«¡Protege mi vida!»

En contra de la próxima ley del aborto

La Conferencia Episcopal Española pone en marcha la campaña «¡Protege mi vida!»

La Conferencia Episcopal Española (CEE) pone en marcha desde hoy una campaña de comunicación con el lema «¡Protege mi vida!» La iniciativa se enmarca en el contexto de la Jornada por la Vida, que se celebrará el próximo 25 de marzo en todas las diócesis españolas. En concreto, se han enviado 30.000 carteles para parroquias y centros católicos de toda España, desde hoy y hasta el próximo 30 de marzo se pueden ver anuncios en 1.300 vallas publicitarias de 36 ciudades españolas y se han comenzado a distribuir en las diócesis un total de 8 millones de folletos.

(CEE/ReL) La Conferencia Episcopal Española (CEE) pone en marcha desde hoy una campaña de comunicación con el lema ¡Protege mi vida! La iniciativa se enmarca en el contexto de la Jornada por la Vida, que se celebrará el próximo 25 de marzo en todas las diócesis españolas.

Se anuncian cambios legales que, de salir adelante, darán lugar a una situación en la que quienes van a nacer quedarán todavía más desprotegidos que con la actual legislación. Al mismo tiempo, parece que la aceptación social del aborto va en aumento. En este contexto, la Conferencia Episcopal pone en marcha una campaña de comunicación en la que se distribuirán los materiales habituales que se elaboran cada año con motivo de la Jornada por la Vida (Nota de los obispos, carteles y guiones litúrgicos) y además, de forma excepcional, se insertarán los carteles en vallas publicitarias y se distribuirán dípticos explicativos.

En concreto, se han enviado 30.000 carteles para parroquias y centros católicos de toda España, desde hoy y hasta el próximo 30 de marzo se pueden ver anuncios en 1.300 vallas publicitarias de 36 ciudades españolas y se han comenzado a distribuir en las diócesis un total de 8 millones de folletos.

La campaña tiene como protagonistas a un ser humano y a un lince. En nuestra sociedad cada vez es mayor la sensibilidad sobre la necesidad de proteger los embriones de distintas especies animales; las leyes tutelan la vida de esas especies en sus primeras fases de desarrollo. Está bien que así sea, sin embargo, resulta paradójico que la vida de la persona humana que va a nacer sea objeto de una desprotección cada vez mayor. Por eso, en los anuncios aparece la pregunta: ¿Y yo?, entre el niño ya nacido y una serie de imágenes en las que se muestran los diferentes estadios de la vida humana en gestación. Se trata de dar voz a quienes no la tienen, pero sí tienen el derecho a vivir.

Estas iniciativas se unen al Año de Oración por la Vida que está en marcha desde el pasado mes de enero.

Publicado el 16 Marzo 2009 – 12:34pm

Aborto y violencia de género

Lunes, 16 de marzo de 2009
Alejandro Llano

Gaceta de los Negocios

Tanto por forma como por contenido, la presentación que ha hecho la ministra Bibiana Aído del proyecto de aborto del PSOE ha sido bochornosa. Lo políticamente más grave es el carácter anticonstitucional de la regulación que se anuncia. La sentencia que emitió el Tribunal Supremo en 1985 declaraba la vida del embrión como un bien jurídicamente protegible.

En verdad, resultaba incoherente esta consideración con los tres Almudi.org - Alejandro Llanosupuestos en los que se autorizaba la liquidación del nasciturus. Pero una ley de plazos, como la ahora proyectada, se contradice de plano con el respeto a la vida humana que nuestra ley fundamental prescribe.

Por otra parte, el aborto libre a partir de los 16 años priva de contenido a la patria potestad, reconocida por la Constitución Española, y convierte en una broma pesada el adoctrinamiento cívico y el cúmulo de prohibiciones más o menos arbitrarias que pretenden encaminar a los jóvenes hacia lo políticamente correcto.

Se podrá aducir que la cosa no es tan grave, porque en este momento el aborto es ya de hecho practicable sin límites en España, gracias a la aplicación fraudulenta del supuesto de la salud psíquica de la madre. Bien lo saben algunas mujeres de toda Europa que han acudido a España cuando las legislaciones de sus respectivos países no autorizaban eliminar el feto poco antes de que llegara el momento de nacer.

Lamentablemente, en nuestro país se perpetran habitualmente auténticos infanticidios, con la activa cooperación -algunos de ellos- de presuntos profesionales que han aparecido ante la opinión pública estos días para presentar la nueva regulación como benéfica y compasiva. Estamos ante una cínica exaltación de la violencia; y ante una población, como es en buena parte la española, que se ha acostumbrado a esconder la cabeza bajo el ala y a soportar los peores abusos de los poderosos.

La cultura de la muerte avanza con largos pasos en la triste España. Dejando aparte ahora el aprovechamiento político del terrorismo -que comienza a ser rectificado a raíz del resultado electoral en el País Vasco- y a veces el trato humillante a sus víctimas, lo que presenciamos un día tras otro sin apenas cambiar el gesto es el atropello de los más débiles por parte de los más fuertes.

El tratamiento que recibe entre nosotros la prostitución, y las situaciones de algunos emigrantes crecientemente desprotegidos, nos hacen pensar que la esclavitud no es una lacra histórica que se haya superado totalmente. Y sigue siendo un escándalo que, mientras el paro desbocado lleva a muchos a hacer cola ante los comedores de caridad o sencillamente a pasar hambre, ciertos políticos y algunos altos financieros no se corten de exhibir sus lujos -automóviles, barcos, cacerías- ante espectadores atónitos.

El aborto, que pronto veremos ampliado casi ilimitadamente, se encuentra entre una de las formas más odiosas de abuso de una persona por parte de otra: la violencia de género. El machista golpea a la mujer hasta matarla, para demostrar que su pareja le pertenece y puede disponer de ella como mejor le parezca. Ha sido un acierto del Gobierno de Zapatero tomarse en serio esta patología social, y no reparar en esfuerzos para intentar erradicarla.

Por eso resulta aún más incoherente que no se detecte el componente machista que frecuentemente presenta el aborto provocado. Es la mujer la que más sufre, en su cuerpo y en su conciencia, al dejar que se mate a su hijo. Pero el varón se encuentra muchas veces detrás de este crimen y, en definitiva, se aprovecha de él a costa de la mujer y del bebé sacrificado. Se irresponsabiliza de sus actos, quizá para seguir abusando de su pareja.

La violencia de género y el aborto sistemático constituyen una clara muestra de cómo avanza entre nosotros la ideología del individualismo posesivo. Según Macpherson, en una sociedad mercantilizada el individuo es humano en cuanto que posee su propia persona. Pero esa relación de propiedad respecto a uno mismo se extiende a otras personas que resultan instrumentalizadas en provecho propio. Cuando una de las mejores definiciones de persona es, precisamente, la de quien no debe ni puede ser poseído.

Alejandro Llano es catedrático de Metafísica

Ataque a colegio católico

Turba extremista ataca colegio católico en Costa de Marfil

MADRID, 16 Mar. 09 / 05:11 am (ACI)

La Agencia Info Salesiana (ANS) dio a conocer que los estudiantes del colegio salesiano Don Bosco de Korhogo (Costa de Marfil) entre «musulmanes y cristianos» no respondieron con violencia a la agresión de 200 jóvenes «empuñando palos y machetes» que ingresaron a este centro obligándolos a «abandonar la escuela y suspender las clases».

Según precisa la nota de prensa, «los 372 alumnos (47% musulmanes y 37% cristianos), supieron conservar la calma ante estos hechos y no respondieron a la agresión con más violencia como está aconteciendo en otras instituciones educativas del país».

Asimismo, el Consejero para la Región África-Madagascar, Padre Guillermo Basañes, tras conocer los hechos invitó a los alumnos a «saber ser responsables y a formar sus propias consciencias, ante el profundo desorden moral que ha dejado en los jóvenes la reciente historia de guerra vivida por el país».

La nota agrega que la agresión al colegio «es parte de toda una reacción, casi a nivel nacional, contra las políticas educativas del país, y una muestra de intolerancia contra quienes no han adherido a los paros de las escuelas públicas».

Ejemplo ante sociedad consumista

San José es ejemplo ante sociedad consumista del siglo XXI

VALENCIA, 15 Mar. 09 / 05:14 pm (ACI)

El Administrador Apostólico de Valencia, Cardenal Agustín García-Gasco, afirmó que San José es modelo de virtudes ante la sociedad consumista del siglo XXI, que no comprende que el sufrimiento ppsanjose130309vivido con esperanza nos prepara «el camino para un gozo superior».

«La vida de las personas está tejida por momentos de todo tipo. Nadie escapa al sufrimiento. No es realista concebir la propia existencia como un camino exento de altibajos», expresó el Purpurado, quien criticó a la sociedad mercantilista y orientada al consumismo.

«La llamada sociedad del bienestar resulta ser una ilusión, una promesa falsa que hace más dura la caída. La enseñanza de san José en el siglo XXI es animarnos a considerar que los dolores vividos con esperanza preparan el camino para un gozo superior», indicó.

En su reciente carta semanal, el Cardenal García-Gasco llamó a los católicos a seguir el ejemplo de San José, cuya vida lo hace «modelo de respeto profundo a la dignidad de la persona», de protección del matrimonio y de la vida. «José, como padre adoptivo, aprende a reconocer que los hijos no son propiedad de sus padres. Los hijos tienen una misión en la vida y en la historia que los padres tienen que aprender a respetar con alegría», afirmó.

Asimismo, señaló que el padre adoptivo de Jesús es también «modelo de escucha de la voluntad de Dios y de libertad religiosa», pues cuando comprende que María y su Hijo «van a tener que sufrir por la salvación del mundo, acepta que hay un orden superior en la comprensión de las cosas que está por encima de cualquier consideración humana. Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres».

El texto completo puede leerse en: http://www.archivalencia.org/contenido.php?pad=81&modulo=42&id=1450&v=41&id_autor=2

Estoy muy unida al Padre

«En El Callao estoy muy unida al Padre»

lunes, 16 de marzo de 2009
OpusDei.es


«En este momento soy la única persona del Opus Dei en esta ciudad de Venezuela, pero estoy muy unida al Prelado y a las personas que vienen a darme ayuda espiritual. Sé que, desde aquí, yo puedo sacar la Obra adelante».

Muchas personas conocen «El Callao» sólo por referencia de una popular canción venezolana y quizás también por la explotación de minerales preciosos. Pero allí, en el estado Bolívar, a unas 14 horas de Caracas y a unas cuatro de la frontera con Brasil, vive Katiuska de Ron, maestra y madre de tres niñas.

katiuska1nKatiuska es Supernumeria del Opus Dei.

 ¿Cómo es un día típico tuyo?

 Me levanto a las 5:10 de la mañana. Le ofrezco el día a Dios y rezo un rato. Luego, hago el desayuno. Empiezo a levantar a las niñas para que estén listas cuando llega el transporte. Gracias a Dios ya están creciendo y es más fácil para mí atenderlas. Después mi esposo -que trabaja como mecánico en una empresa de minería- me lleva en su moto al trabajo.

Llego a las tres de la tarde a hacer los oficios de la casa y a ayudar a las niñas con las tareas. A veces se me hacen las once de la noche y sigo haciendo los oficios. Los viernes, procuro dejar todo listo, porque me voy a Upata hasta el domingo. Allí estoy sacando una licenciatura en educación pre-escolar: sólo me faltan unos meses para terminar.

¿Eres maestra?

Desde hace cuatro años me dedico a la docencia de aula en un «Simoncito», un centro de educación inicial, o sea para niños en edad pre-escolar. Desde los 17 años he trabajado haciendo suplencias, ahora doy clases en esta institución pública.

¿Cómo conociste el Opus Dei?

Lo conocí aquí en El Callao. Vino una persona del Opus Dei a promocionar una escuela llamada Resolana, que es un Centro de Capacitación Profesional para la mujer ubicado en Caracas. Me interesó y le dije a mi mamá que me quería ir a Caracas a estudiar. En ese momento tenía trece o catorce años. Mi mamá me dijo, «anda, vete». Ahora me doy cuenta que me dejó porque en ese momento había un muchacho que me estaba «cayendo», y no me convenía.

Estar en Resolana me ayudó profesionalmente, y también me ayudó mucho el contacto con otra realidad: agarrar autobuses, trasladarme de un sitio a otro. Allí conocí más el Opus Dei, pero yo pensaba que no era para mí. Regañaba a mis compañeras que se hacían del Opus Dei. Pensaba que se trataba de estar todo el día encerradas. La verdad es que no lo entendía bien. Ellas se reían. Lo veía desde el punto de vista de una adolescente. No veía los otros «sumandos», el por qué de esa vocación. Ahora, que soy de la Obra lo entiendo, y abrazo y rezo por mis amigas que son del Opus Dei, y pido perdón por haberle dicho a mis amigas que no fueran.

¿Cómo supiste que tenías vocación al Opus Dei?

Antes me imaginaba que el llamado al Opus Dei me iba a llegar a través de una especie de sueño o que me iban a decir: mira tú tienes vocación. Y no, la vocación la tienes tú, la llevas en el corazón, esa llamada la descubres, la vas viendo y luego respondes. Las personas de la Obra te orientan. Hice una convivencia y le dije al sacerdote: yo quiero ser del Opus Dei, pero casada. Aunque en ese momento no sabía que existían las Supernumerarias, veía claro que Dios me llamaba a través de mi familia. Hoy soy de la Obra, y comprendo que no es lo mismo ser del Opus Dei que no serlo, así sea desde aquí, desde El Callao.

¿Qué haces ante las dificultades que se presentan?

Tenemos días buenos, como tenemos días malos. Yo busco ofrecerle todo a Dios. Por ejemplo, hoy yo tenía que recibir la comida de la escuela, porque donde trabajo hay un programa alimentario que se llama Páez, pero la comida que debía estar a las cuatro, no ha llegado, esto significa que probablemente la tenga que esperar hasta la noche y eso cambia todos mis planes, implica sacrificio porque las niñas me están esperando para que las busque. Le digo, Señor, te pongo esto en tus manos. He aprendido a no quedarme en el lamento. A veces hasta hay que reírse un poquito de las situaciones.

¿Cómo es eso del «plan de vida»?

Creo que todas las personas tenemos un plan. Yo lo tengo para todo: para el trabajo, para funcionar en mi casa. Igual las normas de piedad: rezar el rosario, asistir a la santa Misa, ofrecer las cosas que hago. Todo está incluido en mi vida y lo vas llevando sin que se haga una rutina.

¿Cómo es la relación de tu familia con la Obra y cómo ven tu vocación?

A mi esposo, cuando éramos novios, le dije que si me quería, tenía que ser «casada» con el Opus Dei. Y así fue. El lo respeta; de todas maneras sale ganando porque yo ofrezco todo por mi familia, y cuando él tiene dificultad le digo que le pida a San Josemaría. Por ejemplo, cuando estaba buscando trabajo, se lo encomendó a él. En concreto, rezó para que saliera bien una resonancia magnética de la que dependía el trabajo: todo salió bien gracias a la intercesión de San Josemaría.

¿Cómo es tu relación con San Josemaría?

Muy bonita, me hace muchos favores a diario. Siempre pienso que «lo mejor es vivir y morir en el Opus Dei», como decía San Josemaría. En este momento soy la única persona de la Obra aquí, pero estoy muy pegada al Padre y a las personas que vienen a atenderme, porque sé que desde aquí saco la Obra.