Destrozan la imagen de San Antonio de Padua

Es el último de una larga lista de ataques en las dos últimas semanas

Destrozan la imagen de San Antonio de Padua en la parroquia madrileña de San Miguel

Esto más que un simple acto de vandalismo parece un atentado en toda regla contra la libertad religiosa», considera el párroco de la iglesia de San Miguel, Javier Carlos Gómez. Él encabezará mañana por la tarde una concentración frente al templo en la que los feligreses protestarán por el destrozo de la hornacina del lateral de la calle Concepción y de la imagen de San Antonio de Padua a manos de un grupo de entre cinco y seis jóvenes en la madrugada del pasado viernes al sábado.

(Agencias/ReL) «Esto más que un simple acto de vandalismo parece un atentado en toda regla contra la libertad religiosa», considera el párroco de la iglesia de San Miguel, Javier Carlos Gómez. Él encabezará mañana por la tarde una concentración frente al templo en la que los feligreses protestarán por el destrozo de la hornacina del lateral de la calle Concepción y de la imagen de San Antonio de Padua a manos de un grupo de entre cinco y seis jóvenes en la madrugada del pasado viernes al sábado.

El ataque a una imagen «muy querida y venerada por los vecinos», según explica el párroco y reconocen varios feligreses, fue el último de una larga lista de agravios que comenzó hace quince días en la víspera del Corpus Christi. Por aquel entonces comenzaron a encontrarse con el cristal que cubre la imagen en plena vía pública lleno de «escupitajos» y de pintadas ‘satánicas’ con crucifijos invertidos y otros símbolos similares. «Aquello se limpió y en la madrugada del 24 al 25 de mayo reventaron a pedradas el cristal de seguridad de la hornacina», recuerda el sacerdote.

La imagen de escayola de San Antonio de Padua, colocada en la época de la posguerra, no surgió daños entonces y el cristal fue colocado al poco tiempo. Todo parecía haber vuelto a la normalidad hasta que el viernes a las 23.42 horas un grupo de jóvenes acudió a rematar la afrenta ‘armados’ de adoquines que no dudaron en lanzar contra el cristal de seguridad hasta hacerlo añicos. Un vecino fue testigo de los hechos y avisó de inmediato a la Sala del 092 relatando cómo los vándalos acababan de sacar la imagen para lanzarla al suelo y, no conformes con eso, pisotearla hasta reducirla literalmente a escombros, según confirmaron fuentes policiales.

La salvajada no tuvo castigo a pesar de que llegaron a reunirse en torno a la iglesia hasta tres patrullas de las policías Local y Nacional. Sus agentes localizaron a un grupo de jóvenes en las inmediaciones sin que el testigo pudiera identificarlos como los autores.

El párroco se encontró a primera hora de la mañana del sábado con la hornacina destrozado y sin la imagen en su interior. «Fue una sorpresa muy desagradable porque es un signo de la religiosidad popular querido por todos», recuerda Javier Carlos, quien recibió poco después la visita de unos policías que le entregaron los restos de la escultura en una bolsa.

El párroco acudió de inmediato a interponer la correspondiente denuncia y ha encargado ya a un taller madrileño una nueva figura y el correspondiente cristal para que la hornacina vuelva a lucir como durante los últimos «sesenta o setenta años». Eso además de acudir a la Subdelegación del Gobierno para reclamar más vigilancia y velar así por «el derecho constitucional a la libertad religiosa vulnerado esa noche».

En la hornacina destrozada luce ahora un ramo de flores junto a un gran cartel verde en el que se anuncia la convocatoria de la concentración a partir de las 20.30 horas de mañana al término de la misa de las 19.30 que conmemora precisamente el día de San Antonio de Padua. El párroco pide ahora la colaboración ciudadana para identificar al grupo de autores.

Publicado el 13 Junio 2008 – 1:02am

Salvan a niña australiana de discapacidad

Operación en útero materno salva a niña australiana de discapacidad

Kylie Bowlen, su esposo y la pequeña Leah

MELBOURNE, 12 Jun. 08 / 01:39 am (ACI).- Kylie Bowlen es una australiana cuya bebé pudo haber perdido las piernas si no era sometida a una riesgosa operación dentro de su útero. Podía hacerlo o dejar que avanzara la gangrena y que naciera sin posibilidades de caminar. La joven decidió realizar la cirugía, y por decisión de los médicos ésta se practicó en la semana 22 del embarazo. Leah ya tiene 4 meses de nacida y sus padres afirman que tomaron la decisión correcta.

Según el diario australiano The Age, los médicos del Monash Medical Centre donde se hizo la operación, se percataron después de una prueba de ultrasonido, que Kylie padecía del Síndrome de Bandas Amnióticas, una dolencia que hace que todo el líquido amniótico se vaya perdiendo a gotas. Dos bandas de tejido envolvían las piernas de Leah lo que impedía la normal circulación de la sangre y le estaban generando la gangrena.

«Supimos luego que el resto de Leah estaba bien y fuerte. Todo estaba perfecto, eran solo las piernas», dijo el esposo de Kylie.

Por su parte, Chris Kimber, Jefe de Pediatría en el Monash Medical Centre, señaló que «la pierna derecha estaba tan muerta como uno se puede imaginar, estaba atacando una pequeña arteria». Los encargados de realizar la microcirugía en este hospital fueron Chris Coombs y el profesor asociado Donnan del Royal Children’s Hospital; quienes extrajeron los músculos, tejido y un poco de hueso de Leah para que la sangre pudiera fluir.

Leah Bowlen nació a las 30 semanas de embarazo, 8 semanas después de haber sido operada dentro del vientre de su madre, pesando 1,6 kilos; pero el dolor de los Bowlen no terminaría ahí: Tres semanas después de nacer, Leah se enfermó de meningitis.

Los médicos creen que después de algunas terapias, Leah podrá caminar normalmente en dos pies; pero por ahora necesita monitoreo y un seguimiento post operatorio intensivo.

Kylie Bowlen indicó también al diario The Age que «el solo escuchar al doctor decir que ella tendrá movimiento completo en las piernas y básicamente podrá caminar normalmente, me permite confirmar que tomé la decisión acertada, y no interesa lo que digan los demás».

Mártires valencianos dan nuevo paso a los altares

Mártires valencianos dan nuevo paso a los altares, lista incluye a gestante y monaguillo

VALENCIA, 13 Jun. 08 / 12:36 am (ACI).- La agencia AVAN informó que la Santa Sede ha concedido la «prórroga de competencia» y el «nihil obstat», para el proceso de beatificación de 250 mártires valencianos que perdieron la vida por su fe durante la persecución religiosa, entre 1934 y 1939, en diferentes localidades de la Arquidiócesis de Valencia. La numerosa lista incluye a una madre embarazada de nueve meses y un monaguillo de 15 años de edad.

Ramón Fita, delegado de la comisión diocesana para la Causa de los Santos del Arzobispado de Valencia, informó a AVAN que «se trata del grupo más numeroso de mártires valencianos al que se le abre el proceso de canonización, y del segundo en orden cronológico, después del integrado por 226 cristianos valencianos que fueron ya beatificadas por el Papa Juan Pablo el 11 de marzo de 2001, en la plaza de San Pedro, en el Vaticano».

La nueva causa, que abierta en junio 2004 por el Arzobispo de Valencia, Cardenal Agustín García-Gasco, se incluyen 183 sacerdotes, 6 religiosos, 4 religiosas y 57 laicos.

El decreto de aprobación del nuevo proceso de beatificación de los 250 mártires valencianos ha sido firmado por el Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, Cardenal José Saraiva Martins, y por el Secretario de la Congregación, Mons. Michael Di Ruberto.

Según Fita, con este decreto la Santa Sede da «luz verde» después de un año de estudios, a los 250 procesos de beatificación.

Los mártires

La causa es encabezada por quien fuera vicario general de la arquidiócesis y deán de la Catedral de Valencia, Miguel Payá Alonso de Medina, al que se suman 249 compañeros mártires.

El monaguillo valenciano Antonio Ferrer Rodrigo es el mártir más joven de este nuevo grupo. Antonio fue torturado y fusilado por recriminar la actitud de unos milicianos que estaban saqueando la iglesia de su pueblo, en la que ayudaba al párroco.

El joven había logrado esconder en su casa algunos objetos de culto para salvarlos de la profanación, entre otros, un cáliz y una cruz procesional, pero al ver cómo los asaltantes encendían una hoguera y arrojaban a ella una imagen del Sagrado Corazón, «no pudo contenerse y comenzó a recriminar a los milicianos», declaró Fita. Horas después fue detenido, junto con su padre, que no quiso abandonarlo, y ambos fueron fusilados el 2 de diciembre de 1936.

Otro de los mártires es el joven soltero Alberto Meléndez Boscá, martirizado a los 26 años de edad. Engañó a sus captores atribuyéndose la identidad de su hermano, que era a quien buscaban, para evitar que éste fuera fusilado porque estaba casado y tenía dos hijos.

Una de las historias más dramáticas de este grupo de mártires es la de Hortensia Serra Poveda, asesinada a los 29 años de edad, cuando estaba embarazada de nueve meses del que iba a ser su primer hijo y pidió que la mataran después de dar a luz para poder bautizarlo, solicitud que le fue denegada.

De los 179 sacerdotes incluidos en la causa, 12 eran mayores de 70 años cuando fueron asesinados, mientras que el más joven, José Vicente Chulilla, tenía sólo 25. Todos fueron martirizados en 1936 a excepción de Juan Puertes Ramón, que fue asesinado en 1934, cuando era vicario general de la diócesis de Oviedo en octubre de 1934.

Entre los 57 laicos mártires, la de mayor edad era una anciana de 80, Julia Mateu Ferrer. Entre el grupo de laicos mártires hay también ocho amas de casa valencianas.