Vidas inocentes por un voto

Antonio Mencia  27/11/2009.

Las ministras de Medio Rural, E. Espinosa; Sanidad, T. Jiménez; Vivienda, B. Corredor e Igualdad, B. Aído, tras el pleno de ayer (Cortesia Agencia Efe).

Todos sabemos el poder que tienen los diputados de nuestro Congreso en materia de aprobar leyes. Ayer fue el día en que pudimos comprobar su autentico poder aprobando en votación el primer paso para la ya desgraciadamente famosa ley del aborto.

Es un poder que no ennoblece, muy al contrario ennegrece a los que venden su alma al diablo por aparecer en la foto de las ministras, tras haber alcanzado el éxito que ellas creen haber alcanzado. Pareciera una foto más, pero realmente se ve la sonrisa forzada, las poses fingidas, los abrazos vacios, pareciera como si ellas mismas no se hubieran creído su ansiado éxito. Efectivamente, es imposible creer algo así, cuando detrás de estos 183 votos a favor, están las vidas de miles de niños inocentes que van a ser sacrificados en aras de su propio ego.

Un ego que les permitirá alcanzar el éxito en esta vida, pero vendiendo cara su propia alma. Un alma que pone en entredicho el propio José Bono en unas declaraciones evocando al propio evangelio para justificar su defensa de la ley del aborto. La noticia se recoge en el libertad digital y no tiene desperdicio. En ellas opina que “hasta las 14 semanas prevalece la decisión de la mujer”.  Bono, se declara católico pero ataca a la Jerarquía de la Iglesia que no comparte sus postulados contradictorios. En sus declaraciones dice lo siguiente: “Hay sectores de la Iglesia católica que exigen al Estado que actúe con mano justiciera, aplicando penas y castigos, mientras se reservan para ellos la mano acogedora del perdón o de la penitencia purificadora. Como político que quiere inspirar su vida en el Evangelio de Jesús, aspiro a que también la nueva ley incluya una dimensión de comprensión y misericordia“.

En la medida en que nuestra sociedad contiene su vertiginosa y alocada decadencia moral, las instituciones de cualquier tipo, ya sean política como judicial, que de ella se nutren, irán perdiendo irremediablemente los valores y fundamentos éticos que la resguardaban en su proyección de la vida. La autodestrucción es solo un paso factible. En las próximas elecciones sin duda alguna, los españoles decidiremos algo más que unos escaños en el congreso, decidiremos continuar con esta política de muerte o cambiar a una política que salvaguarde la vida de mucho “santos inocentes”, que se les priva, desde antes de su nacimiento, del más elemental derecho que tiene el ser humano.

Quienes nos aferramos al principio del “Sí a la vida”, debemos reafirmar nuestro compromiso en esta época tan negra de la historia de nuestro país.

Para reflexionar sobre nuestro futuro en España y que es lo que podemos hacer por el, recuerdo una cita del famoso físico Albert Einstein que decía así: “La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa.”

Autor: Moral y Luces

Moral y Luces

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