Los actos incluyen ofrendas a la Virgen, celebración de la Eucaristía al aire libre, actuaciones musicales y rezo del Rosario por la explanada. Cerca de 200 voluntarios atenderán a los peregrinos, y habrá servicio de guardería, consigna y parque infantil.
24/08/2009 | AlbaDigital
La vigésima edición del encuentro más multitudinario que se celebra en el santuario oscense de Torreciudad, la Jornada Mariana de la Familia será presidida el sábado 12 de septiembre por el Arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín, que ha confirmado su participación en el evento junto a un grupo de fieles de su diócesis.
Se espera la asistencia de varios miles de familias venidas de toda España y algunas procedentes de Francia, Portugal, Bélgica, Italia e Inglaterra. Se han puesto en marcha viajes organizados desde distintos lugares de la geografía nacional, entre los que destacan los grupos que acudirán desde Galicia, Andalucía y Cataluña.
Los actos incluyen ofrendas a la Virgen, celebración de la Eucaristía al aire libre, actuaciones musicales y rezo del Rosario por la explanada.
Cerca de 200 voluntarios atenderán a los peregrinos, y habrá servicio de guardería, consigna y parque infantil. En la organización de la jornada también colaboran tanto la Cruz Roja como Guardia Civil.
En declaraciones a Semanario Alba, el rector del santuario, D. Javier Mora Figueroa, señalaba que:
Construcción del santuario
La devoción a la Virgen de Torreciudad data del siglo XI, cuando este lugar fue reconquistado por los cristianos. Hay una tradición que cuenta que las huestes de Sancho el Fuerte encontraron la imagen que había estado escondida durante la denominación mahometana. Aunque históricamente no es comprobable, me basta saber que los cristianos, para confirmar su presencia, erigieron una pequeña ermita para entronizar a la Virgen. La imagen, datada en el siglo XI, se conserva actualmente en el nuevo santuario que promovió San Josemaría. La construcción se desarrolló entre 1970 y 1975.
San Josemaría había escrito una carta en 1967 concretando qué es lo que espero de la bondad de Dios con la intercesión de Nuestra Señora y Nuestra Madre de Torreciudad, Reina de los Ángeles. Un derroche de gracias espirituales espero, que el Señor querrá hacer a quienes acudan a su Madre Bendita ante esa pequeña imagen, tan venerada desde hace siglos.
Por eso me interesa que haya muchos confesonarios, para que las gentes se purifiquen en el Santo Sacramento de la Penitencia y -renovadas las almas- confirmen o renueven su vida cristiana, aprendan a santificar y a amar el trabajo, llevando a sus hogares la paz y la alegría de Jesucristo.
La verdad es que resulta admirable la magnanimidad del Fundador del Opus Dei, porque el lugar era inhóspito, no había accesos ni poblaciones cerca y -tal como se iba desarrollando el proyecto- la inversión tendría que ser considerable. Para financiarlo se recurrió a un llamamiento a todos los miembros del Opus Dei.
No se trataba de recortar los presupuestos familiares, casi siempre muy justos, sino que se nos pidió que cada uno buscara unos ingresos extra: haciendo horas extraordinarias; buscando un segundo empleo; traduciendo libros, si se conocían idiomas; dando clases particulares; etc. Así, con muchos pocos se fue pagando y, cómo no, se recurrió a los créditos, que se fueron amortizando a lo largo de estos años. Torreciudad es, pues, una demostración de cariño de los hijos de la Virgen y, sobre todo, de la fe de San Josemaría.
Como dijo su sucesor al frente del Opus dei, D. Alvaro del Portillo: Quiero subrayar que la misma idea de edificar este santuario al final de los años sesenta, constituyó una prueba verdaderamente extraordinaria de su fe: por el esfuerzo económico que exigía; porque eran años de evidente crisis en la piedad popular; por su ubicación, fuera de toda ruta turística y lejos de una gran ciudad; en fin, por hacer una amplia cripta de confesonarios en un período en que decaía la práctica de la confesión. Su fe y su devoción a la Virgen fueron sus únicos motivos y nada que ver con lo que se ha afirmado, con dudosa intención, de que iba a ser enterrado aquí. Jamás se pensó en eso. De hecho, cuando se construía Torreciudad ya llevaba muchos años construida la capilla en Roma donde está enterrado.
También influye mucho en el fenómeno pastoral de Torreciudad la belleza del paisaje, de la arquitectura, de la escultura, de la música que se interpreta en las ceremonias y en los conciertos de órgano… Podríamos decir que la belleza facilita el acceso a Dios. Heliodoro Dols, el arquitecto principal, y sus colaboradores hicieron unos edificios sobrios -piedra y ladrillo- armoniosos, que se insertan en el paisaje sin estridencias. Como se ha dicho, aquí se entrecruzan la inspiración, el oficio, el esfuerzo y la aventura exaltada de la fe. Suficiente para convertir la piqueta en sinfonía. Lo mismo se puede decir del colosal retablo de alabastro de Joan Mayné, representando escenas de la vida de la Virgen, o de los mosaicos de las capillas de la cripta de confesonarios.
Santuarios marianos
Es un fenómeno apreciable que el número de peregrinos en todo el mundo sigue creciendo a pesar de todas las crisis imaginables. Lo mismo sucede en España, y más en concreto, aumentan también los visitantes de los santuarios marianos. En nuestro caso, estamos rodeados por un triángulo de grandes santuarios marianos: Lourdes, El Pilar y Montserrat. Junto a ellos formamos una RUTA MARIANA que no sólo ofrece visitarlos, sino también todo el atractivo del turismo cultural, -por ejemplo, el arte románico-, turismo de naturaleza -el Pirineo y sus valles-, o la gastronomía de las distintas comarcas. Los rectores nos reunimos periódicamente y, en concreto, los de los cuatro santuarios mencionados hemos constituido una asociación civil para ir integrando en ella a todos los agentes turísticos, tanto institucionales como privados, que buscamos una mejor atención al peregrino.
Como es lógico a un destino turístico tan atractivo llegan todo tipo de personas. Unos son peregrinos y otros turistas de cualquier nación y credo. Lo bonito es contemplar cómo, con mucha frecuencia, la Virgen convierte al turista en peregrino. Es decir, que llega por puro interés turístico, pero sale con la fe reforzada y, si se ha confesado, con una alegría nueva en el alma.
Actividades
A Torreciudad llegan peregrinos de todos los países imaginables, con una especial afluencia desde la Semana Santa hasta noviembre. Además de las romerías normales organizadas por parroquias o asociaciones de todo tipo, hay algunas particularidades. Por ejemplo, la llegada de “Vírgenes Peregrinas”, es decir, grupos que traen una imagen de la patrona de la ciudad o de la nación, o la Virgen del Colegio. En cada ocasión se le hace un homenaje a esa Virgen, con una procesión por la explanada, con todas las campanas tocando a gloria, interpretando el himno correspondiente en el gran órgano cuando entra en la iglesia, y después esa imagen preside la Eucaristía, Actualmente conservamos en las galerías de Advocaciones Marianas más de 250 imágenes de todo el mundo. En no pocos casos, los devotos de esas imágenes vienen todos los años a honrar a su Patrona y se repite el homenaje.
Otra realidad preciosa son las distintas Jornadas Marianas. Siguiendo con las Patronas, tenemos todos los años una Jornada de los Pueblos de América que concentran en Torreciudad a miles de hispanoamericanos que después de la Misa van interpretando bailes folklóricos de su tierra. Algunos países tienen tal afluencia de peregrinos que tienen su día particular, como la Fiesta de la Virgen del Quinche de los ecuatorianos, de la Virgen de la Puerta de Perú o la de la Virgen de Suyapa de Honduras. También celebramos encuentros especiales para los pueblos del Este, especialmente ucranianos y rumanos. Y desde el año pasado, el Día de Oración por la Iglesia en China. En ese día, además de la procesión con la imagen de la Virgen Emperatriz de China, se proyecta un audiovisual, doblado al chino, de una tertulia con San Josemaría, se tiene la Misa en mandarín y se reza el rosario -también en mandarín- en conexión con alguna parroquia de China o de Taiwán. Son ejemplos de lo que se puede hacer para que todo el mundo que llegue aquí sienta de verdad que está en la casa de su Madre del Cielo.
A mí me gustan especialmente los períodos de vacaciones, porque el santuario se llena de gente joven que asiste a cualquiera de las actividades que se tienen en lugares cercanos a Torreciudad: las Jornadas Universitarias del Pirineo, las de Humanidades, las Jornadas Técnicas, cursos de informática o inglés y muchos campeonatos deportivos de todo tipo. Especialmente, en Semana Santa celebramos el Encuentro Nacional de Clubes Juveniles, lo que da a los Oficios un sabor especial pues participan unos dos mil chicos y chicas y sus capellanes, más de treinta, participan en la liturgia, lo que le da una solemnidad especial.
Lo que impacta
La mayoría de los comentarios son simplemente: ¡qué paz! Incluso en los días de asistencia masiva de peregrinos, siempre hay un espacio para rezar y una atmósfera tranquila. Esta sensación se acentúa cuando el peregrino recibe el sacramento de la reconciliación. La mayoría de las anécdotas -más que anécdotas, diríamos “favores” de la Virgen- son conocidas sólo por el confesor, lo que garantiza la más completa confidencialidad.
No obstante, algunas veces esas personas dejan unas palabras de agradecimiento a la Virgen en el libro de firmas de la Ermita o en la página web http://www.torreciudad.org Un ejemplo que he contado muchas veces es lo que escribió un médico abortista: “conté toda mi miserable vida y el sacerdote por toda penitencia me dijo: ¡Esto hay que celebrarlo! Vamos a comer juntos.” Y el médico termina su testimonio diciendo: “Qué buena eres Madre, ¡qué buena!”.
Relaciones con el Gobierno de Aragón
El Gobierno de Aragón es consciente de que Torreciudad es uno de los centros turísticos más importantes, después de la Basílica del Pilar. Y que aquí no tenemos ni hoteles ni restaurantes, ni una cafetería. Por no vender, no vendemos ni recuerdos, ni rosarios, sólo libros sobre el santuario y sobre la Virgen. Todos los gastos de los cientos de miles de peregrinos que pasan cada año por aquí, los hacen en las poblaciones cercanas, lo que supone una importante aportación al desarrollo de las comarcas limítrofes. Eso hace que siempre el Gobierno de Aragón haya ayudado económicamente al santuario. De hecho, ahora mismo se está estudiando un convenio para potenciar la Ruta Mariana, de modo que se convierta en un destino turístico para peregrinos de todo el mundo.
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