Una mujer valiente

Simone Veil, una mujer valiente

sábado, 21 de junio de 2008
Gaceta de los Negocios


Simone Veil recibió este martes el Premio Europeo Carlos V. En 1981 le fue concedido el Premio Internacional Carlomagno, y en 2005 el Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional. La comunidad internacional ha reconocido a lo largo de su vida sus méritos.

Nacida en 1927, sobrevivió al Holocausto, que acabó con la vida de sus padres. Fue la primera presidenta del Parlamento Europeo, y antes, una prominente ministra de Sanidad en los gobiernos de Chirac y Barre.

Desde su cargo al frente de este ministerio llevó a fin varias polémicas leyes: en 1974, reguló el uAlmudi.org - Simone Veilso de anticonceptivos, y en 1975 legalizó el aborto en Francia. Su postura se apoyaba en el argumento de que demasiadas mujeres morían víctimas de la mala praxis efectuadas en las intervenciones médicas clandestinas.

Hoy por hoy, Simone Veil ha madurado sus ideas. En su discurso de aceptación del Premio Europeo Carlos V, ha admitido que la regulación del aborto facilita e incluso promueve la práctica de la interrupción voluntaria del embarazo. Ya en 2007, según recogía la agencia de noticias Zenit, a raíz de la emisión de un documental en la televisión francesa en el que se mostraba cómo mujeres de toda Europa acudían a España a abortar, ya que aquí estaba permitido hacerlo hasta el octavo mes de embarazo, Simone Veil afirmó que la ciencia, cada vez más avanzada, estaba demostrando que el feto es un ser vivo desde el momento de su concepción: «cada vez es más evidente científicamente que desde la concepción se trata de un ser vivo».

Potencian aborto como «sistema de control de la natalidad»

Organismos internacionales potencian aborto como «sistema de control de la natalidad»

MADRID, 20 Jun. 08 / 11:19 pm (ACI/Europa Press).- La maternidad se ha convertido en «un recurso caro y limitado para unos pocos» gracias a las políticas familiares de los gobiernos occidentales, orientadas en su mayoría a potenciar el aborto como «un sistema de control de la natalidad«, según afirmó el presidente de la Fundación Madrina, Conrado Giménez, en la sede de la Real Academia de Medicina de Cataluña, en Barcelona.

El presidente de la fundación advirtió además que la «importación de la maternidad» de manera «estratégica, pero improvisada y apresurada» realizada por la Unión Europea a través de la inmigración, genera importantes bolsas de pobreza y marginalidad, con el consiguiente riesgo económico y político para los países que la realizan. De hecho, la maternidad inmigrante y las adopciones internacionales (que suponen un 16% del total de nacimientos en España, según Giménez) le suponen cada año al Estado español una factura equivalente al 10 por ciento del Producto Interior Bruto.

En este sentido, según un estudio de la Fundación Madrina, de aquí al año 2010 se pasará en España de un aborto cada siete minutos a un aborto cada tres minutos, produciéndose cada hora más de diez abortos frente a solo un bebé extranjero que será dado en adopción internacional, lo que supondrá un gasto de 14.000 euros a la hora en adopciones y 9.000 euros por hora en abortos. El aborto «nunca puede ser utilizado como sistema de planificación familiar, ni como primera y única alternativa en el sistema sanitario y social, como se realiza en la actualidad», concluye el informe.

«Restos fetales para experimentos dermatológicos»
Por otra parte, Giménez destacó este miércoles la «importancia de reconocer los restos fetales como restos humanos, ante una legislación que los considera restos no humanos y por tanto permite que puedan ser comprados y vendidos a laboratorios dermatológicos». «Esos restos no son una mercancía», afirmó; «a todo se le ha puesto un precio, pagando un elevado coste e impuesto de corrupción, que sale de las economías domésticas y que muchas familias no pueden pagar», sentenció.

Giménez pidió a la clase médica y social, «más delicadeza» para tratar los casos de fetos con malformaciones, dado el «grave riesgo psicológico» para la madre y el entorno familiar que conlleva el aborto, con una incidencia de suicidios siete veces superior a la media, y pidió seguir el «código deontológico» y la legislación internacional, que amparan y protegen la vida de todo ser humano. La legislación actual, que está regulando improcedentemente «hechos naturales» pone entre la espada y la pared al médico haciéndole renunciar a su ‘código deontológico’ por el que está obligado a luchar por la dignidad, la salud y la vida humana e investigar para vencer la enfermedad, denunció.

Fundación Madrina pide que haya una campaña de sensibilización para que al menos un porcentaje de abortos vaya hacia adopciones nacionales. La entidad entiende que con un diez por ciento se resolvería la demanda interna de adopción internacional en España, potenciando la misma con una mejora en la Ley del menor. Estas medidas deberían acompañarse con más información y protección para las mujeres y madres, garantizándoseles el «derecho a no abortar», a través de un derecho al trabajo, vivienda, alimentación y educación para ellas y el menor, todo ello estipulado en la legislación internacional.

Fundación Madrina (www.madrina.org ) es una entidad social apolítica y aconfesional, de carácter ‘benéfico asistencial’, sin ánimo de lucro; dedicada a la asistencia integral de jóvenes y adolescentes embarazadas, sin recursos y en riesgo de exclusión social, violencia o abuso. Trabaja en pro del restablecimiento y la potenciación de la dignidad humana mujer en general y de la madre en particular, especialmente en su feminidad y libertad, defendiendo una nueva «cultura de maternidad», basada en la defensa de los valores femeninos, de la paz y de la vida.