y el aborto desde la creencia de que es imposible educar en la castidad. Fomentan la incontinencia, la promiscuidad y la experimentación sexual sólo con dos límites: uno, que traten de evitar la penetración, y dos, el simple consentimiento de quienes lo practican. Se promueve el sexo sin amor, sin procreación y sin el más mínimo sentimiento afectivo, con las consecuencias que ello conlleva, y aunque no estén preparados ni física, ni moral ni psicológicamente. Esto explica que se promocione la masturbación y la homosexualidad, como hacen todas las Consejerías autonómicas, incluidas las gobernadas por el PP, como la Comunidad valenciana».
Perversión de menores
Este tipo de orientación sexual, en efecto, no es patrimonio de la Junta de Extremadura. En Andalucía, una Guía para educadores y alumnos, editada por la Junta, propone, con una serie de actividades en el aula, «favorecer la construcción del concepto de anticoncepción»; «conocer formas alternativas de relación sexual a la penetración»; «cambiar nuestras actitudes ante el uso de los métodos (anticonceptivos)»; «cambiar actitudes negativas de las mujeres y la virginidad»; o «conocer otras formas de satisfacción sexual como la felatio y el milingus (sic)».
Ante esto, don Carlos Seco, abogado y miembro de la Confederación de Federaciones de Asociaciones de Padres de Alumnos de Andalucía (Confapa), asegura que «EpC y el empeño en la educación de la sexualidad ponen de manifiesto que nuestro sistema educativo se caracteriza hoy por ser utilitarista de la persona y constructivista de las conciencias, y cuya finalidad es imponer a los menores un nuevo código de valores, sobre el que construir una nueva sociedad. Es una obra de ingeniería educativa, que, por sus contenidos, roza la perversión de menores y que en Andalucía, después de años desarrollándose, ha supuesto el aumento de la violencia contra la libertad sexual entre adolescentes, el inicio de relaciones sexuales a los 13, y los abortos en chicas de hasta 16 años. Quién sabe si eso es lo que realmente se pretende».
Aunque se podría hacer un repaso por los contenidos más polémicos de cada Comunidad Autónoma, es de justicia resaltar el caso de Asturias. La Guía para profesores y alumnos Ni ogros, ni princesas, editada por el Gobierno del Principado y el Instituto de la Mujer, propone enseñar a los alumnos de tercero de la ESO (13 años) que «existen otras prácticas sexuales como la masturbación o el petting para llegar al orgasmo sin pasar por la penetración» (y explican lo que es el petting, por si algún menor no lo sabe), o que «no es perjudicial no eyacular cada vez que el hombre tiene una erección»; así como la recomendación a los profesores de 4º de «insistir en que el alumnado vea que la motivación para tener relaciones sea, por un lado, el deseo compartido, y por el otro, la decisión de satisfacerlo». Del amor y los afectos, ni palabra. Quizá fuese más propio empezar a utilizar la expresión educación pervertido-sexual…
José Antonio Méndez
Algunos criterios sexuales para menores: * «No tengo ni idea de lo que pasa, pero me empieza a entrar un calor… Bueno, estoy mintiendo (…), sí que sé (sic) lo que me pasa, que tengo ganas de sexo» (Guía editada por la Junta de Extremadura)
* «Discutir y explicar en pequeños grupos mixtos (…) ¿Cómo se masturba el hombre?; ¿Cómo se masturba la mujer?» (Guía editada por la Junta de Andalucía, para profesores y alumnos de la ESO)
* «El uso del autoerotismo es compatible con las relaciones compartidas, ya que no interfiere negativamente y forma parte de la intimidad de cada persona» (Guía editada por el Gobierno de Asturias, para 3º de la ESO)
* «Una opción es mostrarse sexualmente pasiva, asumir el modelo tradicional femenino donde las mujeres no conocen su cuerpo, no hablan de sus preferencias, sus deseos, y someten el placer suyo al del varón (…) Y otra opción es imitar lo que hasta ahora hacen los chicos; cuanto antes empieces, mejor; mientras más relaciones tengas, mejor; tengo que disfrutar con el coito» (Guía editada por la Junta de Andalucía para adolescentes entre 12 y 15 años)
* Ideología de género: «Los seres humanos nacemos hombres y mujeres, en consecuencia somos del sexo femenino y masculino. Pero nuestra identidad personal no nos viene dada por nacimiento, sino que se construye en un proceso en el que confluyen distintos elementos (…) a lo largo del tiempo y en continua evolución. (…) Hay tantas formas de ser hombre o mujer como personas hay» (Guía editada por el Gobierno de Asturias, para alumnos de 1º de la ESO)
Lo que nadie dice…
En Orientación cristiana de la sexualidad del (editorial Voz de papel), el sacerdote y experto en educación afectivo-sexual don Pedro Trevijano ofrece criterios lúcidos, científicos y políticamente incorrectos, en materia sexual. Sirva como muestra el siguiente comentario sobre la masturbación: «Por frecuente que sea en ciertos momentos de la evolución sexual, no deja de ser una imperfección. Sus motivos, además, pueden ser muy distintos: desde cuando brota por la tensión biológica de una etapa evolutiva, a pesar de los esfuerzos por controlarse, hasta una despreocupación por los valores del sexo, debido a la falta de limpieza interior. En todo caso, no constituye una respuesta obligada y necesaria, sino que puede ser objeto de autodominio. Hay muchos adolescentes y jóvenes que consiguen evitarla, y no son unos reprimidos, sino que, por el contrario, son personas verdaderamente libres, porque controlan sus pasiones y no se dejan dominar por ellas. Lo que reviste verdadera importancia para la maduración y equilibrio de la persona es la forma de vivir el sexo en su conjunto y no como mera genitalidad»