430 días esperando para ser del Opus Dei

Pedí ser del Opus Dei después de 430 días esperando


En uno de los nuevos blogs de Opus Dei blogs, un buen amigo mío acaba de publicar una noticia en la que cuenta cómo ha pedido ser del Opus Dei. No puedo dejar de copiarla:

Ya habían pasado 430 días exactamente desde que un día decidí decirle al director de mi centro que quería pitar, es decir, pedir la admisión en la Obra. Y yo que pensaba que esto iba a ser algo rápido.

Así, el 8 de abril del 2008 empezó mi espera, que tuvo momentos de todo tipo, desde desesperación vocacional a temporadas de fe muy intensa. Sin embargo, a pesar de los malos ratos que me pude llevar, nunca perdí la esperanza de que algún día pudiera ser del Opus Dei. Con esto aprendí dos cosas:

  • A veces esperar y hacer esperar es bueno. Ayuda a las personas y a uno misma a aclararse las ideas, reforzar sus decisiones y permite que la lógica actúe y el Espíritu Santo colme de sabiduría al ser que espera.
  • El dicho de “Hay que empujar mucho para abrir la puerta si quieres entrar, pero para salir ya tienes la puerta abierta” es claramente aplicable. Con esto se demuestra que realmente lo importante es la vocación de la gente.

Y llegó el día. El 12 de julio de 2009 se presentó como un soleado domingo más. Pero aquella tarde supuso un cambio importante en mi vida. Tras una sencilla conversación de escasos 50 segundos con el director de mi centro, una sonrisa se dibujó en su cara mientras que me indicaba que podía escribir la carta pidiendo la admisión al Opus Dei. No fui presa del miedo, sino de la felicidad. Habían sido 430 días o 10.320 horas o 619.200 minutos o 37.152.000 segundos,… de espera que acabaron en tan solo un instante de duración inexistente.

Y estoy feliz. Por eso, quiero con esta entrada compartir con vosotros mi felicidad, hoy que ya hacen 11 días desde que pité.

Aprovecho para agradecer a las casi 100 personas que al menos sé que estaban rezando por mí. Gracias a…

Puedes leer la noticia completa y dejar tus comentarios en: Y llegó el día

Educación promueve la promiscuidad

Tras las brutales agresiones sexuales en Andalucía

Educación promueve la promiscuidad mientras Gabilondo pide reflexión sobre “los valores” de los jóvenes

Lamentó que tengan valores «tan dislocados» que les hagan cometer estos «atropellos»

22/07/2009 | Sonsoles Calavera (AlbaDigital)

Material difundido desde la web de Educación y Gabilondo.// Foto: E. Méndez
Material difundido desde la web de Educación y Gabilondo.// Foto: E. Méndez

El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, ha pedido una reflexión sobre la “escala de valores” de los jóvenes y el modelo de sociedad que impera en la actualidad, tras las agresiones sexuales cometidas contra dos menores de trece años, en ambos casos presuntamente por un grupo de jóvenes, entre los que se encuentran menores de edad registrados en Isla Cristina (Huelva) y Baena (Córdoba).

Pidió además a los medios de comunicación su implicación para denunciar estos hechos y calificó de “disparate” y “horror” la búsqueda de espectáculo en los contenidos informativos, informa Europa Press. Tras participar en los Cursos de Verano de Universidad Complutense de Madrid, en El Escorial, el titular de Educación lamentó los valores “tan dislocados” de los jóvenes que hacen que se cometan “atropellos” tan “graves” como éstos. Además, reivindicó los “criterios de igualdad” de la sociedad española ya que “siempre” son chicos los que cometen estas actuaciones.

“La educación y la sociedad no son dos cosas distintas porque quien educa en realidad es toda la sociedad y por tanto tenemos que interiorizar seriamente qué escala de valores tenemos, qué convicciones y qué modelo de sociedad tenemos”, subrayó. ”Educamos todos, absolutamente todos”, sentenció.

Lo que enseña su Ministerio a los jóvenes

Ante estas declaraciones, Fabián Fernández de Alarcón, secretario general de Profesionales por la Ética, se mostró de acuerdo con las palabras del ministro: “Compartimos con Gabilondo su preocupación por la educación y la transmisión de valores”. Pero desde su asociación piden una explicación al ministro sobre el material educativo sobre el material para educación afectivo sexual en Educación para la Ciudadanía que proporciona el propio Ministerio: “¿Considera Vd. que el multimedia de Educación para la Ciudadanía titulado ‘Sexpresan’ que recomienda la web del Ministerio de Educación y que incita a la iniciación sexual de adolescentes de 12 años es lo más adecuado para la formación de los jóvenes?”, le preguntan.

Este material pone como ejemplo la primera experiencia sexual de una niña en un campamento. ”La iniciación sexual de Maite fue plenamente satisfactoria, placentera y segura. Deseaban hacerlo, lo planificaron, buscaron las mejores condiciones, y practicaron sexo seguro”, explican en el apartado “Nuestra opinión” de las actividades multimedia que proponen a los alumnos.

En el apartado sobre sexo seguro, al que se accede desde el epígrafe titulado “Las infecciones de transmisión sexual y salud sexual”, ofrece un cuadro con una variada ‘oferta’ de prácticas sexuales (como la masturbación mutua o el sexo oral), informa de las enfermedades que se pueden contraer, y ofrece una serie de imaginativas prácticas para reducir el riesgo como ”usar plástico film transparente de cocina”.

Y en el capítulo sobre la orientación sexual, habla a los jóvenes de las ”vivencias afectivo-sexuales, normales y saludables, de muchas mujeres y hombres, que sienten atracción, vinculación, enamoramiento… hacia otras personas, de su mismo sexo o de ambos sexos”.

Profesionales por la ética también pregunta al ministro: “¿Qué le parece que el manual de Educación para la Ciudadanía de 3º de ESO de la editorial McGrawHill (recurrido ante los tribunales por una familia andaluza) afirme en su página 41 que la mayor parte de las llamadas “perversiones sexuales” carecen de sentido, pues, en último término, no serán sino diferentes formas de conducta?”

Fernández de Alarcón, considera que “estos terribles sucesos tienen múltiples causas pero la fundamental es el relativismo moral, la ausencia de referencias de lo que es el bien y de lo que es el mal y la carencia de límites, especialmente en las relaciones sexuales. Es un entorno educativo que no ofrece modelos de fidelidad, compromiso y desarrollo integral de la persona; por el contrario, se prima la cultura del deseo por encima de todo, algo que deshumaniza y acaba convirtiendo a los jóvenes en depredadores. Es hora de que los que defienden este proyecto educativo (muy evidente en las asignaturas de Educación para la Ciudadanía) hagan una autocrítica seria y permitan que todos nos impliquemos en formar personas sin intromisiones ideológicas”.