UN ATEO DEFIENDE LA FE

«Las buenas obras diarias de miles de millones de personas son la verdadera historia de la religión»


En «An Atheist Defends Religion: Why Humanity is Better Off with Religión Than Without It» (Un Ateo defiende la Religión: Por qué a la Humanidad le ha ido mejor con la Religión que sin ella) (Alpha Books), Bruce Sheiman ofrece una nueva perspectiva al enfrentamiento entre creyentes y ateos.

Actualizado 24 noviembre 2009

John Flynn, L. C./Zenit

La Iglesia católica es una de las mayores fuerzas del mal en el mundo, al menos es lo que afirma el ateo Richard Dawkins. Este es sólo el último de sus muchos ataques contra la religión y Dios. Sus observaciones se publicaban el 23 de octubre en la sección de religión de la página web del Washington Post, al ser preguntado sobre la medida de la Iglesia católica de facilitar la entrada a los anglicanos.

Siguen adelante las polémicas de lo s últimos años sobre la religión en libros y comentarios. Un reciente debate en Londres, sobre la afirmación de que la «Iglesia católica es una fuerza para bien en el mundo», atrajo más de 2.000 personas, informaba el 23 de octubre el Catholic Herald.

Stephen Fry y Christopher Hitchens, que defendieron la afirmación contraria, obtuvieron una sustancial victoria contra sus oponentes – Ann Widdecombe, parlamentaria del partido conservador, y el arzobispo Onaiyekan de Abuja, Nigeria – obteniendo 1.876 votos contra 268.

Otro ejemplo reciente viene de Australia donde la columnista Catherine Deveny sentó a Dios en el diván del psiquiatra y proclamó que: «Dios tiene un desorden de personalidad narcisista». En un artículo suyo publicado el 2 de septiembre en el periódico Age, Deveny afirmaba que Dios sufre de «sentimientos de grandeza», y una «obsesión con fantasías de éxito», junto con una «carencia de empatía» y «comportamiento arrogante».

A su vez, la ofensiva de los ateos ha dado lugar a numerosos libros que defienden a Dios y a la religión institucional. Un paso interesante en el debate viene de un libro recientemente publicado por alguien que no cree en Dios pero, aun así, defiende la religión.

Le ha ido mejor

En «An Atheist Defends Religion: Why Humanity is Better Off with Religión Than Without It» (Un Ateo defiende la Religión: Por qué a la Humanidad le ha ido mejor con la Religión que sin ella) (Alpha Books), Bruce Sheiman ofrece una nueva perspectiva al enfrentamiento entre creyentes y ateos.

La «cuestión de Dios» puede no resolverse satisfactoriamente para ambas partes, reconoce, pero lo que Sheiman precisa que hay que hacer es considerar el valor de la religión en sí misma. No busca probar la existencia de Dios, sino defender la religión como institución cultural.

En cuanto a sus opiniones personales, Sheiman explica que él no es una persona de fe, pero no «niega a Dios de forma ostentosa». Se describe a sí mismo como un «aspirante a teísta» porque «la religión proporciona una combinación de beneficios psicológicos, emocionales, morales comunes, existenciales e incluso de salud que ninguna otra institución puede reproducir».

La mejor manera de dejar a un lado de modo convincente el ateísmo, explica en la introducción a su libro, no es mediante argumentos que intenten probar la existencia de Dios, sino demostrando la aportación duradera de la religión.

«Las fechorías de la religión pueden dar para una provocativa historia, pero las buenas obras diarias de miles de millones de personas son la verdadera historia de la religión, que ha ido a la par del crecimiento y prosperidad de la humanidad», afirma Sheiman.

Uno de los modos en que nos beneficia la religión es dando significado a nuestras vidas, observa Sheiman. Somos conscientes de vivir en un mundo de gran poder y potencialidad, pero en contraste con los animales que sólo viven en una relación utilitaria con el mundo, los humanos son conscientes de que este mundo existe a parte de ellos mismos.

Sheiman cuenta algunos ejemplos de cómo las sociedades primitivas buscaban dar sentido a sus vidas en medio de un mundo más extenso por medio de la religión. Sus mitos y rituales ayudaban a aquellos pueblos a conectar las realidades mortales con lo eterno y espiritual.

En el mundo moderno la ciencia ha reemplazado en muchos casos a la religión en términos de explicación del mundo y del universo, pero Sheiman apunta que, aunque podamos aceptar lo que la ciencia dice sobre cómo funciona el universo, esto no nos explica lo que significa para nuestras vidas.

En otras palabras, cómo funciona el mundo no es lo mismo que por qué funciona el mundo. En nuestro impulso por descubrir lo que Sheiman denomina verdad en minúscula – hechos y conocimiento – hemos sacrificado la verdad con mayúscula – significado y propósito.

Naturaleza moral

Otro aspecto de la religión es la moralidad. Está claro que la gente puede ser moral sin la religión, afirma Sheiman, pero también es evidente que la religión hace a la gente buena. De hecho, afirma, los seres humanos muestran un comportamiento ético que va más allá del poder explicativo de la cohesión del grupo.

Sheiman cita investigaciones que demuestran cómo la actividad religiosa se asocia con una mayor interacción social. Al mismo tiempo que la religión construye la comunidad, también fomenta la moralidad, añade.

Esto lo hace a través de la comprensión de que la acción moral es el camino para una unión con Dios y de que tenemos una especie de contrato moral por el que hacer el bien hace que participemos en un bien mayor.

Lo intrínseco a todas las religiones es la creencia en la bondad, tanto divina como humana, explica Sheiman. Los ateos suelen carecer de esta comprensión de la moralidad, sostiene. No es un simple sistema recompensa/castigo. «Los muy cínicos ven en la religión una obediencia ciega a una autoridad moral y un sistema opresivo de control del comportamiento», comentaba.

Aunque algunos seguidores religiosos muestran una orientación autoritaria, esto pa sa también con personas no religiosas, mantiene Sheiman. Para la mayoría de la gente Dios es visto como un padre amoroso, y la moral el estadio más alto a que aspiran los humanos, afirmaba.

Una aportación de la religión a la sociedad que Sheiman pone de relieve es la noción cristiana de que los hombres están hechos a imagen de Dios. Al decir que los humanos comparten la naturaleza divina, deben ser respetados como hijos de Dios.

Esta visión lleva a incontables actos de sacrificio y compasión diarios, comenta. De hecho, estudios sociológicos revelan que las personas religiosas son más cariñosas y compasivas que las no religiosas y dan más dinero a caridad. Esta práctica no se restringe a una religión en particular, precisaba.

La religión también proporciona un fundamento sólido para el comportamiento moral a través de la adhesión a valores absolutos. En contraste, observa Sheiman, sin la religión la gente puede tener una moralidad, pero si los preceptos morales están hechos por el hombre se vuelven falibles e insustanciales, un resultado de opiniones personales o incluso de calculado auto interés.

Esto le lleva a comentar que nuestras mentes están llamadas a algo más que una verdad relativa. Como seres humanos nos esforzamos por encontrar la causa primera y, si los imperativos morales no dependen de Dios, entonces no son absolutos y se quedan en relativos.

La ciencia por sí misma no puede llevar a una cultura moral, continúa. «Lo bueno y lo malo no vienen de la física o de la biología». «La religión se convierte así en la fuente cultural e institucional más importante de principios éticos precisamente porque se la considera que está por encima del cap richo humano», añade.

Progreso

En otro capítulo del libro, Sheiman cuenta cómo la religión ha estado detrás del progreso del mundo occidental en campos como la democracia y la libertad, la ciencia y la tecnología.

A lo largo del tiempo en que hemos crecido como civilización esto ha sido al menos en parte gracias a la religión, argumenta. Aunque esto no absuelve a los líderes religiosos de sus acciones destructivas, concluye, esto nos lleva a concluir que la religión en general ha tenido un impacto positivo.

La conclusión alternativa es que estaríamos más adelante en nuestra trayectoria sin la religión. Esto no resulta plausible, mantiene Sheiman, puesto que los historiadores no han podido identificar ninguna otra fuerza cultura tan robusta como la religión que pueda llevar adelante la civilización.

Sheiman también critica la lectura selectiva de la historia hecha por algunos ateos, que sólo muestran rapidez para atribuir los aspectos más negativos de la historia a la religión, mientras que rara vez reconocen la deuda de la civilización con la religión.

Un creyente podría muy bien replicar a Sheiman que su fe en Dios no depende de ganancias y beneficios contables en la historia o en su vida personal. No obstante, en un momento en que muchos ateos denigran a las iglesias y a la fe como totalmente irracionales y negativas, el libro de Sheiman sirve de útil antídoto para estos superficiales e irracionales ataques a la fe.

¿Qué es la verdad?

Nos dice el evangelio que en el juicio de Pilato, éste le preguntó a Jesús: ¿qué es la verdad?

También nos dice el relato que inmediatamente Pilato salió afuera y se lavó las manos. Y ya sabemos lo que pasó.

Con frecuencia tengo la impresión de que Jesús a muchos les incomoda, y por eso no lo quieren escuchar. No quieren escuchar su verdad, ni la verdad que de Él nos dicen, quiénes con sencillez se acercan a Él. Tal vez hoy no queremos saber qué es la Verdad, porque si le escucháramos, ¡cuántas cosas tendríamos que cambiar!, ¡cuántas estructuras y condenas tendrían que caer!

No sé por qué, pero leyendo estos días algunos forum o plataformas desde las que se condena a los que piensan la fe, a los que investigan y tienden un puente entre la fe y la ciencia y dejan que mutuamente se iluminen, me da mucha tristeza.

No me parece justo que se ponga en duda la “buena fe” –y nunca mejor dicho- de hombres y mujeres que han hecho de su vida un servicio a los que sufren, a los necesitados, y menos que se les acuse de no respetar la vida.

Deseo vivamente que seamos capaces de escuchar la verdad, y que dejemos de lavarnos las manos, no sea que como Pilato, sigamos condenando al inocente.

La cruz

Tribunas
Jueves, 12 de Noviembre de 2009 01:00
Periódicamente rebrota en nuestra Europa laicista el intento de eliminar la cruz de los ámbitos públicos. Se argumenta con el derecho a la libertad religiosa, que no debería privilegiar un signo de una religión particular en los espacios que pertenecen a todos, y donde los miembros de otras religiones, o de ninguna, pueden sentirse o dicen a veces sentirse molestos. Parece que hay un interés particular en quitar el crucifijo de las escuelas, como si se temiera un “adoctrinamiento” pernicioso y subliminal de los niños y de los jóvenes.

 

Sin embargo la cruz está presente en la cultura europea y americana, y en otras culturas, desde hace muchos siglos. Quien quisiera arrinconarla, tendría que renunciar a todo lo que ella significa, quiera o no. Tendría que tapar y acallar tantas obras de arte y signos de cultura, que se quedaría prácticamente con nada. La cruz está no sólo en las iglesias sino también en caminos, fiestas e instituciones, expresiones linguísticas y hasta en el trasfondo del calendario por el que nos regimos: ¿qué significa contar el tiempo antes y después de Cristo? ¿Qué significa que las semanas se dividan por los “domingos”?
Por lo demás, la cruz no es el único símbolo religioso y cultural que es común encontrar en la vida civil, dependiendo de los lugares. En muchos países abundan los símbolos propios de las religiones que están en el corazón de sus culturas. Y esto es natural, porque entre religión y cultura hay una estrecha relación. Y quien pretende suprimir las manifestaciones de la religión en la cultura, acaba por imponer la dictadura de su propia religión o visión irreligiosa de la vida, que puede llegar a ser terrible como la historia reciente enseña.

¿A quién puede molestarle la cruz? A quién no conozca su significado o lo rechace por motivos ideológicos. La cruz es signo de paz y reconciliación. Su palo vertical recuerda la dimensión trascendente del hombre (que no es sólo un amasijo de moléculas, porque tiene alma); y su palo horizontal representa la dimensión terrena de la persona, que se extiende desde el centro para abarcar a todos los pueblos, razas y culturas. La cruz es signo de totalidad, plenitud y solidaridad, fuente de verdadera fortaleza, serenidad y consuelo. En nombre de la cruz se hace diariamente el bien a millones de personas en el mundo. La cruz no puede –no debe– ser esgrimida contra nada ni contra nadie; y si esto sucedió en la historia, fue por una equivocación y un olvido de Aquel que dio a la cruz su más pleno significado. Porque la cruz no la inventaron los cristianos. Pero por los cristianos ha venido a representar en nuestros días el mayor anhelo de los hombres: la unión y el perdón, los deseos de paz y reconciliación que alberga la familia humana.

Ciertamente, para los cristianos, el crucifijo es signo de redención, esto es, de santidad, que es lo mismo que decir de la justicia que sólo Dios puede traer. Hacer “la señal de la cruz” es aceptar el orden exterior e interior querido por Dios (en la inteligencia, en la voluntad, en los sentimientos) e implorar que la bendición divina llene la vida y proteja a los hombres de los peligros que les acechan, a veces inventados por ellos mismos.

Pero este significado cristiano no se impone a nadie. Sólo se ofrece libremente. Como un signo de que el mal –la codicia y la avaricia, las injusticias y las guerras, la discriminación de los más débiles y de los pobres– no tiene la última palabra. La cruz es como una indicación de que el dolor –físico o moral– no es un sinsentido absoluto: una realidad que, si no pudiera quitarse o disminuirse podría legitimar la supresión de quien no puede sufrirla, en carne propia o ajena.

En último término, la cruz sugiere que la muerte puede ser fruto y consecuencia del amor (cosa que es así de hecho para muchas personas, también no cristianas). Que la muerte no es un punto final que, en el fondo, deja sin sentido la vida. Y a los desheredados de este mundo, que no han encontrado en él la justicia, la cruz les puede recordar que les queda aún la esperanza de una vida diferente, donde el amor no sea una palabra desgastada y manipulada.

Ramiro Pellitero
Instituto Superior de Ciencias Religiosas
Universidad de Navarra

Las diez tendencias que están revolucionando la Iglesia católica

El vaticanista John Allen señala en un libro las diez tendencias que están revolucionando la Iglesia católica

Lunes, 23 de Noviembre de 2009 01:00

En su libro “La Iglesia futura: cómo diez tendencias están revolucionando la Iglesia católica”, el vaticanista estadounidense John Allen señala, entre otras, la “nueva demografía”, según la cual países como Nigeria, Uganda y Congo entrarán en breve a formar parte de los diez países con más católicos del mundo. De ese grupo podrían quedar fuera países como España y Polonia.

El vaticanista considera que el llamado “catolicismo evangélico”, el pentecostalismo y el islam llevarán a posiciones más “conservadoras” en materia sexual en la Iglesia católica. La relación mundo-Iglesia es otro de los puntos, según el cual “aquello que sucede fuera de la Iglesia es más importante que lo que sucede dentro”.

Según Allen, otra tendencia que está revolucionando la Iglesia es la globalización, que “conducirá a la afirmación de los valores y prioridades de los pueblos del hemisferio sur, también en el ámbito católico”.

El periodista y escritor advierte que “la revolución biotécnica es una amenaza directa a la religión como experiencia humana, desde el momento en que no pocos científicos querrán descubrir el ‘gen de Dios’”.

Las otras tendencias que señala en su libro son la expansión del papel de los laicos, la ecología –en el ámbito teológico y práctico– y el multipolarismo.

Curado por intercesión del venerable cardenal J.H. Newman

El diácono estadounidense curado por intercesión del venerable cardenal J.H. Newman visita Inglaterra

¿Es Jack Sullivan la prueba de que los milagros existen?

La Iglesia declaró en julio de este año milagrosa la curación en el año 2001 de una enfermedad grave de la columna vertebral de de Jack Sullivan, un juez estadounidense de 71 años que se estaba preparando para ser diácono. Monseñor Vincent Nichols, arzobispo de Westminster, invitó a Sullivan a Gran Bretaña, pensando que su testimonio puede ser un remedio eficaz contra el creciente escepticismo religioso de su país. Su médico afirma: «Si desea una respuesta, pídasela a Dios».

Publicado el 2009-11-23 23:16:00

(J. Wynne-Jones/Sunday Telegraph*) Jack Sullivan estaba obligado a permanecer acostado en la cama de un hospital de Boston (Estados Unidos). Apenas era capaz de levantar la cabeza y el dolor era tan intenso que le costaba trabajo respirar. La operación de la espalda no salió como estaba previsto y se complicó. Los médicos le habían advertido que se quedaría paralítico a menos que pasara por el quirófano, pero durante la intervención descubrieron que la columna vertebral estaba tan dañada que presentaba fugas de líquido.

Destrozado, casi desesperado y viendo cómo desaparecían sus esperanzas y planes para el futuro, Sullivan pidió la intercesión del Cardenal Newman. Pidió ayuda a Newman por primera vez tras ver un documental sobre el clérigo anglicano, convertido al catolicismo en el siglo XIX. A Sullivan le pareció que la vida del cardenal era una fuente de inspiración. Después de rezar, casi de inmediato, el dolor desapareció y sintió que recobraba la fuerza física. Retiró las sábanas, probó a tocar el suelo con los dedos de los pies y anduvo por primera vez después de meses.

Un hospital de Boston es un escenario poco probable para uno de los eventos más importantes del catolicismo de la última década; sin embargo, su curación ha sido declarada como milagro por la Iglesia. El milagro tiene como consecuencia la primera visita de un papa al Reino Unido desde hace 28 años y además despeja el camino para la proclamación del primer santo del Reino Unido desde 1982.

El ya diácono Jack Sullivan, tras los pasos del cardenal J.H. Newman

En las semanas pasadas Sullivan recorrió Inglaterra, siguiendo los pasos de John Henry Newman, el cardenal que intercedió por él en cuando casi todo estaba perdido. Monseñor Vincent Nichols, arzobispo de Westminster, fue el que invitó a Sullivan a Inglaterra. El prelado opina que la visita del estadounidense puede ser un remedio eficaz contra el creciente escepticismo en Gran Bretaña relativo a las cuestiones de fe.

«Su presencia y su testimonio nos ayudarán a ser más conscientes del poder de la oración y la importancia de la intercesión de aquellos que pueden rezar por nosotros en presencia de Dios», afirma el arzobispo. El testimonio de Sullivan fomentará el debate entre quienes consideran que los milagros son poco más que fabulaciones de gente supersticiosa y confusa, y aquellos que creen firmemente que son la obra de Dios.

En una entrevista exclusiva con el Sunday Telegraph, Sullivan reconoce que hay muchas personas que dudan de la veracidad de su relato, incluso su propia esposa era incrédula al principio, pero espera que su historia animará a mucha gente. «Por alguna razón, me seleccionaron allí arriba. No sé por qué, no tengo nada especial. Sólo soy una persona normal».

Historia de la curación milagrosa

Jack Sullivan, de 71 años de edad y juez de un distrito de Massachusetts, ha pasado a ser una prueba viviente para millones de católicos de que los milagros son posibles para cualquiera, en cualquier lugar. Sus problemas de espalda comenzaron en el año 2000, cuando una tomografía reveló una serie de deformaciones en una serie de vértebras y discos intervertebrales que oprimían la médula espinal y los nervios. Las deformaciones provocaron estenosis, un estrechamiento anormal de los vasos sanguíneos de las piernas.

En ese momento estaba estudiando para convertirse en diácono de la Iglesia Católica y el hecho de ser incapaz de terminar la formación supuso una conmoción para él. Un día, encorvado en un sillón de su casa y tratando de aceptar su nueva situación, dio casualmente con un documental sobre Newman mientras hacía zapping en la televisión. Sintió la necesidad de rezar al cardenal y le pidió fuerza para enfrentarse a su problema y de alguna manera superar su discapacidad, de forma que pudiera convertirse en diácono. A la mañana siguiente se despertó prácticamente sin dolor y capaz de andar. Los médicos estaban perplejos. Las pruebas habían demostrado la presencia de un problema grave en su columna vertebral.

«Continué rezando a Newman todos los días después de aquello. Estaba muy agradecido. Me costaba creer lo que había sucedido». Los médicos le dijeron que las protuberancias de la columna vertebral ya no eran visibles bajo los rayos X, pero Sullivan experimentó de nuevo dolor al año siguiente, lo que le obligó a someterse de nuevo a una intervención. Es la curación de esta operación, en 2001, que los cirujanos habían estimado que necesitaría meses de recuperación, lo que ha sido confirmado por la Iglesia Católica como milagro.

Sullivan dice que no puede haber otra explicación. «Yo llevaba con un dolor muy intenso durante días. Según las previsiones más optimistas sería incapaz de andar durante un largo periodo, pero después de rezar a Newman inmediatamente sentí un calor intenso. También sentí alegría y confianza». «Le dije a la enfermera que el dolor había desaparecido. Entonces me levanté y me puse a recorrer los pasillos de arriba abajo, con la enfermera tratando de igualar mi ritmo».

Ese mismo día fue dado de alta del hospital y regresó a su casa, donde se sentó a escribir una carta al Oratorio de Birmingham. La carta puso en marcha un proceso largo y complicado que terminó finalmente este verano, cuando el papa Benedicto XVI decretó que lo ocurrido sólo podía explicarse por un milagro. La Congregación para las Causas de los Santos, el departamento del Vaticano encargado de examinar las curaciones eventualmente milagrosas, ha anunciado formalmente la decisión.

La declaración del milagro: médicos y teólogos

Las declaraciones de milagros son escasas y valiosas en la Iglesia Católica. Requieren una investigación exhaustiva que incluye entrevistas con los testigos y el análisis de todos los documentos médicos pertinentes. A continuación hay una serie de comprobaciones, empezando con el análisis por parte del grupo de expertos médicos de la Congregación, la consulta medica, antes de las rondas de votación sobre la validez del milagro.

Si el candidato a milagro aprueba la consulta medica, el caso pasa a un panel de teólogos, que consideran la dimensión espiritual de la curación. La sentencia que concluye que ha habido una relación directa entre la curación y la intercesión del siervo de Dios se transmite a los cardenales y obispos para una nueva votación, antes de que el caso llegue finalmente al Papa.

Aunque el caso de Sullivan tardó ocho años en seguir el procedimiento, el hecho de que los médicos estaban completamente desconcertados por la recuperación aceleró el proceso.

El doctor Robert Banco, jefe de cirugía de columna del hospital New England Baptist de Boston escribió en relación a la mejoría de Sullivan tras rezar a Newman: «no encuentro explicación médica de la ausencia de dolor durante un periodo tan largo de tiempo, a pesar de la estenosis persistente y grave. Los datos objetivos, la tomografía, mielografía y la resonancia magnética demostraron que la patología no sufrió cambio alguno, sin embargo los síntomas [el dolor] mejoraron radicalmente».

Después de la segunda curación, le dijo a Sullivan que la recuperación de su columna vertebral era tan buena que a los 71 años de edad tenía la capacidad de soporte equivalente a la de una columna de 30 años de edad. «Con el daño que tenía en la meninge duramadre, debería haber estado en un estado mucho peor», afirma. «No tengo una explicación médica o científica para este caso. Si desea una respuesta, pídasela a Dios».

* Traducido por A. Moreno-Ramos para InfoCatólica

Carta del padre Álvaro Corcuera

Con ocasión de la solemnidad de Cristo Rey

Carta del padre Álvaro Corcuera a los miembros y amigos del Regnum Christi

La página web de los Legionarios de Cristo publica hoy la carta que el Director General de los Legionarios de Cristo y del Regnum Christi, padre Álvaro Corcuera, ha dirigido a los miembros y amigos del Regnum Christi con motivo de la festividad de Cristo Rey. En la carta explica que «el lugar por el cual debemos comenzar» la instauración del reinado de Cristo en la tierra «es por nuestra propia vida: lograr que Cristo reine en nuestro corazón», puesto que «a fin de cuentas, este Reino es Cristo mismo, que se hace presente en medio de los hombres». En la carta, el padre Corcuera aprovecha para «pedir nuevamente sincero perdón a todas las personas que hayan sufrido o estén sufriendo por los hechos dolorosos que hemos vivido».

Publicado el 2009-11-23 17:27:00

(InfoCatólica) Además, el padre Corcuera insiste en que «los cristianos estamos llamados a ser verdaderas antorchas del amor de Cristo que transmitan a cada ser humano de luz de la fe y de la esperanza que Él nos ha regalado».

El Director General de los Legionarios de Cristo y del Regnum Christi recuerda en la carta que el Manual del Miembro del Regnum Christi dice que «la única razón de ser del Movimiento ‘estriba en servir a la Iglesia y a sus Pastores, y, desde la Iglesia y a partir de la misión sobrenatural y humana de la Iglesia, servir a los hombres’ (n.11)».  En consecuencia, añade, «todos nuestros apostolados, todas nuestras actividades, toda nuestra vida debe estar orientada a este servicio».

El padre Corcuera expresa el deseo de «vivir esta fecha con espíritu de reparación y de humildad, unidos a Cristo Rey, que es rico en misericordia», y añade: «Quiero aprovechar esta carta para pedir nuevamente sincero perdón a todas las personas que hayan sufrido o estén sufriendo por los hechos dolorosos que hemos vivido». E invita a «vivir este período intensificando la vida de oración, los actos de caridad y el espíritu de penitencia, para unirnos más a Jesucristo y a nuestros hermanos los hombres».

Finalmente, se refiere a la celebración del Año sacerdotal y exhorta a que cada miembro del Regnum Christi «destaque por su sentido de Iglesia». «Cuanto bien podemos realizar poniendo todo nuestro empeño e iniciativa apostólica al servicio de la comunidad eclesial local, de acuerdo con las directrices de los obispos y párrocos», añade el padre Corcuera. Además, afirma que «nuestro movimiento es sólo una de tantas realidades que Dios ha suscitado en la Iglesia, como camino que nos ayuda a vivir nuestro compromiso bautismal».

Después de 23 años «en coma»

Conmoción por el caso de Ron Houbens, diagnosticado erróneamente «en estado vegetativo»

Después de 23 años «en coma», se descubre que vivía consciente

El belga Rom Houbens, de 46 años y que tras sufrir un accidente de tráfico en 1983, fue diagnosticado en estado vegetativo, se encontraba en realidad completamente consciente. El caso fue dado a conocer ayer por la revista «Der Spiegel». Houbens era consciente de lo que ocurría a su alrededor durante estos 23 años, aunque no podía expresarlo con gestos o palabras: «Yo gritaba pero nadie me escuchaba». En la clínica donde permanece aún, los doctores reconocen que fue la perseverancia de la madre de Houben la que le hizo dar con el experto neurólogo belga Steven Laureys, quien observó su actividad cerebral y logró enseñar a la madre un método para comunicarse con su hijo.

Publicado el 2009-11-24 12:56:00

(Agencias / InfoCatólica) El belga Rom Houbens, de 46 años y diagnosticado de un coma desde hace 23, se encontraba en realidad consciente todo ese tiempo y sin poder comunicarse de ningún modo debido a la parálisis que padecía. Houbens sufrió un accidente de tráfico en 1983, tras el cual quedó en estado vegetativo según diagnosticaron los médicos que le atendieron entonces en el hospital de la localidad belga de Zolder. Pero en realidad Houbens era consciente de lo que ocurría a su alrededor todo este tiempo, sólo que no podía comunicárselo a médicos ni familiares mediante gestos o palabras: «Yo gritaba pero nadie me escuchaba».

La historia de Houben la daba a conocer ayer el Der Spiegel, depsués de que Laureys haya publicado el caso en una revista de investigación médica. En BMC Neurology asegura que hasta cuatro de cada 10 pacientes son erróneamente diagnosticados como vegetativos: «Cada paciente debería ser evaluado por lo menos diez veces ante de ser catalogado definitivamente como vegetativo». El médico hace autocrítica sobre el método de diagnóstico y confiesa que «el problema es que… una vez que el coma ha sido diagnosticado es muy difícil volver sobre el caso».

La madre de Houben y la búsqueda de un nuevo diagnóstico

En la clínica donde Houben permanece estacionariamente, la doctora Audrey Vanhaudenhuyse reconoce que fue la perseverancia de la madre de Houben la que le hizo dar con el experto neurólogo belga Steven Laureys, quien observó su actividad cerebral y logró enseñar a su madre un método por el que comunicarse con su hijo, al través de un teclado especial.

La madre de este estudiante belga asegura que su hijo nunca estuvo sumergido en el estado vegetativo diagnosticado y tan sólo no podía responder al hallarse paralizado: «Siempre creí que nuestro hijo estaba allí con nosotros», dice Fina Houben, y así lo creyó la familia, que perseveró en la búsqueda de otros diagnósticos y parece haber dado con un médico que tendría la clave.

En la clínica de Zolder, donde Houben permanece estacionariamente, la doctora Audrey Vanhaudenhuyse reconoce que fue la perseverancia de la madre de Houben la que le hizo dar con un experto neurólogo belga. El investigador del centro belga FNRS, Steven Laureys, dirige el Coma Science Group en el Cyclotron Research Center y fue el primero en reconocer el apresuramiento del diagnóstico hace tres años, tras someterlo a un escaner con un PET. Reconocida la constante actividad cerebral, el gran paso se produjo cuando fue capaz de presionar con un pie un botón situado allí por Laureys, para indicar «Sí». De hecho, las tomografías demostraron que su cerebro funcionaba casi a la perfección.

La vida antes, durante y después

Antes de sufrir el accidente, Houbens era estudiante de Ingeniería y gran aficionado a las artes marciales. Hoy Houben recuerda como «mi segundo nacimiento a la vida» el momento en que vio, a los médicos que operaban a su alrededor, descubrir que había una consciencia en movimiento tras su máscara paralizada: «No olvidaré jamás ese momento, cuando sentí que descubrían que algo no había ido del todo bien en el diagnóstico».

En tanto, imposibilitado e impotente, se devanaba los sesos buscando modos de ayudar a los médicos a descubrir que, en realidad, les estaba oyendo y comprendía sus equivocaciones. Que incluso los podía ver, aunque sus ojos rehusaran moverse. «Durante todo este tiempo he sido testigo de mi propio calvario, viendo a los médicos y enfermeras intentar hablarme y terminar poco a poco renunciando, pensando que no tenía ningún sentido», ha declarado Houben, añadiendo que «todo ese tiempo solo, literalmente, soñaba con una vida mejor. La frustración es una palabra demasiado pequeña para describir lo que sentí».

Al día de hoy, en que se ha conocido su historia, Houben sigue sin poder moverse, pero como todos sus sentidos funcionan puede sin embargo leer. Lo hace gracias a un dispositivo que mantiene el libro ante sus ojos, siempre abiertos. Y también puede comunicarse al través de un teclado interpuesto y planea escribir sobre su experiencia “Deseo leer y también poder hablar a mis amigos al través del ordenador. Y, por fin, disfrutar de la vida ahora que la gente no me da por muerto”.

Autocrítica… y una advertencia para los defensores del «derecho» a la eutanasia

Las conclusiones del estudio se utilizarán para otros casos de diagnósticos incorrectos en casos de coma, ya que, como asegura el especialista Steve Laureys, no se puede descartar que haya más casos de falsos comas en el mundo. «En Alemania, cada año, alrededor de 100.000 personas sufren algún problema severo en el cerebro». Como apuntó Laureys, de los que 20.000 son seguidos por un coma que dura unas tres semanas o incluso más. «Algunos de ellos mueren, otros recuperan la salud, pero entre 3.000 y 5.000 quedan atrapados en un estado intermedio».

Nueva beata palestina

Nueva beata palestina para la Iglesia en Tierra Santa

Marie-Alphonsine Danil Ghattas elevada a los altares en Nazaret

NAZARET, lunes, 23 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- Fieles de toda la Tierra Santa, incluyendo Jordania e incluso de Siria llenaron hasta los topes la Basílica de la Anunciación di Nazaret para celebrar la beatificación de la religiosa palestina Marie-Alphonsine Danil Ghattas.

El rito fue presidido por el prefecto de la Congregación vaticana de las Causas de los Santos, el arzobispo Angelo Amato, en presencia del patriarca latino de Jerusalén, Su Beatitud Fouad Twal, quien presidió la Eucaristía.

Nacida en Jerusalén, en 1843, sor Marie-Alphonsine es la cofundadora de la Congregación de las Hermanas del Rosario, la única congregación autóctona de Tierra Santa. Falleció en Ain Karem el 25 de marzo de 1927.

En el mensaje, pronunciado durante la celebración, monseñor Amato subrayó en particular la obra desempeñada por la religiosa para hacer «resplandecer aún más la dignidad y la nobleza de la mujer».

«La santidad de la madre Marie-Alphonsine muestra el arraigamiento existencial del Evangelio en la tierra de Jesús y de María. La beata tenía un amor especial por esta tierra, su tierra, la tierra bendita por Jesús. La Sagrada Familia de Nazaret constituía para ella su familia, y María era su mamá celestial».

Por este motivo, no sólo es «testigo creíble del Evangelio», sino también «una gloria de la Iglesia católica y una perla preciosa de esta noble Tierra de Jesús».

Que su beatificación –deseó monseñor Amato– dé un nuevo empuje a la Iglesia local para que «siga confiando en la Divina Providencia y en la eficaz protección de María, la madre que nunca deja solos a sus hijos».

Una vida al servicio de la dignidad de la mujer

En la homilía, el patriarca Twal dijo que la madre Marie-Alphonsine «es una imagen preciosa, árabe y de Jerusalén, una ilustración espléndida del Evangelio de Cristo».

Su Beatitud reveló que la nueva beata tuvo repetidas visiones de la Virgen, quien le pidió que fundara «una congregación local de religiosas para las hijas de su país, que debería tomar el nombre de Religiosas del Rosario».

La Congregación del Rosario, reconoció el patriarca, «fue, es y será el brazo derecho del patriarcado latino en las escuelas, parroquias e instituciones. Juntos, generación tras generación, los sacerdotes del patriarcado latino y las religiosas del Rosario han testimoniado y testimonian el Evangelio en la diócesis y en otros países árabes».

El patriarca subrayó que el silencio «fue la expresión de su profunda santidad y de su increíble humildad».

«Una vida sin cruz y sin sufrimiento es una utopía», concluyó.

La madre Marie-Alphonsine es la segunda beata palestina de los tiempos modernos, después de Mariam Bawardi (1846-1878, religiosa carmelita de la Iglesia greco-melquita, beatificada en 1983), aunque ha sido la primera elevada a los altares en el territorio del patriarcado de Jerusalén, siguiendo las nuevas disposiciones introducidas por Benedicto XVI.

Un mayor consenso

martes, 24 de noviembre de 2009
Diego Herrera García


La Razón

He leído, en un periódico de tirada nacional, al Presidente del Congreso de los Diputados lamentándose, con enorme sentido común, de la pena que produce ver cómo en un tema tan sensible como el aborto no se ha buscado con más decisión un mayor consenso.

Y se lamenta de que, con no poca frecuencia, a quien disiente de nuestras opiniones no le adjudicamos la misma buena fe que exigimos para nuestros juicios. Y lo ejemplifica, de manera sugerente, con una rectificación de Obama que reconoce su error al haber rectificado en la web de su campaña una afirmación en la que se atribuía a todos los que se oponen al aborto una posición contra las mujeres. Decía: «Debemos evitar la caricatura del otro». Y ese texto se modifico en la web.

Habrá que ver el desarrollo futuro pero ciertamente en USA se hace ese esfuerzo, precisamente partiendo de una propuesta de Democrats for Life, en la de se desarrolla más ese mensaje positivo de encuentro, de buscar un terreno común que podría titularse de la siguiente manera: «La ayuda a la mujer embarazada, un terreno común».

Hasta aquí total coincidencia con el enfoque de esa parte del artículo del Presidente del Congreso, y por su esfuerzo. Pero resulta —y de esto parece no querer darse cuenta el autor del artículo ni su partido—, que el proyecto de ley que aquí se está debatiendo se olvida de buscar ese «terreno común», ese espacio de consenso que consiga reducir de verdad el número de abortos: objetivo que unánimemente compartimos.

Cito sólo tres detalles:

a) falta de transparencia y de consenso desde el principio de esta ley: pues se plantea el proyecto, no incluido en el programa electoral del partido que lo impulsa, y sin que haya un acuerdo social sobre ello. Baste recordar que ha sido capaz de sacar a la calle a cerca de un millón de personas contra esa ley; ha provocado la situación singular e insólita de conseguir que el Consejo General del Poder Judicial no pueda emitir un dictamen preceptivo por falta de acuerdo; o un duro informe del Consejo Fiscal.

b) lo que plantea la nueva ley es un notabilísimo cambio de referentes legales: el aborto pasa de ser despenalizado en determinadas circunstancias a ser un derecho. Por poner una analogía fácil de entender, es como si el cambio fuese el siguiente: pasamos de que no sea punible el causar la muerte de otra persona en defensa propia, a autorizar matarle porque me «incomoda». Eso sí, siempre que sea en un plazo razonable.

Y si apuntamos a prejuicios previos, ante las opiniones de otros, las declaraciones de miembros destacados de los impulsores de la ley, intentando vender a la opinión pública cómo son quienes se oponen a su punto de vista es, con bastante frecuencia, demagógico y produce sonrojo.

Una y otra vez afirman: los contrarios a esa ley quieren que vayan a la cárcel las mujeres que abortan —no lo deseamos así, ni ahora ni nunca; ni se ha dado en la historia de España ningún caso—; o los que se oponen a la ley lo hacen exclusivamente por motivos religiosos, y aquí «se gobierna desde el Parlamento no desde el púlpito», cuando hay firmado un manifiesto con más de dos mil firmas de catedráticos de universidad, investigadores de primer nivel, etc. explicando razonadamente sus oposición a la ley, justificando sus motivos.

En fin, que me parece excelente el fondo de su mensaje, y le felicito por ello, y le pediría que, además de eso, luchase decididamente por que sus compañeros de partido lo hiciesen propio, y que liberados de esos «prejuicios hacia el que opina diferente» se evitase esa división y crispación social que se ha provocado: aún se está a tiempo.

A mí me gustaría que pudiese ser de otra manera, y que tuviésemos otras alternativas, pero lamentablemente, para salir del lío en que nos han metido los que tienen la responsabilidad de «mover ficha» son ustedes: su partido y su Gobierno. Quizás debamos hablar menos de consenso y buscarlo decididamente. Sinceramente no sé qué más cosas pueden suceder, pues parecen empecinados en no querer escuchar: ni a usted, ni a muchos de sus votantes, ni a un gran número de personalidades del ámbito jurídico y de la ciencia, ni a la calle.

Piden dimisión de responsables de «El Placer está en tus manos»

Más de 14 mil españoles piden dimisión de responsables de «El Placer está en tus manos»

MADRID, 23 Nov. 09 / 11:27 pm (ACI)

En pocos días unos 14 mil españoles suscribieron el pedido de la sección juvenil de la plataforma ciudadana Hazteoir.org (HO Jóvenes), que solicitó el cambio de la política educativa del gobierno de Extremadura y el cese de los responsables de la polémica campaña «El placer está en tus manos» en la que se promueve la masturbación entre escolares.

Nicolás Susena, coordinador de HO Jóvenes, agradeció la respuesta masiva «que demuestra la rebelión cívica frente al nuevo intento de adoctrinamiento socialista, en defensa de los derechos de padres y menores, que no están dispuestos a someterse al reduccionismo avasallador con que intentan minar los valores y sus conciencias«.

«En esas más de 14 mil personas que ya han suscrito nuestra alerta cívica (http://www.hazteoir.org/node/25413 ) está reflejada la firme creencia de que este curso es un auténtico despilfarro económico –máxime en la comunidad con mayor índice de paro de Europa-, que vulnera la dignidad de la persona y representa uno de los cientos de actos del falso y rancio ‘progresismo’ que tratan de consolidar entre nuestra ilustrada sociedad, a la que parece se le ha apagado la bombilla de las ideas», indicó.

Explicó que «este curso es, en resumidas cuentas, una señal más del adoctrinamiento del gobierno, oculto tras una espesa polvareda que levanta en los medios de comunicación para que no se critique ni vapulee al responsable del mismo, pero el éxito de iniciativas como la emprendida por los Jóvenes de HO demuestra que la sociedad no está dispuesta a renunciar a su conciencia y a sus valores, muchos menos los jóvenes, a quienes con esta campaña se les reduce a puro hedonismo egocentrista, despreciando la solidaridad y la entrega, también de sus manos, que demuestran cada día».