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Valoración sacramental del matrimonio |
Desde siempre se ha hecho una valoración sacramental de la familia.
Todos sabíamos, al menos los que nos habíamos casado por la iglesia, de la existencia del sacramento en nuestra unión matrimonial.
Lo que no estaba tan claro, o no se le daba una profundidad conyugal, el como funcionaba la eficacia del sacramento. Sabíamos que lo teníamos, nadie nos explicaba el como usarlo.
Éramos muchos que tomábamos el sacramento como algo mágico, como una vacuna que nos protegía. Pesaba mucho el creer en Dios y no concebíamos que Dios no estuviera presente en el momento de casarnos.
Era algo que teníamos, que recibíamos, pero nadie nos enseñó a usarlo.
Hasta que un día el P. Pedro Richards, fundador del Movimiento Familiar Cristiano empezó a hablarnos del Cristo Nupcial.
En la vida sacerdotal está el Cristo Sacerdote, en la vida matrimonial está el Cristo Nupcial. Al altar fuimos dos y del altar regresamos tres.
Este tercero, el Cristo insertado en medio de los dos, no es ni más ni menos que el tan conocido sacramento, que desde que el mundo es mundo, los bautizados, varones y mujeres, se han ido dando libremente delante de Dios y de la comunidad.
Al personalizar el sacramento en la figura del Cristo Nupcial fue fácil entender que este Cristo propio estaba para que le rezáramos, para que lo usáramos, pues fue creado para ello: para que los esposos le recen, para que los esposos le pidan la iluminación para seguir creciendo en el amor mutuo.
Y como fue creado para ello, jamás de los jamases, el Cristo Nupcial deja de responder a nuestros pedidos. Es una fija que todo matrimonio tiene.
Hay un texto bíblico que nos relata que los apóstoles están en una barca en medio de la tormenta y Pedro no sabiendo más que hacer para enfrentar la tormenta que amenaza hundir la barca, se da cuenta que allí, en aquella barca, está Jesús durmiendo y decide despertarlo para que le dé una mano del como enfrentar la situación.
Jesús no sólo calmó la tormenta sino que llevó a buen puerto la embarcación.
Así sucede, o puede estar sucediendo en nuestro matrimonio.
¿Cómo está nuestro Cristo Nupcial?
Si no sabemos que lo tenemos, ¿como vamos a usarlo? Y al no usarlo seguro que debe estar dormido. Será cuestión de despertarlo.
Y si lo hago, seguro que llevará a buen puerto vuestro matrimonio.
Fue creado para esto. No lo olvides.
Y antes que empiece a sonar el teléfono pidiendo estampitas del Cristo Nupcial, digamos que no existen en ninguna santería. No las busquen en ningún lugar que vendan estampitas. No las hay, no existen.
Bueno…….no hay estampitas, pero si existe el rostro del Cristo Nupcial.
Debéis buscarlo en vuestro álbum de fotos del día de vuestro casamiento. El Cristo Nupcial tiene el rostro del esposo y de la esposa.
Miren si es propio que hasta tiene vuestra cara ¡cómo para no rezarle!.
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