Satisfacciones inmediatas

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Fernando Pascual / Profesor de Filosofía en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum.

Quiero beber: voy a la nevera y tomo un refresco. Quiero comer: voy a la cocina y preparo un bocadillo. Quiero descansar: voy a la cama y me acuesto. Quiero caminar: salgo de casa y observo coches, árboles y jilgueros. Quiero ver una película: tomo unas monedas y voy al cine de la esquina.

Mil deseos pueden encontrar una satisfacción inmediata. Luego, cuando ya estamos “satisfechos”, pasamos a otra cosa, a otro gusto, a otro proyecto o a un descanso más profundo, el del sueño.

Tenemos, a la vez, otros deseos que no conquistamos fácilmente. Quiero el afecto de un amigo, pero su voluntad escapa a mi control. Quiero la ayuda de un familiar, pero siempre encuentra excusas para decirme “no”. Quiero un viaje a un lugar lejano, pero los ahorros nunca son suficientes. Quiero alcanzar un puesto de trabajo, pero en las oposiciones hay siempre otros que ganan los primeros puestos.

Lograr lo difícil, lo largamente deseado, lleva a una satisfacción mucho más profunda que la que se consigue con lo fácil. Pero incluso aquello por lo que tanto luchamos, que tanto nos costó (la esposa o el esposo, el nacimiento difícil de un hijo, un título universitario, una casa en las montañas) no nos llena plenamente, no satisface esa inquietud profunda del corazón que desea, que sueña, que ama insaciablemente.

La vida nos pone ante nuevos retos, ante fronteras inalcanzadas. Nuestra voluntad no queda nunca contenta del todo, ni nadie es lo suficientemente eterno como para darnos una felicidad completa. Es entonces cuando pensamos si la vida misma no estará mal hecha, si nuestro corazón quiere más de lo que puede, si nuestros sueños de lo eterno son tan inconsistentes como el viento de una tormenta de verano.

¿No habrá algo, alguien, tal vez un cielo, tal vez ese Dios del que me hablaron de niño o que conocí por un amigo? ¿No será que esta vida es sólo una etapa, provisional, bella, frágil, que me prepara a mares más lejanos? ¿No valdrá la pena dejar un capricho inmediato, una cerveza, un baile, un amigo peligroso, para pensar si lo que hago me lleva a la meta, me une a lo eterno, me enseña a amar de un modo nuevo?

Hoy he podido alcanzar tantos deseos. He realizado gestos, he dicho palabras, he comido y he soñado. Satisfecho e inquieto, contento y con una nostalgia inacallable, con amigos y buscando un amor más grande. Será que mi vida no acaba aquí abajo, será que he nacido para el Dios que es Padre bueno, será que sólo encontraré la paz definitiva, plena, cuando deje mi corazón en Su regazo…

Encuentro con Cristo muerto y resucitado por nosotros

El cardenal Rouco afirma que “las Jornadas Mundiales de la Juventud significan el encuentro con Cristo muerto y resucitado por nosotros”.

Redacción Análisis Digital.

EL PRÓXIMO 14 DE SEPTIEMBRE COMIENZA LA PEREGRINACIÓN DE LA CRUZ.

Cuando apenas faltan unos días para que comience la peregrinación de la sector_1Cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud por Madrid, el arzobispo de Madrid, cardenal Antonio Mª Rouco Varela, ha dirigido una carta a los jóvenes en la que les explica su significado y les invita, además, a peregrinar con la Cruz por todas las parroquias madrileñas.

El próximo 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, dará comienzo la peregrinación de la Cruz de los Jóvenes por la diócesis de Madrid. Esta Cruz, que el Siervo de Dios Juan Pablo II entregó a los jóvenes en el año 1984 para que la llevaran por el mundo entero, junto al icono de la Virgen María, es, según explica el cardenal, “un hermoso signo de lo que significan las Jornadas Mundiales de la Juventud: el encuentro con Cristo muerto y resucitado por nosotros, Redentor del hombre”. “Llevando la cruz sobre sus hombros, los jóvenes se convierten en portadores de la alegre noticia de la salvación y proclaman a los cuatro vientos que Cristo nos ha salvado del pecado y de la muerte”, añadió.

El cardenal destaca, en referencia a la fecha de inicio de la peregrinación de la Cruz, que “exaltar la cruz, levantarla sobre lo alto, de modo que todo el mundo la mire con fe y se salve, es una indicación que viene del mismo Cristo”. Y recuerda que el amor de Cristo vence sobre todos los odios, rencores, venganzas y crímenes de los hombres. “Es un amor que sana, libera, purifica, rescata y pacifica. Es un amor eterno e infalible. Es un amor humano y divino, capaz de elevarnos con Él a lo más alto de la gloria”.

Invita, además, a los jóvenes que, “al peregrinar con la cruz por todas las parroquias de Madrid”, piensen “en el mensaje que portáis en vuestros hombros. Gozad con el privilegio que supone llevar la cruz de Cristo para mostrarla a todos sin excepción: mostradla especialmente a quienes no creen, a los que vienen sin esperanza de ser amados, a los que sufren las terribles cruces que otros cargan sobre sus frágiles hombros. Proclamad con palabras y gestos sencillos que Cristo ha llevado todas las cruces del mundo y las ha iluminado con su propia entrega a la muerte. Que ningún hombre se sienta solo en el dolor si sabe mirar al Crucificado”.

Y les exhorta, “como jóvenes cristianos”, a aprovechar “esta ocasión de peregrinar con la cruz de Cristo para vivir con fidelidad vuestra vocación cristiana”. Según les advierte, “en la vida de cada día tendréis ocasión de mostrar, haciendo la señal de la cruz, que elegís el amor, la sencillez, el servicio a los hermanos; que vuestra vida avanza por los caminos de la verdad, la humildad y la obediencia a los mandamientos de Dios; que no os movéis por los atractivos de este mundo que pasa, como es el dinero, la fama, el poder y la mentira; que queréis ser los bienaventurados del evangelio, los profetas de la esperanza, los misioneros de la paz y la verdad de Cristo”.

“Viviendo así, señala, caminaréis hacia la Jornada Mundial de la Juventud como un acontecimiento de gracia extraordinaria en el que sin duda alguna experimentaréis el encuentro con Cristo. La Jornada no es un fin en sí mismo, sino un medio eficaz para avivar la fe y descubrir que sólo Cristo es la meta del hombre. La oración, las catequesis, la frecuencia de los sacramentos, las obras de caridad, todo lo que forma parte de la preparación de la Jornada de la Juventud, y la misma Jornada, os ayudará a ir decididamente al encuentro con Cristo, el Señor.

Por ello, les dice que al iniciar esta peregrinación “no penséis sólo en la meta temporal de la Jornada, sino mirad más lejos, contemplad la meta de vuestra vida, en la que Cristo resucitado brilla con una luz inextinguible, que ilumina nuestra existencia y nos llena del gozo de la vida eterna”. Concluye invitando a los jóvenes a encomendarse a la Virgen de la Almudena, para que ella “sea vuestra estrella en el caminar de cada día y os eduque en la fortaleza cristiana tan necesaria para estar junto a Cristo al pie de la cruz”.

«No hay mayor fracaso que ser madre de terrorista»

Alfonso Basallo.- Montse Lezaún ha muerto dos veces en unos meses. La primera, cuando su hijo Diego sufrió un grave accidente de moto; la montse-360segunda, cuando después de sacarlo del coma y lograr que se rehabilitara, ETA se lo arrebató en el atentado de Palma. Un mes después, esta madre coraje es estrevistada en exclusiva por ÉPOCA.

Cuando habla de su hijo Diego, asesinado por ETA con 27 años, parece que está haciendo un autorretrato. Montse Lezaún es sorprendentemente serena, fuerte, optimista, con un contagioso amor por la vida. Poco podía imaginar la suerte que le esperaba cuando salió de su Navarra natal para vivir en Mallorca, la isla de la calma. Casada con Antonio Salvá, prestigioso urólogo mallorquín, ha tenido siete hijos, que tienen entre 29 y 16 años, cuatro chicos y tres chicas. Diego era el segundo. Forman una familia muy querida en Palma, divertida, repleta de amigos. Los hijos mayores llenos de proyectos y con las primeras novias… Montse accede a hacer la entrevista, pero advierte que no quiere hablar de política, sino únicamente de su hijo.

-Defíname a Diego.

-Muy alegre, independiente, amigo de sus amigos, le encantaban los deportes: el fútbol, las motos…

-¿Muy vitalista?

-Mucho. Vivía la vida a tope. Se lanzaba de cabeza a hacer aquello que le entusiasmaba.

-Por ejemplo, la Guardia Civil.

-Quería serlo desde siempre. Era su pasión. Un bisabuelo suyo había sido guardia civil, pero además era una pasión suya, personal.

-¿Amaba el riesgo?

-Yo diría que no conocía el miedo.

-¿Era consciente de lo que significaba ser guardia civil?

-En ese sentido no: no pensaba en el peligro. Pero su padre y yo sí. Por eso le dijimos que no fuera a sanfermines este año, siendo guardia civil.

-El pasado mes de marzo Diego sufrió un accidente de moto que corta bruscamente sus ilusiones y proyectos

-Sí. Sufrió graves lesiones en la cabeza y no sabíamos cómo iba a quedar.

-¿Pensó que lo perdería?

-No, porque Diego era un toro. Si depende de su naturaleza -pensé- saldrá adelante.

-¿Qué pensó usted la mañana del 30 de julio cuando Diego se reincorporó?

-Tuve la sensación de que dejaba a un niño en la guardería. Es como si Diego hubiera vuelto a nacer; y de hecho estaba aún convaleciente. Yo lo veía frágil, aunque me sentía feliz por lo ilusionado que iba.

-¿Cómo reacciona usted cuando horas después le comunican el atentado?

-Con dolor, pero sin perder la calma. Estaba conmigo otro hijo, Eduardo, de 24 años, por lo que me exigí a mi misma a actuar con serenidad. Cogí el coche y conduje hasta Palmanova. Iba rezando y recordando a Diego en la rehabilitación.

-¿No se reveló ante Dios?

-No. Ha elegido el momento que consideraba oportuno para llevarse a Diego. Y eso que yo siempre he pedido a Dios que mis hijos lleguen al cielo, aunque sea a empujones. Me temo que esta vez Dios se ha tomado lo de los empujones demasiado al pie de la letra.

-¿Qué les diría a las madres de otras víctimas?

-Las víctimas somos las madres; ellos, los hijos, como Diego o Carlos (Sainz de Tejada) son los héroes. Les diría que se apoyen en su familia. Yo me apoyo en mi marido y en mis otros seis hijos.

– Eso es lo que le dijo también a la Reina, cuando se la encontró en Palma.

-Me la encontré casualmente, cuando iba de compras por el centro de Palma, 10 días después del atentado. Y le dije que la que necesitaba más apoyo era la madre de Carlos Sáenz. También le dije que el título más grande que teníamos las mujeres es el de ser madres.

Lea esta entrevista íntegra en la revista ÉPOCA

El empleo público vampiriza al sector privado

El empleo público vampiriza al sector privado vía impuestos: 109.300 funcionarios más en un año

(PD).- Si la crisis es una oportunidad, que se lo pregunten a los funcionarios. funcionarios250Mientras el sector privado paga la factura de la crisis en forma de paro y cierre de empresas, el sector público sigue hinchándose 109.300 personas hasta alcanzar otra cifra récord: 3.051.100 de empleados públicos blindados ante el tsunami del paro.

Cuenta Francisco Núñez en El Mundo que en tasa anual, según los datos de la EPA del segundo trimestre, desaparecieron 1.116.200 asalariados (más casi 90.000 autónomos) y el paro aumentó en 1.755.900 personas.

Sin embargo, el sector público, que se financia con los impuestos de todos, vivió ajeno a esta realidad. Según la información de la misma EPA, el número de empleos en el conjunto las Administraciones Públicas (Estado, autonomías y ayuntamientos) siguió creciendo. En los últimos 12 meses, hasta junio, el número de funcionarios aumentó en 109.300 personas hasta alcanzar otra cifra récord: 3.051.100.

Es decir, a esa fecha, prácticamente uno de cada cinco asalariados en España (el 19,38% exactamente) tenía nómina pública, un dato hasta ahora desconocido. Hace un año, el porcentaje era menor, el 17,45% (casi dos puntos menos), y era aún más inferior cuando estalló la crisis en verano de 2007. En aquel momento, sólo el 17,1% de los asalariados tenían contrato público. Este crecimiento se ha debido a que hay más empleados en este sector y a que, al destruirse tanto empleo privado, el porcentaje de los funcionarios es mayor sobre el conjunto de los asalariados.

De la extrema izquierda a los moribundos

Aldo Trento: de la extrema izquierda a los moribundos en las misiones

Alaba las antiguas reducciones jesuitas y su evangelizar basado en la belleza

Aldo Trento, italiano, llegó a Paraguay hace 20 años, sumido en una depresión inacabable. Pero de esa vivencia salieron sus obras: un centro para enfermos crónicos y terminales, un asilo, una escuela, una granja para enfermos de sida, un servicio de donantes de sangre y un banco de alimentos.
Es párroco de San Rafael, en la capital paraguaya, y responsable de la ingente obra solidaria de la Fundación San Rafael (http://www.sanrafaelobras.com ). Ha escrito dos libros sobre las reducciones, las misiones de los jesuitas con los indios guaraníes del siglo XVII y XVIII, y es responsable de una exposición sobre este tema que han visto miles de personas durante el Meeting de Rímini. Pertenece a la fraternidad San Carlos Borromeo (www.fraternidadsancarlos.org), la orden de sacerdotes misioneros del movimiento Comunión y Liberación (www.clonline.org) .

– Padre Aldo, cuéntenos por favor cómo llegó usted a las misiones

– Bien, recién ordenado sacerdote, en los años 70, viví una época confusa, en mi vida y en la de la Iglesia. Yo era cura, pero no me veía capaz de dar respuesta a nada. Me volqué en una ideología de extrema izquierda, marxista. En aquella época yo incluso creía que la lucha armada era una opción lícita para avanzar en la lucha de clases. Yo era del Che, de Mao, de la Guerra de Vietnam…
En mayo de 1974, siendo profesor de secundaria, animé a mis alumnos a venir conmigo a una manifestación contra la visita de Kissinger en Italia. Yo no podía ir a menos que el aula quedara vacía, y cuatro alumnos se negaron. «Usted habla mucho de acción y cambio, pero hay cosas que sólo cambian por Cristo», me dijeron. Eran unos chicos de Comunión y Liberación (CL). Y empecé a cambiar mi visión de las cosas.
Entonces me enamoré de una mujer. Sabía que nuestra relación era imposible, y me hundí en la depresión. Decidí luchar por ser fiel a mi vocación religiosa. Llorando, expliqué mi lucha, mi drama, al padre Luigi Giussani, fundador de CL. Él me miró como Jesús, me llevó a su casa, me acompañó. Asumí mi pequeñez y así, pequeño y débil, Giussani me envió de misionero a Paraguay hace 20 años.
Durante 15 años de lucha contra la depresión, acompañado por otro sacerdote, cobré conciencia de que Dios no me estaba castigando, que Él me amaba. De esa experiencia surgieron mis obras de acogida en Paraguay: la casa de enfermos terminales, de ancianos, la acogida de enfermos de sida, prostitutas, transexuales, homosexuales… a todos les puedo abrazar hoy.

– Usted que tiene experiencia de primera mano, ¿qué nos puede decir de la depresión?

aldo trento peq– En mi última visita a Italia hablé sobre la depresión, y recibí 6.000 e-mails tratando este tema. Es un tema que afecta a muchísima gente, el que más inquieta. La realidad es que el hombre de hoy se siente solo, porque ha rechazado a Dios. Amar es ese deseo que dice «tú no morirás». No es un poseer al otro como un objeto, sino verlo como persona. Hoy puedo decir que sin haber vivido la depresión, hoy no sería lo que soy, mi paternidad hoy sería distinta. Quien tiene a Cristo no está en manos de la depresión, sino en manos de Dios.

– Usted devolvió al gobierno Berlusconi sus medallas honoríficas por el caso de la joven Eluana [ver AQUÍ ]… La Orden de la Estrella de la Solidaridad, que le entregó Berlusconi en persona.

– Se la devolví, pero no para negar nada, sino para afirmar algo. Cuando le negaron el alimento a Eluana, para que muriese, yo quise afirmar el valor infinito del hombre. En nuestra casa de enfermos de San Ricardo Pampuri tengo un niño sin cerebro, pero vive y veo en él el rostro del Misterio. Si no hay Dios, lo único razonable es la anarquía, el poder del fuerte. Pero si hay un Dios Padre, cada uno de sus hijos es divino, porque Él los ama.
Los indios guaraníes llamaban al dios creador Tu-Pá, «el que hizo lo maravilloso». El presidente de un país no es nadie para decidir si Eluana es humana, si ha de vivir o morir, porque eso corresponde solo a Dios. Por eso devolví mis medallas, en protesta. Me suscita piedad el padre de Eluana, pero también Eluana misma, que fue víctima del ataque de una cultura materialista.

– Usted ha presentado en Rímini la exposición «Una vida feliz por Dios y por el Rey«, sobre las misiones de los jesuitas en la América Hispana.

– Si leemos el testamento de Isabel la Católica y otros documentos, se ve con claridad que la empresa de España en América pretendía sobre todo evangelizar. Carlos V, después de convocar el debate de Sepúlveda y Las Casas en Valladolid, declaró que no le importaba la quiebra económica «por no perder una sola alma para Cristo». En la presencia española en América, como en todo lo humano, la cruz y la espada, la gracia y el pecado iban de la mano. Lo que yo digo es que los jesuitas eran unos enamorados de Cristo, del hombre y de los guaraníes.

– ¿De Cristo o de la utopía?
– Es incorrecto e ideológico hablar de las reducciones jesuitas del siglo XVII y XVIII como «utopía», «comunismo paraguayo» o «república platónica». En sus textos vemos que toda su inspiración era el Evangelio, no los pensadores utópicos.
– La muestra insiste en el tema de la belleza
– Es que los jesuitas, durante los dos primeros años con cada grupo de indios, les predicaban sólo la belleza de Cristo y de la salvación. Solo después les educaban en el matrimonio monógamo y la moral cristiana. Recordemos que sólo había dos o tres sacerdotes -y algún hermano lego- en comunidades de 2.000 o 3.000 indios. Esto no se sostenía por la fuerza de ninguna manera, era una experiencia de libertad. La belleza, no la fuerza, conquistó a los guaraníes. Cuando Carlos III ordena la expulsión de los jesuitas, los indios le escriben: «Majestad, pagaremos más impuestos a cambio de que no nos quiten a los padres, que nos sacaron de la selva».

– En la exposición se recuerda algo insólito: un ejército de indios y curas que gana una batalla

– Sí. Durante décadas, los esclavistas portugueses, llamados «paulistas» o «mamelucos», atacaron las misiones. El padre Montoya organizó un éxodo de 12.000 indios hasta la zona que hoy es Argentina huyendo de los esclavistas. Pero no bastó. Como los ataques seguían, pidieron permiso al rey para armar a los guaraníes. También acudieron a Roma y el Papa emitió una bula condenando los ataques a las misiones.

La milicia guaraní entrenada por jesuitas, ex-militares españoles, venció a un ejército de más de 3.000 esclavistas en la batalla de Mbororé en 1641 y las misiones florecieron un siglo más. Es quizá el hecho militar más importante de la América hispana, pero en Sudamérica apenas se enseña en los colegios ni libros de texto porque a los masones no les interesa.

aldo trento enferma peq– ¿Quién acabó con las reducciones del Paraguay?

– El mayor culpable fue el rey de España, Carlos III, al expulsar a los jesuitas en 1768. El marqués de Pombal en Portugal y la masonería hicieron circular que los jesuitas tenían un reino independiente en América, hablaban de un «indio rey Nicolás I del Paraguay». Incluso muchos eclesiásticos creían esta historia. Es muy triste, pero en España recibieron a los jesuitas expulsados de América con abucheos y tomatazos. España encargó a franciscanos y curas diocesanos la pastoral de los indios, pero éstos eran demasiado angelicales, sólo daban los sacramentos, no tenían capacidad organizativa ni política. Sin la protección política de los jesuitas, las misiones se vaciaron o fueron saqueadas.

– ¿Qué piensa usted de la llamada «teología indígena» y de la teología de la liberación?

– Mientras que Isabel la Católica pidió que el evangelio llegase a todos los hombres, hoy algunos proponen una especie de cristianismo indigenista, donde parece que Jesús sólo se interesa por los indios y no por los otros hombres. Esto es un error. Los jesuitas supieron ver los bueno de los guaraníes y combatir lo malo: el canibalismo, la poligamia, la brujería… Esto es lo que hay que hacer. Anunciar a Cristo es promover lo humano. Mediante la belleza, los jesuitas conquistaron el corazón de los guaraníes. Los españoles deberían estar orgullosos de esta etapa de la historia y estos hombres al servicio de Dios y del rey.

(Una versión muy abreviada de esta entrevista se publicó en La Razón el 2 de septiembre de 2009)

Para conocer mejor la obra solidaria del padre Aldo, se puede visitar

http://www.sanrafaelobras.com

No contratar a homosexuales ni divorciados vueltos a casar

Publicado el documento «Criterios orientadores para la pastoral educativa en Uruguay»

La Iglesia Católica en Uruguay aconseja a los colegios católicos no contratar a homosexuales ni divorciados vueltos a casar


La Iglesia Católica en Uruguay aprobó un documento educativo llamado «Criterios orientadores para la pastoral educativa en Uruguay» que recomienda que los colegios católicos no contraten docentes homosexuales ni divorciados y vueltos a casar, según publica este jueves el semanario Búsqueda. Además, el documento pide a quienes designen a los directores de colegios que les consulten los nombres de los candidatos para que la Conferencia Episcopal (CEU) de su beneplácito. Se trata del primer documento que la iglesia realiza para las educaciones educativas. Las recomendaciones surgen de la Asociación Uruguaya de Educación Católica (Audec) y aprobadas por la CEU. La semana pasada comenzó a distribuirse el documento en los colegios.

Publicado el 2009-09-08 08:35:00

(InfoCatólica/Agencias) El presidente de Audec, Marcelo Fontona, dijo al colegiosuruguaysemanario Búsqueda que los colegios católicos no deben icorporar docentes homosexuales porque sería difícil “armonizar sus opciones personales con las de la institución y además no es lo que los padres buscan cuando envían a sus hijos a esos centros de enseñanza”, según publica el semanario.

Según publica Búsqueda, el censo realizado por Audec registró en 2008 163 colegios católicos en todo el país con 58.957 alumnos, cifra que aumentó en 3000 en 2009. Trabajan 10.523 funcionarios docentes y no docentes; 4.225 son de secundaria y 1.827 de primaria.

Respecto a la designación de los directores de los colegios católicos, el documento sugiere que loso responsables “dialogarán con los obispos diocesanos, de modo de obtener el beneplácito de estos en su designación”.

Consultadas sobre la posición frente a este documento por 180, las autoridades educativas de Primaria y Secundaria declinaron hacer declaraciones por el momento hasta estar interiorizadas en el tema.

Pérdida de fieles de la Iglesia

Algunos prelados dejaron de hablar de ciertas verdades fundamentales

Benedicto XVI atribuye la pérdida de fieles de la Iglesia a una mala interpretación del Vaticano II


El Papa Benedicto XVI indicó hoy que una cierta interpretación del Concilio Vaticano II ha sido una de las causas de la pérdida de fieles dentro de la Iglesia católica, según declaró ante un grupo de obispos brasileños. «En los decenios sucesivos al Concilio Vaticano II, algunos interpretaron la apertura al mundo no como una exigencia de ardor misionero» sino como «un pasaje hacia la secularización», explicó. En este contexto, «algunos responsables eclesiásticos» participaron en «debates éticos», respondiendo así «a las expectativas de la opinión pública pero dejando de hablar de ciertas verdades fundamentales de la fe, tales como el pecado, la gracia, la vida teologal o los novísimos» (muerte, juicio, infierno, cielo y purgatorio).


Publicado el 2009-09-08 07:35:00

(EP/InfoCatólica) Sin embargo, «intentando agradar a los que luego no papablancovinieron», vieron irse «defraudados y desilusionados» a «muchos» otros, resaltó. En realidad, cuando la gente acude a la Iglesia pide «lo que no encuentra en ninguna otra parte, es decir, la alegría y la esperanza» que brota de la fe, señaló.

El Pontífice hizo estas declaraciones con ocasión de la visita al Vaticano de los obispos de Brasil, uno de los países donde más arraigó la Teología de la Liberación, una de las interpretaciones del Concilio Vaticano II más criticadas por el Papa Ratzinger.

En el mismo discurso, Benedicto XVI hizo referencia a la sociedad actual, donde las nuevas generaciones tienen una «gran sed de trascendencia» a pesar del «desierto de Dios» que caracteriza el mundo de hoy.

«Tantas personas parecen querer vivir todo en un minuto, otros se abandonan al tedio y a la inercia o a violencias de todo tipo», pero, en realidad, «esas vidas desesperadas» están buscando una «esperanza», tal y como demuestra «la difusa y a veces confusa exigencia de espiritualidad y de una renovada busca de puntos de referencia», concluyó.

Cinco reglas de oro para tratar a los adolescentes

Muchos padres se quejan al llegar la adolescencia de la dificultad de comunicación con sus hijos. En esa época de la vida no basta que queramos comunicarnos, es necesario que ellos también lo deseen. La comunicación positiva es un intercambio de sentimientos, hay padres que se limitan al simple interrogatorio, lo que da lugar a respuestas – si las hay – monosilábicas. El breve documento adjunto trata de cinco reglas sencillas, basadas en la experiencia cotidiana de muchas familias, que pueden ayudar en la comunicación con hijos adolescentes.

1.- Darles oportunidad de ser responsables, delegándole responsabilidades.
Para eso tienen que saber que se confía en ellos y les consideramos capaces. La mejor forma de que aprendan lecciones es enseñarlas a otros, por eso es tan eficaz el que se haga responsable, por ejemplo, del cuidado de un hermano pequeño, en ausencia de sus padres o el que le explique una materia en la que necesita ayuda.
También en múltiples gestiones personales que pueden hacer por sí mismo en lugar de los padres.

2.- Haga que el adolescente participe de las discusiones, alegrías y preocupaciones de la familia.
Cuántas veces se oye esta queja por parte de los chavales: ¡Es que en mi casa no me cuentan nada! ¡Me entero por otras personas y me cae fatal!

A veces, por miedo a que no sufran no les comunicamos una adversidad familiar, hablamos entre nosotros y nos callamos cuando entra en la habitación: un problema económico, la enfermedad de un pariente cercano, etc.
Ante esta postura, el adolescente puede imaginarse que algo terrible está pasando, incluso exagerar en su cabeza dada a la fantasía las circunstancias, y lo que es peor, creer que son demasiado insignificantes como para que sus padres les tengan confianza.
Se les debe informar para que se involucren, colaborando – si pueden hacer algo – o rezando para que el problema se solucione.
Estas muestras de confianza nunca caen en saco roto, pues al comunicárselas los consideramos personas dignas de nuestra confianza, y ellos se considerarán adultos y dignos de la confianza de sus padres.

3.- De aquí se podría deducir otra regla Comuniquemos a nuestros hijos cómo nos sentimos.
Escuchar a los hijos sus opiniones, sentimientos, alegrías y dificultades constituye sólo un aspecto de la comunicación. También tenemos el derecho y la libertad para expresarles nuestros propios sentimientos y ser oídos: alegrías, cansancio, una buena o mala jornada laboral, etc.
Esta dualidad en la comunicación es imprescindible para lograr la confianza del adolescente porque constituye el verdadero diálogo.
No vamos a perder nuestro prestigio como padres cuando nuestros hijos aprendan a vernos como personas que se cansan y tienen buenos o malos momentos; es más es con esa persona con las que querrán comunicarse no con el padre o la madre ideal o perfectos porque sencillamente no existe.
La obediencia está muy relacionada con el cariño y el cariño se fomenta con el conocimiento real de una persona. Un adolescente que quiere a sus padres puede desobedecerles, pero se sentirá muy mal al hacerlo, el cariño a sus padres hará que él mismo se proponga rectificar.

4.- Otra regla importante es No dejar de exigirles en el plano moral y social.
Ante una mentira manifiesta, el hurto – coger dinero sin permiso – la incorrección ante otras personas de sus modales o faltas de respeto a algún miembro familiar – incluido el propio servicio – no deben ser nunca pasadas por alto.
No basta pedir perdón, a veces creen solucionado el problema, sino compensar con un detalle su falta.
En este tipo de conducta ser inflexibles, porque el adolescente necesita de esta exigencia, si ante una conducta de este tipo la pasamos por alto la traducirá como indiferencia o que no nos importa.

5.- La formación de un frente unido.
En todas las edades, pero aún más en la adolescencia, es importante el hecho de que los hijos vean que padre y madre van en la misma línea de exigencia.
Es importante la formación de un frente unido para la batalla, sobre todo en las cuestiones que consideréis importante que obedezcan, y eso os toca a vosotros decidirlo a lo mejor con papel y lápiz.
Estas normas de obligado cumplimiento hay que delimitarlas bien para no quemarse ni gastar cartuchos en balde.

Para un adolescente unos pantalones vaqueros gastados y un jersey puede ser su vestidura más usual y querida, conforme al grupo con el que se relaciona, otro tanto sucede con el pelo. Una actitud impositiva o sancionadora en estos casos puede ser contraproducente. Lo que no equivale a aceptar tales cosas. Se debe exigir limpieza, eso sí creo que es importante.
Las normas en las que tenemos que exigir obediencia debe ir, en mi opinión, hacia temas más transcendentales como por ej. la hora de llegada a casa, el no ir a dormir a casa de los amigos, etc., eso tenéis que decidirlo entre padre y madre y tratarlo muy claramente con el hijo.

En estas cosas si es muy necesario el frente unido que antes comentaba No nos encontremos en la situación en la que uno tenga que ser «el malo» mientras que el otro sea siempre «el bueno».
Los hijos aprenden muy pronto la divisa «divide y vencerás»; También saben distinguir muy bien cual de las partes, ese día, está agotado y -al no tener ganas de pelea tiende por el camino más fácil, que es ceder a su petición- con lo cual a la opinión contraria la pone en una situación conflictiva.

La decencia explicada a los hijos

Con motivo del verano

Los padres con su continuo ejemplo, deben enseñar a sus hijos a practicar la decencia en las conversaciones, vestimentas, gestos y posturas, pues saber comportarse decentemente no viene en los genes, hay que enseñarlo. Tienen que recordar principalmente a las hijas, que la decencia con sus cuerpos, no está implícita solamente en las ropas, sino en las personas que las llevan y que tienen que tener un cuidado muy especial, en su forma de vestir, evitando las ropas demasiado cortas, en escotes y faldas, apretadas o ligeras, para evitar que se conviertan en un centro de atención malsana, además que se pueden llevar grandes sorpresas, al descubrir las malas intenciones que provocan en los demás.

A las mujeres no debería extrañarles las nefastas consecuencias que algunas originan con su indecencia sexual, ya que muchas veces provocan situaciones agresivas que podrían haberlas evitado, si hubieran sido más decentes en sus vestidos, posturas, gestos y conversaciones. Tienen que saber que hay muy poca pornografía de hombres, dedicada a atraer a las mujeres y que la mayoría de la pornografía, está realizada por las mujeres, para la atracción de los hombres. La decencia abarca muchas cosas, pero se puede resumir en portarse bien, que se ve reflejado cuando la sociedad dice o piensa: Es una persona decente. Sigue teniendo valor la antigua frase: La mujer del César tiene que ser decente y además aparentarlo.

La decencia es el valor humano que mejor refleja la dignidad humana. Abarca los cinco sentidos: Vista, oído, gusto, olfato y tacto e incluye la imaginación y el propio cuerpo, pues trata de evitar exponerlo a la morbosidad y al uso indebido, de la sexualidad humana y todo lo que de ella se deriva. También se relaciona con el aseo, la compostura, el adorno de las personas, el recato, la honestidad, la modestia y la dignidad en los actos y en las palabras. Para vivir el valor de la decencia se necesita una gran educación, buena calidad humana y mucho respeto por uno mismo y por los demás.

No basta ser decente, es necesario actuar con decencia, aunque eso suponga un motivo de burla de la sociedad. La decencia no es un valor humano para tímidos y cobardes, que se dejan llevar por lo que la comodidad y el placer dictan, es un valor que templa el carácter, lo fortifica y ennoblece. Una persona decente es aquella que siempre mide sus palabras y actúa como norma, con gentileza y tacto con sus semejantes. El hecho de ser decente, vivir con decencia, actuar decentemente y tener actitudes decentes, lleva a respetarnos a nosotros mismos, a nuestro cuerpo y a nuestras cosas. Decente es el hombre o la mujer, que trata a los demás con dignidad y respeto y exige, que le traten de igual manera. Sin decencia no se puede tener buenas relaciones con otras personas, principalmente las del sexo opuesto.

La decencia es todo lo que se ha ido enseñando, generación tras generación, para que la sociedad pueda funcionar. Es lo que los abuelos, padres, familiares, maestros, sacerdotes, pastores, rabinos e imanes, van enseñando desde niños a las personas, para que aprendan a comportarse decentemente en todo momento, en la familia y en la sociedad.

La decencia es lo contrario a la trampa, pues el tramposo no es decente. Será gracioso, listillo, vivo, aprovechado, simpático e incluso puede que él y sus indecencias, sean admiradas y admitidas por algunas partes de la sociedad, pero no es una persona decente. Lo mismo ocurre con las mujeres solteras o casadas, que van comportándose indecentemente provocando a los hombres con sus exagerados vestidos, posturas, insinuaciones o conversaciones.

Aunque los comportamientos indecentes les parezcan normales a otros, las personas que viven practicando el valor humano de la decencia, están luchando por forjar, fortificar y hacer noble su dignidad y su carácter, demostrando que es posible llevar una vida decente y ordenada, respetando siempre a los demás y reconociendo la dignidad del ser humano.

La decencia es el valor más bello, que las personas pueden sentir y lo que mejor habla de ellas, ya que serena y fortalece el carácter y recuerda continuamente, lo importante que es vivir decorosamente y comportarse correctamente, en todo lugar y ocasión, sin que pueda dar lugar a interpretaciones equivocadas sobre la conducta.

La decencia es el respeto a la moral y a las buenas costumbres y se debe demostrar, con una buena educación, manteniendo la integridad, en el digno comportamiento de todos los actos y palabras, para poder convivir con las personas de forma sana, sin egoísmos, ni peleas, con cortesía, dignidad y amabilidad, en base a los valores morales y a las buenas costumbres.

Principales virtudes y valores humanos relacionados con la decencia, que los padres tienen que enseñar a los hijos, primeramente estudiándolas con mucha atención y posteriormente practicándolos con el ejemplo: Abnegación, abstinencia, amor, autodisciplina, castidad, disciplina, educación, familia, fe, fortaleza, generosidad, honestidad, justicia, modestia, obediencia, oración, orden, paciencia, perdón, prudencia, pudor, pureza, religiosidad, respeto, responsabilidad, sencillez, templanza, tolerancia, virginidad masculina y femenina, voluntad, etc.

Principales defectos que conlleva la indecencia: Deshonestidad, deshonor, desvergüenza, hipocresía, indecencia, suciedad, vicio, etc.

10 Situaciones para ejercitar la decencia:

  • En la vestimenta, posturas, conversaciones, críticas, comentarios, insinuaciones, frivolidades y comportamiento hacia los demás.
  • En los negocios para no aprovecharse de las oportunidades, en perjuicio de los empleados, clientes o proveedores.
  • En los deportes, juegos, etc. y en todas las ocasiones, en las que alguien puede tomar ventaja indecente, que perjudique a los demás.
  • En los médicos y otras profesiones, al encargar solamente los exámenes, tratamientos, operaciones y medicinas que se precisan, para conocer, cuidar y prevenir la enfermedad, examinando con decencia las alternativas de curación, para evitar gastos innecesarios.
  • En los estudios no copiando en los exámenes, ayudando al que lo necesita, teniendo respeto y educación con los profesores, evitando las peleas y discusiones con los compañeros, siendo valiente cuando hay que defender la verdad y sabiendo aceptar, los errores y equivocaciones.
  • En los medios de comunicación, periódicos, radios, televisión, etc. diciendo la verdad entera, no a medias o con recovecos, que oculten o distorsionen la realidad ante los usuarios, siempre respetando la privacidad de las personas e instituciones.
  • En los políticos y servidores públicos, cumpliendo las promesas realizadas y actuando con decencia y honradez.
  • Las personas en general, al no intentan torcer las leyes para beneficiarse cuando les convienen en determinadas situaciones personales.
  • Con los amigos correspondiéndoles con la amistad, que ellos han puesto en las mutuas relaciones.
  • Las personas públicas, cuya decencia se mide continuamente cuando cometen faltas, que las empresas patrocinadoras de su publicidad, no las aceptan y les retiran el patrocinio.
  • Si tiene algún comentario, por favor escriba a francisco@micumbre.com

    Mejorar la autoestima en la familia

    Diez principios para mejorar la autoestima en la familia

    Familia-Matrimonio-Vida Conyugal

    Diez ideas potentes para proteger tu familia de la rutina, el individualismo, la ruptura y las frustraciones.

    Aquilino Polaino es licenciado en medicina y cirugía (Universidad de Granada), diplomado en Psicología Clínica (Universidad Complutense), doctor en medicina (Universidad de Sevilla), licenciado en Filosofía (Universidad de Navarra), profesor de Psiquiatría (Universidad de Extremadura) y catedrático de Psicopatología (Universidad Complutense). Pero es conocido por el gran público como divulgador y consejero en temática familiar y de salud emocional. Estuvo presente en el II Congreso Educación y Familia de la Universidad Católica de Murcia y habló de diez principios básicos que contribuyen a mejorar la estima de los miembros de una familia.

    1- Disponibilidad

    Consiste en dedicar tiempo (¡que es lo que menos tenemos!) a  atender a familianuestros hijos y esposo/a. Con los adolescentes, por ejemplo, no vale lo de “este tema ya lo hablaremos el sábado con tranquilidad, cariño”. Para el sábado, tu hija de 13 años ya se ha emborrachado con una amiga y van a hacer lo que se les ocurra, porque el padre estaba deslocalizado, como las empresas. Hay que estar disponible, porque hay problemas que sólo se arreglan en el momento en que el otro se anima a plantearlo y pide ser escuchado. Recordemos que nuestros padres, al morir, sólo nos dejan realmente el tiempo que pasaron con nosotros. Demos tiempo al otro.

    2- Comunicación padres-hijos: que los padres hablen menos y escuchen más

    En muchas familias, cuando un padre o madre dice “hijo, tenemos que hablar”, el chaval piensa “uy, malo, malo”. ¿Por qué? Porque sabe que los padres cuando dicen “tenemos que hablar” quieren decir “te voy a soltar un discurso por algo tuyo que no me ha gustado”. Esto cambiaría si los padres se hicieran un propósito: dedicar el 75% a escuchar y sólo el 25% a hablar. Escuchar a los hijos (o al cónyuge, a cualquiera) es un esfuerzo activo. Hay que soltar el diario, quitar el volumen de la TV, girar la cabeza hacia quien te habla, mirar a los ojos, expresar atención. Eso es escucha activa, que es la que sirve para mejorar la autoestima de tu familia.

    3- Coherencia en los padres y autoexigencia en los hijos

    Uno es coherente cuando lo que piensa, siente, dice y hace es una sola y misma cosa. No tiene sentido decirle a los niños desde el sofá: “eh, vosotros, ayudad a mamá a quitar la mesa”. Hay que dar ejemplo primero. Tú, padre, has de quitar la mesa durante 5 días, que te vean. El quinto día dices a tu hijo: “venga, ahora entre los dos”. Y dos días después: “estoy orgulloso de ti, ahora ya has aprendido y ya puedes quitar la mesa tú sólo”.  Y él se sentirá orgulloso de quitar la mesa. Así aprenden a autoexigirse, que es mucho mejor que tenerlos vigilados 24 horas al día. Esto es un progenitor potenciador, motivador, animador y protector al mismo tiempo. También pedimos a los niños que estudien pero ¿nos ven a nosotros estudiar, leer revistas de nuestro oficio, ponernos al día en nuestra especialidad? Hemos de poder decir: “mirad, hijos, nosotros también estudiamos”.

    4-    Tener iniciativa, inquietudes y buen humor, especialmente con el cónyuge

    Estos tres factores son útiles para la autoestima familiar. En España el buen humor no suele escasear. Pero la rutina es un enemigo en las relaciones conyugales y con los hijos. El punto clave es que haya creatividad e iniciativa en la vida de pareja y eso se contagiará a toda la familia. Las mejores horas deben ser para compartir con el esposo o esposa. Ser papá o mamá no debe hacernos olvidar que somos “tú y yo, cariño, nosotros”. Creatividad e iniciativa protegen a la pareja de la rutina. Cuando hay rutina, es fácil que uno de los dos busque la “magia” añorada fuera, en otras relaciones. Por el contrario, si la pareja va bien, los hijos aprenden su “educación sentimental” simplemente viendo cómo se tratan papá y mamá, viendo que se admiran, se halagan, se alaban, son cómplices. “Cuando sea mayor trataré a mi mujer como papá a mamá”, piensan los niños entusiasmados. Eso les da autoestima.

    5- Aceptar nuestras limitaciones, y las de los nuestros

    Hay que conocer y aceptar tus limitaciones, las de tu cónyuge, las de tus hijos. Pero es importantísimo no criticar al otro ante la familia, no criticar a tu cónyuge ante los niños, o a un niño ante los hermanos, comparando a un hermano “bueno” con uno “malo”. Eso hace sufrir al hijo y le quita autoestima. Es mejor llevarlo aparte y hablar.

    6- Reconocer y reafirmar lo que vale la otra persona

    Seamos sinceros: no tiene sentido que andemos llamando “campeón” a nuestro niño que nunca ha ganado nada. Si ha perdido un partido de fútbol, no le llames campeón. Ha de aprender a tolerar la frustración, acompañado, eso sí. También hemos de saber (grandes y pequeños) que somos buenos en unas cosas y no en otras. “Hijo, pareces bueno en A y en B, pero creo que C no es lo tuyo”. Reafirmemos al otro en lo que vale, y se verá a sí mismo como lo que es, una persona valiosa.

    7- Estimular la autonomía personal

    Uno se hace bueno a medida que va haciendo cosas buenas. Es importante que lo entiendan los hijos. Lo que se hace es importante: hacer cosas buenas nos hacer buenos a nosotros. Esta idea ayuda a tener autonomía personal, hacer las cosas por nosotros mismos, para mejorar nosotros.

    8- Diseñar un proyecto personal

    No irás muy lejos si no sabes donde quieres ir. Quedarte quieto no es factible, uno tiende a volver a quedarse atrás. Has de tener un proyecto personal para crecer, y atender y ayudar a discernir y potenciar los proyectos de los tuyos.

    9- Tener un nivel de aspiraciones alto, pero realista

    Hemos de jugar entre lo posible y lo deseable. Si aspiramos alto, nos valoraremos bien, tendremos autoestima. Pero, ¿es factible? Debemos conjugar un alto nivel de aspiraciones con la realidad de nuestras capacidades y recursos.

    10-Elijamos buenos amigos y amigas

    El individualismo es el cáncer del s.XXI. Nosotros y nuestros hijos estamos atados a máquinas gratificantes: el DVD, la TV, la videoconsola, Internet… El trabajo en solitario va minando la amistad verdadera. ¡Los amigos comprometen mucho y al individualista no le gustan los compromisos!

    Sin embargo, necesitamos más que nunca amigos humanos, personas, grandes y buenos amigos, con los que compartir muchas horas, conversaciones sinceras y cercanas, amistades de verdad, que te apoyen y te conozcan auténticamente, que te acepten con tus fallos y potencien lo mejor en ti. Seleccionar amigos así para ti y para los tuyos es la mejor inversión.

    Una familia que trata de seguir estos principio contribuye a mejorar la estima en sus hijos y la autoestima en ellos mismos. Hay finalmente tres ideas más a considerar:

    • Según Chesterton, lo natural tiende a lo sobrenatural mientras que lo que no se sobrenaturaliza se desnaturaliza. Es cierto. Hemos de entender que la autoestima, el amar y el amarse, es sobrenatural. ¿Has pensado en cómo te ama Dios, en lo grande, lo sobrenatural de Su amor por ti? Piénsalo. Eres muy especial para Él. Cuando vivas este amor, comunícalo a tus hijos.
    • Buena parte del sufrimiento inútil en el mundo se produce porque en algunas ocasiones en las que deberíamos dedicarnos a pensar, nos ponemos a sentir; y en ocasiones que son para sentir, nos ponemos a pensar. Evitemos este sufrimiento inútil: hay momentos para pensar y momentos para sentir.
    • Si luchas, puedes perder, pero si no luchas ya estás perdido. Si luchas por tu vida familiar, no estás perdido.