«Cristianos. Ciudadanos. ¿Posible?»

«Cristianos. Ciudadanos. ¿Posible?». Un foro sobre fe y laicismo sienta juntos durante dos horas a José Bono, Manuel Pizarro y otros notables socialistas y ‘populares’

Sábado, 21 de febrero de 2009

El recién presentado Foro Cristianismo y Sociedad, dependiente de la Fundación Pablo VI, tiene voluntad de erigirse como una de las ágoras de debate de mayor altura intelectual y mayor llegada ante los prohombres de la vida pública. El jueves 19 lograron sentar, entre otros, a José Bono y Manuel Pizarro para tratar sobre fe y ciudadanía.

El formato de los debates de Cristianismo y Sociedad no es infrecuente en países como Francia e Italia, con una mayor tradición de interlocución entre las distintas esferas de la sociedad civil para tratar la cuestión religiosa. El debate consta de dos ponentes que leen o resumen papeles escritos para la ocasión ante un moderador, para a continuación responder -con réplicas y contrarréplicas- a las preguntas tanto del moderador como del selecto público invitado. El que fuera Cardenal Ratzinger fue muy aficionado a este tipo arriesgado de confrontación pública de ideas dentro de un notable espíritu de ‘fair play’.

Los ponentes del primer debate de Cristianismo y Sociedad fueron dos primeras espadas: el ex parlamentario socialista y catedrático de Filosofía Política Antonio García-Santesmases y el arzobispo emérito de Pamplona, monseñor Fernando Sebastián. García-Santesmases es de los más eminentes representantes de una intelectualidad socialista moderada y monseñor Sebastián figura entre los obispos más reputados por su solvencia argumentativa, según ha mostrado su reciente libro ‘Cartas desde la Fe’. El moderador fue Valentí Puig, periodista y escritor de amplios registros literarios, que últimamente ha publicado un ensayo político -‘Moderantismo’- y el testimonio de su vuelta a la Iglesia, ‘La Fe de Nuestros Padres’. El tema del debate fue el siguiente: «Cristianos. Ciudadanos. ¿Posible?»

Cristianismo y Sociedad logró convocar a la reunión al presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, el cual, como Manuel Pizarro, ‘número dos’ al Congreso por Madrid, dejó sus actividades institucionales para escuchar la charla -intensamente intelectual- de dos horas. Tanto Bono como Pizarro son hombres conocidos por su fe católica. En palabras de monseñor Sebastián, «la derecha y la izquierda extraeclesiales no deben configurar una izquierda y una derecha intraeclesiales».

El público, reducido y asistente sólo por invitación nominal, estaba nutrido por, entre otros, el que quizá sea el teólogo más relevante de la España de hoy, Olegario González de Cardedal; por José Luis Restán, uno de los mayores expertos en periodismo religioso; por Manuel de la Rocha, diputado socialista y católico, además de íntimo amigo del ponente García-Santesmases; Andrés Ollero, catedrático de Filosofía del Derecho, fundador de la Fundación Ciudadanía y Valores y exparlamentario del PP, y el diputado laicista y socialista extremeño Victorino Mayoral, presidente de la Fundación Cives.

El último recibo del seguro del automóvil

Hacienda dejará de recaudar diez millones de euros al año al suprimirse la obligación de llevar en el coche el último recibo del seguro del automóvil

El nuevo Reglamento del Seguro de Responsabilidad civil recorta la recaudación de Hacienda: cerca de 10 millones de euros menos al año en concepto de sanciones a los conductores que no lleven encima el último recibo del seguro del coche.

«El importe de la sanción sigue siendo el mismo, 60 euros, por falta leve«, explican desde la Dirección General de Tráfico (DGT) en El Confidencial Digital. El cambio radica en la forma de imponer dichas sanciones, añaden. «Si se puede hacer la comprobación de papeles telemáticamente, es mucho más útil y rápido para todos, y así no se duplica la documentación y los trámites», subrayan fuentes de la Administración.

Y es que, desde que se aprobara el nuevo Reglamento de Seguro Obligatorio de Responsabilidad Civil en octubre de 2008, ya no es obligatorio llevar el recibo del seguro siempre que se circule. Ahora,la responsabilidad de comprobar que el vehículo esté asegurado recae en los agentes, que deberán comprobarlo en el Fichero Informativo de Vehículos Asegurados (FIVA).

Según recuerdan fuentes del ministerio de Hacienda consultadas por este confidencial,  «incluso después de recibir la sanción, todo el mundo puede recurrirla«, motivo por el que «es difícil dar una cifra exacta sobre la recaudación procedente de esta partida». «Haciendo la cuenta de la vieja con los últimos datos de que disponemos, saldrían unos 9,5 millones de euros al año«, calculan.

Cabe destacar que de acuerdo con la DGT, «solamente en el año 2007 se presentaron 160.000 denuncias por no llevar encima el recibo del seguro». «Los conductores tienen un plazo de cinco días para presentar la documentación actualizada en la jefatura de la Guardia Civil más cercana», explican desde el organismo que dirige Pere Navarro.

Como dato curioso, destacan fuentes cercanas a los agentes de la Benemérita que se encargan de estos temas, «cambiar comportamientos arraigados cuesta mucho y hay mucha gente que te presenta todos los papeles por sistema en cuanto se les para».

Pese a que ya no es obligatorio «nosotros le recomendamos a todo el mundo que lo lleve», explican a ECD fuentes de Tráfico, quienes se remiten al comunicado oficial que emitieron en su día –véalo aquí – y que recoge que «con esta nueva medida se suprime la infracción por no llevar el justificante, aunque desde la DGT se recomienda adjuntarlo al resto de la documentación obligatoria del vehículo».

Buena nota han tomado en varios clubs y asociaciones automovilísticas, desde donde se recomienda «imprimir para adjuntar a la documentación obligatoria la nota de prensa de la propia DGT en la que reconoce que ya no es obligatorio. Por precaución.», matizan.

Valkiria y la providencia

Víctor Alvarado 25/02/2009

En los últimos años, el cine alemán se ha caracterizado por contar la historia de su país desde diversos puntos de vista, mostrando sus luces y sus sombras con la objetividad de la que adolece nuestro cine. En esta ocasión lo ha tenido más fácil porque esta coproducción estadounidense-alemana narra las aventuras y desventuras de un grupúsculo de personas que arriesgaron la vida para evitar la destrucción de Alemania en la Segunda Guerra Mundial y que habrían librado a muchos hombres de la muerte.

En líneas generales, se puede decir que Bryan Singer es un gran director, aunque los críticos coinciden en elogiar su ópera prima Sospechosos habituales (1994). El realizador americano cuenta la historia de un modo especial, capaz de atrapar a cualquier aficionado al cine por experimentado que sea. Aun conociendo cómo termina la historia, se llega a creer que el objetivo es posible. Sobre todo, por la maestría con la que está montada la película y por la gran banda sonora que la complementa.

Seguramente, algunos lectores se preguntarán qué se puede destacar de la cinta. Lo mejor es el planteamiento inicial, en el que un grupo de personas con buena posición social y de un buen nivel cultural, y detractores de las malas artes de la política nazi, debaten sobre la posibilidad de cometer un magnicidio. También resulta interesante el dilema moral que supuso, al grupo de cristianos católicos y luteranos practicantes, atentar contra la vida de cualquier ser humano. Esta parte de esta obra del celuloide  hubiese necesitado un mayor desarrollo. Probablemente, habrá sido recortada por Tom Cruise, coherente con su pertenencia a la secta de la Cienciología. Como dato curioso,    uno de los hijos  del coronel Stauffenberg pensaba que el actor no era la persona ideal para representar a su padre, un hombre de fuerte convicciones católicas, y por lo tanto opuestas a los valores propuestos por la Iglesia de la Cienciología. De todas formas, hay que reconocerle a este actor el interés por contar este episodio del siglo XX que, si se hubiese conseguido, hubiera salvado muchas vidas y hubiera cambiado el rumbo de la historia. Además, los buenos aficionados a los sucesos históricos le agradecemos que no haya eliminado ciertas escenas esenciales que nos permiten comprender los ideales de los personajes.

A lo largo del largometraje aparecen dos secuencias que resultan clave para comprender los pensamientos que rigen a los protagonistas. En la primera de las escenas descubrimos a un Tom Cruise con  el torso desnudo, mostrando una cadena de la que cuelga una alianza y un crucifijo. Por otra parte, la escena de la catedral desprovista de la cúpula por los bombardeos junto con la sencilla plegaria, mirando hacia el cielo, explica el profundo vínculo que une a ese grupo de valientes que se jugaron literalmente la vida. La narración deja entrever la lealtad de la secretaria del golpista y del teniente  Werner von Haeften que se contrapone a la ambigüedad del general Erich Fromm, excelentemente interpretada por Tom Wilkinson.

En contraposición con lo positivo, la prensa española ha sido muy dura con Valkiria porque perciben una gran carencia dramática y la consideran muy fría. No obstante, se divisa cierta humanidad del protagonista en el momento crucial de la película, donde el actor principal se preocupa por su familia con varias llamadas telefónicas en pleno golpe de Estado junto con algunas escenas iniciales en las que se plantean sin entrar demasiado en el vínculo entre el matrimonio protagonista.

Jordi Costa, en su crítica en la revista Fotogramas, dice lo siguiente: «Funciona como una exposición cristalina, despojada de emoción». Y en el correspondiente reportaje de dicha publicación no se explica expresamente la naturaleza del movimiento, aunque se menciona que era profundo en su planteamiento. Carlos Boyero en el diario El País dice: «El resultado no me provoca ni calor ni frío, lo consumo con la misma indiferencia que lo olvido. Como documento histórico no aporta nada, y como cine de acción es rutinario». Vemos que se niega la importancia del hecho histórico y el dilema moral que supuso para personas creyentes participar en la preparación del atentado. La pregunta planteada por Antonio Weinrichter  en el ABC resulta por lo menos interesante y debe ser tenida en cuenta para  hacernos reflexionar: «¿Eran buenos alemanes o sólo militares que querían salvar el orgullo y de paso el honor de su país?». Por otra parte, Fernando Alonso  Barahona en El Semanal plantea lo siguiente: «Tal vez el director sacrifique los elementos reflexivos e históricos en aras de lograr un buen espectáculo». Este crítico destaca el concepto de componente reflexivo, aunque sin especificarlo, lo que es de agradecer y cualquier avezado espectador podrá, con esta aclaración, ponerse en alerta sobre esas comentadas cuestiones de fondo. El Confidencial.com y Butaca.net apuntan la necesidad de un mayor desarrollo de algunas tramas, pero nunca sabemos a qué se refieren.

Por último, dejamos lo mejor para el final, descubriendo en la crítica de Jerónimo J. Martín en diario económico La Gaceta algunas coincidencias con la crítica que proponemos: «Se echa en falta un análisis más nítido de las motivaciones profundas -también religiosas y familiares- de los conspiradores, que sólo se apuntan. En cualquier caso, el argumento tiene mucho interés histórico, dramático y ético. Además, está narrado con claridad y sentido de la intriga, y depara unas cuantas secuencias de gran intensidad emocional». La TAC (Teleespectadors Associats de Catalunya) resalta dos ideas antagónicas que nos parecen fundamentales para generar un debate: «Resuenan otros valores como el amor a la familia y cierto sentido de la trascendencia auténtica, que contrasta con el perverso uso que Hitler hace de la palabra Providencia.

Slumdog millonaire

Víctor Alvarado 25/02/2009

El cine políticamente incorrecto tiene una parte de su cuota en el cine independiente americano. Prueba de ello han sido las dos cintas indies nominadas en las anteriores ediciones de los Oscar, como Pequeña miss sunshine, una apuesta por la familia, o Juno (2007), una apuesta por la vida. Este año se ha corrido igual suerte porque Slumdog Millonaire ha recibido, nada más y nada menos, que 10 nominaciones a los Oscar, de los que ha obtenido ocho.

El argumento gira en torno al popular concurso de televisión Quiere ser millonario, en el que Jamal, un chico indio de la calle, se encuentra con la posibilidad de ganar  20 millones de rupias. Sin embargo, cuando está a punto de conseguir el premio, es secuestrado por la policía, puesto que se sospecha que alguien le había filtrado las respuestas, pero no hay truco, cada uno de sus aciertos tiene que ver con cada una de las terribles experiencias de su vida.

Con un formato original y muy cercano al publicitario, Danny Boyle nos sorprende, contándonos una historia en la que convierte en protagonista a una persona que en circunstancias normales pasaría totalmente desapercibida. El relato presenta situaciones muy duras, que explican la triste realidad de la India. Un país lleno de contrastes, que poco a poco va emergiendo, pero que todavía vive situaciones de extrema pobreza. Por tanto, la cinta debe ser considerada un drama, aderezado con buenas dosis de humor propias del guionista de Full Monty (1997), Simon Beaufoy, que fue la persona encargada de adaptar la novela de Vikar Swarup en la que está basada la película.

Por otra parte, destacan los personajes universales, sabiamente creados por Boyle, por el modo que tienen de entender la vida. Esta idea no es la  primera vez que el realizador británico la plantea, pues en su producción Millones (2004) hizo algo parecido. Jamal, bien interpretado por Dev Patel, representa a una persona desprendida, inocente, sincera, coherente con su vida y capaz de trabajarse hasta límites insospechados a la persona a la que considera el amor de su vida. ¿Conquistará a la chica o no la conquistará? Ésa es la cuestión.

En cambio, su hermano Salim (Madhur  Mittal) aparece como una persona materialista, que siempre que puede aprovecha el momento de hacer negocios. La interpretación de Feida Pinto es espléndida a pesar de su sobriedad.

En general, los actores están muy convincentes en todas sus etapas. Como dato curioso, Azharuddin Mohammed Ismail como Salim y Rubiana Ali como Latika, los intérpretes infantiles, fueron encontrados en los barrios marginales de la ciudad y se les llegó a escolarizar.

Tampoco pasa inadvertido el guiño del largometraje a la novela de Alejandro Dumas Los tres mosqueteros. «Todos para uno y uno para todos» es el célebre lema que circunda a lo largo de toda la producción cinematográfica. Sin duda, se muestra como la pieza esencial en el engranaje del guión y sirve para destacar el poderoso vínculo que une a los protagonistas.

Además, es digna de ser analizada la idea de que un director católico como Boyle entre el destino y la trascendencia. El concepto de que todo está predestinado frente a la posibilidad de darle la vuelta a la vida con tu esfuerzo y con la ayuda de Dios, que te da libertad para decidir. Por otro lado, el largometraje resalta la felicidad con la que los más necesitados afrontan los problemas frente a las sociedades occidentales, donde nos venimos abajo con el menor contratiempo que surge en nuestras vidas.

En definitiva, nos encontramos un excelente drama con todos los ingredientes para disfrutar en familia, vibrando con una banda sonora muy pegadiza de ritmos orientales al estilo Bollywood, que se rodó con las manejables cámaras digitales SI-2K para no modificar ni manipular los marginales ambientes de la India.

«¿Sientes que algo te falta? Quizá es Dios»

En radio, prensa, vallas y YouTube

«¿Sientes que algo te falta? Quizá es Dios»: nueva campaña publicitaria

En la diócesis católica de Washington se calcula que viven unos 580.000 católicos, pero sólo una cuarta parte van a misa los domingos. La Iglesia diocesana no se queda de brazos cruzados y, aprovechando la Cuaresma, lanza una gran campaña publicitaria para animar a los alejados de la fe a ir a misa, reencontrarse con la vida parroquial y la fe en comunidad. «¿Sientes que algo te falta? Quizá es Dios», dice el lema de la campaña, que cuenta con una dirección de internet propia (www.maybe-its-god.org) y un espacio dentro de la completa web del Arzobispado, incluyendo un vídeo del arzobispo Donald W. Wuerl que invita a «volver a misa, a la Iglesia, al hogar».

(Pablo Ginés/La Razón) La campaña, que ha costado 75.000 dólares (58.400 euros), incluye carteles en el metro, en los autobuses, espacios en la radio y anuncios en los periódicos. No es una reacción a ninguna estrategia atea reciente: ya hicieron campañas el año pasado y el anterior, aunque centrándose en otro sacramento: el de la confesión o reconciliación. A raíz de aquellas iniciativas, la web del Arzobispado recoge los horarios de confesiones de diez puntos neurálgicos de la ciudad y sus alrededores y un buscador de parroquias, con horarios de misa.

La oferta es amplia: hay 123 parroquias, y de ellas 34 ofrecen misa dominical en español. De hecho, en la capital del país más poderoso del mundo se celebra misa de forma estable en 15 idiomas distintos, con comunidades parroquiales de católicos haitianos, nigerianos, etíopes, vietnamitas y, por supuesto, hispanos de toda Sudamérica. Este año, el esfuerzo publicitario es aún mayor: se ha alquilado una gran gran valla en la transitadísima Ruta 301, se utiliza YouTube y el cardenal ha firmado una invitación de la que se han repartido 50.000 copias en inglés y español para que los feligreses entreguen personalmente la invitación del arzobispo a sus amigos y parientes. En la web episcopal se anuncian los cursos de iniciación cristiana para adultos que no están bautizados o no han recibido los sacramentos. En Washington buscan ser «pescadores de hombres» y no «cuidadores de peceras». La oveja perdida lo merece.

Publicado el 25 Febrero 2009 – 8:12am

¿Se empezará a ver la luz a finales de 2011?

Crisis económica: ¿Se empezará a ver la luz a finales de 2011?

Por primera vez, 300 expertos hablan de una posible recuperación en casi tres años: mejora de las exportaciones y crecimiento del 2,6%

Primeras previsiones que revelan un atisbo de luz en el largo y oscuro túnel de la crisis económica en España. Un grupo de 317 expertos y empresarios creen que a finales de 2011 el crecimiento del PIB podría superar la barrera del 2,5%, a partir de la cual se puede empezar a hablar de generar empleo.

El factor clave de estas perspectivas es una supuesta mejora de la competitividad, basada a su vez en una más que optimista previsión sobre las exportaciones e importaciones para 2010 y 2011. Esa es precisamente la objeción que a priori se podría hacer a los cálculos de los expertos consultados.

Como se puede observar en la siguiente tabla, en 2011 prevén un crecimiento del 2,6%, mientras que se consideran que la variación con respecto a las exportaciones será del 4,6% y a las importaciones del 3%. También está prevista una tasa de paro del 14,9%.

Los datos provienen de un estudio del Consenso Económico elaborado por Pricewaterhouse Coopers, una consultoría experta en la gestión de empresas y una de las mayores firmas de servicios profesionales del mundo, que se ha basado en la información obtenida a través de un panel de esos más de 300 expertos y empresarios.

Indicador

2008

2009

2010

2011

Importación de bienes y servicios

0,6

-4,6

0,4

3,0

Exportación de bienes y servicios

2,9

0,3

3,6

4,6

PIB real

1,2

-1,6

1,2

2,6

Tasa de paro

11,1

15,9

15,7

14,9

En cualquier caso, estas previsiones siguen estando muy alejadas de los sucesivos cálculos que ha ido manejando el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a lo largo de los últimos meses.

Primero dijo que la fecha límite para iniciar una salida de la crisis era el primer trimestre de este año. Una segunda y reciente valoración alargó esa salida hasta finales de 2009. Por último, situó la recuperación en la primera parte de 2010.

Exportaciones: ¿Demasiado optimismo?

Volviendo a las previsiones del grupo de expertos consultados, hay que insistir en que el planteamiento combinado de las exportaciones e importaciones para los próximos dos años puede parecer demasiado optimista a la vista de los datos que muestra la columna de este año.

Aunque todo parece indicar que para 2010 el entorno de países de la Unión Europea podría haber normalizado en gran medida su situación económica, y España en concreto mejorado su competitividad, no va a ser cosa fácil dar el salto de una variación en las exportaciones de 2009 con respecto al año anterior del 0,3% hasta ese 3,6% que prevé para 2010 Pricewaterhouse Coopers. Como tampoco lo será aumentar el porcentaje hasta el 4,6% en 2011.

Al mismo tiempo, hay que considerar que el 0,4% de variación que se asigna en 2010 a las importaciones se queda corto a la hora de evaluar lo que se comprará fuera. Hay que recordar que, normalmente, España importa más que exporta.

Este juego de cifras que calculan los expertos se ve reflejado en la previsión de crecimiento del 1,2% para 2010 y del 2,6% para 2011; y, aunque en esos dos años todavía habrá unas preocupantes tasas de paro (15,7% y 14,9% respectivamente), la previsión permite vislumbrar por primera vez, aunque a lo lejos, una pizca de luz donde hasta ahora sólo había oscuridad.

Así y todo, de cumplirse estas previsiones, no se obtendrían mejoras sustanciales en la situación de los desempleados sino a partir de 2012, ya que no es hasta pasado un cierto tiempo con un crecimiento por encima del 2,5% que se empiezan a generar puestos de trabajo.

Beato Sebastián de Aparicio

Franciscano, 25 Febrero

El año de 1533 llegaba a las playas mexicanas, confundido entre los numerosos viajeros, un joven, de nombre Sebastián, que había nacido el 20 de enero de 1502 en el pueblo de Gudiña, de la provincia de Orense (España). Su niñez transcurrió junto a sus padres, Juan de Aparicio y Teresa del Prado, ambos cristianos de vieja cepa, caritativos y de nobles costumbres; su mocedad y parte de su juventud pasó en medio del campo, entregado a las labores agrícolas para ganar el sustento diario y reunir la dote suficiente para sus dos hermanas. Salamanca, Zafra de Extremadura y Sanlúcar de Barrameda vieron a Sebastián trabajar afanosamente y pudieron admirar sus grandes virtudes -pese a sus años mozos-, entre las que sobresalían su simplicidad, rectitud de corazón y su amor por la castidad.

De la antigua Veracruz donde desembarcó Sebastián, se dirigió a la ciudad de La Puebla, recién fundada por el franciscano fray Toribio de Benavente, conocido más bien con el sobrenombre de Motolinía. Las grandes extensiones de terreno baldío y la seguridad que daba la Audiencia Real a todos los españoles que quisieran residir en la dicha ciudad, atrajeron a Sebastián y lo indujeron a dedicarse a la labranza. Dotado, empero, de un ingenio natural poco común y de una mirada de vastos horizontes, Sebastián concibió la idea de adaptar el camino de México a Veracruz para que por él pasasen las carretas que muy pronto construyó con un amigo suyo español. Esas carretas fueron las primeras que, tiradas por toros o novillos amansados por el mismo Sebastián, hollaron el suelo de México. Con esa obra resolvía dos problemas fundamentales: primero, el difícil transporte de mercancías, y el segundo, aliviar a los indios de la fatiga que padecían al tener que transportar todo sobre sus requemadas espaldas.

Pasados algunos años, Sebastián se dirigió nuevamente a la Real Audiencia de México para pedir permiso de abrir un nuevo camino que traería prosperidad y progreso para todos. Se propuso nada menos que abrir un camino que fuese de la capital mejicana hasta Zacatecas, que empezaba a manar plata de sus entrañas. Hoy en día admira aún la obra titánica de Sebastián por sus vastas y grandiosas proporciones: tuvo que allanar hondonadas, rodear montes, construir puentes de madera, llevar provisiones para sus trabajadores y, sobre todo, lograr la amistad con las tribus chichimecas, tristemente célebres por su ferocidad y canibalismo. Ante esta obra de gigantes y de santos, Sebastián no se arredró. Su mente y su corazón aspiraban a mayores cosas y en pocos años vio terminada la obra que lo inmortalizaría para siempre. Sus cuadrillas de carretas recorrieron aquellas larguísimas distancias sin ser molestadas por los chichimecas, quienes al ver la mansedumbre y caridad con que los trataba Sebastián le amaron, le protegieron y nunca le hicieron mal alguno. Esas mismas cuadrillas se convirtieron también en seguro refugio para los pasajeros y gracias también a los esfuerzos de Sebastián los pequeños poblados aumentaron considerablemente, como la ciudad de Querétaro.

Durante unos dieciocho años Sebastián había entregado lo mejor de sus fuerzas para abrir caminos y fomentar el comercio en México; pero ya en 1552 decidió dejar su oficio, que pingües ganancias le había acarreado, y compró unas tierras por las afueras de la capital mexicana, entre Atzcapotzalco y Tlanepantla. Sus nuevos proyectos fueron provechosos para todos, ya que sus campos eran una escuela práctica donde aprendían los indios la labranza; su hogar se convirtió en asilo seguro donde no sólo encontraban los pobres y menesterosos refugio, sino el pan diario y consejos para volver a amar la vida y el trabajo, y donde podían aprender las virtudes cristianas que Sebastián no dejaba nunca de ejercitar. Entre estas virtudes sobresalía su amor ardiente al Santísimo Sacramento y a la Virgen María, cuyo rosario no omitió en todos los días de su vida.

Las riquezas que honrada y justamente había adquirido Sebastián atrajeron las miradas codiciosas de varios vecinos suyos para persuadirle a contraer matrimonio. Las proposiciones no podían ser sino ventajosas; y con todo, Sebastián las rechazó constantemente, hasta que un día él mismo resolvió casarse con una joven pobre, pero de muy nobles virtudes. Era el año 1562. Sebastián se comportó con su esposa en público como marido que era de ella, mas en privado la persuadió a guardar la virginidad. A la hora del descanso, ella dormía en el lecho y él tendía una estera en el suelo, donde se acostaba. Un año había apenas transcurrido y Sebastián se encontró viudo. Dos años después, movido de su caridad en favorecer a otra pobre joven, de nombre María Esteban, contrajo con ella matrimonio, sin cambiar por ello su antiguo modo de dormir en el suelo y de mortificarse en todo lo que podía. A pesar del tenor de vida que Sebastián llevaba, no le faltaron dificultades y pruebas que soportó cristianamente. Una enfermedad que lo puso a un pie del sepulcro y la muerte inesperada de su segunda mujer fueron los vendavales que sacudieron hasta sus raíces aquel fuerte árbol, que, desprendiéndose más y más de los bienes terrenales, empezó a meditar consigo mismo de qué modo serviría más perfectamente al Señor y alcanzaría con menores peligros su salvación eterna.

Pasó todavía algún tiempo trabajando en sus campos, hasta que, guiado por los consejos de su confesor, resolvió dejarlo todo. Vendió sus bienes, entregó el precio a las religiosas de Santa Clara de México, tomó el hábito de donado franciscano y pasó a servir a las mismas religiosas en calidad de mozo. Contaba ya en aquella sazón setenta y un años de edad. La gracia divina siguió moviendo suavemente aquel corazón que desde pequeño le pertenecía y lo envió al convento de San Francisco de México, donde tomó el hábito y, a pesar de las inmensas dificultades que encontró en su resolución, profesó el 13 de junio de 1575.

Durante aquel año de recogimiento, oración y mortificación, Fr. Sebastián meditó sobre las virtudes de San Francisco: su obediencia, su pobreza, su amor a la Pasión del Señor, su amor hacia todas las cosas por ser criaturas de Dios, y con mejores alas remontó su alma a una entrega cada vez más perfecta en las manos de la Madre de Dios, cuyo rosario traía siempre consigo y devotamente recitaba varias veces al día. Apenas habían pasado unos dos meses de su profesión, la obediencia le mandó al convento de Tecali, donde había necesidad de un hermano que cuidase de la cocina, portería y huerta pequeña. Los religiosos admiraron la virtud del humilde hermano lego, que atendía todos los menesteres del convento con alegría y prontitud; mas poco tiempo estuvo en aquel lugar, pues recibió nuevas órdenes de trasladarse al convento de Las Llagas de Nuestro Seráfico Padre San Francisco de Puebla de los Angeles. Partió al punto con la misma alegría y contento que había manifestado y, llegado que hubo, le encargaron de un oficio por lo demás penoso y duro, tenida cuenta de su avanzada edad: el de limosnero. Con su acostumbrada alegre obediencia tomó sobre sí el nuevo cargo. Tenía que recorrer la extensa campiña de Puebla en busca de alimentos y demás provisiones, que serían el sustento de más de cien religiosos que moraban en ese convento.

Pidió de limosna algunos toros y construyó carretas, que fueron sus inseparables compañeros hasta los últimos días de su vida. Los labradores de los pueblos circunvecinos tuvieron oportunidad de admirar su paciencia, mortificación, caridad y desprendimiento de todas las cosas. Tiraba su viejo manto sobre el suelo y dormía debajo de las carretas sin interesarle que lloviera, hiciera frío o cayera nieve. Además de esto añadía dolorosas penitencias para tener sujeto y a raya al «hermano asno», que pronto y sujeto le obedecía en el servicio del Señor. En la ciudad de Puebla repartía sigilosa y caritativamente limosnas a familias vergonzantes y jamás el convento notó la falta de lo necesario. La simplicidad de Fr. Sebastián pasó a ser proverbial. Ésta no era más que el fruto precioso de su amor a Dios y de su obediencia inmediata a las órdenes de sus superiores. Tal simplicidad de corazón le abrió un camino nuevo en la vía de la santidad. Todo lo veía a través de su «fe de acero», como solía repetir, y su preocupación era «no perder a Dios de vista». Por amor a Dios llevó a cabo hasta los mínimos actos de su vida religiosa y Dios le premió con favores inauditos. En cierta ocasión el padre guardián le ordenó ir a traer madera al monte de La Malinche, distante unos 25 kilómetros de la ciudad de Puebla. Al tener ya cargada la carreta se le rompió el eje de una rueda. Fray Sebastián no dudó en emprender el camino en esas condiciones desastrosas. Apenas había llegado al convento y se disponía a componer la carreta, el padre Guardián le ordenó que fuera a Tepeaca, distante unos 36 kilómetros, a traer unas limosnas. El fraile obedeció al punto. Tomó su carreta, que de hecho no tenía más que una sola rueda, y así fue y regresó sin lamentar cosa alguna. Por cumplir la obediencia Dios obró el prodigio de que la carreta cargada de leña y el mismo Fr. Sebastián volaran sobre la barranca de Quautzazaloyan (hoy en día: Barranca de los Pilares), obstruida en aquellos momentos por otras carretas descompuestas.

Tuvo un gran dominio sobre los toros y animales indómitos. Cierto día, el superior le ordenó acarrear piedra del río -que pasa cerca del convento- sobre un mulo que nadie había podido domar, pero ni siquiera acercarse a él. Fray Sebastián fue al bruto animal y le dijo que era menester trabajar. El antes salvaje y rudo mulo a las palabras del fraile dócilmente se sujetó. Otra vez venía de Atlixco a Puebla y pernoctó en un lugar donde había enjambres de hormigas. Sucedió que durante la noche se llevaron el trigo que traía. Al día siguiente, al notar Fr. Sebastián la merma del trigo, ordenó a las hormigas que lo devolviesen, cosa que ellas cumplieron al punto.

Los labradores le buscaban para que conjurara las tempestades o acabara con las plagas que azotaban sus sementeras, lo que siempre hacía llevado de su gran caridad. Su cuerda se hizo famosa en muchísimas partes. Al contacto de ella sanaban enfermos y las mujeres en difíciles partos daban a luz felizmente. Uno de los más antiguos biógrafos del beato Sebastián, la llama el «sánalotodo» o medicamento universal. No podemos menos de citar el milagro que Dios obró por medio de su siervo. Aconteció que un niño de catorce meses de edad, hijo de unos bienhechores del convento, radicados en Huejotzingo, se metió debajo de una carreta tirada por bravos toros. Asustados éstos arrancaron y la pesada rueda pasó sobre el niño, enterrándolo en la tierra. Poco después llegó Fr. Sebastián y los padres del niño se lo presentaron muerto, rogándole hiciese algo por ellos. El fraile rogó a Dios y el niño resucitó por sus súplicas.

Después de veinticuatro años que sirvió al convento como limosnero, Fr. Sebastián oyó la voz de Dios que lo invitaba a descansar en su reino. Llegó el 20 de febrero de 1600 atacado por fuertes dolores de la hernia que por muchos años le martirizó. Cinco días después, tirado en el suelo sobre una cobija, esperó a la «hermana muerte corporal» con toda la alegría de su espíritu. A las ocho de la noche del día 25 entregó su espíritu en las manos del Señor.

Apenas muerto, los prodigios se multiplicaron y es fama constante que hoy en día aún no cesan. Su cuerpo quedó incorrupto y despidiendo un aroma exquisito, que todavía en nuestros tiempos se percibe.

La fama de sus virtudes y milagros llegó a Roma y el papa Pío VI lo declaró Beato el 17 de mayo de 1789, concediendo al mismo tiempo oficio y misa a la Orden franciscana.

Los años han volado, pero la fama del taumaturgo poblano sigue aumentando y su culto propagándose por toda la República mejicana y fuera de ella. Los conductores de toda clase de vehículos consideran al Beato Sebastián como a celestial patrón. Esperamos que no esté lejano el día en que la inmortal Roma inscriba en el catálogo de los santos al «fraile carretero», que trabajó como pocos en Méjico, y dio pruebas de acrisoladas virtudes y lustre a la Orden de San Francisco de Asís.

Juan Escobar, OFM, Beato Sebastián de Aparicio, en Año Cristiano, Tomo I, Madrid, Ed. Católica (BAC 182), 1959, pp. 433-438

La Santa Sede y la crisis económica

La Santa Sede denuncia las causas y a los responsables de la crisis económica

Agentes financieros obsesionados por la ganancia fácil en detrimento del bien común

GINEBRA, martes, 24 febrero 2009 (ZENIT.org).- La Santa Sede considera que la crisis económica se debe a la obsesión por la ganancia fácil y señala entre sus responsables a aquellos agentes del sistema financiero que deberían haber controlado el rendimiento de cuentas.

Así lo expuso el observador permanente de la Santa Sede ante la Oficina de las Naciones Unidas de Ginebra, el arzobispo Silvano M. Tomasi, en su intervención ante la décima sesión especial del Consejo de los Derechos del Hombre sobre el impacto de la crisis económica y financiera mundial, publicada este martes por la Oficina de Información del Vaticano.

El representante del Papa constató que «la crisis financiera mundial ha creado una recesión global provocando consecuencias sociales dramáticas, incluyendo la pérdida de millones de puestos de trabajo y el serio riesgo de que no se alcancen los Objetivos de Desarrollo del Milenio para muchos de los países en vías de desarrollo».

De este modo, denunció, «los derechos humanos de innumerables personas quedan comprometidos, incluido el derecho a la alimentación, al agua, a la salud y a un trabajo decente».

Y, lo que puede ser peor, dijo el arzobispo, quien habla con la experiencia de haber sido en el pasado nuncio apostólico en Etiopía y Eritrea, «cuando amplios segmentos de una población nacional ven sus derechos sociales y económicos desvanecidos, la pérdida de esperanza pone en peligro la paz».

Por este motivo, aseguró, «la comunidad internacional tiene la legítima responsabilidad de exigir por qué ha tenido lugar esta situación; de quién es la responsabilidad».

«La crisis fue causada, en parte –indicó–, por el problemático comportamiento de algunos de los agentes del sistema financiero y económico, incluyendo a administradores de bancos y a aquellos que deberían haber sido más diligentes en aplicar los sistemas de control y rendimiento de cuentas».

Ahora bien, reconoció, «las causas de la crisis, sin embargo, son más profundas».

Citando las proféticas palabras de Pío XI, escritas en la encíclica  Quadragesimo Anno, en plena crisis de 1929, el arzobispo que afirmó que «salta a los ojos de todos, en primer lugar, que en nuestros tiempos no sólo se acumulan riquezas, sino que también se acumula una descomunal y tiránica potencia económica en manos de unos pocos, que la mayor parte de las veces no son dueños, sino sólo custodios y administradores de una riqueza en depósito, que ellos manejan a su voluntad y arbitrio».

También observó «cómo la libre competencia se destruyó a sí misma basándose en la ganancia como único criterio».

«La crisis actual tiene dimensiones económicas, jurídicas y culturales –señaló–. La actividad financiera no puede reducirse a sacar ganancias fáciles, debe incluir la promoción del bien común entre quienes ofrecen préstamos, entre quienes reciben los préstamos, y entre quienes trabajan».

Citando fuentes del Banco Mundial el representante vaticano explicó que en 2009, la actual crisis global podría llevar a otros 53 millones de personas a vivir por debajo del umbral de los dos dólares estadounidenses al día.

Esta cifra se añade a la de los 130 millones de personas que han caído en la pobreza a causa del aumento de los precios de alimentos y energía.

«Estas tendencias amenazan seriamente al resultado de la lucha contra la pobreza planteada por los Objetivos de Desarrollo del Milenio para el año 2015», concluyó monseñor Tomasi.

La intervención del representante de la Santa Sede sobre la crisis económica y los derechos humanos puede leerse en la sección de documentos de la página web de ZENIT (www.zenit.org).

La aventura de la propia historia

miércoles, 25 de febrero de 2009
Ramiro Pellitero


Cope.es

Los guionistas y publicistas saben valorar una buena historia. Pero hay mucha gente que no encuentra el sentido de su vida, de su propia historia. Un sentido que depende sobre todo del final. Y es difícil, o imposible, vivir sin sentido, sin saber hacia dónde se va y por tanto qué hacer y cómo.

El resultado de un partido de fútbol es lo que acaba de dar sentido pleno al juego. Ciertamente, también importa cómo se desarrolla, porque la participación tiene su emoción y su belleza; pero de tal modo que sea posible ganar. Cada jugada debería ir dirigida a esa meta.

En la película «Diarios de la calle» (Freedom Writers, R. LaGravenese, 2007) se ve que especialmente los jóvenes aspiran a protagonizar su propia historia y poder contarla a los demás. Al final del camino cada uno debería de poder «contar su historia», la que escribió libremente.

Quien tiene proyectos, esperanzas, metas o ideales, proyectos pequeños o grandes, trabaja y se esfuerza por ellos. Pero ese esfuerzo -señala Benedicto XVI en su encíclica sobre la esperanza- puede desembocar fácilmente en cansancio, por la experiencia de las frustraciones o del fracaso, o en fanatismo. La voluntad necesita la luz de la inteligencia, si ésta sabe adónde dirigirse. A veces lo descubre a la mitad del camino, como ocurrió a la actriz italiana Claudia Koll, que lo hizo implicándose primero en actividades de voluntariado y beneficencia, y luego mediante «un viaje al interior» de sí misma. Y concluye: «Cuando se es auténtico en la búsqueda de sí mismo, necesariamente se busca también a Dios» (Zenit, 19.2.09).

Dios da la luz a quien la busca. Y esa luz es la fe, que es también fuerza e impulso -esperanza- para vivir amando. «Sólo la gran esperanza-certeza de que, a pesar de todas las frustraciones, mi vida personal y la historia en su conjunto están custodiadas por el poder indestructible del Amor y que, gracias al cual, tienen para él sentido e importancia, sólo una esperanza así puede en ese caso dar todavía ánimo para actuar y continuar». Cabría resumir: el que ama con la luz de Dios vence el cansancio y se sitúa en el polo opuesto al fanático.

Ahora bien, esa luz y ese amor son don de Dios; no se consiguen por las meras fuerzas humanas. ¿Cuál es, entonces, el sentido de la obra humana, del trabajo con vistas al Reino de Dios que de alguna manera comienza en este mundo? La respuesta de la encíclica es esta: podemos y debemos actuar dejándonos iluminar con la fe para llenarnos de la verdad del amor, que da sentido a lo más grande y a lo más pequeño; y de esa forma, el trabajo mismo puede acrecentar la esperanza que lleva a vivir con plenitud. Brevemente: «Podemos abrirnos nosotros mismos y abrir el mundo para que entre Dios: la verdad, el amor y el bien». Y añade, con referencia a San Pablo: «Esto es lo que han hecho los santos que, como ‘colaboradores de Dios’, han contribuido a la salvación del mundo». En efecto, los santos lo fueron también por su acción y su trabajo, como fruto de su unión con Cristo en la oración y en la Eucaristía. Y solían examinarse con frecuencia, para comprobar si el amor era el verdadero motor de su obrar.

Ramiro Pellitero, Profesor de Teología pastoral, Universidad de Navarra

Williamson abandona Argentina

El obispo lefebvrista Williamson abandona Argentina

ROMA, 24 Feb. 09 / 02:53 pm (ACI/Europa Press)

El obispo lefebvrista Richard Williamson abandonó hoy Argentina, después de que el Gobierno de este país le conminara la semana pasada a salir en un plazo perentorio de diez días y bajo amenaza de expulsión.

La noticia fue confirmada por un portavoz del Distrito de América del Sur de la Fraternidad San Pío X, a la que pertenece el polémico prelado inglés. Además, algunas cámaras de televisión lograron filmar a Williamson mientras abandonaba el aeropuerto de Buenos Aires.

El polémico prelado, que vestía una gorra de béisbol y llevaba gafas de sol, tomó un avión de la compañía British Airways. Todavía no ha sido confirmado su nuevo destino, aunque los medios argentinos apuntan que presumiblemente se habría trasladado a Europa. El mismo portavoz de la Fraternidad explicó que ésta «no quiere más escándalo mediático, ni que esto cause más daño a la comunidad (religiosa) y a la sociedad toda».

Williamson ha sido objeto de fuertes críticas en todo el mundo a raíz de sus declaraciones a una televisión sueca en las que minimizaba el Holocausto judío, asegurando que las cámaras de gas nunca habían existido y que como máximo habían muerto 300 mil judíos pero no seis millones.

La polémica sobre Williamson irrumpió en la escena mediática internacional en enero, después de que el Papa Benedicto XVI le levantara la excomunión junto a los otros tres obispos que en 1988 habían sido consagrados por el fallecido arzobispo cismático Marcel Lefebvre.

La comunidad judía mundial así como diversos sectores de la Iglesia Católica manifestaron su indignación a causa de las posiciones negacionistas de Williamson a quien, finalmente, el mismo Vaticano pidió que se retractara de sus declaraciones. Sin embargo, el obispo británico contestó que necesitaría tiempo para «estudiar la historia».

La semana pasada, el Gobierno de Argentina le invitó a abandonar el país a causa de irregularidades en su documentación, subrayando que sus recientes declaraciones sobre los judíos «agreden profundamente a la sociedad argentina, al pueblo judío y a la humanidad toda».

Poco antes, la misma Fraternidad San Pío X lo había removido del cargo de director del seminario Nuestra Señora la Corredentora, que esa congregación tiene en la localidad bonaerense de La Reja.