Manuel Aparici Navarro en fase de canonización

MANUEL APARICI NAVARRO

Su Causa de Canonización, con presunto milagro, se encuentra en fase romana

«Capitán de Peregrinos», Presidente Nacional de los Jóvenes de Acción Católica de España y, una vez ordenado sacerdote, Consiliario Nacional de los mismos. Es una de las figuras más importantes de la Iglesia española en el siglo XX, humilde converso, apóstol infatigable y apóstol con vocación de crucificado, que él mismo pidió al Señor y éste le concedió; él, con su tesón, hizo revivir, y de qué modo, el Camino de Santiago; él fue el artífice y el alma de la magna peregrinación mundial juvenil a Santiago de Compostela el 28 de agosto de 1948; él fue el creador en 1940 de los Cursillos de Adelantados, Jefes y Guías de Peregrinos para dar base espiritual honda a los jóvenes «adelantados» camino de Santiago, y después antecedente de los Cursillos de Cristiandad, los cuales recogen entre otros muchos elementos el espíritu peregrinante de Manuel Aparici.; él fue ….
Eduardo Bonnín pensó en él como líder a nivel nacional (España) y quizás mundial. Pero no pudo ser porque ya estaba muy enfermo, y, aún así, continuó dando Cursillos hasta que sus fuerzas se lo permitieron, prácticamente hasta su santa muerte. Recorrió toda España dando Cursillos.

Con su palabra y su ejemplo, como apóstol seglar y como sacerdote, nos enseñó a hacer de nuestra vida una peregrinación: «Caminar por Cristo al Padre, a impulsos del Espíritu Santo, con la ayuda de María y llevando consigo a los hermanos».

Veinte años después de haber sido formulada esta definición, el Concilio Vaticano II, en todos sus documentos, proclama el carácter peregrinante de la iglesia y la espiritualidad que de ella se deriva, y así lo proclama la liturgia.

Pero la verdadera vida de Manuel Aparici ha sido su muerte. Una muerte de siete largos años. El incansable viajero, atado a un sillón. El apóstol impaciente, en la impotencia completa de actuar. El orador de Zaragoza y Santiago, capaz apenas de una conversación, con la ayuda muchas veces del oxígeno. El enamorado de su sacerdocio, imposibilitado con frecuencia para decir misa en su pequeño oratorio. Una muerte gustada, cada vez, más profundamente, hora a hora. Con él se fue uno de los hombres que más honda huella han dejado en la Acción Católica y en la Iglesia de España durante esos treinta años (de los 30 a los 60). Nos brindó el ejemplo -casi heroico, casi inimitable- de un apóstol vigoroso.

Vivió ejemplarmente toda su vida y este es hoy su mensaje dice Mons. Maximino Romero de Lema, Arzobispo y entrañable amigo: «Como seglar, un joven que se convierte a Cristo en plena juventud y que valientemente, sin temores humanos, a velas desplegadas, se empeña en vivir el Evangelio, para llevarlo a todos los jóvenes, como luz de Cristo. Como sacerdote un ejemplo de fe, de obediencia, de humildad, de trabajo, de transparencia, de dar su vida al prójimo y de oración que alimentaba su vida interior. Una vida ejemplar y luminosa, digna de imitarse».

Han pasado los años. Y en quienes le conocieron y trataron, o recibieron el influjo de su apostolado, se afianza su fama de santidad.

Muchos son los testimonios de Cardenales, Arzobispos y Obispos de España y de Hispanoamérica, sacerdotes, religiosos que nos hablan de su vida ejemplar. He aquí algunos muy cualificadas sobre su figura:
* «Desde 1948 está vivo en Santiago el recuerdo de Manolo y su obra» (Cardenal arzobispo de Madrid don Antonio María Rouco Varela cuando era arzobispo de Santiago de Compostela).

* « … Es merecedor de los más grandes elogios. Puedo asegurar que su fama de santidad está viva en la archidiócesis y también difundida en otros pueblos y regiones … » (Cardenal don Ángel Suquía Goicoechea cuando era arzobispo de Madrid-Alcalá).

* «Fue un hombre extraordinario. ¡Cuánto bien podría hacer, en la Iglesia de hoy! … Me hablaban todos de la vida interior de Manolo, de la exquisitez de conciencia, de la entrega total. Al hablar así, hablaban de sus virtudes en grado heroico …. Lleva fuego en su interior; cuando hablaba parecía no un sacerdote, sino un carismático, uno que está ungido por el Espíritu Santo … Sería un gran modelo de seglares y sacerdotes» (Cardenal don Vicente Enrique y Tarancón).

* «Su canonización supondría un fuerte aldabonazo para el despertar de la conciencia del sacerdote y del laico en la Iglesia» (Monseñor. Manuel Ureña Pastor cuando era Obispo de Alcalá de Henares). Sería el primer sacerdote canonizado de la diócesis de Madrid.
* «¡Qué hombre bueno, que sacerdote cabal! Nos agarrábamos a su mano porque él nos entraba de verdad en la nube donde el Señor habita: Manolo percibía el misterio de la existencia sacerdotal, paladeaba los jugos de la fe. Era un sacerdote verdadero» (José María Javierre).
* Mons. Ricardo Blanco, a la sazón Obispo Auxiliar de Madrid-Alcalá, al glosar su personalidad y su obra, la evocó en tres facetas: «humilde converso», «apóstol infatigable» y «gran víctima». Pero tan certeramente como él lo hizo el Cardenal D. Ángel Herrera Oria al calificarlo de «Coloso de Cristo, de su Iglesia y del Papa». Y con estas palabras del Cardenal podríamos resumir la figura de este gran apóstol de nuestro tiempo.

¿Pero cuánto de grande nos podríamos preguntar? En la página 83 de «Camino», Edición crítico-histórica preparada por el Dr. D. Pedro Rodríguez, Instituto Histórico Josemaría Escrivá, 2ª edición, corregida, Ediciones Rialp, S/A., se lee que «en los días finales de la redacción decidió el Autor dedicar el nuevo libro -todavía con el título antiguo: Consideraciones Espirituales- a Manolo Aparici, Presidente de la Juventud de Acción Católica: que tanto sabe de juventud vibrante y de apostolado» … «Cuando fue retirada la segunda hoja núm. 1 -al decidir el Autor el nombre de Camino y que el libro no llevara dedicatoria-, para sustituirla, no se hizo una tercera versión con el nuevo título […]».

Su voz, su biografía y otras varias publicaciones están en la página web: www.peregrinosdelaiglesia.org de Peregrinos de la Iglesia.

Video de Intereconomía sobre el Aborto en España

Impresionante documento, recogido en Hazteoir, sobre como se practica el aborto en España, totalmente al margen de la ley; aunque la «ley» es una criminalidad que permite matar a niños no nacidos en el seno de su madre. Merece la pena darlo a conocer.

La Silla

La hija de un hombre le pidió al sacerdote que fuera a su casa a hacer una oración para su padre, que estaba muy enfermo.

Cuando el sacerdote llegó a la habitación del enfermo, encontró a este hombre en su cama con la cabeza calzada por un par de almohadas.

Había una silla al lado de su cama, por lo que el sacerdote pensó que el hombre sabía que vendría a verlo.

– ¿Supongo que me estaba esperando?, le dijo.

– No, ¿quién es usted?, le dijo el hombre.

-Soy el sacerdote que su hija llamó para que orase con usted; cuando vi la silla vacía al lado de su cama supuse que usted sabía que yo vendría a visitarlo.

-Oh, sí, la silla, dijo el hombre enfermo, ¿le importa cerrar la puerta?

El sacerdote sorprendido la cerró.

– Nunca le he dicho esto a nadie, pero toda mi vida la he pasado sin saber cómo orar. Cuando he estado en la Iglesia he escuchado siempre, al respecto de la oración, que se debe orar y los beneficios que trae…, pero siempre esto de las oraciones me entró por un oído y me salió por el otro, pues no tengo idea de cómo hacerlo.
Entonces hace mucho tiempo abandoné por completo la oración. Esto ha sido así en mí, hasta hace unos cuatro años, cuando conversando con mi mejor amigo me dijo:

-«José, esto de la oración es simplemente tener una conversación con Jesús. Así es como te sugiero que lo hagas: te sientas en una silla y colocas otra silla vacía enfrente tuyo; luego con fe mirar a Jesús sentado delante de tí. No es algo alocado, pues EL nos dijo: Yo estaré siempre con ustedes.
Por lo tanto, le hablas y lo escuchas, de la misma manera como lo estás haciendo conmigo ahora. Es así que lo hice una vez y me gustó tanto que lo he seguido haciendo unas dos horas diarias desde entonces».

– Siempre tengo mucho cuidado que no me vaya a ver mi hija… pues me internaría de inmediato en el manicomio.

El sacerdote sintió una gran emoción al escuchar esto y le dijo a José que era muy bueno lo que estaba haciendo, y que no cesara de hacerlo. Luego hizo una oración con el, le extendió una bendición y se fue a su parroquia.

Dos días después, la hija de José llamó al sacerdote para decirle que su padre había fallecido. El sacerdote le preguntó:

– ¿Falleció en paz?

– SÍ, cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde me llamó y fui a verlo en su cama. Me dijo lo mucho que me quería y me dio un beso. Cuando regresé de hacer compras, una hora más tarde, ya lo encontré muerto.

– Pero hay algo extraño al respecto de su muerte, pues aparentemente antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado de su cama y recostó su cabeza en ella, pues así lo encontré.

– ¿Qué cree usted que pueda significar esto?

El sacerdote se secó las lagrimas de emoción y le respondió:

– «Ojalá que todos nos pudiésemos ir de esa manera».

Defensa de la familia en España

Un millón de personas en favor de la defensa de la familia en España

(Agencias/PD).- Las alusiones -críticas porque no podía ser de otra manera- al divorcio exprés, al aborto y a la asignatura de Educación para la Ciudadanía, así como la defensa cerrada de la familia, han protagonizado hoy el acto «Por la familia cristiana» celebrado en la madrileña plaza de Colón.

A este acto, organizado por el Arzobispado de Madrid e impulsado por distintos movimientos cristianos, han asistido más de dos millones de personas, según la propia organización.

Ni el Ayuntamiento de Madrid ni la Delegación del Gobierno en Madrid han ofrecido cifras sobre el número de asistentes, en su mayoría familias acompañadas por sus hijos pequeños y jóvenes, pero lo cierto es que el centro de Madrid ha estado inundado por una inmensa multitud.

Unos cuarenta obispos, encabezados por el presidente de la Conferencia Episcopal y obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, han asistido a este acto en el que también ha intervenido desde Roma el papa Benedicto XVI, mediante videoconferencia.

Cuando se cumple un año del atentado de Barajas, también se tuvo un recuerdo especial para los dos ciudadanos ecuatorianos fallecidos, Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio.

El arzobispo de Valencia, cardenal Agustín García-Gasco, ha sido quien ha lanzado las críticas más duras, ya que ha alertado de que los ataques a la familia cristiana no respetan la Constitución y conducen «a la disolución de la democracia».

«La cultura del laicismo radical es un fraude y un engaño, no construye nada, sólo desesperanza por el camino del aborto y del divorcio exprés», ha añadido.

 

Rouco-Cañizares-Gasco

En la misma línea el arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, ha dicho que las familias están siendo sacudidas en sus cimientos por «graves amenazas» mediante legislaciones «injustas e inicuas».

Por su lado, el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, ha negado que la familia tradicional sea una institución «antigua o trasnochada», y ha defendido su vigencia «ayer, hoy y mañana».

En un escueto mensaje a los reunidos en la madrileña Plaza de Colón, y tras el rezo del ángelus en la Plaza de San Pedro de Roma, Benedicto XVI ha subrayado que «vale la pena trabajar por la familia y el matrimonio», que ha definido como «la unión indisoluble entre un hombre y una mujer».

Esta última ha sido una de las frases que más se ha escuchado entre los intervinientes del encuentro «Por la Familia Cristiana», que ha durado cuatro horas.

En el acto litúrgico, el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha criticado que se relativice la idea de la familia y el matrimonio «entre varón y mujer».

Ha lamentado, además, que el ordenamiento jurídico español esté dando marcha atrás respecto a lo que la Declaración de los Derechos Humanos «reconocía y establecía: la familia es el núcleo natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a ser protegida por la sociedad y el Estado».

Durante el encuentro también han tomado la palabra líderes de diferentes movimientos cristianos, como Comunión y Liberación, la Comunidad de San Egidio, El Movimiento de los Focolares y Camino Neocatecumenal -cuyos seguidores han sido de los más numerosos en Colón- y el Foro de la Familia.

El presidente de esta última organización, Benigno Blanco, ha pedido a los padres que asuman la responsabilidad de educar a sus hijos y no dejen su «cabeza y corazón» en manos de otros y «menos en las del Estado», en alusión directa a la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía.

En su turno de intervención, el fundador del movimiento Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello, ha denunciado que en toda Europa los Gobiernos «ateos y laicos» pretenden destruir a la familia y quieran hacer creer que esta institución «no va a ninguna parte».

Antes del comienzo del acto litúrgico, una veintena de jóvenes han portado la imagen de la Virgen de la Almudena -una réplica de la auténtica- desde la cascada de la Plaza de Colón hasta el estrado donde se encontraban los obispos y otros invitados A un lado de este escenario había una Cruz con el Cristo del Camino de quince metros de altura y en el centro una pantalla gigante para que los asistentes pudieran seguir el acontecimiento.

Sobre las nueve pantallas colocadas en Colón y en calles aledañas se han proyectado dos vídeos de Juan Pablo II, uno de ellos la Misa de las Familias que celebró en la Plaza de Lima de Madrid en 1982, y un fragmento de un envío de misioneros en Italia.

Apoyaron en Colón a la Familia Cristiana

Más de dos millones de personas apoyaron hoy en Colón a la familia cristiana

El Papa saludó con cariño a las familias allí representadas y resaltó la importancia de «trabajar por el ser humano».

Al encuentro han acudido más de 1.200 autobuses de toda España.

PABLO M. IVARS GACETA.ES /AGENCIAS

Madrid. Más de dos millones de personas se congregaron en la Plaza de Colón para celebrar la gran fiesta por la Familia Cristiana. 1.200 autobuses que abarrotaban el Paseo de las Delicias y el perímetro del parque del Retiro se desplazaron desde todas las Comunidades Autónomas del país para vivir en directo el acto. Niños, personas mayores, hombres y mujeres mostraron su alegría en la solemnidad de la festividad de la Sagrada Familia.

Su Santidad Benedicto XVI

Su Santidad Benedicto XVI se dirigió ante los millones de asistentes allí congregados través de una videoconferencia. Saludó con cariño a las familias representadas y resaltó la importancia de «trabajar por el ser humano».

Para la ocasión, se había instalado un escenario de 42 metros de largo por 13 de ancho y 4,2 metros de altura bajo la estatua de Colón (en el centro de la plaza, frente a la calle Génova). Sobre él, un gran Crucifijo, de quince metros de altura, situado justo en el centro del estrado y una pantalla de 24 metros cuadrados.

El acto arrancó a las once de la mañana, aunque desde antes de las nueve ya se agolpaban numerosos fieles en Colón y las calles adyacentes. El metro de Madrid no prestaba servicio en la estación de la plaza, por lo que el grueso de los asistentes utilizó las estaciones de Serrano y Alonso Martínez, donde se localizaron las primeras aglomeraciones.

Apoyo a la familia crsitiana

El cardenal Agustín García-Gasco ha destacado, en declaraciones exclusivas a gaceta.es, la importancia para todos de «este encuentro como un apoyo a la familia, máxima representación de unión y amor». Ha querido resaltar que «la familia representa el futuro de la sociedad». Además, hizo subrayó que «la cultura del laicismo radical» conduce a «la disolución de la democracia» y sigue un camino que «no respeta la Constitución del 78». Dicho laicismo es, en su opinión, «un fraude y un engaño» que «sólo conduce a la desesperación por el camino del aborto, el divorcio express y las ideologías que pretenden manipular la educación de los jóvenes».

Por su parte, el cardenal arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, denunció que la familia, pese a ser «la institución social más valorada, está siendo sacudida en sus cimientos (…) incluso con legislaciones injustas e inicuas» y «sufre ataques de gran calado», por lo que «hoy se puede considerar la salvaguarda del matrimonio como el primer problema social».

Tras las intervenciones de los obispos, dio comienzo la celebración de la Palabra, que corrió a cargo del arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y contó con las intervenciones de los representantes de la Comunidad de San Egidio; Comunión y Liberación; Comunidades Neocatecumenales; Focolares; Renovación Carismática y Acción Católica.

Rouco Varela lamentó en su homilía «el ordenamiento jurídico ha dado marcha atrás respecto a lo que la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas reconocía y establecía: (…) que la familia es el núcleo natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a ser protegida por la sociedad y el Estado».

Obispo Rouco Varela

Según afirmó, esta realidad, «opuesta al valor del amor indisoluble y al respeto incondicional a la vida de la persona desde el momento de su concepción hasta la muerte natural» está «posibilitada y favorecida jurídicamente por las leyes vigentes» aunque «ni las personas particulares (…) ni la autoridad del Estado pueden manipular a su gusto los orígenes, la naturaleza y las propiedades esenciales» de la familia o el matrimonio

Por su parte, el testimonio personal más sorprendente corresponde al de varias familias que han venido desde Berlín exclusivamente para este encuentro. Las ocho familias han llegado hoy en avión y se marcharán a su tierra esta misma tarde. Gaceta.es habló con Luciano, de 35 años y siete hijos, quien lamentó que «la Iglesia en Alemania está desapareciendo como hace años». Tanto es así que «muchas de ellas se venden y se reconvierten en restaurantes».

El encuentro lo ha animado el grupo andaluz «Siempre así», que con varias canciones consiguieron que hasta los voluntarios de la organización bailarán al son de sus sevillanas.

El calor y el color de la familia

Artículo del Director de Contenidos de Análisis Digital, José Francisco Serrano Oceja

Estuve en Colón. Con el calor y el color propio de las celebraciones familiares, la plaza de Colón ya no será sólo el centro arterial de la capital de España, será el lugar de la fiesta de la familia. Los más de millón y medio de personas que hemos vivido esa explosión espontánea de afirmación de la naturaleza del hombre y de la mujer, del matrimonio y de la familia cristianas, nos llevemos las imágenes de la plaza de Colón en nuestro corazón y en nuestra mente. Una plaza pública -Aristóteles diría que la naturaleza del hombres es más conyugal que civil-, metáfora de la sociedad, en la que hemos apostado por la familia como futuro de la sociedad. En un acto cargado de palabras, de expresiones de alegría, de miradas cómplices, de vida, al fin y al cabo, se ha ido desgranando la experiencia cristiana del matrimonio y la familia, contra la que no han podido ni los poderes de la historia, ni las ideologías. Lo que defendíamos en Colón no eran nuestros intereses, ni los de la iglesia, eran los del hombre, garantía de un futuro en paz. La vida siempre sorprende, y la vida de la Iglesia en España, más.

En Colón nos hemos encontrado con una lección aplastante de realismo cristiano. Hay quienes podrán decir que somos, los que allí estábamos, de derechas o de izquierdas, conservadores o progresistas, ricos o pobres, listos o tontos. Hay quienes podrán decir que pertenecemos al vestigio de la historia, al pasado. No hay nada más moderno, no hay nada más presente, realidad que se conjuga siempre en el tiempo presente de la vida, que la familia. La familia cristiana sí que importa, más allá de las interpretaciones. Chesterton nos enseñó que quienes hablan contra la familia no saben lo que hacen, porque no saben lo que deshacen. Colón es el argumento más evidente de que la polisemia sobre la familia ha perdido la batalla. El peligro, presente en nuestra sociedad, de que las convenciones sociológicas disuelvan la realidad del matrimonio y de la familia ha chocado contra el muro de la experiencia. Es curioso, me decía un padre de familia, que acaba de atravesar serias dificultades en su matrimonio, que los problemas en las familias no se eliminan cuando se eliminan las familias, sino cuando se enfrentan cara a cara, con la mirada límpida de quienes saben que sus fuerzas no son suficientes. Y ahí entra la gracia.

El Evangelio de las familias, del que nos habla la Iglesia, las palabras sobre lo que es y lo que son las familias, han encontrado el calor y el color del hogar en la madrileña Plaza de Colón. Ojalá pudieran ser aceptadas también en el calor y el color del hogar de las legislaciones, en los programas de los partidos políticos, en las ayudas públicas. Colón ha sido un milagro que no olvidaremos. Todo lo noble y auténtico en el hombre habla el lenguaje de lo permanente. Quienes estuvimos en Colón damos fe de ello. La Familia nos importa. Es lo que más nos importa.

«FIESTA DE LA FAMILIA» EN MADRID

MAGNA CELEBRACION DE LA «FIESTA DE LA FAMILIA» EN MADRID

Más de dos millones de personas demuestran con su testimonio la vitalidad de la familia cristiana

Redacción – 31/12/2007

Bajo un cielo soleado y casi primaveral, más de dos millones de personas, entre las que destacaban millares de niños de todas las edades, acompañados de sus padres y abuelos, se congregaron ayer, en la Plaza de Colón de Madrid y sus alrededores en un ambiente de contagiosa alegría, en la primera celebración de la Fiesta de la Familia, organizada en nuestro país a similitud de los «Family Day» de otros países que han empezado a tomarse en serio la defensa de la familia cristiana frente a la ofensiva disgregadora de la ideología relativista propiciada por los poderes públicos.

De este modo, la iniciativa tomada hace tan solo unas semanas por los prelados de la provincia eclesiástica de Madrid, con el cardenal Rouco Varela a la cabeza y a la que pronto se sumó toda la Iglesia española así como la práctica totalidad de los movimientos eclesiales y seglares que asumen en sus principios la defensa de la vida y de la familia, cubrió todos los objetivos que se propusieron los organizadores en una arriesgada apuesta que ha puesto a prueba la capacidad de entrega de millares de jóvenes voluntarios. El sencillo escenario montado en tan solo unas horas y hacia el cual convergieron todas las miradas, consistió un amplio estrado destinado a las intervenciones, presidido por una gran cruz blanca bajo la cual se había colocado un gran crucifijo así como dos iconos pintados por Kilo Arguello, especialmente traídos desde la catedral de La Almudena. En medio, la gran pantalla de televisión que difundía los mensajes con una excelente megafonía. Y, como curiosa alegoría de fondo, allí estaban la estatua de Cristóbal Colon con su permanente mirada hacia la calle Génova, la bandera española y el árbol de Navidad…

Cardenales, obispos, movimientos eclesiales y laicos…

Tal y como se esperaba, la mayoría de los obispos de las diócesis españolas, los cardenales, a excepción de dos ausencias justificadas, los dirigentes de los movimientos y otras organizaciones laicas como el Foro de la Familia, se unieron con su presencia y palabra al testimonio vivo de los cientos de miles de familias procedentes de toda España que acudieron a la convocatoria conscientes de lo que allí estaba en juego: la confirmación de que la familia cristiana sigue viva en la sociedad española y que, por tanto, exige que se la proteja y dignifique.

Desde mucho antes de la hora fijada para la convocatoria, las once de la mañana, la gente empezó a afluir hacia la Plaza de Colón desde los cuatro puntos cardinales de la ciudad, muchos de ellos llegados en autobuses y trenes especiales a primera hora de la mañana. Otros había llegado en la tarde del día anterior en una espontánea operación de solidaridad que movilizó a miles de familias madrileñas para acoger en sus hogares a las que llegaban de fuera, mientras diversas instituciones ponían sus instalaciones a disposición de los recién llegados que no tenían ya posibilidad de alojamiento en hoteles o pensiones.

Habla el Papa

De esta manera, en una fecha en que parece que toda la atención social se centra en el consumismo y el ocio, esos dos millones de personas que representaban en realidad a todas las familias españolas que no han perdido su cordura, su responsabilidad y, en suma, sus valores cristianos, optaron por acudir a una celebración litúrgica, es decir, eminentemente eclesial y que ofrecía como aliciente añadido la escucha de un mensaje en directo del Papa que, desde el Vaticano, había seguido por televisión la masiva expresión de alegría de las familias españolas. Breve fue el mensaje de Benedicto XVI pero no defraudó en absoluto la larga espera de la multitud que prorrumpió en un espontáneo aplauso al verlo aparecer en la pantalla gigante montada por los organizadores. Las palabras del Papa se pueden leer íntegras en estas mismas páginas elaboradas por todos los miembros de la Redacción de Análisis Digital», pero habría que destacar su invitación a los españoles a expresar con su testimonio diario la presencia amorosa de Dios en la familia como santuario de la vida y, por tanto, del matrimonio indisoluble entre hombre y mujer. Grandes aplausos acogieron también la alusión de Benedicto XVI al derecho y obligación de las familias a educar a los hijos de acuerdo con sus convicciones, recordando que vale la pena trabajar por la defensa de la vida del ser humano «lo más precioso de la Creación».

La espera de las palabras del Papa, en realidad, no se hizo larga ya que desde las once de la mañana se sucedieron en el estrado montado junto a los Jardines del Descubrimiento y de cara a la calle Génova, las intervenciones de diversos grupos musicales, intercaladas con videos de recuerdo de las visitas que efectuó a spaña Juan Pablo II, los testimonios de familias numerosas y de abuelos, algunos de ellos especialmente emotivos. Destacó entre ellos el del matrimonio Blasco, Manolo y Lucrecia, padres de siete hijos educados en Irlanda del Norte donde uno de ellos murió víctima de un atentado terrorista. Para ellos ha sido justo la familia lo que ha dado sentido a su dolor así como al perdón a los asesinos…

La «familia tradicional»…

Pero sin duda fueron las intervenciones de diversos obispos lo que dio toda su magnitud a esta celebración que los organizadores tuvieron el buen cuidado de desligar de toda connotación política o partidista. El presidente de la Conferencia Episcopal y obispo de Bilbao, al ver a la multitud, afirmó emocionado que «era posible vivir la fidelidad en la familia» y que es posible trasmitir la vida gracias a la esperanza y la fe en Dios. Grandes aplausos acogieron sus alusiones a la «familia tradicional» que se quiere desacreditar frente a la llamada «familia moderna» (el que quiera entender que entienda)… Por su parte, el cardenal de Valencia, Agustín García Gasco, no dejó de apuntar a los poderes públicos que socavan y denigran a la familia en lugar de protegerla, lo que le permitió definir al laicismo como un fraude y un engaño que conduce a la desesperación como se ve con el aborto, la ley del divorcio-express o la educación en ideologías que van en contra de la Constitución… También el cardenal Cañizares intervino para decir que la familia es una escuela de paz, de esperanza y de seguridad por lo que, en la medida que existe la familia, España tiene futuro…

Otras intervenciones fueron las de Francisco Ayuga, de Acción Católica; Manuel Carracedo, de Renovación Carismática; un mensaje leído de Chiara Lubich, del movimiento de Focolares; Benigno Blanco, presidente del Foro de la Familia; Kiko Argüello, fundador de las Comunidades Neocatecumenales y uno de los inspiradores de la celebración; Julián Carrón, de Comunión y Liberación y Andrea Ricardi, de Comunidad de San Egidio, llegado expresamente de Roma. Todos ellos emocionaron a la multitud con sus testimonios antes de que, como solemnidad final, se diera paso a la celebración litúrgica presidida por el cardenal-arzobispo de Madrid cuya homilía puede leerse íntegra en otra apartado de estas páginas.

Con la procesión de la Virgen de la Almudena y los cantos de los distintos coros así como con la suelta de centenares de globos blancos y amarillos, se dio por finalizado este extraordinario encuentro cuyo significado exacto no es otro que la manifestación de una voluntad que la cultura laicista quiere erradicar de la vida pública: la voluntad de vivir conforme a los valores cristianos en el seno de familias cristianas.

Un acto del que, en definitiva, debieran tomar nota los partidos políticos y los gobernantes de turno que, en su conjunto, han contribuido de una manera o de otra, a que España esté en la cola de Europa en las ayudas a las familias. Muchas son las reflexiones que pueden hacerse en torno de la celebración en sí y, por supuesto, del significado de la familia «tradicional», la integrada por un hombre y una mujer que se prometen fidelidad hasta la muerte y que asumen el compromiso público y privado de educar a los hijos que vengan. Ese es el núcleo de la sociedad, la base de todo progreso humano, social, cultural, científico y, por supuesto, político. Porque, en definitiva, una democracia que no respeta la dignidad de la familia como institución anterior a la fundación de los Estados, es una democracia fracasada en su raíz misma

La familia en busca de sentido

domingo, 30 de diciembre de 2007
Javier Arnal


Las Provincias

Acabar el año con esperanza es importante. Pero la esperanza no se improvisa, ni depende de los bríndis, las uvas o los SMS más o menos originales.

Hoy, en Madrid, hay un acto sobre la familia cristiana, convocado por el Arzobispado de Madrid, al que acudirán miles de familias de la Comunidad Valenciana. SegurAlmudi.org - Javier Arnalo que es un éxito, por el ambiente y el número de asistentes, con independencia de que las cifras discrepen según unos u otros. Una convocatoria muy oportuna coincidiendo con la fiesta de hoy, la Sagrada Familia.

En Madrid se recogerá hoy buena parte del fruto del V Encuentro Mundial de las Familias con el Papa, celebrado en Valencia en julio de 2006. Benedicto XVI impulsó, con su presencia y sus palabras, el sentido y la importancia de la familia cristiana, y de las familias de todo el mundo. Fue un mensaje de ilusión, de esperanza, que salía al paso del desaliento que muchas familias pueden sentir en las actuales circunstancias.

No es casual que la segunda encíclica de Benedicto XVI haya sido «Spe salvi» («Salvados por la esperanza»). Es muy interesante su lectura sosegada, no sólo para los católicos, sino para toda persona que desee profundizar en las claves culturales y religiosas de nuestro tiempo. A lo largo de sus páginas, razón y fe, el sentido de la esperanza cristiana y tantas cuestiones más, reciben luces para toda la dimensión humana, y por supuesto para la institución familiar.

El Cristianismo refuerza la familia, no la inventa. La doctrina de la Iglesia aporta esperanza a las familias, para no confundirse entre los nubarrones y las dificultades que -como todo en la vida que vale algo la pena- atraviesa la vida matrimonial, tener hijos y educarles.

Cada familia ha de redescubrir su propio sentido, en vez de refugiarse en afirmaciones genéricas de cómo se encuentra la familia a escala mundial, o simplemente en España. A la familia, en estos momentos, se le ataca y se le arrincona, amparándose en falsos progresismos. Familias cristianas, y no cristianas, parecen sentirse acomplejadas, por un conjunto de causas que se condensan en el ambiente. Hace décadas, empezaron los complejos de quienes tenían una familia numerosa, a veces porque por la calle recibían hasta insultos de personas desconocidas. ¿Quién se atreve ahora a tener familias numerosas como hace tiempo? Como me decía un amigo, nuestros complejos pueden acabar denominando «numerosa» a la familia que tenga un hijo, porque ya es un «número».

Se tienen pocos hijos, porque se prefiere la proyección profesional a ultranza o la comodidad, y de paso no se enfrenta una familia a un clima social que justifica el aborto, ataca a las familias numerosas, ridiculiza la fidelidad matrimonial y, si se queda sin argumentos, achaca a la Iglesia Católica la defensa de unos principios familiares trasnochados, cuando en realidad son los básicos que demanda la dignidad humana.

En Navidad vivimos lo que hemos sembrado durante el año. ¿Qué estamos viviendo? Un colosal monumento al consumismo, como pretendiendo rellenar el vacío espiritual que mucha gente experimenta en estos días navideños. Regalos y fiestas, en ocasiones, son sustitutivos del vacío personal y familiar. Las familias que han cuidado sus características naturales han vivido estos días con paz, solidaridad, afecto y una indudable esperanza para el año que viene. Otras familias, rotas o acomplejadas, se han refugiado en el frenesí de los viajes exóticos, las comilonas, la bebida o el sinsentido de unos gastos desproporcionados.

No es extraño que se haya detectado un aumento de depresiones y problemas psicológicos. Un médico de familia ha afirmado: «lo que empezó siendo una fiesta religiosa se ha convertido en un motivo de consumo desmesurado, con importantes secuelas para la salud de las personas».

Son días de celebraciones y de balance. No creo arriesgado afirmar que las familias españolas se han ido alertado ante las investigaciones de Barcelona y Madrid sobre abortos ilegales, porque es la punta del iceberg de una hipocresía generalizada, que no defiende suficientemente la vida. De la alerta al fortalecimiento de las familias hay un paso grande. Puede acabar todo en una página cruel que se cierra porque huele a podrido para todos, o puede ser el comienzo de replantearse aspectos básicos de las familias.

La familia ha de asumir que debe encontrar su sentido real en nuestros días. Motivos para dudar de que quiera hacerlo, probablemente hay muchos. Estadísticas no nos faltan sobre natalidad, abortos, divorcios, inmigrantes separados de sus familias, etc. También hay motivos para la esperanza, y requiere activar las energías de cada persona y de cada familia, superando pesimismos. Hay que invertir en la familia, para que la esperanza sea fundada, y no aparcar estas cuestiones hasta la próxima Navidad. ¡Feliz y esperanzado 2008!

Fiesta de la familia en Colón

Con ataques a las políticas del Gobierno socialista

Obispo Rouco Varela

PD/Agencias Domingo, 30 de diciembre 2007 El cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha clausurado el acto por la familia cristiana que se ha celebrado hoy en la plaza de Colón al que ha asistido miles de personas, y en el que se han podido oír fuertes críticas al Gobierno por sus políticas en materia de familia, tales como el matrimonio homosexual o el llamado divorcio express.

El acto ha comenzado con las palabras del cardenal Agustín García-Gasco, arzobispo de Valencia, que ha criticado «la cultura del laicismo», que ha calificado como «un fraude» que «sólo conduce a la desesperción por el camino del aborto, el divorcio express y las ideologías que pretenden manipular la educación de los jóvenes», y por lo que «nos dirigimos a la disolución de la democracia».Después ha tomado la palabra el cardenal y arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, que ha asegurado que la familia está bajo «amenezas claras y ataques de gran calado», que suponen un «ataque grave para el futuro de la sociedad«.La plaza y las calles anexas – sobre todo la calle Génova que confluye en la plaza Colón – han estado llenas de personas que han portado pancartas donde se criticaba el aborto o los matrimonios homosexuales, y que han podido seguir el acto por varias pantallas de televisión. Varios de los asistentes han portad las banderas nacionales de España y de Portugal, así como las de las comunidades neocatecumenales.

Testimonios y conexiones con el Vaticano

La proyección del vídeo con las palabras del papa Juan Pablo II ha tenido que ser suspendida ya que tan solo funcionaba la imagen, pero no el audio. Posteriormente ha tomado la palabra Domingo Blasco, del Foro de la Familia, quien también ha criticado la política del Gobierno: «No dejéis el corazón y la cabeza de vuestros hijos en manos de nadie y menos del Estado«.

Los autocares – medio millar según las previsiones – que trasladan a las familias están aparcando en las zonas reservadas de las calles de Alfonso XII -junto al parque del Retiro-, Alcalá, entre la Plaza de la Independencia y la calle de O’Donnell, Menéndez Pelayo y la avenida Ciudad de Barcelona.

Antes de conectar en directo con el Vaticano, para trasmitir en directo el rezo del Angelus de Benedicto XVI, por la megafonía del acto se ha anunciado que «el Papa sabe que hay aquí un millón y medio de personas».

El papa Benedicto XVI ha saludado en español «a los participanees en el acto por la familia» que se está celebrando en la Plaza de Colón, recibido con aplausos entre los asistentes.

El acto ha contado con los testimonios de varios religiosos y líderes de movimientos católicos, entre ellos Kiko Argüello, fundador del Movimiento Camino Neocatecumenal, que ha asegurado que «Europa necesita que ayudemos a la familia».

Con gran énfasis en las palabras y subrayando con gestos, Kiko Argüello se ha referido a varios pasajes de la Bibilia, para luego asegurar que «estos gobiernos ateos y laicos nos quieren hacer creer que nuestra nave, nuestra vida, no va a ningún lado y no es cierto». Posteriormente ha cogido una guitarra y ha pedido al público que cante con él la canción Resucitó.

Críticas de Rouco a la legislación española

Tras la procesión de la virgen de la Almudena – que ha ido acompañada por el canto de su himno – ha iniciado la homilía el cardenal y arzobispo de Madrid Antonio María Rouco, quien ha pedido «orar por la familia cristiana».

Rouco Varela ha calificado la situación de la familia como «el problema más grave de la sociedad», al enfrentarse a quienes «relativizan radicalmente la idea de la familia» y a amenazas como «la violencia doméstica y los abortos», estos últimos calificados como «plaga», que «interpelan fuertemente a nuestras conciencias».

«Quien obstaculiza la institución de la familia, aunque sea de forma inconsciente, hace que la paz nacional e internacional sea más frágil», ha asegurado el cardenal Rouco Varela, quien ha calificado como de «valor insustituible» el matrimonio entre un hombre y una mujer, «célula y vital de la familia».

El arzobispo de Madrid ha citado directamente el artículo 16.3 de la declaración de los derechos humanos: «Constatamos tristemente que el ordenamiento jurídico español ha dado marcha atrás con respecto a la declaración de Derechos Humanos de la ONU«, ha asegurado Rouco Varela.

«Ofrecemos nuestro testimonio, no lo imponemos», ha asegurado el cardenal Varela para acto seguido llamar a la «evangelización de la sociedad española«.

Un millón de personas en favor de la defensa de la familia

Concentracion a favor de la Familia (Agencias/PD).-Según los primeros cálculos de la Comunidad de Madrid, un millón de personas llenan ya la plaza de Colón. El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha asegurado que son «muchas y persistentes» las señales de alarma que certifican que el agravamiento y la desvalorización de la familia y el matrimonio «no ha dejado de ir a más en las últimas tres décadas».

La concentración ha comenzado con la intervención de varios obispos, encabezados por el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, que ha alertado de que «en los modelos de familia puede difuminarse lo que es la familia cristiana». «Sed bienvenidos», ha exclamado al término de su breve discurso, en el que ha recalcado que «la trascendencia de la familia nos ha convocado a todos».

Tras él, el cardenal arzobispo de Valencia, Agustín García, ha destacado que los poderes públicos «deben proteger a la familia» y «nunca socavar sus fundamentos». «La iniciativa del Estado a favor de la familia ha de ser apreciada y estimulada», ha insistido.

El cardenal arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, ha intervenido después para recordar que la familia «es lo mejor que tenemos». Tras dar las gracias «a todos», ha alertado de que la familia «se ve acechada por un sinfín de graves dificultades» y «ataques de gran calado». La familia, ha dicho, «debería ser la primera y gran prioridad mundial». «Por eso es preciso y apremiante defender la familia. Ante tantas dificultades, vosotros sois una esperanza grande», ha dicho ante los asistentes.

Desde Roma, Benedicto XVI ha dirigido un largo saludo a los asistentes en castellano. El Papa ha destacado que la familia «está fundada en la unión indisoluble entre el hombre y la mujer» y «constituye un ámbito privilegiado en que la vida humana es acogida y protegida». «Vale la pena trabajar por la familia y el matrimonio porque vale la pena trabajar por el ser humano», ha dicho Benedicto XVI dirigiéndose a los miles de asistentes al acto. Antes de la conexión con El Vaticano, han subido al escenario unos abuelos y un joven para ofrecer su testimonio del significado de la familia.

Masiva participación

La plaza y las calles anexas se encontraban desde las 10.00 horas prácticamente ocupadas por ciudadanos procedentes de todos los puntos de España, como Sevilla, Málaga o Melilla, e incluso de Portugal.

Entre los asistentes se encuentran muchos niños, algunos acomodados en sus carritos, y bastantes jóvenes, todos bien abrigados porque, si bien brilla el sol en la capital, las temperaturas rondan los cuatro grados. Igualmente son visibles una gran cantidad de banderas de España y de las comunidades neocatecumenales.

La organización prevé que asistan a este acto, que impulsan el Arzobispado de Madrid y el movimiento apostólico Camino Neocatecumenal, entre un millón y medio y dos millones de personas.

El área restringida al tráfico en la capital con motivo de este acto comprende el Paseo de Recoletos, la calle de Génova, los carriles centrales del Paseo de la Castellana, la calle de Goya y la de Jorge Juan, y la estación de Metro de Colón se encuentra cerrada por motivos de seguridad.